Aristóteles dijo, y es cosa verdadera...

"Aristóteles dijo, y es cosa verdadera,
que el hombre por dos cosas trabaja: la primera,
por el sustentamiento, y la segunda era
por sonseguir unión con hembra placentera.

Si lo dijera yo, se podría tachar,
mas lo dice un filósofo, no se me ha de culpar.
De lo que dice el sabio no debemos dudar,
pues con hechos se prueba su sabio razonar.

Que dice verdad el sabio claramente se prueba;
hombres, aves y bestias, todo animal de cueva
desea, por natura, siempre compaña nueva
y mucho más el hombre que otro ser que se mueva.

Digo que más el hombre, pues otras criaturas
tan sólo en una época se juntan, por natura;
el hombre, en todo tiempo, sin seso y sin mesura,
siempre que quiere y puede hacer esa locura.

Prefiere el fuego estar guardado entre ceniza,
pues antes se consume cuanto más se le atiza;
el hombre, cuando peca, bien ve que se desliza,
mas por naturaleza, en el mal profundiza.

Yo, como soy humano y, por tal, pecador,
sentí por las mujeres, a veces, gran amor.
Que probemos las cosas no siempre es lo peor;
el bien y el mal sabed y escoged lo mejor."

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita



"Como suele decirse: el perro, en trance angosto,
 por el miedo a la muerte, al amo muerde el rostro."


Juan Ruiz, Arcipreste de Hita


“…En la cama muy loca, en la casa muy cuerda:
no olvides tal mujer, sus ventajas recuerda.
Esto que te aconsejo con Ovidio concuerda
y para ello hace falta mensajera no lerda…”


Juan Ruiz, Arcipreste de Hita


DE CÓMO DIZE EL ARÇIPRESTE QUE SE HA DE ENTENDER ESTE SU LIBRO

Porque Santa María, segund que dicho he,
es comienço e fin del bien, tal es mi fe,
fizle quatro cantares, e con tanto faré
punto a mi librete, mas non lo çerraré.

Buena propiedat ha, doquiera que se lea,
que si lo oye alguno, que tenga mujer fea,
o si muger lo oye, que su omne vil sea,
fazer a Dios serviçio en punto lo desea.

Desea oír misas e fazer oblaçiones,
desea dar a pobres bodigos e raziones,
fazer mucha limosna e decir oraçiones:
Dios con esto se sirve, bien lo vedes, varones.

Qualquier omne que l’oya, si bien trobar sopiere,
puede más añadir e emendar, si quisiere;
ande de mano en mano a quienquier que l’ pidiere:
como pella a las dueñas, tómelo quien podiere.

Pues es de buen amor, enprestadlo de grado:
no l’ neg[u]edes su nombre ni l’ dedes refertado,
no l’ dedes por dineros vendido ni alquilado,
ca no ha grado nin graçia el buen amor conprado.

Fizvos pequeño libro de testo, mas la glosa
non creo que es chica, ante es bien grand prosa,
que sobre cada fabla se entiende otra cosa
sin la que se alega en la razón fermosa.

De la santidat mucha es bien grand liçionario,
mas de juego e de burla es chico brevïario;
por ende fago punto e çierro mi armario:
séavos chica fabla, solaz e letüario.

Señores, hevos servido con poca sabidoría,
por vos dar solaz a todos, fablévos en juglería;
yo un gualardón vos pido: que por Dios en romería,
digades un paternóster por mí e avemaría.

Era de mill e trezientos e ochenta e un años,
fue conpuesto el romançe por muchos males e daños
que fazen muchos e muchas a otros con sus engaños,
e por mostrar a los simples fablas e versos estraños.

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita
Libro de buen amor


"Es cosa muy probada que por sus besos la dueña queda muy engañada."

Arcipreste de Hita


Habla el amor...

»Si quieres amar dueñas o a cualquier mujer
muchas cosas tendrás primero que aprender
para que ella te quiera en amor acoger.
Primeramente, mira qué mujer escoger.

»Busca mujer hermosa, atractiva y lozana,
que no sea muy alta, pero tampoco enana;
si pudieres, no quieras amar mujer villana,
pues de amor nada sabe, palurda y chabacana.

»Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña,
cabellos amarillos, no teñidos de alheña;
las cejas apartadas, largas, altas, en peña;
ancheta de caderas, ésta es talla de dueña.

»Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes
y con largas pestañas, bien claros y rientes;
las orejas pequeñas, delgadas; para mientes
si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes.

»La nariz afilada, los dientes menudillos,
iguales y muy blancos, un poco apartadillos,
las encías bermejas, los dientes agudillos,
los labios de su boca bermejos, angostillos

»La su boca pequeña, así, de buena guisa,
su cara sea blanca, sin vello, clara y lisa;
conviene que la veas primero sin camisa
pues la forma del cuerpo te dirá: ¡esto aguisa!"

Arcipreste de Hita 



Los antiguos astrólogos disen en la sçiençia
de la astrología una buena sabiençia,
qu'el omen quando nasçe luego en su nasçençia
el signo en que nasçe le jusgan por sentençia.
Esto dis' tholomeo, e díselo platón,
otros muchos maestros en este acuerdo son:
quál es el asçendente e la costelaçión
del que nasçe, tal es su fado et su don.
Muchos ay que trabajan siempre por cleresía,
deprenden grandes tiempos, espienden grant quantía,
en cabo saben poco, que su fado les guía:
non pueden desmentir a la astrología.
Otros entran en orden por salvar las sus almas,
otros toman esfuerzo en querer usar armas,
otros sirven señores con las sus manos ambas,
pero muchos de aquestos dan en tierra de palmas.
Non acaban en orden, nin son más caballeros,
nin han merçed de señores, nin han de sus dineros:
porque puede ser esto, creo ser verdaderos,
segund natural curso, los dichos estrelleros.
Porque creas el curso, d'estos signos atales,
desirt'he un juisio de cinco naturales,
que judgaron un niño por sus çiertas señales,
dieron juisios fuertes de acabados males.
Era un rey de moros, alcarás nombre avía:
nasçiole un fijo bello, más de aquél non tenía,
embió por sus sabios, d'ellos saber querría
el signo e la planeta del fijo que l' nasçía.
Entre los estrelleros que l' vinieron a ver,
vinieron çinco d'ellos de más cumplido saber;
desque vieron el punto en que ovo de nasçer,
dixo el un maestro: «apedreado a de ser.»
Judgó el otro e dixo: «éste a de ser quemado.»
El terçero dise «el niño a de ser despeñado.»
El quarto dixo «el infante a de ser colgado.»
Dixo el quinto maestro: «morrá en agua afogado.»
Quando oyó el rey juisios desacordados,
mandó que los maestros fuesen muy bien guardos;
físolos tener presos en logares apartados,
dio todos sus juisios por mintrosos probados.
Desque fue el infante a buena edat llegado,
pidió al rey su padre, que le fuese otorgado
de ir a correr monte, caçar algún venado;
respondiole el rey, que le plasía de grado.
Cataron día claro para ir a caçar;
desque fueron en el monte, óvose a levantar
un rebatado nublo, comenzó a graniçar,
e a poca de hora comenzó de apedrear.
Acordose su ayo, de cómo lo judgaron
los sabios naturales, que su signo acataron:
dis: «vayámosnos, señor, que los que a vos fadaron
»non sean verdaderos en lo que adevinaron.»
Pensaron mucho ayna todos de se acoger,
mas como es verdat, e non puede fallesçer
en lo que Dios ordena en cómo ha de ser,
segund natural curso non se puede estorçer.
Fasiendo la grand piedra el infante aguijó,
pasando por la puente un grand rayo le dio,
foradose la puente, por allí se despeñó,
en un árbol del río de sus faldas se colgó.
Estando ansí colgado a do todos lo vieron,
afogose en el agua; acorrer non lo podieron:
los çinco fados dichos todos bien se complieron.
Los sabios naturales verdaderos salieron.
Desque vido el rey complido su pesar,
mandó los estrelleros de la presión soltar:
físoles mucho bien, e mandoles usar
de su astrología, en que non avíe que dubdar.
Yo creo los astrólogos verdad naturalmente;
pero Dios que crió natura e acidente,
puédelos demudar, et faser otramente:
segund la fe católica, yo d'esto só creyente.
En creer lo de natura non es mal estança:
e creer muy más en Dios con firme esperança;
por que creas mis dichos e non tomes dubdança,
pruébotelo brevemente con esta semejança.
Yo creo que el rey en su regno ha poder
