Apagad las luces para observar las de verdad, las que están en el cielo; las que nuestros antepasados, con su imaginativa mente, usaron para configurar un maravilloso conjunto de imágenes poéticas que nos hablan de ellos mismos y de su relación con el universo. Por que hace ya mucho tiempo que las puntas de los dedos de la humanidad tocan la tierra y el cielo con gran sensibilidad, y de esas sensaciones ha ido surgiendo la conciencia de que nunca podríamos estar separados de la naturaleza. Para expresar su presencia consciente en un universo vivo, nuestros antecesores se valieron de un diálogo vívido e imaginativo con sus múltiples aspectos: con la montaña, el agua, la Luna y el Sol. Mediante el arte, la arquitectura y la palabra, hablada y escrita, explicaron lo que significaba para ellos el mundo real, y así transmitieron sus verdades reveladas a las generaciones siguientes, que aceptaron como eternas algunas de ellas y alteraron otras.

Antony Aveni, astrónomo
Conversar con los planetas