Aquello que testimonia el mapa de nacimiento, no es la asistencia de las potencias celestes, que vienen a influenciarnos desde arriba, sino solamente el reflejo de las tenencias que emanan de nuestras disposiciones interiores.

André Barbault
pág 101 El conocimiento de la astrología


Que se termine con las floridas leyendas de lo maravilloso en la astrología: las potencias interiores de las cuales dan testimonio nuestras astralidades, tienen una influencia de segunda mano sobre nuestra cuenta en el banco, no imponen la elección de la profesión ni asignan un momento fijado con anterioridad para el matrimonio. Trazan líneas de vida interna más discretas, revelan analogías más sutiles, descubren verdades más profundas que hay que desvelar, detrás de las primeras apariencias del destino. No olvidemos que el determinismo astral representa lo innato, el ser en su desnudez originaria. No podemos conocer la constelación interior del individuo, sin saber cuál ha sido el rol del medio exterior vivido, mediante el cual se forma el “carácter adquirido”, amplificador o neutralizador del carácter innato.

André Barbault
pág 147 El Conocimiento de la Astrología


Según la tradición hermética aquello que testimonia el mapa de nacimiento, no es la asistencia de las potencias celestes, que vienen a influenciamos desde arriba, sino solamente el reflejo de las tendencias que emanan de nuestras disposiciones interiores. Así no es el hecho de nacer en tal o cual momento lo que determina la estructura del ser humano (en tal caso, se podría retardar o acelerar un nacimiento, para tener un niño "a pedido" astrológicamente: un cuarto de hora más temprano, una "simiente" de campeón deportivo; media hora más tarde, un "esbozo de sabio"...) Hay que invertir la proporción: es la estructura humana la que "llama", la que requiere una situación celeste capaz de reflejarle; en suma, se puede decir que no es como se nace, sino que se nace como se es... al menos si se deja hacer a la naturaleza. En esta tradición hermética, si Venus, por ejemplo, "influye" en nuestros amores, no lo hace en tanto cuerpo celeste que ejerce una acción transitiva, desde un punto de partida celeste a uno de llegada humano; se debe a que el astro es un símbolo de las aspiraciones del corazón humano, en virtud de una "simpatía" del elemento astral venusino y del verbo amar, puesto que estamos hechos del tejido que constituye el universo. Puede parecer que la "directiva" proviene del Cielo; si allí está inscrita, la manifestación no deja de desarrollarse en el interior del hombre. El destino no se hace fuera de él, no depende de una entidad exterior, en este caso, de un cuerpo celeste: el hombre es esclavo o libre ante sí mismo. En un universo donde lo uno es co-extensivo al todo y el todo converge en lo uno, no se establece entre el astro y el hombre una sucesión de causas y efectos; al contrario, se toma a ambas en una simultaneidad global, siendo todo la relación de lo externo astronómico y de lo interno humano.

André Barbault
pág. 102-103 El Conocimiento de la Astrología


Interpretar, es trabar amistad con la colaboración intima del intérprete y del interpretado. Es sobre todo, con éstas condiciones básicas, proceder a la comparación de los dos cuadros: el de las astralidades con sus potencialidades iniciales, y el de lo vivido, el balance de lo que ha devenido el individuo. Así se permite establecer en qué medida, cómo, y en qué forma, éste deja expresar sus pulsiones vitales, qué felices opciones ha realizado de acuerdo consigo mismo, o al contrario, si no ha dado la espalda a algunas de sus tendencias esenciales, hasta pisar en falso sobre su realidad profunda y romper con su centro de gravedad. Es, finalmente, en esta cuestión de acuerdo o desacuerdo consigo mismo -en su relación con su tendencia, más que en la tendencia en sí- donde se sitúa el interés en los límites del determinismo astral.

André Barbault
pág 151 El Conocimiento de la Astrología


No he dejado de repetir, desde hace muchos años, que era necesario sacar a la astrología de su ghetto. Es la única manera de reducir al silencio la charlatanería de los incapaces, de los estúpidos, y de reabsorber la malsana inflación que le ha infligido el populacho. Pues, declarar falsamente que la astrología es falsa, como lo realizan periódicamente algunos procuradores del rechazo, sólo puede agravar lo producido por dicho rechazo. Impotente y vana en su deseo de destruirla definitivamente, la crítica bloquea el proceso evolutivo de la astrología hacia su estado de madurez y de elevada realización, haciéndose involuntariamente cómplice de sus manifestaciones inferiores, bastardas y charlatanescas; en este sentido, la "antiastrología" es un parásito del espíritu. No es por el canino de la ironía, de la broma pesada o del desprecio como se encuentra la verdad.

André Barbault
pág 201 El conocimiento de la astrología



La carta del cielo es, ante todo, la expresión de un juego de fuerzas representado por la disposición de los planetas alrededor de la esfera celeste geocéntrica, el lugar de los encuentros. Ella es un tablero donde se oponen fuerzas que actúan cada una por su propia cuenta, estableciendo entre ellas relaciones diversas.

André Barbault



Los astros no son esos mundos lejanos, esas fuerzas autónomas y extrañas que pesan sobre nuestros destinos como entidades exteriores Viven en nosotros, son nuestra propia realidad; progresan sobre nuestro zodíaco interior y se mueven en nuestro propio universo: hacen cuerpo con las energías de nuestra naturaleza.

André Barbault


No hay dificultad, es cierto, en descifrar un planeta que no tiene aspecto, pues se manifiesta siempre de un solo modo: la exteriorización simple de su tendencia natural, original que sigue el desplazamiento lineal ordinario.

