Ángel o demonio

"Usted me llama Ángel de Amor y luz,
un ser de bondad y eterno fuego,
enviado desde el Cielo para guiar vuestros pasos
por senderos donde los espíritus ansían caminar.
Dices que brillo como un astro en el firmamento;
como un rayo en el crepúsculo, una chispa de la Fuente.

Ahora escucha mi respuesta, y deja que el mundo la oiga:
Hablo sin temor sobre lo que conozco;
El puro, el fervoroso Amor es el espíritu creador
que hace de las mujeres ángeles.
Yo vivo, existo sólo por usted, sólo en usted.
Nuestras almas juntas yacen atadas
por las antiguas leyes sagradas,
y si yo soy un Ángel, usted es la causa.

Mientras mi bote agitaba las espumas del mar,
observé en calma desde la proa:
Encantador el Amor brillaba,
el pulso firme sobre el timón;
iluminado en sus bellas formas.
¿Maldeciré entonces la barca que en la noche fue naufragio,
pues el infame navegante abandonó su puesto
envuelto en radiantes sombras?
Mi propio bote no es ajeno,
pues él también se ha perdido.
¿Ha desertado el marinero
o se ha dormido en su puesto?

He dejado los tesoros de mi alma a vuestros pies,
(sé que algunas damas lo hacen cada día).
No hay criatura que camine por esta calle
que posea el negro corazón que yo anhelo.
Usted ha despreciado todos los tesoros,
así como muchos caballeros con el corazón de hielo.

Esta llama del altar de Dios,
este fuego sagrado del Amor,
que arde como dulce incienso sólo para usted,
hoy será el estigma de mi vergüenza.
Ha torturado mi espíritu con su falsedad,
ignominia que todo lo pervierte;
los Ángeles y los Demonios nacen del mismo vientre
hasta que la Pasión los guía hacia abajo,
o por el camino ascendente.

Yo les advierto, a todas las mujeres
que habitan bajo la máscara de esposas,
y a las dulces y tiernas madres,
que el destino nunca es justo.
Son las damas las que abandonan sus vidas
por la locura que brota de la desesperación.
Como la brasa que en la chimenea consume su calor,
el desdén derriba todos las murallas.

El mundo es cruel al juzgar estas cosas,
un gran mal y un gran bien
se alimentan del mismo seno.
El Amor nos convoca y nos desgarra,
cubriendo nuestros hombros con sus alas;
Y lo mejor bien puede ser lo peor,
y lo odioso ser lo deseable.
Usted debería agradecer que esta pena se haya ensañado así,
pues el Demonio ha enterrado al Ángel que hay en mí."


Ella Wheeler Wilcox 


"Cuando tu mirada se pose sobre tu propia alma, debes ser muy severo. Pero cuando se pose sobre un semejante, deja que la bondad la dirija; y evita el juicio peyorativo que brota de los labios como hierba en un suelo pantanoso."

Ella Wheeler Wilcox 


"Desconfía del hombre que te aconseja que desconfíes."

Ella Wheeler Wilcox



El lenguaje del amor


"¿Cómo habla el Amor?
Sobre una mejilla en su tenue rubor,
Y en la palidez que le sucede, en aquel
Temblor de unos ojos que huyen,
-la sonrisa que se convierte en suspiro-
Así habla el Amor.

¿Cómo habla el Amor?
Por la desigualdad de dos corazones que palpitan,
Monstruo que en el pulso vibra, inmóvil ante el dolor,
Mientras nuevas emociones, como insólitas barcas
Que a lo largo de las venas trazan su inquietante curso;
-como el amanecer, con la fuerza súbita del amanecer-
Así habla el Amor.

¿Cómo habla el Amor?
Cuando evitamos aquello que buscamos,
El silencio repentino que nos asalta cuando
Contemplamos el ojo que brilla con su lágrima esquiva,
Cuando la alegría nos arrebata el corazón del pecho
-conociendo de memoria los nombres divinos-
Así habla el Amor.

¿Cómo habla el Amor?
En el orgulloso espíritu que crece mansamente,
En el corazón altanero creciendo humilde; en la cálida
Luz sin nombre que inunda el mundo con su esplendor;
En la semejanza donde los ojos trazan
En todas las cosas justas el rostro amado;
En el tímido roce de las manos que se estremecen,
-en los labios y las miradas que ya no disimulan-
Así habla el Amor.

¿Cómo habla el Amor?
Cuando las palabras pronunciadas parecen tan débiles
Que se someten al silencio; en el fuego
Que abate las miradas, destellos rápidos y más altos,
Como relámpagos que preceden la furia de la tormenta;
En lo profundo: sentimental quietud;
En la cálida marea apasionada que barre las venas
Entre las orillas del deleite y el dolor;
En el abrazo que se derrite en la locura del placer,
-en el arrebato convulsivo de un beso-
Así habla el Amor."

Ella Wheeler Wilcox 


"¿Has fallado en tu objetivo? La diana aún no ha dejado de brillar. ¿Te has desvanecido en la carrera? Toma aliento para volver a comenzar."



Ella Wheeler Wilcox 



"Hay dos tipos de personas en la tierra: aquellas que se elevan y aquellas que se inclinan."

Ella Wheeler Wilcox



"Ninguna cuestión queda nunca concluida hasta que se concluye bien."

Ella Wheeler Wilcox




"No hay azar ni fatídico destino
que burlen, estorben o dominen
la firmeza de un alma vigorosa.
Sólo la voluntad es grande;
ante ella todo se doblega.
¿Qué obstáculo el ímpetu detiene
del río que va al mar en su camino
o impide que el sol siga su ascenso?

El bien nacido su merecido obtiene
mientras el necio habla de suerte.
Afortunado el que es inquebrantable,
y con cada uno de sus actos sirve
al único fin. A fe, aun la muerte misma
ante esa voluntad demora el paso."

Ella Wheeler Wilcox



"Para cuantos conocen la historia, la desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la desobediencia se ha realizado el progreso: con la desobediencia y la rebelión."

Ella Wheeler Wilcox



"Ríe y el mundo reirá contigo; llora, y llorarás solo."

Ella Wheeler Wilcox


Una dama a su espejo

"Ha dicho que me ama! Luego llamó a mis cabellos
hilos de seda, donde Cupido tensa su arco;
a mi mejilla, una rosa que cae sobre la nieve fresca;
y juró solemne, que mi cuello era la desesperación
de Psique, la envidia de Venus.

El Tiempo y el cuidado
desvanecerán estas ternuras.
El Dios Alegre, lo sé,
no usa cuerdas en su arco.
Cómo podría hacerlo, cuando yo, decrépita,
suplique por un beso en la mejilla?
La helada nieve de mi piel se derretirá,
La rosa que cae morirá,
y sobre su tumba cetrina yacerán
las huellas profundas de la vida,
y las garras del descarnado cuervo.

Cuando este altivo cuello se desgarre,
cuando su tersura se pierda en infinitos pliegues,
como una fruta madura expulsada del árbol,
o como un cansado y abandonado acordeón,
cuya última melodía ha exhalado...

el Amor... también se volverá helado?"

Ella Wheeler Wilcox