"Aparte de lo conocido y lo desconocido, ¿qué más puede existir?"

Harold Pinter


"El pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar."

Harold Pinter



"Esto nunca ocurrió. Nunca ocurrió nada. No ocurrió ni siquiera mientras estaba ocurriendo."

Harold Pinter


"Hace unos pocos meses un grupo de la Contra atacó la parroquia. Lo destruyeron todo: la escuela, el centro de salud, el centro cultural. Violaron a las enfermeras y las maestras, asesinaron a los médicos, de la forma más brutal. Se comportaron como salvajes». El portavoz de la otra delegación, un diplomático de Estados Unidos, escuchó, hizo una pausa, y entonces habló con gravedad. «Padre —dijo—, déjeme decirle algo. En la guerra, la gente inocente siempre sufre». Hubo un frío silencio. Le miramos. Él no parpadeó."

Harold Pinter
Tomada del libro La Tercera Guerra Mundial ya está aquí de Cristina Martín Jiménez, página 329


"La amo. La amo con toda el alma. Creo que es una mujer maravillosa. La vi sólo una vez. Se dio vuelta y sonrió. Me miró y sonrió. Después paró un taxi de la fila. Le dio instrucciones al conductor, abrió la puerta, entró, cerró la puerta, me echó una última mirada a través de la ventanilla y luego el taxi arrancó y nunca más la vi de nuevo."

Harold Pinter
Chicas



"No hay distinción firme entre lo real y lo irreal; ni entre lo verdadero y lo falso. Una cosa no es necesariamente o verdadera o falsa, sino que puede ser ambas: verdadera y falsa."

Harold Pinter


"SRA. SANDS: íbamos subiendo la escalera. Pero no se ve nada en este lugar, ¿No es cierto, Toddy?
SR. SANDS: Nada.
SRA. SANDS: ¿Qué andaban buscando?
ROSE: Al hombre que se ocupa de la casa.»
SR. SANDS: Al casero. Estamos tratando de ubicar al casero.
SRA. SANDS: ¿Cómo es que se llama, Toddy?
ROSE: El señor se llama Kidd.
SRA. SANDS: ¿Kidd? ¿Así se llama, Toddy?
SR. SANDS: ¿ Kidd? No, no.
ROSE: Señor Kidd. Así se llama.
SRA. SANDS: Bueno, no es ése al tipo que estamos buscando.
ROSE: Bueno, estarán buscando a algún otro.
(Pausa.)
SRA. SANDS: Supongo que sí.
ROSE: Tienen cara de frío.
SRA. SANDS: Afuera es criminal. ¿Usted salió?
ROSE: No.
SRA. SANDS: Nosotros recién entramos.
ROSE: Bueno, pasen, si quieren, y caliéntense un poquito.
(Van hacia el centro de la habitación.)
(Acercando la silla de la mesa a la estufa.) Siéntense por acá. Ya se van a calentar.
SRA. SANDS: Gracias. (Se sienta.)
ROSE: Acérquese al fuego, señor Sands.
SR. SANDS: NO, está bien. Voy a estirar un poco las piernas.
SRA. SANDS: ¿Por qué? Si no estabas sentado.
SR. SANDS: ¿Y qué?
SRA. SANDS: Bueno, ¿por qué no te sientas?
SR. SANDS: ¿Por qué voy a tener que sentarme?
SRA. SANDS: Debes estar helado.
SR. SANDS: No.
SRA. SANDS: Debes estar helado. Acércate una silla y siéntate.
SR. SANDS: Estoy lo más bien así parado, gracias.
SRA. SANDS: NO vas a ganar nada, parado ahí,
SR. SANDS: Estoy perfectamente, Clarissa.
ROSE: ¿Clarissa? Qué nombre más precioso.
SRA. SANDS: SÍ, es lindo, ¿no? Mi padre y mi madre me lo pusieron.
(Pausa,)
Le tengo que decir que ésta es una habitación en la que uno puede sentarse y sentirse cómodo.
SR. SANDS: (mirando la habitación): Es bastante grande, irá muy bien.
SRA. SANDS: ¿Por qué no se sienta, señora.,.?
ROSE: Hudd. No, gracias.
SR. SANDS: ¿Cómo dijo?
ROSE: ¿Cuándo?
SR. SANDS: ¿Cómo dijo que se llamaba?
Rose Hudd.
SR. SANDS: Eso. ¿Entonces usted es la mujer del tipo que nombró antes?
SRA. SANDS: NO, claro que no es. Era el señor Kidd.
SR. SANDS: ¿Sí? Pensé que era Hudd.
SRA. SANDS: No, era Kidd. ¿No, señora Hudd?
ROSE: Así es. El casero.
SRA. SANDS: No, el casero no. El otro.
ROSE: Bueno, se llama así. Es el casero.
SR. SANDS: ¿Quién?
ROSE: El señor Kidd.
(Pausa.)
SR. SANDS: ¿Ah, sí?
SRA. SANDS: A lo mejor hay dos caseros.
(Pausa.)
SR. SANDS: Eso habría que verlo.
SRA. SANDS: ¿Qué dijiste?
SR. SANDS: Digo que eso habría que verlo.
(Pausa.)
ROSE: ¿Cómo está afuera?
SRA. SANDS: Está todo oscuro afuera.
SR. SANDS: NO más oscuro que adentro.
SRA. SANDS: Ahí tiene razón.
SR. SANDS: Está más oscuro adentro que afuera, tal como yo lo veo.
SRA. SANDS: NO hay mucha luz en este lugar, ¿no, señora
Hudd? ¿Me cree sí le digo que este es el primer puntito de luz que vemos desde que entramos?
SR. SANDS: La primera rendija.
ROSE: Yo no salgo nunca de noche. Nos quedamos adentro."

Harold Pinter
La habitación