Nuestros propios problemas personales, si no tomamos conciencia de ellos, pueden interferir en el camino de crecimiento de nuestros clientes. Cuando no resolvemos nuestros problemas, en el mejor de los casos, no podemos ofrecer a nuestros clientes una guía firme; en el peor de los casos, nos convertimos en victimizadores inconscientes de los que acuden pidiéndonos ayuda.
He encontrado una fuente de sabiduría en la Parte arábiga de la Astrología, que se halla definida como la suma del Ascendente y Mercurio, a lo que se resta la posición dé Urano. Su posición en la carta natal, por signo y casa nos ofrece información acerca de nuestra autoimagen como astrólogos y acerca de cual es el concepto de la Astrología que tienen nuestros clientes.
La cuestión que he tratado en este artículo es que no debemos de enfrentarnos a nadie excepto a nosotros mismos. No se trata de salir a la calle a convencer a los escépticos sino que primero debemos convencernos a nosotros mismos. Hemos de mirar profundamente en nuestro interior y hallar las partes dentro de nosotros que no están totalmente convencidas acerca de la validez de la Astrología. El reto es cambiar algunas de estas partes y aprender a saber cuales son las que no podemos cambiar y lograr vivir en paz con esas partes que no podemos cambiar -esa parte de nosotros que rechaza y rechazará siempre la Astrología-.

Joan Ticknor
(Tomado del artículo de Françoise-Thérèse Frigola, aparecido en Mercurio-3, Pág 17, nº 2)