André Barbault


El planeta representa un contenido de propiedades intrínsecas cuyo significado es invariable y válido para todos los individuos. Cada planeta simboliza -en sí- lo mismo para cada uno. Sólo varían a cada instante las propiedades extrínsecas ligadas a la posición siempre renovada del astro en el espacio.

André Barbault


Cada planeta representa una energía que lleva vida, que despliega un tema y desarrolla un sketch, planteando problemas existenciales específicos.

André Barbault


La fenomenología de la astrología es una fenomenología de la afectividad: ella determina acontecimientos objetivos con elementos subjetivos, imágenes interiores proyectadas sobre la realidad.

André Barbault


El determinismo astral no existe más que en el nivel del condicionamiento inconsciente en el plano de la repetición del proceso instintivo: no detectamos el futuro sino en el circulo, puesto que de hecho este devenir se inscribe en una evolución espiral.

André Barbault


La carta del cielo no es mas que un clisé de posibilidades determinadas. El hombre no agota todas las fórmulas inscritas en su tema (toda elección es una amputación...) sino que se limita a las posibilidades de sus disposiciones personales.

André Barbault


La astrología es el estudio de las correlaciones entre dos órdenes de fenómenos, uno celeste (un cielo particular) y el otro terrestre (un individuo).

André Barbault


Sin la astrología nos privaríamos ciertamente de la mejor posibilidad de investigación de la persona humana.

André Barbault




Al hacer un horóscopo no se da un porvenir inevitable, sino en realidad el cuadro de nuestro mundo interior y de su posible devenir.

André Barbault


A menos que concurran circunstancias excepcionales, un astrólogo que designe un oficio a un niño que acaba de nacer, presentándolo como su futura vocación es un impostor o un charlatán ignorante.

André Barbault
pág 173 Defensa e Ilustración de la Astrología


El astrólogo no puede nunca decir: "Usted tendrá tal situación o tal profesión"; sino: "En su profesión usted desempeñará tal papel, y para lograrlo se sentirá más inclinado a elegir tal actividad que tal otra." Y recordemos que, cuanto menos evolucionado es el candidato, tanto más posible es fijar su oficio, pues entonces el continente implica el contenido; los dos son sólo uno. Cuanto más evolucionado es el candidato, más difícil es orientarle, pues hay para él cada vez más actividades donde poder expresarse y es cada vez más libre de elegir la forma de su actividad.

André Barbault
pág 175 Defensa e Ilustración' de la Astrología


Somos múltiples y debemos realizar nuestra unidad, tomar conciencia de nuestro pluralismo, hacer el recuento para las diversas energías en que se reparte nuestro ser (individuación). Reencontramos la constelación nativa, expresión de una orquesta interior, donde cada planeta es un solista. Conocemos cada instrumento que interpreta y los diferentes acordes de la orquestación. Si cada planeta deja oír una voz particular, muchos de ellos en número desigual pueden interpretar el concierto y tenemos así los grandes temas de la partitura. Precisamente, todo el arte del astrólogo consiste en comprender la sinfonía de la vida.

André Barbault
pág 202 Del Psicoanálisis a la Astrología


La astrología no existe sino a partir de un conocimiento del objeto-especie. Las piezas del tablero astral (planetas, signos...) no tienen significado sino en función de una “regla del juego” que no es otra que la naturaleza de la cualidad universal del objeto, del género humano. Siendo la carta del cielo natal única, y representando una constelación específica cuyo punto focal es el nacido, todo nos indica que la astrología contribuye precisamente a abordar al hombre en su terreno propio, y que este objeto es visto en el centro de su propio universo. El cielo natal es indicado para representar la especificidad de un ser individual, las estructuras propias de este ser particular, las leyes que obedece en el cuadro general de la especie. El diseño astrológico traza la estructura de su alma y el cuadro general de un destino: es todo el universo de un objeto único con los problemas específicos que plantea. Dentro de una formula más amplia, la de una perspectiva cósmica, lo presenta en tanto que célula particular. Sus propios caminos llevan no a la síntesis del ser humano sino a la síntesis de cada caso en particular. Se puede resumir el todo mediante una fórmula lacónica: mi horóscopo soy yo.

André Barbault
pág 205 Del Psicoanálisis a la Astrología


Los diagnósticos y los pronósticos astrológicos contribuyen al conocimiento de la persona: se trata, para el intérprete, de traducir el significado de las fuerzas profundas del ser, y de preparar un cuadro de su mundo interior, a fin de ayudarlo a encontrar la vía de su desarrollo. Este tipo de análisis permite dar a cada uno una conciencia más aguda de sí mismo, de sus posibilidades y de sus límites. Sin contar con que ciertos pronósticos a largo plazo pueden constituir advertencias saludables o permitir intervenciones eficaces, puesto que nada es aun irremediable, todo no es sino virtualidad. Pero la previsión en sí misma no sabría modificar un destino: no podría ser cuestión de descubrir, por un truco luego de un simple cálculo astrológico, el curso de una existencia que se condensaba en una salida dramática. Puesto que este pronóstico no actúa sobre los instrumentos del determinismo, que son las fuerzas profundas de su naturaleza; no modifica aquello que constituye la causa del hecho previsto. Tampoco podríamos restarle importancia al cambio que es susceptible de operarse en la economía afectiva de un ser que adquiere una conciencia mayor de sus problemas; el proverbio tiene algún valor: “un hombre prevenido vale por dos”. A partir del momento en que el astrólogo plantea claramente el problema psicológico de su sujeto, lo coloca eficazmente frente a su destino. Y fijar las diferentes etapas características de una experiencia en su curso de evolución no es un simple balance: cada problema, cada solución llega a su momento en un recorrido total: resulta interesante poder situarse en el tiempo en sus fases de crisis y en sus fases de facilidad, ubicarse en la relatividad de los diferentes momentos y en la perspectiva a largo alcance... No hay sabiduría verdadera sin una toma de conciencia saludable de este tipo.
Sin duda para que el astrólogo esté a la altura de su tarea, no es suficiente conque tenga una competencia técnica; importa aun que sea objetivo en un contacto intuitivo, debe saber que sus inclinaciones subjetivas pueden falsear algunas de sus interpretaciones si no ha tomado conciencia. Es el caso del astrólogo que busca realizar inconscientemente sus deseos en sus previsiones, o que se equivoca mientras trata con otro un problema que le concierne personalmente y que no ha podido resolver: no se puede ver en otro más que en la medida en que uno ve claro en sí mismo.

