"Cabe considerar la cultura como el perfeccionamiento de individuos que se alcanza gracias al espíritu objetivado en el trabajo histórico de la especie. Por el hecho de que la unidad y la totalidad del ser subjetivo se consumen mediante la apropiación de estos valores objetivos: la moral y el conocimiento, el arte y la religión, las configuraciones sociales y las formas de expresión de lo interior, por esto aparece como cultivado. De este modo, la cultura es una síntesis única del espíritu subjetivo y del objetivo, cuyo sentido último, ciertamente, sólo puede residir en el perfeccionamiento de los individuos. Pero puesto que este proceso de perfeccionamiento ha de afrontar primero los contenidos del espíritu objetivo como autónomos, separados tanto de quien los crea cuanto de quien los recibe, para entonces englobarse en este último como sus medios o estaciones, por esto cabe caracterizar a estos contenidos (todo lo expresado y conformado, lo que existe realmente y lo que es efectivo realmente, cuyo complejo integra la posesión cultural de una época) como su "cultura objetiva". De su constatación distinguimos el siguiente problema como el problema de la "cultura subjetiva": en qué medida, según extensión e intensidad, participan los individuos en aquellos contenidos. Tanto desde el punto de vista de la realidad como desde el del valor, ambos conceptos son sumamente independientes entre sí. De una cultura objetiva altamente desarrollada está quizás excluida la gran masa de las personalidades que hacen al caso; mientras que, por el contrario, precisamente esta masa puede participar en una cultura más o menos primitiva, de tal modo que la cultura subjetiva alcanza una altura relativamente extraordinaria."

Georg Simmel
Cultura femenina y otros ensayos



"Culto es aquel que sabe dónde encontrar lo que no sabe."

Georg Simmel


"El ausente tiene la ventaja de conocer el estilo general de este esquema. Sus experiencias previas pueden permitirle deducir qué actitud tomará su madre ante la tarea de administrar la casa bajo el sistema del racionamiento, cómo se sentirá su hermana en la fábrica de elementos bélicos, qué significa un domingo sin paseo." Los que han quedado en el hogar no tienen experiencia inmediata de cómo vive el soldado en el frente. Hay crónicas periodísticas y radiales, relatos de los que vuelven, películas en tecnicolor, propaganda oficial y extraoficial, que en conjunto constituyen un estereotipo de la vida del soldado que está "en algún lugar de Francia" o "en algún lugar del Pacífico", En su mayoría, estos estereotipos no se forman de modo espontáneo, sino que son dirigidos, sometidos a la censura por razones militares o políticas y destinados a elevar el espíritu en el frente interno o aumentar la eficiencia de la producción bélica o la
compra de bonos de guerra, Nada garantiza que lo que todas esas fuentes de información describen como típico sea también significativo para el miembro ausente del endogrupo. Todo soldado sabe que su estilo de vida depende del grupo militar al que pertenece, la tarea que le corresponde dentro de este grupo y la actitud de sus oficiales y camaradas, Esto es lo que cuenta, y no el parte que dice "sin novedad en el frente". Pero todo lo que le sucede en estas circunstancias específicas es su experiencia individual, personal y singular, cuya tipificación nunca admitirá. Cuando el soldado regresa y comienza a hablar, si lo hace, le desconcierta comprobar que sus oyentes, aún los que simpatizan con él, no comprenden la singularidad de esas experiencias individuales, que lo han convertido en otro hombre. Tratan de encontrar en sus informaciones características conocidas, absorbiéndolos en sus tipos preformados acerca de la vida del soldado en el frente, Para ellos, su relato apenas se diferencia en pequeños detalles de lo que han contado todos los que han vuelto, y de lo leído por ellos en revistas y visto en películas. Puede suceder así que muchos actos, vistos por quienes han quedado en el hogar como la mayor expresión de valentía, no sean para el soldado en combate otra cosa que una lucha por sobrevivir O el cumplimiento de un deber, y que, al mismo tiempo muchos ejemplos de verdadera abnegación, sacrificio y heroísmo no sean advenidos o apreciados por los primeros."

