"Alégrate. En esa profesión del deseo nadie como tú para simular inocencia y para hechizar con tus ojos inmensos."

Jaime Sabines



"Algo he de andar buscando en ti, algo que es mío y que tú no has de darme nunca."


Jaime Sabines




"Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡Vive, vive, vive! Era la muerte"


Jaime Sabines





“Aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan tantas cosas juntas al mismo tiempo que es mejor decir que no pasa nada.”

Jaime Sabines




“…ataste mi deseo,
cogiste mis ojos como dos peces.
Por eso estoy a tu puerta, esperando.”


Jaime Sabines




Autonecrología V.

Te quiero porque tienes las partes de la mujer en el lugar preciso
y estás completa. No te falta ni un pétalo, ni un olor, ni una sombra.
Colocada en tu alma, dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo,
leche de luna en las oscuras hojas. Quizás me ves, tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada, en un rincón del cuarto donde duermes,
soy la mancha, un punto en la pared, alguna raya
que tus ojos, sin ti, se quedan viendo. Quizás me reconoces como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas con el cuerpo cerrado y sin respuesta.
Soy una cicatriz que ya no existe, un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste. Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza, para secar tus lágrimas que lloro.
¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba. Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura. No me dejes en medio de tu sangre en esa toalla.

Jaime Sabines



“Como ahora no hay maestros ni alumnos, el alumno preguntó a la pared:
¿qué es la sabiduría? Y la pared se hizo transparente.”


Jaime Sabines



"Cuando tengas ganas de morirte

 no alborotes tanto: muérete
 y ya."

Jaime Sabines

Fragmento de Cuando tengas ganas de morirte




“Déjame reposar,
aflojar los músculos del corazón
y poner a dormitar el alma
para poder hablar,
para poder recordar estos días,
los más largos del tiempo.”


Jaime Sabines





“Derribé la pared más oculta de tu alma y fui a dar al patio de un alma vecina…”


Jaime Sabines




"Días fríos estos últimos en que el café y la nostalgia no consuelan nada."


Jaime Sabines





“El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable…”


Jaime Sabines




El cadáver prestado (del 1 al 8)


1

"¿Qué otra cosa sino este cuerpo soy
alquilado a la muerte para unos cuantos años?
Cuerpo lleno de aire y de palabras,
sólo puente entre el cielo y la tierra.

2
Si el hombre está hecho a semejanza de Dios,
o Dios a semejanza del hombre,
¿qué pasa con Dios cuando el hombre muere?
Vaso vacío, el hombre. Agua derramada, Dios.

3

Las flores son los ojos con que las plantas ven el mundo,
¿qué miran de noche?

¿No serán las flores las únicas estrellas

que ven los ojos de los muertos en su perpetua noche?

4

Mojado por la llovizna de la muerte
llego a la casa a obscuras.
Piezas vacías en que no hay ni un muerto,
ni un fantasma, ni un ruido,
sólo una luz desesperada hundiéndose,
soltando las paredes como la tabla el náufrago.
Casa del tiempo, criadero de sombras,
nido de aguas negras:
En voz alta me hablo como a un amigo muerto,
me toco en la humedad de tu tierra perdida.

 5

Cayendo en la conciencia como en un remolino,
cayendo de verdad en un vértigo, en un obscuro hoyo
espeso de salivas y cenizas,
vomitándome el alma sobre el pecho,
cayéndome encima de mí mismo y girando
como una rana aplastada sobre el pavimento.

Levantándome de mi sombra,

de cada sombra de cada día,
para ser este fantasma perfecto,
esta figura familiar que todos conocen.
¡Ay, largo, largo hilo invisible zurciendo las heridas!
Bocota del misterio,
bocota enorme de Dios enorme haciendo payasadas,
diciendo “ésta es la hora”, “vamos, comienza”.

¡Qué pobre diablo de hombre, qué pobre ángel torcido,

qué pobre hombre pequeño y roto soy y alcanzo!
Tendría que caminar de rodillas ocho días para levantarme,
andar con los ojos cerrados detrás de las manos
y no hablar a nadie, sino al muñeco inmóvil
que aparece como una luz en el interior de mi pecho.
Del otro lado de la muerte
-porque la muerte es un río que atravesamos
           frecuentemente-
en esta dura playa en que sabemos que estamos vivos
suena el anochecer sobre la carreta del miedo
arrastrada por dos bueyes perpetuamente quietos.

6

Lo que importa no es decir
“me voy a quedar callado”,
sino quedarse callado
sin decir nada.