André Barbault
pág 213 Del Psicoanálisis a la Astrología


Los astrólogos no consideran (o no deberían considerar) los aspectos disonantes como necesariamente negativos. La cuadratura, en especial, se les aparece como una palanca que les permite evasiones, ya sea por encima o por debajo del nivel de la vida ordinaria: es la inadaptación por retraso o por exceso. En la cuadratura, el torrente de la libido se sale de su cauce: sí el ser desciende, es la perversión o la neurosis; si se eleva, es la sublimación. La cuadratura es la fuente de los desequilibrios más profundos así corno de las grandes creaciones humanas.

André Barbault
pág 78 Del Psicoanálisis a la Astrología


La astrología no puede identificar los acontecimientos en su riqueza y complejidad, sino sólo en tanto que repetición de una experiencia inicial, de un acto de la primera infancia en tanto que renovación de un tema visto bajo su más simple expresión. Podernos decir que el astrólogo no ve en el hecho adulto sino el rasgo infantil, es decir, la analogía que repite un mismo tema. Sea A, B, C, D, E... una serie de fenómenos afectivamente análogos; D, por ejemplo puede ser percibido sólo porque contiene y renueva a A, que está en su naturaleza. Es así que en todas las cosas vemos la crisálida en la mariposa. Por otra parte, sólo las bases del inconsciente parecen estar determinadas, y no hacen más que orquestar, acompañar, hacia sus formas mas elevadas, las melodías que son el juego de la evolución.

André Barbault
pág. 147-148 Del Psicoanálisis a la Astrología


El individuo es ante todo él mismo un universo completo, una especie de mundo constelado donde cada ángulo o polo planetario de esa constelación proyecta su luz sobre uno o más planos de la existencia, como si muchos personajes dialogaran interiormente para componer la personalidad en todos sus aspectos; es sobre todo aquí, y principalmente de esta manera, que vemos operar la pluralidad de instancias que forman una persona. Pero, paralelamente, tiende a ser la pieza de un mundo animado por un grupo humano en el cual no es más que el planeta que lo "signa" (aquel que en su nacimiento está relacionado con los intereses comprometidos en ese grupo) y se incorpora a diversos grupos que constituyen los diversos planos de la existencia. El tema total representa el todo humano, y cada planeta es una abertura por donde uno se "compromete" en la aventura de una ronda que integra el microcosmos que somos al macrocosmos, y que nos hace participar en la vida universal.

André Barbault
pág. 166-167 Del Psicoanálisis a la Astrología


Los astrólogos serios han especificado siempre por “influencia astral” una influencia percibida de los astros, sin prejuzgar nada sobre su origen y su naturaleza... Los astrólogos simbolistas (los que opinan que la astrología es un conocimiento de símbolos) estiman que la hipótesis astrológica se sale completamente del concepto de influencia física de los astros, y la astrología no espera en modo alguno, para su consagración, el descubrimiento problemático de algún rayo emanado de una estrella lejana...
Kepler definió magistralmente esta hipótesis, lo cual presupone que él había meditado profundamente sobre el problema astrológico: "En el momento del nacimiento, el alma humana se funde (introduce) en una forma preestablecida, semejante a las figuras geométricas que en aquel mismo momento forman las radiaciones de los planetas en aquel mismo momento en relación con la Tierra." (Harmonices Mundi)

André Barbault
pág. 206-207 Defensa e ilustración de la Astrología


La astrología tiene por objeto el estudio de las relaciones entre los movimientos de los astros y los hechos terrestres y humanos; pero la finalidad evidente que debe proponerse es la previsión de estos hechos. Es una característica de todas las ciencias la de conducir a la previsión de los hechos que estudia... Por consiguiente, toda predicción astrológica sólo puede anunciar una probabilidad, y la única expresión racional que debería dársele es la de un coeficiente de probabilidad. Este factor inevitable de imprecisión depende de la multiplicidad de aspectos a considerar, multiplicidad que se hace evidente si uno sitúa, entre estos aspectos, todos los que, por su parte, deben simbolizar los factores colectivos; medio biológico (herencia de la especie, de la raza, de la familia), medio físico (clima, habitación, etc.), medio familiar, profesional, político, nacional, etc. Por consiguiente, toda predicción está afectada de cierta imprecisión en cuanto a la definición de los hechos a esperar. Así, por ejemplo, una disonancia puede expresar muchas posibilidades cualitativas: realización de un acontecimiento funesto; incumplimiento de un hecho deseado; realización de un acontecimiento deseado, pero tardíamente, a través de luchas y dificultades, o en medio de peligros, o incluso cumplimiento de un acontecimiento que tendrá consecuencias funestas... Partiendo de esto es preciso separar las diversas posibilidades de una misma configuración bajo el aspecto de funciones de una misma variable, buscando las que son más probables. Es, pues, de toda evidencia que es particularmente peligroso no sólo el predecir el hecho sino también el aventurarse en la vía del enunciado de los detalles circunstanciales que lo acompañan; cuanto más nos alejamos de las grandes líneas, tanto más aleatorias son las previsiones, y un astrólogo que se complace en los detalles es necesariamente sospechoso. El práctico serio y experimentado se impone por norma mantenerse en las generalidades Lo más frecuente es que se conforme con decir que tal período es propicio para la vida afectiva, y tal otro es nefasto... y así se equivoca más bien raramente. Es cuando intenta vestir la coyuntura que ha trazado en episodios concretos, cuando se expone al error.

