"El mar, solo y vacío de toda consolación, llora las vidas derrocadas en la calma del día y la noche. El mar, agitado, rodeado de miseria, devora a su presa. El mar, exhausto y perseguido, se desvía hacia la playa como un esclavo que indemniza con su brillo la rosa de la juventud diezmada."

Christoph Martin Wieland
Oberon


"Extranjeros de todo el orbe asistían a los juegos de Olimpia, en medio de las tragedias más extraordinarias y en torno al púlpito del cinismo, diafragma de la libación y lágrima del mundo, antes que el absoluto de la muerte golpee a las huestes sedientas de ensueño y de palabras efímeras; transeúntes que se alzan, inesperadamente pálidos, mientras el fuego sacro es inmediatamente retirado por los anillos que rodean la llama."

Christoph Martin Wieland
El peregrino Proteo


Juno y Ganimedes

Y ella le daban al retrato
Toda la poesía de la vida.
«Por todo ello, Madame, parece claro
Que esta falsa vergüenza, cortedad,
Y» añade, «si se quiere, hasta virtud
De la primera juventud no puesta a prueba
Privó de su poder a mil encantos;
Sólo el estímulo, las artimañas
Y un trato complaciente han de vencerla.
Por mucho que el orgullo se resista,
Vos misma habéis de dar el primer paso». —
«¿El primer paso, yo? ¡Puede esperar sentado,
Que por nada del mundo lo he de dar!»
«Madame, Madame, ¿qué reparos son ésos?
¿Es que por aferraros a un prejuicio
Vais a aguardar a lo que deje Ceres?
Seguro que —» «¡Está bien! No se hable más,
¡Ya te dije que tengo que vengarme!
El muchacho es muy digno de un desliz,
Mas no seré yo sola quien se ocupe;
Tendrás que preparármelo un poquito».
La doncella, como es de suponer,
Asume de buen grado esta misión;
Y así esa misma noche, diligente,
La lleva a cabo sin mayor tardanza.
Una floresta de jazmín y mirto,
No lejos de la sede de los dioses,
Le sirve de lugar de iniciación.
Si brillaba la luna, poco importa;
Baste con que el ingenio de la moza
Se impuso, para gusto de ambas partes,
Sobre la cortedad de Ganimedes. 

Christoph Martin Wieland


"Los necios más grandes, más peligrosos y más insoportables son los que razonan."

Christoph Martin Wieland



Oda a Doris

Las horas me abrazan con ternura
y expresan la dulce emoción de la alegría,
horas etéreas y celestes, distantes de los
hombres que no saben soñar y cuyo tiempo
transcurre entre serafines y zéfiros,
anhelando sentir la juventud de este mundo.
El alma es encantada por la musa celestial
de lengua mortal y temblor mudo que penetra
al amante en el instante sagrado en el que
ha sido bendecida la primavera, huido
el acuoso agosto tantas veces visto.
Hermosa es la clave de las auroras que
fluye hacia la tierra del alma, virtud
y armonía de la vida. "

Christoph Martin Wieland



“Prefiero una locura que me entusiasme a una verdad que me abata.”

Christoph Martin Wieland


“Una llave de oro abre todas las cerraduras.”

Christoph Martin Wieland