Georg Simmel
El extranjero


"El estilo es todo lo que el hombre usa para expresarse."

Georg Simmel



"El filósofo posee un sentido para la totalidad de las cosas y la capacidad de transformar esta intuición o ese sentimiento de la totalidad en conceptos y enlazarlos lógicamente."

Georg Simmel




"El hombre medio de nuestros días existe sólo para objetivos cortos y no para fines distantes".

Georg Simmel



"El pensamiento filosófico objetiva lo personal y personaliza lo objetivo."

Georg Simmel



"El secreto comunica una posición excepcional a la personalidad, ejerce una atracción social determinada, […] independiente en principio del contenido del secreto, aunque, como es natural, creciente a medida que el secreto sea más importante y amplio. […] El instinto natural de idealización y el temor natural del hombre actúan conjuntos frente a lo desconocido, para aumentar su importancia por la fantasía y consagrarle una atención que no hubiéramos prestado a la realidad clara."

Georg Simmel

Tomada de el libro De la estupidez a la locura de Umberto Eco




"El secreto de la vida es que en cada instante está toda la vida y, sin embargo, cada instante es diferente e inconfundible con otro."

Georg Simmel



“En general el hombre está siempre orientado hacia alguna particularidad, pero el filósofo posee un sentido para la totalidad de las cosas.”Georg Simmel



"En la naturaleza las cosas están mucho más separadas que las almas."

Georg Simmel



"La ciencia que la humanidad tiene en un momento dado depende de lo que es la humanidad en ese momento."

Georg Simmel


"La esfera vital de la pequeña ciudad queda limitada, en lo principal, a ella misma. Para la gran ciudad es decisivo que su vida interior se extienda en ondas concéntricas sobre un amplio territorio nacional o internacional. Weimar no fue ninguna excepción, puesto que su importancia quedaba vinculada a personalidades individuales y murió con ellas, mientras que la gran ciudad se caracteriza precisamente por su independencia esencial respecto, incluso, a sus más importantes personalidades: es el anverso y el precio que ha de pagar por la independencia que el individuo goza dentro de ella. El aspecto más importante de la gran ciudad reside en esa dimensión funcional que sobrepasa con creces sus límites físicos, y esa acción efectiva produce a su vez una reacción que confiere a su vida peso, importancia y responsabilidad. Al igual que un ser humano no se halla confinado en los límites de su cuerpo o del
espacio que abarca directamente con su actividad, sino que sólo llega hasta la suma de efectos que, partiendo de él, se prolongan en el tiempo y en el espacio, del mismo modo una ciudad consiste en la totalidad de los efectos que trascienden su ámbito inmediato. Esta es la verdadera dimensión en que se expresa su ser. Y esto ya indica que la libertad individual, que es el miembro complementario lógico e histórico de dicha extensión, no sólo se ha de entender en un sentido negativo, como mera libertad de movimientos y ausencia de prejuicios y actitudes filisteas, sino que su característica esencial va a residir en que el aspecto peculiar e incomparable, que a fin de cuentas posee toda persona en cualquier parte, se va a manifestar en la misma configuración de la vida.
El que nosotros sigamos las leyes de nuestra propia naturaleza -y esto es a lo que se llama libertad- se vuelve comprensible y convincente, tanto para nosotros como para otros, cuando las manifestaciones de esa naturaleza se diferencian de las de los otros; es nuestro carácter inconfundible respecto a los demás lo que evidencia que nuestra forma de existencia no se nos ha impuesto por otros. Las ciudades son ante todo el asiento de la máxima división del trabajo
económica; generan por ello fenómenos tan extremos como en París la lucrativa profesión del quatorzième: personas que se anuncian con letreros en sus viviendas y que están preparados a la hora de la cena, vestidos para la ocasión, a la espera de ser recogidos de inmediato y llevados a la mesa de una reunión que conste de trece personas. La ciudad ofrece siempre, precisamente en la medida de su extensión, un grado creciente de condiciones determinantes de la
división del trabajo; es un círculo que por su tamaño posee una capacidad de acogida para una gran variedad de prestaciones o servicios, mientras que al mismo tiempo la concentración de individuos y su lucha por los clientes fuerza al individuo a especializarse en la prestación, de modo que no pueda ser desbancado con tanta facilidad por otros. Lo decisivo es que la vida urbana ha transformado la lucha con la naturaleza por la obtención de alimentos en una lucha entre seres humanos, de modo que la ganancia por la que aquí se lucha ya no la concede la naturaleza, sino el hombre. Y aquí no sólo encontramos el origen antes mencionado de la especialización, sino una fuente más profunda, a saber: aquella en que el que oferta ha de crear necesidades nuevas y cada vez más originales en el consumidor, al que no deja de cortejar. La necesidad de especializar los servicios que se prestan para encontrar una fuente de ingresos aún no agotada, una función que no sea fácilmente sustituida, incita a la diferenciación, al refinamiento, al enriquecimiento de las necesidades del público, lo que no puede dejar de conducir visiblemente a crecientes diferencias personales dentro de este público."

