"A la verdad, ignoramos que todos más, o menos según nuestras condiciones nos vemos necesitados a cultivar los conocimientos políticos; cuando menos los más comunes principios del Derecho Público. Si los supiésemos, veríamos ya que todo ciudadano, estando obligado a solicitar, como ya hemos dicho, la felicidad del Estado, penetra, que aquella consiste en que éste se vea (si puedo explicarme así) cargado de una numerosísima población; porque el esplendor, fuerza, y poder de los pueblos, y por consiguiente de todo un reino, están pendientes de la innumerable muchedumbre de individuos racionales que le sirvan con utilidad: y que por una consecuencia inevitable el promover los recursos de la propagación del género humano, con los auxilios de su permanencia ilesa, es, y debe ser el objeto de todo Patriota."

Eugenio Espejo



"El buen juicio, del cual hablo, es de una especie diferente; él es alegre, vivo, lleno de fuego...El procede de una inteligencia recta y luminosa, de una imaginación limpia y agradable. Este justo temperamento del a vivacidad y del buen juicio, hace que, siendo el espíritu sutil, no sea evaporado; que él brille, pero que no brille demasiado, que conciba prontamente todo, y que de todo juzgue sanamente."

Eugenio Espejo



“Ellos tienen la reputación de bello espíritu sin tener el mérito ni el carácter...”

Eugenio Espejo



“Es propio de un espíritu fuerte profundizar los asuntos que trata, y no dejarse sorprender por las apariencias.”

Eugenio Espejo



“Hay en el corazón humano ciertas semillas de probidad que el bien público las desarrolla, el amor a la patria las fertiliza, y las hace fructificar la ocasión de coyuntura de mirar por su adelantamiento y felicidad.”

Eugenio Espejo



“La ciudad no consiste en las casas, los pórticos, ni las plazas públicas: los hombres son los que la forman.”

Eugenio Espejo



"La lástima fue que ignorábamos verdaderamente el alma de la poesía, que consiste en la naturalidad, moderación y hermosura de imágenes vivas y afectos bien explicados; y, aunque decorábamos a Horacio, Virgilio y Lucano, este último nos arrebataba con su fuego, con el que verdaderamente era un horno, dirélo así, nuestra incauta y mal acostumbrada imaginación."



Eugenio Espejo



“La razón es una antorcha que alumbra todo ser espiritual, que da colorido e ilumina a las operaciones del alma.”

Eugenio Espejo



“Por acaso se oye proferir a algunos como un oráculo misterioso la siguiente proposición: El bien común prefiere al particular. Pero en la práctica nada se ve tan comúnmente sino6 que el interés del público es sacrificado al interés del individuo.”

Eugenio Espejo



“Siempre será el motivo de las admiraciones del mundo, y el de sus perennes bendiciones al cielo, ver que una pluma sea el intérprete fidelísimo de los pensamientos más escondidos de un hombre.”

Eugenio Espejo



“Un verdadero bello espíritu piensa más en las cosas que en las palabras; con todo, no desdeña los adornos del lenguaje, pero tampoco los solicita. La delicadeza de su estilo no disminuyen la fuerza; y se le podría comparar a aquellos soldados de César, que aunque estaban perfumados y atentos a su adorno, no dejaban de ser valientes y de combatir bien...”

Eugenio Espejo

"Únicamente con apuntar algo de lo que hay en este punto, creeré que quedarían asombrados esos hombres, si nos oyeran. Gracias a Dios que no nos oyen, porque de lo contrario levantarían la hueca voz, más aguda que el decir el Te Deum en Laudes de primera clase; y dirían que yo era soberbio y presumido, con otras mil cosas. Hablemos de tal modo que no se vean obligados a cerrarse con ambas manos o con sus mismas orejas de Midas, los oídos. Sea lo que fuere; digo que se necesita saber las reglas que trae Tirino y las que recomienda San Agustín. Walton, sobre el políglota inglés, trae otras en sus prolegómenos, y son dignas de saberse. Cornelio Alápide, aunque comentador por otra parte alegórico y nada exacto, no es despreciable en las reglas que trae al principio de sus comentarios. Yo aquí supongo el conocimiento de las lenguas orientales, a lo menos como requiere el docto Obispo de Canarias, Melchor Cano. Supongo la instrucción de la Cronología, Geografía e Historia Profana. Además de esto, veo que es indispensable estudiar hoy a los críticos, porque es necesario hacer el cotejo del Antiguo Testamento y del Nuevo, descubriendo en aquél las figuras y misterios, y en éste su ejecución y debido cumplimiento. En aquél debemos observar las profecías, que miraban a tantos hechos futuros, especialmente a la vida del Salvador y a las circunstancias, que habían de acompañar a la grande obra de su misericordiosísimo ministerio para el que bajó. En éste, estamos obligados a notar la misma doctrina y moral purísima del cristianismo, que estableció su Príncipe gloriosísimo y su primera Cabeza Jesucristo. El Nuevo Testamento, si bien lo advertimos, nos asegura, ya la nueva feliz del reino de los cielos, ya su goce y su posesión por la ignominia de la cruz y por la locura de la predicación en la que creemos, según nos avisa el Apóstol. El mismo nos pone delante el santísimo establecimiento de la Iglesia y las misteriosas predicciones que acerca de ella se encierran en sus divinas letras, y con especialidad en el sagrado libro del Apocalipsis. Decía, pues, que era necesario hacer este cotejo de los libros canónicos, y por consiguiente el saber formarlo, leyendo a los buenos críticos, que dan las mejores leyes para examinar cada libro de la Escritura en particular, su designio, el tiempo en que se escribió y las principales dificultades que contiene. Lo que acabo de decir, sin duda que asombrará."

Eugenio Espejo
Ciencia Blancardina