"Cabría asegurar que en un determinado momento de su conversación con el desertor había sentido una cierta envidia de quien había elegido vivir sin ataduras.
Pocas cosas desconcertaban tanto a un ser humano como descubrir que existía un mundo totalmente diferente a aquel en el que había nacido y había sido educado, un desconoci­do universo en el que las normas de comportamiento y los principios básicos por los que se había regido hasta el pre­sente carecían en absoluto de valor.
Era como si los muros de lo que siempre fuera un sólido edificio se hubieran resquebrajado de improviso y sus ocu­pantes tuvieran la extraña sensación de que hasta el último de los conceptos que habían ido acumulando desde el día que nacieron corriera peligro de desaparecer bajo los escom­bros.
Encontrarse de improviso inmerso en una sociedad en la que nadie reclamaba la propiedad sobre nada, ni nadie indi­caba a nadie lo que tenía que hacer, obligaba a replantearse muchas de las «verdades» que hasta ese momento se antoja­ban incuestionables.
En lo más profundo de la mente del teniente Baeza comen­zaba a librarse una batalla que iría ganando fuerza a lo lar­go de los años y en la que tal vez jamás llegaría a haber ni vencedores ni vencidos.
Tanto era así que ya en el lecho de muerte su corazón se encontraba en un mundo y el resto de su cuerpo en otro.
A medida que la luna aumentaba de tamaño, aumentaba en idéntica proporción la inquietud de los isleños.
Protegida por altos acantilados, en la quieta ensenada no soplaba ni una racha de viento y un agua muy limpia solía mostrarse casi como si se tratara de una charca por lo que todo se antojaba perfecto, pero a medida que las noches aparecían cada vez más luminosas, el nerviosismo de los lugareños crecía como si un mal augurio de muerte y des­trucción estuviera a punto de abatirse sobre la minúscula aldea.
Una mañana, al advertir que ni una ola acertaba a batir contra la playa, se iniciaron los preparativos con el fin de eva­cuar a los ancianos y los niños tierra adentro.
Los españoles no tenían ni la menor idea de las razones por las que sus nuevos amigos se comportaban como si le tuvieran terror a la luna llena."

Alberto Vázquez Figueroa
Garoé 



"—¡Eres un maldito beduino astuto como un zorro. Un auténtico khertzan digno de la sangre que corre por tus venas! Mi padre, que conocía muy bien a los de su tribu, por lo que se apresuró a alejarse de ellos en cuanto tuvo ocasión, me advirtió que me librara de las cuñas de mi propia madera porque sabía que eran las únicas que podrían quebrar mi entereza."

Alberto Vázquez Figueroa
Alí en el país de las maravillas


“Es estúpido destruir sin haber construido.” 

Alberto Vázquez Figueroa


"Laila, que se había girado de nuevo hacia el espejo, le guiñó un ojo y se pasó el dedo por los labios como dando a entender que estaban sellados para siempre.
Adrián Fonseca dirigió una última mirada de admiración a aquel soberbio trasero y aquellas largas piernas que parecían dos columnas perfectamente torneadas, y lanzando un hondo resoplido de angustia abandonó la estancia secándose el incontenible sudor frío que le corría por la frente.
La agresiva piscina sobresalía como una concha, a más de cien metros de altura sobre el lujuriante bosque tropical que cubría las faldas del «morro», dominando Tijuca y la bahía de Guanabara, con el Cristo del Corcovado a la izquierda y los altos edificios desdibujados por el humo y la polución muy a lo lejos.
Sumergirse en las transparentes aguas sabiendo que debajo no existía más que un cristal y un abismo, requería un valor muy contrastado y una gran confianza en el arquitecto que había diseñado y construido semejante prodigio de ingeniería, por lo que a Paulo Duncan no solía sorprenderle que la mayoría de sus invitados se negasen a darse un refrescante baño en su piscina ni aun durante los más sofocantes días de finales de enero.
Pero pocos espectáculos podían compararse, en este mundo, al hecho de contemplar en una noche de carnaval a cinco o seis fabulosas mulatas nadando desnudas en la piscina iluminada, como si se encontraran suspendidas en mitad de las tinieblas, y no había una sola persona en Río de Janeiro que no soñase con la posibilidad de que al menos una vez en su vida Paulo Duncan le invitase a una de sus inimitables fiestas.
Aunque aquel día y en aquel preciso instante, con los últimos coletazos de una resaca de tres noches de alcohol y sexo aún correteándole por las venas, Paulo Duncan lo único que deseaba era continuar a la sombra de su flamboyán predilecto, dejando pasar las horas con la mente absolutamente en blanco."

Alberto Vázquez Figueroa
Delfines


"Níger ha padecido incontables ataques terroristas, pero nunca atentados como los que han costado la vida a veintidós militares de un cuartel de Agadez, así como a un empleado de la multinacional francesa que explota la mina de uranio de Arlit. Se contabilizaron también más de sesenta heridos. La doble explosión de coches bomba en Agadez y Arlit, que fue seguida con un tiroteo en el que murieron tres asaltantes, ha sido reivindicada por el grupo extremista que secuestró en el suroeste de Argelia a dos cooperantes españoles y a una italiana. Horas después, los yihadistas aseguraron haber supervisado los ataques dirigidos contra los enemigos del islam en Níger, a lo que el presidente francés respondió prometiendo proteger los intereses de su país y cooperar con Níger en su lucha contra el terrorismo. París apenas tiene intereses en Malí, donde ha intervenido militarmente, pero sí los posee en Níger, donde explota las principales minas de uranio. De las minas nigerinas se extrae hoy día el ocho por ciento de la producción mundial, pero, cuando la de Imuraren funcione a pleno rendimiento, Níger se colocará en el segundo puesto entre los productores de ese mineral. Francia es el país más nuclearizado del mundo y todo el uranio que consume proviene de Níger, por lo que reforzó su dispositivo de seguridad tras el secuestro de siete empleados; pero cuatro meses más tarde otros dos franceses apresados por los terroristas fueron asesinados cuando las fuerzas de élite galas intentaron rescatarles. París desarrolla la Operación Serval, destinada a expulsar a los yihadistas del norte de Malí, y también ha envido soldados de sus fuerzas especiales para proteger el uranio de Níger. Pese a estas precauciones, los terroristas han sido capaces de asestar un golpe en el casi todos los muertos son nigerinos. Las primeras indicaciones apuntan a que los yihadistas entraron en Níger desde Malí. Gacel Mugtar dejó una vez más el periódico sobre la mesa y una vez más alzó la mirada hacia Suilem Baladé, que aguardaba sus comentarios con su taza de café-achicoria en la mano."

Alberto Vázquez Figueroa
El último tuareg



“Para evitar problemas en la vida lo mejor es navegar con bandera de pendejo.” 

Alberto Vázquez-Figueroa



"... ya conoces ese viejo refrán de nuestro pueblo: «Tan sólo el ignorante se considera más sabio que el sabio, puesto que el sabio conoce los límites de su sabiduría, mientras que el ignorante desconoce los límites de su ignorancia."

Alberto Vázquez Figueroa
Alí en el país de las maravillas