André Barbault
pág. 226-227 Defensa e Ilustración de la Astrología



La astrología no trata de los cuerpos celestes, mensurables y contables en la realidad, sino de un orden simbólico. Ella es un lenguaje, en el que el cielo es el significante y el individuo el significado: la astrología trata, precisamente, de la unión del significado y el significante en el plano simbólico. Por ello, los astros no determinan lo que es el individuo, sino que lo expresan.

André Barbault
pág. 26 Del Psioaná1isis a la Astrología

Lo que ve el astrólogo es en general el plan rudimentario y el cuadro general de la construcción del individuo, y si él da de ello un retrato al nivel del promedio, en él debe reconocerse el sujeto, pero el tejido espiritual y el genio, no los puede revelar ningún cálculo astrológico trivial.

André Barbault
pág. 265-266 Defensa e Ilustración de la Astrología


Más que cualquier otra ciencia, ella (la astrología) exige para ser comprendida una meditación sobre el problema del destino; exige, para no ser una simple técnica materialista, que este destino sea comprendido, no pudiendo entonces concebirse ningún cambio de existencia si no corre parejas con una transformación de la personalidad.

André Barbault
pág. 268-269 Defensa E Ilustración De La Astrología


(Sobre el renacimiento de la astrología) Para los adversarios racionalistas, la cuestión es sencilla. La admiración exagerada de que goza la astrología participa de este retorno a lo irracional en el que estamos hundidos desde el comienzo del siglo actual. Este retroceso del espíritu, acompañado de un despliegue de las supersticiones, es inherente a la inseguridad en que vive el mundo moderno. Las personas se ven atropelladas por él por la agitación cada vez más febril de la existencia traumatizadas por las guerras y las revoluciones, afectadas por un mundo en el que se sienten cada vez más extrañas. Desde entonces se refugian en las zonas de retirada de su vida psicológica, donde reinan sus sueños, sus sentimientos al margen del mundo. Abdican de su sentido crítico, de su lógica y de su razón; instalados mas o menos en los mitos y los sueños de su infancia, tienen sed de maravillas y están prestos a aceptar todas las quimeras que se les presentan. La astrología se esfuerza en predecir el futuro; y es precisamente a esta necesidad de conocer el porvenir que se aferran las personas presas de este malestar de inseguridad que es propio de todas las épocas turbulentas: “saber”, sobre todo si unos charlatanes saben hábilmente eximir la esperanza y adular las necesidades más ocultas; “saber” que evita el sufrimiento de la espera, de la incertidumbre, de la duda. La esperanza del conocimiento del futuro nos sitúa en la confianza y la tranquilidad. Esa es una profunda necesidad del ser humano, del alma angustiada; ¿qué puede contra ella las llamadas de la razón? ¿Cómo evitar que, desde este momento, ante las angustias de la vida, el astrólogo no aparezca engalanado con un prestigio mágico y todopoderoso sobre la debilidad humana? Esta explicación está plenamente fundada, pero es algo insuficiente. Justifica la admiración popular exagerada, el escándalo de los monopolizadores de horóscopos, de los corresponsales siderales, del horóscopo de prensa y de otros traficantes de estrellas. Pero queda por explicar el impulso de búsqueda desinteresada que anima un verdadero "movimiento astrológico", cuyos simpatizantes provienen de todos los medios intelectuales, con la mira de dar solución al problema de la astrología.

André Barbault
pág. 41-42 Defensa e Ilustración de la Astrología



La situación astral no es en absoluto, en si, el agente causal, la estructura determinante: el destino de la Humanidad se juega sobre la Tierra y no en el cielo, no estando los diversos determinismos sociológicos puestos en absoluto en cuestión. Todo lo que parece que hacen los astros en esta historia es contribuir a ordenar en el tiempo las manifestaciones generales de los hombres El factor astral constituiría un elemento externo que interviene como sincronización del elemento interno representado por los factores propiamente sociológicos. Así, pues, si el devenir terrestre se traduce a escala de un determinismo universal, éste no condiciona más que el momento de este devenir: sometida a sus propias leyes y llevando en si misma su propio devenir, la sociedad del mundo presenta un futuro en concordancia con las cadencias astrales.

André Barbault, Págs. 52-53
El Pronóstico Experimental en Astrología



Sin la astrología nos privaríamos ciertamente de la mejor posibilidad de investigación de la persona humana.

André Barbault


No existe ejercicio mejor para aprender astrología a lo largo del desarrollo de la propia existencia.

André Barbault



Los astros, más que "agentes", son "testigos" de lo que somos. Y si el mapa del cielo de nacimiento es un cliché del individuo cuyas medidas son tomadas a escala del Universo, este tema es revelador más que creador del ser.

André Barbault


Los señores adversarios de la Astrología, estimables personas que cometen únicamente el error de hablar demasiado de lo que no conocen bastante.

André Barbault



El intérprete es como el retratista encargado de una semblanza, pero cuyo parecido traicionaría al modelo por un toque o un trazo demasiado o insuficientemente marcado.

André Barbault


La práctica de la astrología consiste esencialmente en revelar a la persona quién es, a través de la interpretación del tema natal: un astrólogo digno de llamarse de esta manera no sólo habla a la persona de su tema natal sino que lo introduce en él.

