“A quién nada se ha dado, nada puede pedirse.”

Henry Fielding


“Amor y escándalo son los mejores edulcorantes para el té.” 



Henry Fielding



“Aunque manida, es una observación certera que los ejemplos tienen más fuerza que los preceptos: y si esto es exacto en lo odioso y censurable, todavía lo es más si nos referimos a lo agradable y digno de alabanza.” 


Henry Fielding


“Casi todos los médicos tienen una enfermedad favorita, a la que atribuyen todas las victorias obtenidas sobre la naturaleza humana.” 

Henry Fielding


“Con frecuencia se ha dicho que lo terrible no es la muerte, sino el morir.” 

Henry Fielding



“Cuando termina la ley empieza la tiranía.” 

Henry Fielding


“El amor y el escándalo son los mejores endulzantes para el té.”

Henry Fielding



“El culpable tiene sus labios prestos a toda acusación.” 

Henry Fielding



“El dinero es el fruto del mal, tan a menudo como la raíz de éste.” 

Henry Fielding


“El mundo ha honrado en demasía a los críticos, y los ha tomado por hombres de mucho mayor empaque del que realmente tienen.” 

Henry Fielding


“El valor genera, en la mente mezquina envidia, y la emulación en las grandes almas.” 

Henry Fielding


“El vino es un renegado: primero amigo y luego enemigo.” 

Henry Fielding


“Gran alegría, sobre todo después de un repentino cambio de las circunstancias, tiende a ser en silencio, y habita en el corazón y no en la lengua.” 

Henry Fielding


“Hemos de comer para vivir, y vivir para comer.” 

Henry Fielding


“La adversidad es una prueba de principios. Sin ella, un hombre apenas sabe si es honesto o no.” 

Henry Fielding


“La conciencia es la única cosa incorruptible que tenemos.” 

Henry Fielding


“La culpa se hace eco muy rápidamente de la acusación.” 

Henry Fielding


“La escuela es la cuna de todos los vicios e inmoralidades.” 

Henry Fielding


“La excelencia del alimento mental reside menos en el tema que en la habilidad del autor para bien aderezarlo.” 

Henry Fielding


"La famosa Helen Gwynn, al salir cierto día de una casa donde había realizado una breve visita, y al disponerse a subir a su coche, vio congregado en torno al vehículo un grupo de gente, y a su lacayo todo ensangrentado y sucio. Al preguntarle Helen a qué se debía el estado en que se encontraba, el criado repuso:
-He estado luchando, señora, con un villano deslenguado que ha dicho que la señora era una ramera.
-¡Qué estúpido eres! --respondió Mrs. Gwynn--. Por ese motivo tendrás que pelearte todos los días de tu vida, pues todo el mundo sabe que lo soy.
-¿Que lo saben? --murmuró el hombre entre dientes, luego de haber cerrado la puerta del coche--. Muy bien, pero a pesar de ello yo no permitiré que nadie me llame el criado de una ramera."

Henry Fielding
Tom Jones


“La felicidad doméstica es el fin de todos nuestros anhelos, y la recompensa general de todos nuestros trabajos.” 

Henry Fielding



“Las personas que pagan por lo que comen insisten en que se de gusto a su paladar, por caprichoso que sea.” 

Henry Fielding



“La moda es la ciencia de la apariencia, y que inspire a uno el deseo de parecer más que de ser.” 

Henry Fielding


“La naturaleza siempre muestra su sonrisa universal.” 

Henry Fielding


"La sensualidad no solo degrada tanto el cuerpo como la mente, sino que embota el filo agudo del placer."

Henry Fielding



“Lo que hoy puede ser adverso, virtud puede ser mañana.” 

Henry Fielding



“Ni la pobreza ni la gran riqueza escucharán razón.” 

Henry Fielding


"No bien se acaba de restaurar el orden y la decencia cuando se oyeron unos violentos golpes a la puerta, tan fuertes que habrían convencido a cualquiera no acostumbrado a ese sonido de que el loco había regresado en el momento más crítico de un ataque de furia.
Sin embargo, en vez de aparición tan desagradable, de inmediato entró a la habitación una dama muy elegante, que no era otra que la señora James, quien estaba decidida a demostrarle a Amelia, devolviéndole rápidamente su visita, cuán injustas habían sido sus acusaciones de que había faltado a los deberes de la amistad. Además, tenía otro motivo para darse prisa en visitar a su amiga, que era el de congratularla por el resultado del duelo entre el coronel Bath y el señor Booth.
La dama había sacado tanto provecho de la reconvención de la señora Booth que en esta ocasión no mostró nada de la formalidad y el estiramiento que desplegara la primera vez. Por el contrario, se condujo con la mayor libertad y buen humor, y se comportó de manera tan agradable que Amelia se sintió muy complacida y encantada con su compañía.
Durante la visita ocurrió un incidente que a algunos les puede parecer demasiado intrascendente para narrarlo. Sin embargo, como sin dudas tuvo un importante impacto en la mente del señor Booth, no nos decidimos a pasarlo por alto.
La pequeña Emily, quien permaneció en la habitación mientras se encontraba presente la señora James, y que se mantuvo cerca de esa dama, jugaba con su reloj, ya que le alegraba sobremanera que este hubiera escapado intacto del loco. La señora James, quien expresó su gran cariño por la niña, quiso ver el reloj, al que elogió diciendo que era el más lindo de su tipo que hubiera visto.
Amelia aprovechó rápidamente la oportunidad para cantar las alabanzas de su benefactor. Le informó de inmediato a la señora james el nombre del donante y prosiguió haciendo grandes encomios de la bondad, y en especial de la generosidad de su excelencia, a lo cual la señora James respondió:
-Oh, sin duda, señora, su excelencia tiene fama universal de ser extremadamente generoso... cuando quiere.
Al pronunciar esas palabras puso un gran énfasis en las dos últimas y las acompañó de un aire de saber mucho, una mirada de soslayo cargada de significado y unas rápidas sacudidas de su abanico.
El genio más insigne que ha producido la humanidad apunta en una de sus obras más soberbias que "bagatelas tan ligeras como el aire son para los celosos pruebas tan poderosas como las afirmaciones de las Sagradas Escrituras."

Henry Fielding
Amelia


“No existe en el universo una criatura más ridícula y más despreciable que un sacerdote orgulloso.” 

Henry Fielding



“Se suele decir que no es la muerte, sino morirse, lo que es terrible.” 

Henry Fielding


“Si se comparara al número de los que se recuperan gracias al médico con el que los que mueren con su ayuda, los primeros excederían a los últimos.” 

Henry Fielding


“Toda la naturaleza luce una sonrisa universal.” 

Henry Fielding


“Un hombre ha de mantener su amistad en continua reparación.” 

Henry Fielding

“Un hombre rico, sin caridad es un canalla, y tal vez no sería difícil demostrar que es también un tonto.” 

Henry Fielding



“Un penique ahorrado es un penique ganado.” 

Henry Fielding
Frase proverbial atribuida tradicionalmente a Benjamin Franklin, pero dicha por Fielding en The Miser (1733), acto III, escena XII


"Un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya." 

Henry Fielding


“Un tonto, como mínimo, en cada pareja casada.” 

Henry Fielding


“Un verdadero gusto elegante generalmente se acompaña con la excelencia de corazón.” 

Henry Fielding