Ir de un lado a otro

y hacer las cosas
mecánicamente,
automáticamente,
porque no somos más que una pieza.
de una maquinaria enorme que alguien mueve.
Olvidarse de esa “libertad”
que no es sino el aceite con que nos lubrican,
la palmada que nos da la vida para sentirnos importantes.

Todas las hojas de un árbol son del mismo color,

¿quién puede hacer que un pez cante como un pájaro?,
¿o que un gato ladre,
o que un hombre no sea infeliz?

He aquí que mi pobre alma

se ha refugiado a los pies de la cama
junto a mis zapatos,
y me mira a hurtadillas
mientras yo me siento todopoderoso machucando a mi
           mujer.
(Y la mano amiga de Dios
me tiende una toalla, sonríe y me bendice.)

7

Devastado, 
cubierto de cenizas y de lavas,
fértil aún por dentro,
por debajo de la corteza de los días,
tierra amorosa y débil
asfixiada en su muchedumbre de semillas,
o tal vez reventado como el vientre de una mujer a
          los nueve meses,
y con el niño muerto, sepultado en su sangre primeriza.
Mi propio hijo soy, y me he crecido
sin el aire del parto, muerto a medias.

Gentes de todas partes que me ignoran,

hermanos de mi alma, padres míos:
yo no hago nada por salvarme,
yo no le doy ni una mordida a la vida,
yo no alzo la mano para decir: “llevadme”.

Herido de muerte, igual que un animal herido en el

          bosque,
me estoy quieto, sangrando,
empapándome de mi calor y de mi vida.
(Recuerdo los ojos tristes de un caballo,
más dulces, mucho más dulces que los de una mujer
                     enamorada,
y recuerdo otras cosas sin importancia
en las que fui dejando, a pedazos, mi alma.)

Es hora de dormir, o de amar,

pero a obscuras.

8

Señor del abismo, director de las sombras,
guía de la víbora, padre de las tarántulas,
hacedor del sueño, lumbre de la vigilia,
quemadura del ojo:
desaparece, esfúmate,
hazte a ti mismo nada,
gota de agua ahogada,
burbuja de aire en el pulmón del viento.
No le pongas a mi hijo palidez en la cara,
ni a mí me cargues las espaldas
en tu nombre sagrado y con tu piedra.
Saca de mis venas toda la sangre
y deja en ellas el alcohol que me vuelve tu amigo.
Te quiero con todo mi odio,
te perdono con todo el rencor de mi alma.
Como marido y mujer estamos,
viéndonos, acechándonos, dispuestos
a clavarnos las uñas, furiosos de amor y de deseo.
Ponte faldas, señor-señora,
vela que te consumes velándome,
apágate de una vez como un rayo.
Tu precioso mundo sigue rodando
en la casa de la locura
como una canica de barro
tirada por un niño ciego.
Y yo te bendigo y te acompaño."

Jaime Sabines






"El día está bonito, hágame el favor de morirse."

Jaime Sabines





“…En el aire hay siempre oculta
como una hoja en un árbol,
una mujer.”


Jaime Sabines



"En la cama ocurre lo mejor de la vida: el nacimiento, el amor, la escritura y la muerte."


Jaime Sabines





“¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba…”


Jaime Sabines





"Esperar. Por favor asesinemos esa palabra "esperar". No quiero oírla más; que ya no exista."


Jaime Sabines




"Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras de amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?, "se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero").
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Solo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar en un panteón."

Jaime Sabines




"Fue un placer habernos amadao, besado. Fue un placer habernos roto el corazón."


Jaime Sabines



"¿Han visto ustedes un gesto de ternura en el rostro de un loco dormido?"


Jaime Sabines




“…Hay horas, horas, horas, en que estás tan ausente
que todo te lo digo….”


Jaime Sabines





“Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.”


Jaime Sabines





“La poesía ocurre como un accidente, un atropello, un enamoramiento, un crimen; ocurre diariamente, a solas, cuando el corazón del hombre se pone a pensar en la vida.”


Jaime Sabines




"La vida es quererte así, desaforadamente, y lograrte y defenderte. Llanto y risa y ruinas y esperanzas es la vida. Y no hay margen en ella para evadirla."


Jaime Sabines

Cartas a Chepita


"Los amorosos callan.
 El amor es el silencio más fino,
 el más tembloroso, el más insoportable.

 Los amorosos buscan,
 los amorosos son los que abandonan,
 son los que cambian, los que olvidan.

 Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
 no encuentran, buscan.

 Los amorosos andan como locos
 porque están solos, solos, solos,
 entregándose, dándose a cada rato,

 llorando porque no salvan al amor..."