André Barbault


El circulo zodiacal representa un universo completo en sí mismo, en el que todas las tendencias, expresadas por cada signo, son representadas.

André Barbault
Tratado Práctico de Astrología


El mapa entero no representa más que al individuo y nada más que al individuo, no situándose el mundo exterior que é1 puede evocar más que con relación a sí mismo.

André Barbault
Tratado Práctico de astrología


La fenomenología de la astrología es una fenomenología de la afectividad: ella determina acontecimientos objetivos con elementos subjetivos imágenes interiores proyectadas sobre la realidad. "El mundo es nuestra representación" dice Schopenhauer. Precisamente es esta representación, más que el acontecimiento en si, la que importa, y debemos trabajar basándonos en la máxima de Zenón que dice que no son las cosas las que nos tocan sino los sentimientos que nosotros experimentamos.

André Barbault
pág 195 Del Psicoanálisis a la Astrología


Si es enorme la distancia entre lo que es un hombre por su naturaleza y lo que hace de si mismo y en lo que se convierte, no menos amplia es la significación del hecho interpretado. La configuración de un mapa del cielo no anuncia un acontecimiento propiamente dicho: aquélla se descifra por medio de un lenguaje de estructura, de esquema de asociación psíquica, de ecuación psicológica. Ahora bien, la estricta formulación de ésta nos coloca siempre en presencia de algo análogo al registro de las "equivalencias simbólicas" familiares al psicoanalista. Equivalencias que expresan la posibilidad de sustituciones entre diversas situaciones sinónimas de un mismo estado interior original. Así, al comparar las configuraciones de viudez (cuando significa una gran prueba), las de pasiones fatales, las de crímenes pasionales, las de neurosis y perversiones amorosas, no obtenemos diferencias sensibles, como si existiera una equivalencia simbólica entre estas distintas categorías (parentesco congénito bajo el signo de la relación amor-destrucción). Como sucede entre la enfermedad orgánica y la enfermedad psíquica, la neurosis y la perversión, una prueba dada y otra de distinta suerte pero fundamentalmente análoga... Quizá sea extraño y decepcionante pero es así y hay que tenerlo en cuenta.

André Barbault
pág 22. El Pronóstico Experimental en Astrología


La astrología es un conocimiento que testimonia un orden natural de la vida mediante correspondencias reales y que conduce a una verdadera previsión científica merecedora de algo más que una sonrisa divertida o un mero encogimiento de hombros.

André Barbault
pág 249 Predecir por la Astrología


La astrología no es un juego de salón en el que baste con seguir las reglas del juego para obtener un resultado automático, sino un conocimiento humano que, como tal, posee sus dificultades.

André Barbault
pág 250 Tratado Práctico de Astrología


El elemento en bruto de las astralidades, en la medida que se trata de una relación particular de dos elementos diferentemente combinados, lleva a una representación escueta y simple: un esquema cuya única y elemental idea estriba en una relación de factores, de donde no se puede extraer más que un plan a grandes rasgos, un esbozo, un compendio. Si, al pronunciarse, el astrólogo no quiere ahogar la voz de la Astrología, debe superar la primera fase de sus observaciones, afectadas por su mundo subjetivo de impresiones, de sensaciones, de imágenes. Más allá de este umbral, debe construir su pronóstico situándose al nivel de conciencia de una representación socio-política de los procesos, estando la realidad social “factorizada” dentro de una geometrización de pensamiento, que permite, de este modo, crear un modelo macrocósmico de previsión tan puro como posible.

André Barbault
pág 264. El Pronóstico Experimental en Astrología


La astrología necesita construirse; y lo logrará mejor concentrándose sobre lo esencial pera asegurarse un pleno dominio, más que dispersándose en multitud de factores heterogéneos. Desde hace un cierto número de años, se ha visto surgir, en el ámbito astrológico, una fauna de métodos y sistemas personales que ha complicado más que enriquecido y que sobre todo han testimoniado la impotencia de sus creadores, insuficientemente formados en la escuela clásica. Cada cosa a su tiempo: en primer lugar hay que tener las ideas claras respecto a lo esencial de nuestro tema, aclarándolo y librándolo a toda su límpida simplicidad; y únicamente a partir de ese dominio, tras habernos situado en este nivel central y estructural, será posible solucionar dichos problemas periféricos sobreimpuestos.

André Barbault
pág 399 Tratado Práctico de Astrología


Hay que librarse de establecer una escala cualitativa y cuantitativa de las configuraciones, no expresándose éstas más que en función del individuo al que conciernen. Sabemos que sobre un mismo fondo de afectividad, la inteligencia da un paranoico y un Napoleón, un obseso y un Maine de Biran, un angustiado y un Dostoievsky, un sádico y un Bichat. El tema -y esto debe admitirse de una vez por todas- presenta una óptica profunda del individuo, pero sin aportar ninguna precisión sobre la "clase" de éste. El tema es como el plano de un edificio del que no se conoce la escala; se conocen la economía general de la obra y los problemas que plantea, pero se ignora qué materiales de construcción tomará el arquitecto: el mármol o el cartón piedra. El índice particular de riqueza o de pobreza relativa se nos escapa. (Debido a ello -y por todas estas razones- la astrología no es lo que se quiere que sea: una adivinación más o menos estúpida. Ciertamente, el astrólogo de experiencia se encuentra parcialmente en medida de "reencontrar" la persona y su destino. Pero debe actuar, por el contrario, a partir del conocimiento completo de la persona, con el objetivo de ampliar y profundizar el conocimiento que esta persona tiene de sí misma y de su devenir)./Esta laguna no disminuye por ello el valor y alcance de las informaciones que presenta la constelación de un nacimiento para quien sepa leerla. Pero, para descifrar este libro de la naturaleza, hay que saber aprender la lección que nos ofrece en cada nueva carta astral.

