"A los que hemos resuelto amar, nos hagan lo que nos hagan, no nos queda sino amarlos aún más si estamos a punto de odiarlos."

Jean Edmond Cyrus Rostand


"Al escribir una frase no sabríamos prever lo que más tarde, al releerla, encontraríamos de ella al releerla."

Jean Rostand


"Al servicio de ideales siempre más elevados, se diría que los hombres se envilecen siempre más."

Jean Rostand



"Aunque parezca susceptible de unir, nada divide tanto como la verdad."

Jean Rostand



¡Callaos! Tengo una idea.
Desde aquí desafío a toda la platea.
Acércate tú, valiente. Uno a uno,
quiero veros frente a frente.
¿Quién será el primero en la lista...? ¿Vos, señor?
No. Al primer duelista lo despacharé con honor,
con coraje y sin miedo.
Los que quieran morir que levanten el dedo.
El pudor os prohíbe ver desnudo mi acero.
¿Ni un hombre? ¿Ni un dedo?
Muy bien; seré sincero.
Borraré de la escena a este absurdo jabalí
utilizando con urgencia mi bisturí.

¿Qué pasa? ¿No os gusta mi nariz?
¿Os parece un poco grande?

Eso es muy corto, joven; yo os abono
que podríais variar bastante el tono.
Por ejemplo, agresivo: ?Si en mi cara
tuviese tal nariz, me la amputara?.

Amistoso: ?¿Al beber, se baña en vuestro vaso
o un embudo usáis al caso?

Descriptivo: ?¿Es un cabo? ¿Una escollera?
Mas, ¿qué digo? ¡Si es cordillera!?

Curioso: ?¿De qué os sirve ese accesorio?
¿De alacena, de caja, o de escritorio??

Burlón: ?¿Tanto a los pájaros amáis,
que en vuestro rostro una rama gorda les dejáis??

Brutal: ¿Podéis fumar sin que el vecino
grite ?¡Fuego en la chimenea!?

Fino: ?Para capas y sombreros
esa percha muy útil ha de seros?.

Solícito: ?Compradle una sombrilla,
el sol ardiente su color mancilla?.

Previsor: ?Tu nariz es un exceso;
buscad a la cabeza contrapeso?.

Dramático: ?Evitad riñas y enojos:
si os llegara a sangrar os daría un Mar Rojo?.

Enfático: ?¡Oh, nariz!... ¡Qué vendaval
te podría resfriar? Sólo el mistral?.

Respetuoso: ?Señor, bésoos la mano:
digna es vuestra nariz de un soberano?.

Ingenuo: ?¿De qué hazaña o qué portento
en memoria de qué se alzó este monumento?

Lisonjero: ?Nariz como la vuestra
es para un perfumista linda muestra?.

Lírico: ?¿Es una concha? ¿Sois tritón??
Rústico: ?¿Eso es una nariz o es un melón??

Militar: ?Si a un castillo se acomete,
aprontad la nariz, ¡terrible ariete!?.

Y finalmente práctico: ?¡ponedla en lotería;
el premio gordo esa nariz daría!?.

¡Osáis mirar mi nariz
esta vil desgariñada!...
¿Qué decís?... ¿Que la victoria
quien la ansía no la alcanza?...
¡Si no hay de triunfo esperanza
habrá esperanza de gloria!...

¿Qué queréis que haga?
¿Que deje de lado lo que amo y me desespere
por alcanzar la gloria, la fama y la fortuna?
¿Qué debo hacer?
¿Buscarme un protector, un amo tal vez,
y como hiedra oscura que sube la pared
medrando sibilina y con adulación,
cambiar de camisa según la ocasión?,
no gracias;

¿Dedicar este espectáculo a los banqueros?
¿O convertirme en bufón con la esperanza vil
de ver nacer una sonrisa en los labios de un ministro,
o besar los pies de un obispo
para obtener así su recomendación?
No, gracias.

Desayunar cada día un sapo,
tener el vientre panzón y un papo
que me llegue a las rodillas,
de tanto hacer reverencias pestilentes.
No, gracias.

Adular el talento de los camelos,
vivir aterrorizado por infames viveros
y repetir sin tregua: ?¡Señores, soy un loro,
quiero ver mi nombre escrito en letras de oro!?
No, gracias.

Sentir terror a los anatemas.
Preferir las calumnias a los poemas.
Traicionar medallas, urdir falacias.
No, gracias. No, gracias.
No, gracias.