Jaime Sabines



“…Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver…”


Jaime Sabines




"Me habló de la marihuana, de la heroína, de los hongos y de la Ayahuasca. Por medio de las drogas llegaba a Dios, se hacía todo perfecto, desaparecía... pero yo prefiero mis propios alucinantes: la soledad, el amor y la muerte."


Jaime Sabines







"Me he tomado también tu taza de café. Ya casi no tengo azúcar, pero me acordé que a ti te gusta amargo, sabe feo, como esta soledad. Como este estar deseándote a todas horas."


Jaime Sabines




"Me tienes en tus manos y me lees lo mismo que un libro. Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo."


Jaime Sabines





No es que muera de amor...

Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
Inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Jaime Sabines




"No hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida."


Jaime Sabines




"No me digan ustedes en dónde están mis ojos, pregunten hacia dónde va mi corazón.

Jaime Sabines


“… No me hables, si quieres, no me toques,
no me conozcas más, yo ya no existo.
Yo soy sólo la vida que te acosa
y tú eres la muerte que resisto.”


Jaime Sabines




"Ojalá te encuentre por aquí, en alguna calle del sueño. Es una gran alegría ésta de aprisionarte con mis párpados al dormir."


Jaime Sabines



"Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas."


Jaime Sabines




"Pasarán todas las ausencias que nos esperen en la vida, y siempre estarás a mi lado, no podremos dejar de estar juntos."


Jaime Sabines




"Pasas y siento que el aire se estremece, y todo yo inmóvil, soy deseo y angustia y necesidad de ti."


Jaime Sabines




"Perdóname porque te quiero así, perdóname porque este amor me mata, porque este amor te matará diariamente a mi lado, perdóname porque estarás conmigo todos los días de mi vida, porque no te dejaré nunca, porque seré tu castigo y tu culpa."


Jaime Sabines

(Cartas a Chepita)




"Porque para quererte no necesito tenerte, te quiero libre conmigo o sin mi. Te ofrezco mis brazos para estar juntos o te doy mis alas para dejarte volar."


Jaime Sabines




"¿Que es el misterio de esa luz que llora en el agua del ojo, en esa enferma superficie de vidrio que tiembla? Ángeles custodios les recogen la cabeza. Murieron en su mirada, murieron de sus propias venas. Los ojos parecen piedras dejadas en el rostro por una mano ciega. El misterio los lleva. ¡Qué magia, que dulzura en el sarcófago de aire que los encierra!"


Jaime Sabines
La Señal


“Qué ganas tengo de tenerte a mi lado, de acariciarte, de hablarte, de saber que existes, porque ya no sé cómo eres, cómo besas, cómo es tu voz; sólo sé un montón de cosas de los dos, pero todo me parece un cuento, no sé en dónde estás, quiero saberlo, quiero tocarte; vamos a empezar a querernos, nos vamos a conocer ahora, antes no existíamos, todo esto es un lío tremendo, sólo sé que me faltas, que me estás matando…”


Jaime Sabines





“Se me antojó escribirte que en esta primera hora de soledad pienso en ti. Sólo para eso. Para decirte nuevamente que te quiero con toda el alma, que te quiero con todo lo que soy, que soy tuyo.”

Jaime Sabines

Cartas a Chepita





"Soy una cicatriz que ya no existe, 
 un beso ya lavado por el tiempo, 
 un amor y otro amor que ya enterraste."

Jaime Sabines
Fragmento de Autonecrología V




“Te dicen descuidado porque están acostumbrados a los jardines, no a la selva.”

Jaime Sabines



  


"Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche."


Jaime Sabines




"Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes."


Jaime Sabines




"Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás."

Jaime Sabines


"Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia."


Jaime Sabines




"Tengo una gran ternura y un gran deseo de ti. Es inútil esperarte, no estás, no llegas. Tengo que escribirte estas cosas cuando quisiera no escribirte ni decirte nada, sino abrazarte y besarte en silencio, y mirarte, y sentirte a mi lado y estar juntos no más, así, todo el tiempo."


Jaime Sabines






"Todos los días te quiero y te odio irremediablemente."


Jaime Sabines




"Tú eres mi sangre y yo soy tu piel."


Jaime Sabines




"Y la vida sigue siendo eso,

un ¿por qué? constante, pecaminoso, áspero.
Y todas las cosas son así porque así son.
La vida tiene su secreto;
este secreto se llama: "Porque sí"."

Jaime Sabines





“Y yo te quiero así: mía, pero tuya al mismo tiempo.”

Jaime Sabines




“Yo aquí, escribiéndote. Tú allá, borrándote.”

Jaime Sabines



"Yo no le tengo miedo a nada, pero todavía no me explico porque tiemblo cada vez que te veo."


Jaime Sabines