de dar fueros et leyes, e derechos faser:
d'esto manda faser libros, e quadernos componer:
para quien fase el yerro qué pena debe haber.
Acaesçe, que alguno fase grant traición,
ansí que por el fuero debe morir con raçón,
pero por los privados, que en su ayuda son,
si piden merçed al rey, dal' complido perdón.
O si por aventura aqueste que lo erró,
al rey en algund tiempo atanto le servió,
que piedat e serviçio mucho al rey movió,
porque del yerro fecho complido perdón le dio.
Et ansí como por fuero avía de morir,
el fasedor del fuero non lo quier' consentir,
dispensa contra el fuero e déxalo vevir;
quien puede faser leyes, puede contra ellas ir.
Otrosí puede el papa sus decretales far,
en que a sus súbditos manda çierta pena dar;
pero pude muy bien contra ellas dispensar,
por graçia o por serviçio toda la pena soltar.
Vemos cada día pasar esto de fecho,
pero por todo eso las leyes y el derecho,
et el fuero escrito non es por ende desfecho,
ante es çierta çiencia e de mucho provecho.
Bien ansí nuestro señor Dios, quando el çielo crió,
puso en él sus signos, et planetas ordenó,
sus poderíos çiertos et juisios otorgó,
pero mayor poder retuvo en sí que les non dio.
Ansí que por ayuno, e limosna, e oraçión,
et por servir a Dios con mucha contriçión
non ha poder mal signo nin su costelaçión.
El poderío de Dios tuelle la tribulaçión.
Non son por todo aquesto los estrelleros mintrosos,
que judgan segund natura por sus cuentos fermosos,
ellos e la çiençia son çiertos et non dubdosos,
mas no pueden contra Dios ir, nin son poderosos.
Non sé astrología, nin só ende maestro,
nin sé astrolabio más que buey de cabestro;
mas porque cada día veo pasar esto,
por aqueso lo digo, otrosí veo aquesto.
Muchos naçen en venus; que lo más de su vida
es amar las mugeres; nunca se les olvida;
trabajan et afanan mucho sin medida,
e los más non recabdan la cosa más querida.
En este signo atal creo que yo nasçí,
siempre puñé en servir dueñas que conoçí,
el bien que me feçieron, non lo desgradeçí,
a muchas serví mucho, que nada acabesçí.
Como quier' que he probado mi signo ser atal
en servir a las dueñas puñar e non en ál;
pero aunque ome non goste la pera del peral,
en estar a la sombra es plaser comunal.
Muchas noblesas ha el que a las dueñas sirve,
loçano fablador en ser franco se avive,
en servir a las dueñas el bueno non se esquive,
que si mucho trabaja, en mucho plaser vive.
El amor fas' sotil al ome que es rudo,
fásele fabrar fermoso al que antes era mudo,
al omen que es cobarde, fáselo muy atrevudo,
al peresoso fase ser presto et agudo.
Al mançebo mantiene mucho en mançebés,
e al viejo fas' perder mucho la vejés,
fase blanco e fermoso del negro como pes,
lo que non vale una nues, amor le da grand pres.
El que es enamorado, por muy feo que sea,
otrosí su amiga magüer que sea muy fea,
el uno et el otro non ha cosa que vea,
que tan bien le paresca, nin que tanto desea.
El babieca, el torpe, el neçio, et el pobre
a su amiga bueno paresçe, et rico hombre;
más noble que los otros, por ende todo cubre,
como un amor pierde, luego otro cobre.
Ca puesto que su signo sea de tal natura:
como es este mío, dise una escritura,
que buen esfuerzo vençe a la mala ventura,
et a toda pera dura grand tiempo la madura.
Una tacha le fallo al amor poderoso,
la qual a vos, dueñas, yo descobrir non oso,
mas porque non me tengades por desidor medroso,
es ésta: que el amor siempre fabla meteroso.
Ca segund vos he dicho en la otra conseja,
lo que en sí es torpe, con amor bien semeja,
tiene por noble cosa lo que non vale una arveja,
lo que semeja non es, oya bien tu oreja.
Si las mançanas siempre oviesen tal sabor
de dentro qual de fuera dan vista et color
non avríe de las plantas fruta de tal valor,
más ante pudríe que otra; pero dan buen olor.
Bien atal es el amor, que da palabra llena,
toda cosa que dise, paresçe mucho buena,
non es todo cantar quanto ruido suena,
por vos descobrir esto, dueña, non aya pena.
Dis', por las verdades se pierden los amigos,
et por las non desir se fasen desamigos,
ansí entiende sano los proverbios antiguos,
et nunca vos creades loores de enemigos.