Georg Simmel
Las grandes ciudades y la vida intelectual 



"La obra pictórica ciertamente tiene forma. Pero con arreglo a la intención del artista, la forma representa sólo una exterioridad inevitable, sólo un mal necesario. Esta forma no tiene, como las formas de todos los otros ideales artísticos, un significado en sí mismo, que sólo se realizaría por el potencial productivo de la vida. Por esta razón, el arte abstracto es indiferente a los estándares tradicionales de belleza y fealdad, los cuales están conectados con la primacía de la forma. La vida, en su flujo permanente, no está determinada por un fin sino impulsada y conducida por una fuerza; por ello, tiene significación más allá de los cánones de belleza y fealdad. Una vez que la obra artística cobra vida, se pone de relieve que no posee ningún tipo de significado y valor que se puede esperar de un dato objetivo independiente de su creador. Este valor, sin embargo, ha sido guardado desde el mismo inicio del acto de pintar —podríamos decir, casi celosamente— por una vida que sólo se da expresión a sí misma. Nuestra peculiar preferencia por las obras del pasado de los grandes artistas podría basarse en este hecho. La vida creativa se ha convertido en soberana en estas obras, de modo tan autosuficiente y enriquecedor que rechaza toda otra forma que es tradicional o compartida con otros. Su expresión en una obra de arte no es sino su destino natural en cada caso. Desde esta perspectiva podría aparecer conexa y plena de sentido como obra de arte, si bien podría aparecer fragmentada, desequilibrada, como si estuviera compuesta de fragmentos, desde el punto de vista de las formas tradicionales. Esto no es un ejemplo de incapacidad senil para producir una forma, no es una debilidad propia de la edad, sino el vigor propio de la edad.
El gran artista, en esta época de su perfección, es tan puro que su obra sólo revela, a través de su forma, lo que la corriente latente de su vida produce por sí misma. El único derecho de la forma se ha perdido para el artista.
Ahora sería posible que una forma que se consuma pura como forma y que es, en sí, significativa, pudiera ser la expresión totalmente adecuada de la vida inmediata, ajustándose a ella como una envoltura que ha crecido orgánicamente. Esto es algo indudable en el caso de las grandes obras artísticas que propiamente se deben llamar clásicas. De este modo, se manifiesta una específica relación estructural del mundo espiritual que tiene implicaciones más allá de sus consecuencias para las artes. Podría afirmarse que en el arte se expresa algo que vive más allá de la forma del arte. Todo gran artista y toda gran obra de arte contienen más amplitud y profundidad (surgidas desde la fertilidad de las fuentes más ocultas) de lo que el arte es capaz de expresar.
Sin embargo, los hombres intentan incesantemente moldear e interpretar esta vida. En los ejemplos clásicos el intento es satisfactorio y la vida se funde completamente con el arte. Sin embargo, la vida alcanza una expresión más altamente diferenciada y más autoconsciente en aquellos casos donde contradice y destruye formas artísticas. Puede recordarse, por ejemplo, el destino interno que Beethoven pretendió expresar en sus últimas composiciones. La vieja forma artística no se rompe sino que es sometida por algo distinto, más amplio, por algo que irrumpe desde otra dimensión."