André Barbault
pág 405 Tratado Práctico de Astrología

El valor de la correlación (astrológica) se basa en la repetición que permite volver a encontrar el encadenamiento gracias al cual el pasado, el presente y el futuro se encuentran estrechamente ligados en un todo. Unicamente en función de esta continuidad y a partir de una evolución lineal pueden hacerse extrapolaciones, infiriendo el futuro a partir del pasado y del presente, lo conocido de lo desconocido, debiendo el intérprete estar en grado de alguna forma para "hacer venir" las tendencias del mañana a partir de las fuentes de ayer y de hoy. Cuando se mira al cielo, no existe diferencia alguna de naturaleza entre los fenómenos que pasaron ayer y los que deben ocurrir mañana, siendo estos últimos conocidos de antemano gracias a la maravillosa precisión de los mecanismos del reloj celeste (la Astrología).

André Barbault
pág 52 El Pronóstico Experimental en Astrología


A partir del punto de vista del pensamiento astrológico, una estadística zodiacal no tiene sentido más que a partir de la consideración de un subgrupo basado en una particularidad, una especialidad, una función localizada, susceptible de ser asimilada a un signo y sólo a uno.

André Barbault
pág 71 Tratado Práctico de Astrología


Interpretar consiste en construir un edificio. Ahora bien, si de partida el arquitecto hace una mala utilización de sus materiales, el edificio, por muy bello que sea, corre peligro de resentirlo.
Al decir esto, señalamos palpablemente la más frecuente fuente de errores que comete el profesional, pues una falta de estimación de partida produce, tras una serie de operaciones falsas, una “lluvia de errores” cuya raíz se encuentra en el desconocimiento profundo del símbolo inicial.

André Barbault
pág 91 Tratado Práctico de Astrología


La filosofía de la Astrología se basa en la teoría de la identidad del Microcosmos o mundo pequeño del ser humano, y del Macrocosmos o gran mundo planetario: Lo que está arriba es como lo que está abajo y lo que está abajo es como lo que está arriba, tal es el aforismo hermético de base que, desde el pasado más lejano, los autores clásicos repiten sin cesar.

André Barbault
pág. 11 El Pronóstico Experimental en Astrología


Mientras los mismos astrólogos continúen, inconscientemente o no, jugando al adivino y haciéndose los servidores de un arte adivinatorio, al mismo tiempo que las vergas para hacerse azotar, harán de la Astrología un fenómeno irracional que suscita infaliblemente juicios y reacciones que responden a una mentalidad mágica, y seguiremos dando vueltas en redondo indefinidamente.

André Barbault
pág. 19 El Pronóstico Experimental en Astrología



El autor de la previsión no puede apuntar el compás en dirección a las estrellas sin previamente saber dónde pone los pies. No hay que colocar el carro ante los bueyes. Hay que empezar, en primer lugar, por comprender lo que pasa en la Tierra (o al individuo) para fijarse en las realidades de nuestro mundo; únicamente partir de este conocimiento como historiador y sociólogo es posible establecer un calendario del devenir y asignarle una significación. Ahora bien es más difícil comprender la complejidad de acontecimientos terrestres que establecer su lazo con los devenires planetarios.

André Barbault
pág. 260-26l El Pronóstico Experimental en Astrología



Esta "buenaventura" (refiriéndose Barbault irónicamente a la astrología) constituye, a fin de cuentas, la formulación en lenguaje psicológico de las distintas temáticas de la existencia vivida; ocasión para una toma de conciencia de los procesos vitales oscuros o extraños; posibilidad de hacer inteligible un aspecto del destino aparentemente sin sentido; poder de plantear dentro de una calmada ecuación un problema humano cargado de ciega emotividad; manera de hablar de las cosas más subjetivas de la forma más objetiva, planteando, por ejemplo, la angustia en términos de problema; contribución general a introducir en la economía afectiva del interpretado un coeficiente creciente de lucidez, de autocrítica y de selectividad, en beneficio de una mayor autonomía de la persona. Una consulta tal no puede ser un absurdo juego de adivinanzas ni un ridículo ejercicio de adivinación. Es un diálogo que se establece dentro de la colaboración del intérprete y el interpretado, hasta que este lenguaje de la interpretación se adhiera perfectamente a la carne viva de la sensibilidad del Yo profundo del ser que se siente así descifrado y revelado. "Los acontecimientos son la espuma de las cosas, lo que me interesa es la mar", decía Valéry; esta mar del yo profundo que se encuentra en el centro y constituye la trama de este diálogo.

André Barbault
pág. 26-27 El Pronóstico Experimental en Astrología



Encontramos la propiedad dominante o el privilegio esencial de la óptica astrológica asociado al hecho de que la carta del cielo del nacimiento es el documento-testigo, prácticamente tan individualizado como un documento de identidad; cada individuo tiene un “tema” que le es propio y que difiere de las figuras celestes de los otros. Ciertamente, y en un sentido absoluto, ningún tema es exclusivamente válido para un sólo ser viviente puesto que la carta del cielo de un lugar de la tierra para un momento dado es independiente del hecho de si se producen muchos nacimientos o si no se produce ninguno. En consecuencia este “horóscopo” no puede informarnos acerca de la especie del ser para el cual será establecido. Su inteligibilidad se detiene ante la determinación del tipo genérico. Y, en su estricto sentido, este horóscopo es el jeroglífico de las conexiones que vinculan un lugar dado en un momento dado con los elementos del sistema solar. Pero la astrología no comienza a fundarse sino a partir del momento en que el macrocosmos se dirige a un microcosmos y, en la realidad, aquellos que en este vasto mundo ostentan el mismo cielo natal son tan raros, que no podríamos manifestar de nuevo esta virtud de especificidad ligada al valor de la carta del cielo natal. Este esquema representa la nueva criatura rodeada de esta constelación específica y de la cual es el centro.

