Aviso a mi persona

Adelardo, sutiliza;
investiga; inquiere; vela;
tu fiereza martiriza...
¡Mira que el odio te cela;
mira que la envidia atiza
la leña de su candela!

¡Nada importa que te estés
encerrado en tu aposento,
si allí te entregas después
a uno y otro pensamiento....
Y al empeño en que te ves
no te dedicas atento!

¡Aunque te encierres un mes,
ese desvanecimiento
no es trabajar!... ¡Antes es
holgar sin remordimiento!

Adelardo López de Ayala





“Cuando la estafa es enorme, ya toma un nombre decente.”

Adelardo López de Ayala



“El poder es bien tenido cuando el poderoso es más amado que temido.”

Adelardo López de Ayala



El nuevo don Juan
(fragmento)

¡Éste es amor verdadero!...
Algo celoso... Mejor,
que en la mesa del amor
los celos son el salero.
Pero ser tan suspicaz
conmigo... ¡A veces machaca
tanto!... Mas luego se aplaca
en nombrando a doña Paz.
Pues es verdad, al oír
su nombre, cambia tan presto...
Ya sé el remedio... Mas esto,
¿qué es lo que quiere decir?
¡Quia!... No es capaz... Si yo encuentro
inalterable su amor. 

Adelardo López de Ayala




El sol y la noche

Encendido en sus propias llamaradas,
la sed devora al luminar del día,
y, eterno amante de la noche fría,
persigue sus espaldas enlutadas.
Ansioso de sus sombras regaladas,
en vano corre la abrasada vía;
que él mismo va poniendo el bien que ansía
donde nunca penetran sus miradas.
La dicha ausente, y el afán consigo,
arde y redobla su imposible instancia,
llevando en sus entrañas su enemigo…
¡Así corro con bárbara constancia,
y siempre encuentro mi ansiedad conmigo
y el bien ansiado a la mayor distancia!
Adelardo López de Ayala



La cita

¡Es ella..! Amor sus pasos encamina…
Siento el blando rumor de su vestido…
Cual cielo por el rayo dividido,
mi espíritu de pronto se ilumina.
Mil ansias, con la dicha repentina,
se agitan en mi pecho conmovido,
cual bullen los polluelos en el nido
cuando la tierna madre se avecina.
¡Mi bien! ¡Mi amor!: ¡Por la encendida y clara
mirada de tus ojos, con anhelo
penetra el alma, de tu ser avara..!
¡Ay!, ¡ni el ángel caído más consuelo
pudiera disfrutar, si penetrara
segunda vez en la región del cielo!

Adelardo López de Ayala


Mis deseos

Quisiera adivinarte los antojos,
y de súbito en ellos transformarme;
ser tu sueño, y callado apoderarme
de todos tus riquísimos despojos;
aire sutil que con tus labios rojos
tuvieras que beberme y respirarme;
quisiera ser tu alma, y asomarme
a las claras ventanas de tus ojos.
Quisiera ser la música que en calma
te adula el corazón: mas si constante
mi fe consigue la escondida palma,
ni aire sutil, ni sueño penetrante,
ni música de amor, ni ser tu alma,
nada es tan dulce como ser tu amante.

Adelardo López de Ayala


“¡Triste suerte la del gobierno al que nadie acusa en público, porque todos le acusarán en secreto!”

Adelardo López de Ayala


Sin palabras

Mil veces con palabras de dulzura
esta pasión comunicarte ansío;
mas, ¿qué palabras hallaré, bien mío,
que no haya profanado la impostura?

Penetre en ti callada mi ternura,
sin detenerse en el menor desvío,
como rayo de luna en claro río,
como aroma sutil en aura pura.

Ábreme el alma silenciosamente,
y déjame que inunde satisfecho
sus regiones, de amor y encanto llenas…

Fiel pensamiento, animaré tu mente;
afecto dulce, viviré en tu pecho;
llama suave, correré en tus venas.

Adelardo López de Ayala



“Una cosa es la amistad, y el negocio es otra cosa.”

Adelardo López de Ayala