Arcipreste de Hita 
Libro del buen amor 13



Muy villano sería y muy torpe payés...

"Muy villano sería y muy torpe payés
si de la mujer noble hablase de través,
pues en mujer lozana, placentera y cortés
reside el bien del mundo y todo placer es.

Si, después de crear al hombre, Dios supiera
que la mujer sería su mal, no se la diera
creada de su carne y como compañera;
si para bien no fuera, tan noble no saliera.

Si no quisiese bien el hombre a la mujer
el Amor no podría tantos presos tener;
por muy santo o muy santa que se suponga ser
nadie sin compañía quiere permanecer.

Hay un refrán que afirma lo que yo os digo ahora:
Un ave, si está sola, ni bien canta ni llora;
el mástil, sin la vela, no puede ir toda hora;
va. la berza, con el agua de la noria, mejora."


Arcipreste de Hita 


"No es dicho amigo el que da mal consejo."

Arcipreste de Hita 


"No dejes lo ganado por lo que has de ganar."

Arcipreste de Hita



“Quien busca lo no perdido, lo que tiene debe perder.”

Arcipreste de Hita


Si quieres amar dueñas o a cualquier mujer
muchas cosas tendrás primero que aprender
para que ella te quiera en amor acoger.
Primeramente, mira qué mujer escoger.

Busca mujer hermosa, atractiva y lozana,
que no sea muy alta, pero tampoco enana;
si pudieres, no quieras amar mujer villana,
pues de amor nada sabe, palurda y chabacana.

Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña,
cabellos amarillos, no teñidos de alheña;
las cejas apartadas, largas, altas, en peña;
ancheta de caderas, ésta es talla de dueña.

Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes
y con largas pestañas, bien claros y rientes;
las orejas pequeñas, delgadas; para mientes
si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes.

La nariz afilada, los dientes menudillos,
iguales y muy blancos, un poco apartadillos,
las encías bermejas, los dientes agudillos,
los labios de su boca bermejos, angostillos

La su boca pequeña, así, de buena guisa,
su cara sea blanca, sin vello, clara y lisa;
conviene que la veas primero sin camisa
pues la forma del cuerpo te dirá: ¡esto aguisa!

Juan Ruiz "Arcipreste de Hita"
Libro de buen amor


Sírvela, no te canses, sirviendo el amor crece

"—Sírvela, no te canses, sirviendo el amor crece;
homenaje bien hecho no muere ni perece,
si tarda, no se pierde; el amor no fallece
pues siempre el buen trabajo todas las cosas vence.

—Agradécele mucho cuanto ella por ti hiciere,
ensálzalo en más precio de lo que ello valiere
no te muestres tacaño en lo que te pidiere
ni seas porfiado contra lo que dijere.

—Busca muy a menudo a la que bien quisieres,
no tengas de ella miedo cuando tiempo tuvieres;
vergüenza no te embargue si con ella estuvieres:
perezoso no seas cuando la ocasión vieres.

—Si la mujer encuentra un haragán cobarde
dice luego entre dientes: -¡Fuera, que se hace tarde!
Si a una dama cortejas, tu ropón no te enfarde,
que tu vestido airoso haga del talle alarde.

—La pereza excesiva es miedo y cobardía,
pesadez y vileza, suciedad y astrosía;
por pereza perdieron muchos mi compañía,
por pereza se pierde mujer de gran valía."


Arcipreste de Hita