André Barbault
pág.203 Defensa e Ilustración de la Astrología


... Los signos zodiacales y los planetas constituyen una representación simbólica de todo el Universo: no existe un objeto, un verbo, un estado, una situación... que no sea expresión de una tendencia zodiacal, planetaria o zodio-planetaria. La práctica astrológica conduce, pues, a una búsqueda, siempre enriquecida pero jamás acabada, del inventario de cada signo y de cada planeta. (También podíamos incluir cada sector o casa). Ahora bien, a falta de poder poseer una gama completa, se trata, pues, de poseer un conocimiento sustancial (...)
E1 error de muchos aficionados consiste en lanzarse sobre la parte de predicción de la astrología pidiéndole a ésta que les conduzca de entrada a “predecir”. Esta deplorable actitud de espíritu conduce, infaliblemente, a fracasos. Todo pronóstico procede de un diagnóstico; ahora bien, éste deriva de una investigación astro-psicológica. Esta investigación, a menudo, es subestimada, pues es vista como una descripción banal y gratuita de los rasgos caracteriológicos, una enumeración de cualidades y defectos. Sin embargo, un verdadero análisis astro-psicológico lejos de contentarse con una simple descripción del carácter se propone, verdaderamente, "construir" o "reconstruir" al individuo a partir de las fuerzas profundas y de los mecanismos internos que lo determinan. Sólo a partir del momento en que se ha comprendido a este individuo, es posible prever dentro de los limites de la previsión racional- lo que puede hacer, sufrir o devenir. Pues, mientras más se reflexione sobre ello, más se evidenciará que no son los sucesos, los acontecimientos, en tanto tales, los que se encuentran "inscritos" en el mapa astral, sino únicamente las conductas psicológicas que los explican, justifican y determinan.
Pero una investigación psicológica de esta categoría no se encuentra al alcance del empirismo psicológico del aficionado, por más intuitivamente dotado que esté. Los símbolos no se dejan abordar sin preparación; no basta con acumular en revoltillo los innumerables y pronto desbordantes elementos que gravitan en torno a un mismo símbolo: ¿quién puede contentarse con ese baratillo inasimilable que presenta un símbolo en estado natural? Hay que construir de él un conocimiento ordenado y, para esto encontrar la clave, extraer estructuras, gracias a las cuales puedan establecerse lazos de unión entre los distintos términos que dan unidad al símbolo. Ahora bien, esta clave, estas estructuras, nos las aportan las disciplinas psicológicas: éstas son, para nosotros, útiles e indispensables si uno no quiere contentarse con una práctica superficial.

André Barbault
pág. 92-93 Tratado Práctico de Astrología



El viaje que emprendo aquí en su compañía al país de Urania para explorar la auto-creatividad por la que pasamos, comienza por una reflexión previa: la astrología es una creación del genio humano y es de aquí de donde tenemos que partir: ¿Por qué esta creación, y qué clase de creación es ésta?
Sólo se puede responder a este primer interrogante reconstruyendo el saber astrológico. Originalmente, el Hombre pregunta sobre el mundo y se pregunta él mismo, vinculando estas dos interrogantes. Es más fácil captar lo que se ve fuera, que aprehender el propio interior, aunque encontramos en él un punto de apoyo para aclararse uno mismo. Un efecto espejo se convierte así en el fundamento epistemológico de una relación como ésta; el universo devuelve al hombre su propia imagen, en la concepción de una unidad del mundo en el que reina una interdependencia generalizada, la cual se ha convertido cada vez más en una evidencia en todos los medios científicos.
Naturalmente, en este terreno ha crecido una fe ingenua,  muy rápidamente cuestionada del futuro, de la que surgió el arte adivinatorio bajo el estandarte del sombrero puntiagudo estrellado. Esto se parece a una infancia del saber. Incluso si esta percepción no tiene nada de absoluto, provisionalmente al menos, es preferible tener esta práctica como una enfermedad infantil de la astrología de la que es mejor largarse, ya que hay mejores cosas que hacer, abriéndola a su vocación psicológica que la hace acceder a una condición adulta.

André Barbault
Del artículo La auto-creatividad de los astrólogos en el congreso de astrología del 9 de abril 2005



... la Astrología es originalmente una creación de la Psique, o ha salido de ella, un sistema venido del alma humana y dirigido a ella misma; en resumen,  un producto venido de sí mismo y que tiene como objeto el sujeto mismo.

André Barbault
Del artículo La auto-creatividad de los astrólogos en el congreso de astrología del 9 de abril 2005



Como la subida silenciosa del jugo al corazón de la planta, la auto-creación es una vivencia astrológica teñida de sí mismo, que sólo se obtiene a través de un trabajo sobre el oficio, elaborando su materia a mano, frotándose con el hecho astrológico en sí, destilándose así el verdadero saber que sólo se debe a un verdadero matrimonio con Urania.
Cuanto más interpreta el astrólogo de forma justa –dejándola hablar en un producto perfecto de la sintaxis del lenguaje astral-, más se desdibuja él detrás de la astrología. En esta bella obra, interpretar es un acoplamiento con el mundo en general: en lo individual, es  unirse al ser interpretado, unirse a él en una relación que hace pensar en el vínculo teatral de un autor y de un actor, transmitiendo el primero una palabra que actúa el segundo. Trampolín del saber, la verdadera correlación transmite ese poder de iluminar a la persona arrojando un rayo de luz sobre su mundo desconocido.