Pero cantar, soñar, reír, ¡vivir!
estar solo, ser libre, tener el ojo avizor,
la voz que vibre. Ponerme por sombrero el universo.
Por un sí o por un no batirme o hacer un verso;
despreciar con valor la gloria y la fortuna,
viajar con la imaginación hacia la Luna,
sólo al que vale reconocer los méritos.
No pagar jamás favores pretéritos,
renunciar para siempre a cadenas y protocolos...
Posiblemente no volar muy alto, pero solo, ¡solo!

¿Cuántos sois? ¿Sois más de mil?
¡Os conozco! ¡Sois la Ira!
¡El Prejuicio! ¡La mentira!
¡La envidia cobarde y vil!...
¿Que yo pacte? ¿Pactar yo?
¡Te conozco, Estupidez!
¡No cabe en mi tal doblez!
¡Morir, sí! ¡Venderme, no!

Conmigo vais a acabar.
¡No importa! ¡La muerte espero
y en tanto que llega, quiero
luchar... y siempre luchar!
¡Todo me lo quitaréis!
¡Todo! ¡El laurel y la rosa!
¡Pero quédame una cosa
que arrancarme no podréis!
El fango del deshonor
jamás llegó a salpicarla;
y hoy, en el cielo, al dejarla
a las plantas del Señor,
he de mostrar sin empacho
que, ajena a toda vileza,
fue dechado de pureza
siempre; y es... mi penacho.

Jean Rostand
Cyrano de Bergerac



"Claudio Bernard decía al morir: no me lamento de sufrir sino de sufrir inútilmente... Así podría decir la humanidad."

Jean Rostand


"Cuántos ruidos inútiles deben hacer un hombre para llegar hasta un corazón secreto..."

Jean Rostand


"De grado o por fuerza, se vive de lo que se niega."

Jean Rostand


"Decir bestiaiidades no es grave. Lo grave es decirlas en nombre de los principios.":

Jean Rostand



"Desprecio al mundo como hacen los que añaden algo a él; pero yo no le añado nada."

Jean Rostand




"Después de cada infortunio se efectúa en nosotros como una extraña muda del alma."

Jean Rostand



"Dos cosas ciertas: cada día se vuelve uno más inteligente y ama mejor a los que ama."

Jean Rostand



"El buen gusto está en el centro de todo, como la virtud, entre la ordinariez de los plebeyos y la de los escogidos."

Jean Rostand


"El Gallo. [Prorrumpiendo en un grito de horror.] ¡Abominable! Extingue la llama y termina. Aquí nos separamos. Tú no tienes más corazón que alma. [Se va.]
El Mirlo. [Saltando sobre las astillas.] ¡¡Tengo una mente, de cualquier modo!
El Gallo. [Desdeñosamente.] Eso está abierto a la discusión.
El Mirlo. [Ácidamente.] ¡Muy bien! Disponía mi senda poco tendente a la alegría a modo de un grano de antídoto contra la insania. Pero aparto mis garras de ti. Adelante, justifica las ínfulas de tus enemigos.
El Gallo. [Regresando.] ¿Quién? ¿Qué?
El Mirlo. Pavonéate. Eres todo un espectáculo.
El Gallo. ¿Pretendes aliarte con aquellos que me odian?
El Mirlo. ¿Tienes algo que objetar?
El Gallo. ¡No, miserable bufón! La fuerza del hábito es tal que podrías estar más cerca de la amistad que de cualquier otra cosa. [Acercándosele.] ¿Quiénes son mis enemigos?
El Mirlo. Los búhos.
El Gallo. ¡No seas idiota! ¿De verdad crees que los búhos pueden obstaculizar mi sino?
El Mirlo. Descansa feliz, entonces. Ellos tienen un acuerdo -iluminar el mundo con un dudoso gusto- cercenarte la garganta.
El Gallo. ¿De qué modo?
El Mirlo. A través de un pájaro hermano.
El Gallo. ¿Otro gallo?
El Mirlo. Un gallo de San Jorge que te conoce perfectamente.
El Gallo. ¿De dónde?
El Mirlo. De las gallinas de Guinea.
El Gallo. ¡Menuda farsa!
El Mirlo. ¡Espera! Es uno de esos gallos adiestrados para matar con sólo dos mordiscos. [Abruptamente el gallo hace por marcharse.] ¿Adónde vas?
El Gallo. Con las gallinas de Guinea.
El Mirlo. ¡Ah! ¡Olvidé hablarte de sus espuelas! [Trata de prevenirle.] Sigue mi consejo. No vayas.
El Gallo. ¡Voy a ir!
El Mirlo. ¡Espera!
El Gallo. [Parándose justo al lado del florero y mirándolo de forma singular.]
El Mirlo. ¿Qué?
El Gallo. ¿Quisiste decir que saliste de aquí?
El Mirlo. Efectivamente.
El Gallo. [Incrédulamente.] ¿Pero cómo pudiste entrar ahí?
El Mirlo. [Entrando.] ¡Ya te lo conté y te lo contaré de nuevo! A través del pequeño agujero negro. [Mira el suelo a través del agujero.]
El Gallo. ¡La tierra! ¡Ahora podrás ver el cielo! [Con un vigoroso batir de alas logra dar la vuelta al florero en medio del aleteo y los gritos ahogados.] Aunque odies y rehúyas el cielo, morador de floreros, ahora nadie podrá impedirte que el horizonte de tu mirada se extienda más allá de un florero. [Se marcha.]"