Georg Simmel
El conflicto de la cultura moderna



"La socialización sólo se presenta cuando la coexistencia aislada de los individuos adopta formas determinantes de cooperación y colaboración que caen bajo el concepto general de la acción recíproca."

Georg Simmel




La sociedad existe allí donde varios individuos entran en acción recíproca.

Georg Simmel



"La verdad filosófica no es la concordancia del pensamiento con el objeto, sino la adecuada expresión del ser del propio filósofo."

Georg Simmel


"Las formas emergen moldeando los contenidos cuando, por una suerte de tensión, se rompe la unidad indiferenciada de la experiencia inmediata.
La propia experiencia divide entre, por un lado, un sujeto autoconsciente, y, por otro, un objeto enfrentado, definido de algún modo cognitivo, estético, evaluativo según la naturaleza de la situación originaria. Las formas que aparecen en este estadio son fragmentarias y de carácter preliminar -lo que Weingartner ha denominado correctamente como la "protocultura", dado que se conectan con intereses pragmáticos y exigencias adaptativas de la situación inmediata. Así, la protomúsica aparece cuando la gente siente una necesidad inusual de expresar emociones fuertes, tales como furia, alegría o sentimientos de tipo místico-religioso. Frustrados por las limitaciones del mero lenguaje, los sujetos comienzan a remoldear los sonidos verbales sumándoles ritmo, y luego melodía. La protociencia aparece para resolver los problemas relacionados con el dominio del ambiente. En el nivel de la protocultura, se dispone de un conjunto de objetos formados para responder, en medida justa, a las necesidades de las actividades prácticas: sólo la cultura suficiente, pero no más.
Tan pronto como, por específicas razones prácticas, han sido creados, los elementos de la protocultura toman una existencia propia. Mientras todavía se encuentran enraizados en propósitos subjetivos, se objetivizan. No necesitan ser continuamente reinventados, y los más exitosos se acumulan formando una tradición. Cuando esto ocurre, es posible un segundo nivel del desarrollo cultural. Tarde o temprano, las formas pueden ser liberadas de sus conexiones con los propósitos prácticos y se tornan, con derecho propio, objetos de la cultura. Se hacen autónomos en tanto que el hombre se torna devoto de éstos, no para obtener una ventaja práctica sino por su propio bien. De esta manera, puede extenderse el potencial estructural dentro de cada conjunto de formas. Así, las variaciones rítmicas y melódicas de un sonido formado inicialmente para ayudar a la comunicación humana se transforman en música, compuesta y ejecutada según cánones intrínsecos. El conocimiento de los cielos requerido para aumentar una cosecha o para navegar los mares se transforma en la ciencia de la astronomía. Las regulaciones morales diseñadas para regular las relaciones humanas se transforman en principios éticos autónomos. Éste es el movimiento, desde las protoformas hasta las formas objetivas."

Georg Simmel
Sobra la individualidad y las formas


"Lo que la filosofía es, sólo con sus conceptos y medios puede ser realmente determinado."

Georg Simmel


"Sólo en la filosofía es donde cada pensador, cuando es original, determina no únicamente lo que quiere responder, sino lo que quiere preguntar para responder al concepto de filosofía."

Georg Simmel



"Toda actividad humana transcurre dentro de la sociedad, sin que pueda nadie sustraerse a su influjo."

Georg Simmel


"Toda existencia individual está determinada por innumerables influencias del ambiente humano."

Georg Simmel


"Todos somos fragmentos no sólo del hombre en general, sino de nosotros mismos."

Georg Simmel