André Barbault
Del artículo La auto-creatividad de los astrólogos en el congreso de astrología del 9 de abril 2005


Así como cada uno se reconstituye simbólicamente en el test (yo diría mito)que está invitado a construir, el astrólogo se cumple a sí mismo “astrologizando”. Primero es de la manera en que él crea su propia astrología, que la recrea. La Dama Urania se convierte en lo que la hace su astrólogo. Éste la personaliza a su imagen y, a partir de que éste la toma bien y no la traiciona, la formula a su propio valor. Así como el hombre hace su configuración y la configuración hace al hombre, aparentemente la astrología es al astrólogo lo que el astrólogo es a la astrología.


André Barbault
Del artículo La auto-creatividad de los astrólogos en el congreso de astrología del 9 de abril 2005



Llego al fin al corazón de la creatividad astrológica que es el centro si no la cumbre de nuestro arte, poniendo en escena la especificidad creadora del homo astrologicus, es decir, la previsión. Entiendo aquí, naturalmente, el principio previsto inherente al ejercicio de nuestro arte, en tanto que plataforma portadora de información tendenciosa en la guarida temporal, ya que conocemos con antelación el curso de los astros. Al ejemplo de mi experimentación prevista de la conjunción Sol-Júpiter, sin duda bajo la inspiración de la mía.
Creativa, la previsión lo es por esencia, ya que, generalmente, el futuro es el agujero negro más total. Dando acceso a un más allá desconocido, ésta parte a menudo de una nada para engendrar –la palabra no está de más- la información que da sentido a un mañana en estado de desvelamiento. He dicho ya por mi parte, cuando me entregaba a la previsión mundial, sobre todo a largo plazo, que me sentía, cada vez, como el rey desnudo de un saber con el contador a cero, por el hecho de encontrarme al borde de una pantalla en blanco del futuro, mi “toma de futuro”, siendo un salto inédito en lo desconocido absoluto,   ya que había siempre una constelación diferente delante de mis ojos. Prever da la impresión de un vacío que se llena de nuestro conocimiento portador de futuro, o de una oscuridad que ilumina poco a poco, hasta percibir un final del camino delante de nosotros.
Yo sé bien que, aquí también, cada uno puede tener su configuración disuasoria, lo que es respetable. Lo que no impide que no sea deseable que la práctica astrológica se atenga al ejercicio de interpretación psicológica, de fondo plana, estática. Ya que podemos hacerlo mejor. El intérprete no debe eludir el esfuerzo previsto que, por otro lado prolonga este ejercicio, tejiéndose el pronóstico en la tela psicológica de la persona, así captado en vivo en la duración percibida cinéticamente, en la trama del tiempo. En todo caso, me dirijo a quien se detiene a las puertas de la previsión sin entrar. Hay que frecuentar, con toda dignidad, este alto lugar que es como el fruto más sabroso de nuestro árbol del conocimiento. Antes de conseguir su operación, equivóquense, incluso varias veces: aprenderán así algo de sus errores enriqueciendo su saber, lo que les permitirá tener éxito más tarde. Para terminar, dense esta recompensa que es el más bello hecho astrológico. ¡Ánimo!

André Barbault
Del artículo La auto-creatividad de los astrólogos en el congreso de astrología del 9 de abril 2005



... nada es más difícil que liquidar el prejuicio establecido de una comunidad de hombres de ciencia cuya especialidad expone a una inadecuación de juicio sobre su vecina astral, situado tan a sus antípodas, como pasa con el estado de espíritu dominante de los astrónomos y astrofísicos en relación con la astrología. Naturalmente también, - y en este punto se los comprende,- por repugnancia comprensible del espectáculo de una práctica confinada en su gueto y dada al público. De esta forma, esta corporación se queda al borde del camino, creyendo saber la verdad sobre su cuenta e ignorando que tal verdad se sustenta en  un verdadero prejuicio colectivo. 
Esta cerrazón de espíritu no impide deber plantearse seriamente la cuestión en si misma, tal como lo preconiza el historiador de ciencias Pierre Thuiller, cuando declara legítimo de saber ante todo «lo que vale la astrología en comparación con las ciencias propiamente dichas», ya que, como ninguna prueba científica formal no la menguó y no siendo denigrada en vano por sus adversarios según lo que creen saber de ella, -  tal como es el caso reiterativo de un zodíaco dislocado por la precesión de los equinoccios, equivocándose de presa como si no se supiera que es la geofísica del inmutable ciclo anual del Sol que confiere sus atributos a los signos, vocablo extendido gratuitamente a vanas constelaciones de acompañamiento, - ¿no habría a fin de cuentas,  al menos una de verdad en la especulación de este Gran-Año que, en su magistral «Sistema del Mundo» Pierre Deum califica de «el dogma más eminente de la Astrología»? ¿Es tan estúpido de concebir este compendium de una periodicidad del universo cuya unidad ritmada comienza y acaba en un punto cero, tal como el big-bang, que funciona de todas formas al nivel del ciclo planetario? Este tema cosmológico por de pronto es la herencia cultural de una alta tradición que no podría tener en la historia del pensamiento humano más noble linaje ni más vasto consenso universal, venido de Pitágoras, Platón y Aristóteles y retomados con convencimiento por tantos grandes espíritus. 
No es tan simple de desembarazarse así como así de semejante mito de los antiguos. En el corazón de la vida, el ser humano lleva en sí un Hombre Universal que contiene el devenir de la humanidad, cuyo espíritu refleja y restituye la ley de su medio natural. Fundada en las dimensiones del espacio y del tiempo, el alma humana, en tanto que principio de vida identificada a la fuerza animadora del mundo, adhiere al fundamento ordenador del universo, ya que el alma contiene en sí misma, una tal «imagen primordial» del devenir cósmico.

André Barbault