Edmond Rostand
Chantecler


"El genio tiene virtudes de catálisis: permite que se realicen en frío ciertas operaciones espirituales que exigen, de ordinario, las altas temperaturas de la pasión."

Jean Rostand

"El matrimonio hace la vida más fácil, pero complica el día a día."

Edmond Rostand




"El que pone demasiado de su vida en su literatura, con frecuencia pone demasiado de su literatura en su vida."

Jean Rostand


"En lo físico, todos fuimos monstruos antes de nacer. Y también en lo moral, un tiempo bastante largo después de haber nacido."

Jean Rostand
Tomado del libro de Noé de la Flor Casanova, Viajando por el mundo de mis libros, página 83



"(Es este momento una racha de aire hace caer algunas hojas.)
Cyrano.- !Las hojas!
Roxana.- (Levantando a cabeza y mirando hacia los árboles del fondo.) !Qué hermoso su matiz amarillento! !Miradlas!... !Cómo caen!...
Cyrano.- !Qué bien caen! Presienten que a morir van entre el cielo, y a la tierra al saltar desde la rama, con ser breve el tristísimo trayecto, quieren que su descenso o su caída tenga la gracia angelical de un vuelo.
Roxana.- ¿Eres melancólico?
Cyrano.- No...
Roxana.- Pues entonces dejemos a las hojas y algo nuevo contadme. ¿Mi gaceta?...
Cyrano.- Ahí va.
Roxana.- Explicaos.
Cyrano.- (Cada vez más pálido, luchando contra el dolor.) Sábado, diecinueve; de un exceso de uvas de Cette, el Rey, con calenturas cayó postrado en su mullido lecho. Por eso su majestad fue condenado su mal a una sangría, y escarnamiento eficaz debió ser, pues desde entonces no sufre alteración el pulso regio. Domingo: en el gran baile de la reina quemáronse, me han dicho, setecientos sesenta y tres hachones. Nuestras tropas con las de Don Juan de Austria combatieron. ¿Qué más?... Fueron ahorcados cuatro brujas, y madama de Athís purgó a su perro.
Roxana.- Señor de Bergerac, ¿queréis callaros?
Cyrano.- Lunes... Nada: cambió de caballero Ligdamira.
Roxana.- ¡Jesús!
Cyrano.- (Cuyo rostro va alterándose más y más.) Martes: la corte hizo un pequeño viaje de recreo. Miércoles: la Montglat dio un no al de Fiesque. Jueves: llega Mancini poco menos que a reina augusta de la noble Francia. El viernes, la Montglat dio un sí completo; y el sábado, por fin... (Cierra los ojos e inclina la cabeza. Pausa.)
Roxana.- (Extrañando que Cyrano no continúe, se vuelve, le mira y se levanta asustada.) ¿Se ha desmayado? ¡Cyrano! ¿Qué tenéis?
Cyrano.- (Abriendo los ojos; con voz vaga.) Nada, un ligero malestar.
Roxana.- ¿Estáis malo?
Cyrano.- (Al ver a Roxana inclinada sobre él, asegurase con un movimiento brusco el sombrero en la cabeza y se echa atrás en su sillón.) No; la herida que recibí en Arrás... y que aún siento.
Roxana.- ¡Pobre amigo!
Cyrano.- No es nada, lo repito. Pasará... ¡ya pasó! (Sonríe con esfuerzo.)
Roxana.- (En pie, cerca de él.) Todos tenemos nuestra herida; la mia aquí, aun abierta, (Poniéndose una mano en el pecho.) debajo del papel y amarillento, con huellas de su sangre y de su llanto. (Empieza a anochecer.)
Cyrano.- !Su carta! Me ofrecisteis, hace tiempo, dejadmela leer.
Roxana.- Si, cualquier día.
Cyrano.- ¿Queréis hoy?
Roxana.- Si esto os place...
Cyrano.- Lo deseo.
