“Del modo más irónico, la separación matrimonial y el divorcio permanecen como testimonios mudos de la idea platónica sobre la naturaleza no material del diálogo humano. Pocas personas que abandonan a sus parejas ganan algo material con esa separación. ¿Por qué se separan, entonces? ¿De qué están escapando? ¿Qué están buscando? ¿Qué esperan obtener a cambio? ¿Por qué las personas que disfrutan de una cómoda existencia material y de un entorno físicamente estable lo abandonan todo repentinamente? Parece que lo que sienten es que están siendo lento pero fatalmente agobiados en su medio ambiente actual, que su existencia misma se ve amenazada. El diálogo se ha deteriorado por debajo de un determinado umbral crítico, hasta que uno de los integrantes de la pareja ya no puede seguir tolerando el aislamiento.” 

James J. Lynch