"A la mañana siguiente, caminamos hacia la estación donde nos esperaba un convoy de vagones para ganado. Los gendarmes húngaros nos hicieron subir a razón de ochenta personas por vagón. Nos dejaron algunas hogazas de pan, algunos baldes de agua. Controlaron los barrotes de las ventanillas para verificar si eran fuertes. Los vagones fueron sellados. En cada uno se había designado un responsable: sería fusilado si alguien escapaba. Se fueron. Las puertas volvieron a cerrarse. Habíamos caído en la trampa hasta el cuello. Las puertas estaban clavadas, el camino de retorno definitivamente cortado. El mundo era un vagón herméticamente cerrado."

Elie Wiesel
La noche



“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo.” 

Elie Wiesel

  
“Cada judío debería guardar, en algún lugar de su corazón, una zona para el odio, ese odio sano, varonil contra todo aquello que representa el alemán y que forma parte de la esencia de lo alemán. Todo lo demás sería traición a los muertos.” 

Elie Wiesel

  

“Caminamos. Puertas que se abrían y se cerraban. Continuábamos caminando entre las alambradas electrificadas. A cada paso, un cartel blanco con un cráneo negro que nos miraba. Una inscripción: ¡ATENCIÓN! PELIGRO DE MUERTE. Qué burla: ¿Había aquí un solo sitio en que no se estuviera en peligro de muerte?” 

Elie Wiesel

  

"¿Cómo puede explicarse que la Iglesia jamás excomulgara ni a Hitler ni a Himmler, que Pío XII nunca viera necesario —por no decir indispensable— condenar Auschwitz y Treblinka, que una gran proporción de los miembros de las S.S. fuesen creyentes y permaneciesen fieles a sus lazos cristianos hasta el fin, que hubiese asesinos que practicasen (el sacramento de) la confesión entre una masacre y otra y que todos ellos procediesen de familias cristianas y hubiesen recibido una educación cristiana?"

Elie Wiesel



“¿Cómo se llora a seis millones de muertos? ¿Cuántas velas se encienden? ¿Cuántas plegarias se oran? ¿Sabemos cómo recordar a las víctimas, su soledad, su impotencia? Nos dejaron sin dejar rastro, y nosotros somos ese rastro. Contamos estas historias porque sabemos que no escuchar ni desear saber lleva a la indiferencia, y la indiferencia nunca es una respuesta.” 

Elie Wiesel



“Creo, honda, profunda y totalmente, que no hay gente superior. Nadie es superior a ningún otro ni ninguno es inferior a otro. Ninguna religión, ningún grupo étnico, ningún grupo nacional. La palabra clave, en consecuencia, es tolerancia. ¿Cómo se obtiene esto? A través de la educación.” 

Elie Wiesel



“Desde tiempos inmemoriales la gente ha hablado de paz, pero no la ha conseguido. ¿Será sencillamente que carecemos de suficiente experiencia? Aunque hablamos de paz, hacemos la guerra. A veces hasta guerreamos en el nombre de la paz. Puede que la guerra sea una parte tan intrínseca de la historia que no pueda eliminarse... jamás.” 

Elie Wiesel



“El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió, hay que advertir a la gente de que estas cosas pueden suceder, que el mal puede desencadenarse. El odio racial, la violencia y las idolatrías todavía proliferan.” 

Elie Wiesel



“El que odia, odia a todos. El que mata, mata más que a sus víctimas.” 

Elie Wiesel



“El recuerdo tiene su propio idioma, su propia textura, su propia melodía secreta, su propia arqueología y sus propias limitaciones: también puede lastimarse, robarse y avergonzarse; pero depende de nosotros rescatarlo e impedir que se convierta en algo barato, trivial y estéril. Recordar significa dar una dimensión ética a todos los esfuerzos y las aspiraciones.” 

Elie Wiesel



“Elie Wiesel describe cómo le afectó el presenciar la ejecución de un joven en la horca. Los de la SS juntaron a los prisioneros enfrente de la horca. Mientras el muchacho moría lentamente, un prisionero gritó: ¿Dónde está Dios ahora? Dice Wiesel: Y oí una voz dentro de mí contestarle: '¿Dónde está? Aquí está... colgado de esta horca...'” 