Roxana.- (Dándole el medallón que pendía de su cuello.) Tomad.
Cyrano.- (Tomando la carta.) ¿La puedo abrir?
Roxana.- Si, amigo mío. (Roxana recoge la labor y los enseres.)
Cyrano.- (Leyendo.) "Por tí, mi encanto, rebosa el corazón amor inmenso; y muero, y mis miradas codiciosas, festín supremo de mis ojos ebrios con tu beldad..."
Roxana.- ¡Qué bien leéis!
Cyrano.- (Continuando.) "...ya nunca al vuelo besarán tu menor gesto. Todos hoy los refleja, enardecido, en trance tan cruel, mi pensamiento; y uno entre los demás: el que te es propio al acercar los primorosos dedos a la frente..."
Roxana.- ¡Qué bien leéis! (Va oscureciéndose sensiblemente)
Cyrano.- "Y ansío gritar, y grito: ¡Adiós!..."
Roxana.- ¡Oh! Leéis... Cyrano. "Mi dueño..."... con una voz ...
Cyrano.- "... mi dicha, mi tesoro..."
Roxana.- ... ¡que yo escuché otra vez!
(Roxana se le acerca sin que él lo note, se coloca detrás del sillón, se inclina y mira la carta. La oscuridad aumenta.)
Cyrano.- "De mis recuerdos ni un punto se alejó tu bella imagen, porqué soy, y seré después de muerto, quien te ama, quien por ti..."
Roxana.- (Poniéndole una mano en el hombro.) ¿Cómo es posible que a oscuras la leáis? Yo nada veo.
(Cyrano se estremece, se vuelve, ve a Roxana, hace un movimiento de espanto, baja la cabeza. Larga pausa. Luego, entre las sombras que ya los envuelve por completo, Roxana, con las manos juntas, dice lentamente, deteniéndose en cada palabra.)
Roxana.- ¡Infeliz! ¡Y pasasteis catorce años como amigo viniendo a este convento para mi distracción!...
Cyrano.- ¡Ah! Yo, Roxana...
Roxana.- ¡Quien me amaba erais vos!
Cyrano.- ¡No!
Roxana.- ¡Conocerlo debí cuando mi nombre proferíais!
Cyrano.- ¡No era yo! ¡No era yo!
Roxana.- (Con vehemencia.) ¡Vos! ¡Oh! ¡Comprendo cuán generosa fue vuestra impostura! ¡Las cartas!... ¡Erais vos!
Cyrano.- ¡No!
Roxana.- (Siempre con vehemencia.) Los conceptos apasionados...
Cyrano.- ¡No!
Roxana.- La voz que puede aquella noche oir..., ¡vos!, ¡todo vuestro!
Cyrano.- ¡Juro que no!
Roxana.- ¡Vibraba allí vuestra alma!
Cyrano.- Yo no os amaba.
Roxana.- ¡Si!
Cyrano.- ¡Tened por cierto que era el otro!
Roxana.- ¡Mentira! ¡Vos, vos erais!
Cyrano.- ¡Ah, no, no!
Roxana.- ¿A qué negarlo, si el acento os vende? ¡Vaciláis!
Cyrano.- (Vencido, con pasión) ¡No, no, amor mío, yo no os amé jamás!
Roxana.- ¡Ah! ¡Mis recuerdos!...¡Un mundo hecho pavesas, que renace!... ¿Por qué, por qué ocultasteis tanto tiempo, Cyrano, vuestro amor, si estaba escrito por vos ese billete, si era vuestro ese llanto?...
Cyrano.- (Dándole la carta.) Esa sangre era la suya.
(...)
Mi elegancia va por dentro y no me acicalo como un ganapan cualquiera! Aunque parezca lo contrario, me compongo cuidadosamente, más que por fuera. No saldría a la calle sin haber lavado, por negligencia, una afrenta; sin haber despertado bien la conciencia, o con el honor arrugado y los escrúpulos en duelo. Camino limpio y adornado con mi libertad y mi franqueza. Encorseto, no mi cuerpo, sino mi alma, y en vez de cintas uso hazañas como adorno externo. Retorciendo mi espíritu como si fuese un mostacho, al atravesar los grupos y las plazas hago sonar las verdades como espuelas."

