"A mi me llama la atención que siempre se habla, y con razón,  de libertad de expresión. Es obvio que hay que tener eso, pero lo que hay que tener, principal y primariamente, es libertad de pensamiento. ¿Que me importa a mí la libertad de expresión si no digo más que imbecilidades? ¿Para qué sirve si no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no sabes ser libre intelectualmente?"

Emilio Lledó



"Cualquier postura insolidaria es un atentado contra el hombre." 

Emilio Lledó


"Debe ser algo así la vida: el nacimiento en una estructura férrea, en una sociedad no elegida, en unas ideologías heredadas, como la sangre o el lenguaje. Oyendo las voces-ecos, viviendo los objetos-sombras, sintiendo, de cuando en cuando, la oscuridad y el silencio; así debe ser el inicio de toda existencia. Pero el posible espectador fuera de la caverna, llegará a descubrir que no acaba aquí el juego. ¿O no hay espectadores posibles? Porque si no los hubiera, si no hubiera ojos que fuera del escenario-gruta, descubrieran otro espacio del drama, nadie podría quejarse de injusticia. Tal vez los prisioneros son felices, instalados en su original ignorancia, o mejor dicho, saturados de su sabiduría. Porque saber podría ser algo así como la conformidad entre la realidad y el deseo. Y ¿qué podría desear el prisionero, conforme con el eco y la sombra? ¿De dónde podría arrancar la duda? ¿De qué rincón de la oscuridad saldría la insatisfacción para sentir las cadenas como privación, la voz como eco, la realidad como sombra? Pero los mitos, las palabras, ruedan por la historia, y en ella aparece una mirada que descubre, detrás de los conformes prisioneros, el artilugio."

Emilio Lledó
La memoria del Logos


“El descubrimiento de la escritura implica una cierta forma de superar el tiempo.”

Emilio Lledó
El surco del tiempo, 1992




"Es cierto que la visión puede levantar en nosotros el rumor de la intimidad en la que se van forjando otras imágenes, otras palabras. La presencia de esas imágenes pone en marcha nuestra reflexión, pero el contenido que, como lógos, le da sustancia, aunque evocado por las imágenes "vistas", está totalmente en nosotros, en nuestro exclusivo diálogo.
Al lenguaje escrito le ocurre también algo parecido. Está ante nosotros como la pintura; pero su forma de presencia es distinta. Rasgos, líneas sobre un papel; su carácter de imagen no tiene que ver con la vida. No es representación imitativa de lo real y, sin embargo, en el aplastado fluir de esos rasgos habla, sin voz, una cierta realidad ausente. Aquí radica el misterio de la escritura que "dice" y, sin embargo, no "habla". El lenguaje escrito es incapaz de moverse de la hierática clausura de su grafía. La inmediata propuesta de lo dicho empieza y, según Platón, acaba en ella misma. Pero en ese empezar hay algo más que la simple imitación que la pintura hace de la vida. La escritura lleva a cabo otra más sutil forma de imitación: la del pensamiento. Porque aunque escrito, es el lenguaje, el lógos, el que se entrelaza en los signos de las letras y esos signos son, como dirá el texto aristotélico, imitación de los sonidos (De Interpretatione, 16a, 3-4).
Los signos escritos no imitan, pues, a la vida. No son apariencia de seres reales, sino de seres ideales. El carácter de idealidad, se debe, precisamente, al hecho de que, aunque sin voz, esos signos "dicen" y, por consiguiente, imitan en sus rasgos el sonido de un pensamiento que se expresa a través de ellos.
"Podrías llegar a creer que lo que dicen fueran como pensándolo" (275d.) Efectivamente, en el proceso de aprendizaje de la escritura, los rasgos que la constituyen estuvieron siempre relacionados con una voz que traducía el signo al sentido aprendido ya en la historia "oral" de cada individuo. La escritura fue llenando de sentido sus signos al ponerlos en relación con aquella voz que les daba contenido cuando se pronunciaba, o sea cuando se conectaban sus significados con el mundo de la oralidad en donde esos significados habían nacido.
El conocimiento de las letras permitió ya una independencia de ese mismo mundo oral, y esos caracteres comenzaron a discurrir por líneas que organizaban sus propios trazos y a inventar otros modos de significatividad que, tal vez, no se habían aprendido en el mundo de la oralidad. Las letras apoyadas en la tradición de la lengua, en la densidad de una semántica establecida en el fondo de la cultura, podían evocar imágenes, ideas, memorias, en el camino de un significado, de una interpretación."

Emilio Lledó
El surco del tiempo


"Este mundo común, intercomunicado por las formas sociales, que constituye el plasma aglutinador de los individuos, hace posible la inteligencia de lo dicho, la asimilación, en la propia vida y en la propia praxis, de lo otro que se comunica. Por supuesto, esta estructura común no es sólo la que el lenguaje establece como medio intersubjetivo y, en cierto sentido, independiente de cada individuo en cuanto individuo. El lenguaje surge sobre otra base común también: la naturaleza y la sociedad; o sea, el principio natural que constituye la vida y el principio social que, históricamente, temporalmente, se configura como cultura. Éstas son las raíces que forman el horizonte ante el que cada individuo se desplaza y que modifica, determina y orienta su existencia y, desde luego, su lenguaje.
El proceso de comunicación surge de esos momentos concretos en los que, dentro de un espacio cultural común, cada hombre precisa establecer sus formas de vinculación con el otro, su in face to face contact."

Emilio Lledó
El silencio de la escritura



“Hacer exámenes continuamente, es la muerte de la cultura.”

Emilio Lledó
en Pilar Álvarez, El País, 27/03/2018


“La riqueza de un pueblo no es la del suelo, sino la del cerebro.” 

Emilio Lledó



“Los individuos que componen esa sociedad no pueden ser personas, seres autónomos, si no tienen la posibilidad de desarrollar su propio pensamiento por muy modesto que sea. Un pensamiento que solo se nutre de libertad.”

Emilio Lledó
“Necesidad de la literatura”, en Una invitación a la lectura, El País, 2002



“Si nos acostumbramos a ser inconformistas con las palabras, acabaremos siendo inconformistas con los hechos. Ambas actitudes son, sin embargo, formas de libertad.”

Emilio Lledó
Necesidad de la literatura, en Una invitación a la lectura, El País, 2002



“Una de las grandes desgracias del ser humano es el olvido, tanto como la muerte.”

Emilio Lledó



“... vivir es, sobre todo, necesitar.”

Emilio Lledó
Días y libros, 1994


“Vivir para los humanos, sobre todo en nuestros tiempos, ha sido siempre una sucesión de conformidades, de aceptaciones, de sumisiones.”

Emilio Lledó
“Necesidad de la literatura”, en Una invitación a la lectura, El País, 2002