Edmond Rostand
Cyrano de Bergerac



"Es la noche la que es buena para creer en la luz."

Edmond Rostand



"Estamos en relación mágica con la Naturaleza. La próxima transformación biológica de la Humanidad creará seres conscientes de esa relación."

Jean Rostand


"Estamos frustrados en nuestra carne de todo lo que ha soñado nuestro espíritu."

Jean Rostand


"Este grave filósofo sabe bien que la vida es una despreciable farsa; pero este bufón no duda de encontrar en ella una grandiosa aventura."

Jean Rostand


"Grandes desniveles en el espíritu, crean el desequilibrio propicio al genio."

Jean Rostand

"Hay la misma dificultad en vivir con una persona a la que se ama, que amar al ser con el que se vive."

Edmond Rostand



"La ciencia nos ha hecho dioses antes de que mereciéramos ser hombres."

Jean Rostand


“¿La cuestión de la fe? Me la planteo todos los días, sin cesar. He dicho no. He dicho no a Dios, si se me permite expresarme de esta manera brutal; pero la cuestión se replantea a cada instante. Estoy obsesionado, digámoslo claramente, obsesionado, si no por Dios, por el no-Dios. Así es.”

Jean Rostand


"La falsedad de una idea no puede impedirle el ser bella y hay ciertos errores tan ingeniosos, que lamentaríamos que no figurasen en los pasos del espíritu humano."

Jean Rostand


"La luna -sí, ese un sitio para mí sería-, un paraíso a mi medida. Allí encontraré esas otras almas que serían amigas mías: Sócrates, Galileo…."

Edmond Rostand
Cyrano de Bergerac, acto V




"Las diversas leyes elementales propuestas: darwinismo, neodarwinismo, lamarquismo, no permiten el hallazgo de las leyes globales ni cuantitativamente ni, en la mayoría de los casos, siquiera cualitativamente. Lo que, en pleno siglo XX, me lleva a calificar esas leyes de cuentos de hadas para personas mayores."

Jean Rostand





"Leería las memorias de un hombre para saber lo que no ha sido."

Jean Rostand



"Lo grave no es decir tonterías, sino decirlas en nombre de principios."



Jean Rostand



"Lo mejor para ser escuchados consiste en proporcionar ejemplos claros."

Jean Rostand


"Malgastamos nuestro tiempo envidiando a personas que no nos gustaría ser."

Jean Rostand




"Me encanta encontrar en un libro de notas la unidad de un espíritu y el desorden de un cerebro."

Jean Rostand



“Me siento muy optimista sobre el futuro del pesimismo.”

Jean Rostand


"Mi pesimismo es tal que incluso sospecho de la sinceridad de los pesimistas."

Edmond Rostand


"No pretendas hacer psicología cuando te domina la cólera. La razón es muy simple: verías demasiado justamente."

Edmond Eugène Alexis Rostand




"No puedo llegar a creer que muerto se esté más muerto que cuando se está dormido."

Jean Rostand




"No se puede amar con perfección sino lo que se ha perdido para siempre."

Jean Rostand



"No son las bajezas de los hombres las que son innobles, sino la forma en que saben hacérselas perdonar."

Jean Rostand



"No tengo verdades, apenas convicciones."

Jean Rostand




"Nuestra psicología se construye sobre pocos seres: elegid bien al que se ama o al que se odia."


Jean Rostand


"Para abrirse un nuevo camino, hay que ser capaz de perderse."

Jean Rostand



“Permíteme ceder cuando tienes razón, a condición de saber ser intransigente cuando yerras.”

Jean Rostand


"¿Qué es la vida sin un sueño?"

Edmond Rostand


 
"¿Qué podían pensar de su tristeza tantos seres castigados por un verdadero dolor? ¿Qué podían pensar los seres que carecían de veras de alguna cosa y a quienes la vida que podía llevar él habrá parecido una verdadera felicidad? Y, de pronto, se avergonzó al comprender que tenía todo lo que le hacía falta para ser feliz y no lo era, vergüenza como de una fortuna, de un tesoro inutilizado delante de desgraciados que nada poseen."

Jean Rostand


“Quedarse hasta el fin del espectáculo no quita el derecho a criticarlo.”

Edmond Rostand



“Quien mata a un hombre es un asesino. Quien mata a miles, un vencedor. Quien mata a todos, un dios.”

Jean Rostand

"Rehúso discutir con los que siento menos sensibles a la verdad que yo."

Jean Rostand



Roxana:  ¿Sois vos?
Cyrano de Bergerac: Yo soy
Roxana: Y habláis de… de un…
Cyrano de Bergerac:   Beso.
Dulce fuera el vocablo en vuestra boca,
mas no lo pronunciáis. Si os quema el labio,
¿qué no haría la acción? Sed generosa,
venced vuestro temor… sin daros cuenta.
Ha poco os deslizasteis sin zozobra
de la risa al suspiro y del suspiro
al llanto… Deslizaos más ahora
y llegaréis al beso sin notarlo,
pues la distancia entre ambos es tan poca
que un solo escalofrío los separa.
Roxana: ¡Callad!
Cyrano de Bergerac: Al fin y al cabo, ¿qué es, señora,
un beso? Un juramento hecho de cerca;
un subrayado de color rosa
que al verbo amar añaden; un secreto
que confunde el oído con la boca;
una declaración que se confirma; 
una oferta que el labio corrobora;
un instante que tiene algo de eterno
y pasa como abeja rumorosa;
una comunión sellada encima
del cáliz de una flor; sublime forma
de saborear el alma a flor de labio
y aspirar del amor todo el aroma."

Edmond Rostand


"Saber observar como extraño nos ayuda a ver como artista. Lo que nos enajena nos inspira."

Jean Rostand

"Se cree uno feliz cuando cree dirigirse hacia lo que cree amar."

Jean Rostand


"Se ve a algunas personas equivocarse en la admiración hasta el grado de alabar en una obra la materia de la que ella pretende ser el antídoto."

Jean Rostand


“Ser adulto es estar solo.”

Jean Rostand



“Ser desagradable a la gente es mi placer mayor; me gusta que me odien.”

Edmond Rostand

"Sería bastante fácil ser escritor si para ello no se necesitara sino corazón, habilidad y descaro."


Jean Rostand



“Si el amor te hace débil, procura que nadie lo advierta. Más vale que te crean débil por naturaleza.”

Edmond Rostand



“Si estuviéramos seguros de que las alabanzas que se nos otorgan eran merecidas,nos parecerían siempre excesivas; nuestra avidez de ellas resulta del hecho de que no nos convencen.”

Edmond Rostand


"Soledad humana: nuestro orgullo tiene la misma fuente que nuestra angustia."

Jean Rostand



“Sólo existe un gran amor a la sombra de un gran sueño.”

Edmond Rostand


“Tanto más elocuente era yo, cuanto menos sincero.”

Edmond Rostand


"Te alegrarás casi siempre de haber sabido conservar la sangre fría. Injuriando a las personas, sólo se experimenta una distensión del ánimo ilusoria y pasajera." 

Edmond Rostand

"Tengo los ojos llenos de polvo de estrellas."

Edmond Rostand
Cyrano de Bergerac, acto III



“Todas las veces que cierres tus ojos frente a uno de sus yerros ella queda convencida de que no la has visto, o que no te atreves a reprenderla. La mujer no se siente nunca perdonada, sino temida.”

Jean Rostand


"Tratad de no quitar el gusto de las palabras con las frases."

Jean Rostand


"Tu mujer no es una excepción."

Jean Rostand

"Un beso es un secreto que se dice en la boca y no en los oídos."

Jean Rostand



"Un buen matrimonio es aquel en que cada uno de los esposos tiene la suerte de poder tolerar lo intolerable del otro."

Jean Rostand
Tomado del libro de Noé de la Flor Casanova, Viajando por el mundo de mis libros, página 85


"Un buen matrimonio sería aquél en que olvidaríamos de día que somos amantes y de noche que somos esposos."

Jean Rostand

"Ya sea el origen de la especie o de la vida misma, siempre prevalece la impresión que de que las fuerzas que han construido la naturaleza están ya ausentes de ella."

Edmond Rostand



"Yo no desearía un paraíso en el que no tuviera el derecho de preferir el infierno."

Jean Rostand


“Yo quisiera morir en un atardecer, bajo un cielo teñido de rosa, con una hermosa frase, digna de una hermosa causa, en los labios.”

Edmond Rostand