Elie Wiesel



“En la amistad el yo no se desvanece en el otro; todo lo contrario, florece. A diferencia del amor, la amistad no asegura que uno más uno es uno, sino que uno más uno son dos. Cada uno de los dos es enriquecido por el otro.”

Elie Wiesel



“Existen mil y una puertas que conducen al huerto de la verdad mística. Cada ser humano tiene la suya. No debemos confundirnos, queriendo entrar en el huerto por una puerta que no sea la nuestra. El hacer eso es peligroso para el que entra y también para los que ya están allí.”

Elie Wiesel
Noche

  

“Frecuentemente pienso que hemos fracasado. Si en 1945 alguien nos hubiera dicho que todavía veríamos guerras por motivos religiosos en casi todo continente no lo habríamos creído.” 

Elie Wiesel



"Hay un derecho que yo no le concedería a nadie: el derecho a ser indiferente."

Elie Wiesel



"Juré nunca mantenerme en silencio cuando los seres humanos soportasen sufrimiento y humillación. Siempre debemos tomar parte. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al torturador, nunca al torturado."



Elie Wiesel



"La memoria fortalece la cultura, alimenta la esperanza y humaniza al ser humano."

Elie Wiesel


“Hay mil y una puertas que conducen al huerto de la verdad mística. Cada ser humano tiene su propia puerta. No tenemos que cometer nunca el error de querer entrar en el huerto por una puerta que no sea la nuestra.”

Elie Wiesel



“Lo contrario del amor no es odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la indiferencia entre la vida y la muerte.” 

Elie Wiesel



“Nos quedaban provisiones. Pero nunca se comía hasta satisfacer el hambre. Economizar era nuestro lema, economizar para el día siguiente. El día siguiente podía ser peor todavía.” 

Elie Wiesel



“Nuestro pesar, del mismo modo que la inspiración del artista, procede del rincón más misterioso de nuestro ser.”

Elie Wiesel


“¿Pero hay esperanza? ¿Hay esperanza en el recuerdo? Tiene que haberla. Sin esperanza, el recuerdo sería morboso y estéril. Sin recuerdo, la esperanza estaría vacía de significado, y por sobre todo, vacía de gratitud.” 

Elie Wiesel


"Pero ¿por dónde empezar? El mundo es tan vasto, que empezaré por el país que conozco mejor, el mío. Pero mi país es tan grande que será mejor que comience por mi ciudad. Aunque, en realidad, mi ciudad es también inmensa. Será mejor que principie por mi calle. No, por mi hogar. No, por mi familia. No importa, comenzare por mí mismo."

Elie Wiesel
Souls on Fire




“Por la tarde, nos pusieron en fila. Tres prisioneros trajeron una mesa e instrumentos médicos. Con la manga del brazo izquierdo levantada, cada uno debía pasar delante de la mesa. Los tres antiguos, agujas en mano, nos grabaron un número en el brazo izquierdo. Yo me convertí en A-7713. En adelante no tendría otro nombre.” 

Elie Wiesel



“¿Por qué estamos aquí?' es la pregunta más importante a la que debe enfrentarse un ser humano. Creo que la vida tiene significado a pesar de las muertes sin sentido que he visto. La muerte no tiene sentido, la vida sí.” 

Elie Wiesel



“Recordemos a los que sufrieron y perecieron en ese entonces, a los que cayeron con armas en sus manos y a los que murieron con oraciones en sus labios, a todos los que no tienen tumbas: nuestro corazón sigue siendo su cementerio.” 

Elie Wiesel




“Recuerden –prosiguió-, recuerden siempre, grábenselo en la memoria. Ustedes están en Auschwitz. Y Auschwitz no es una casa de convalecencia. Es un campo de concentración. Aquí ustedes deben trabajar. Si no, irán directamente a la chimenea. Al crematorio. Trabajar o el crematorio, la elección está en sus manos.” 

Elie Wiesel



“Sostener que los hebreos debemos estarle agradecidos a Pío XII me parece, cuando menos, una herejía.” 

Elie Wiesel


"Tantas cosas que acabar todavía, tantos proyectos que elaborar, tantos desafíos que afrontar, tantas plegarias que componer, tantas palabras que encontrar, tantos silencios que hacer cantar, tantos cursos que dar y lecciones que recibir.
He aprendido mucho acerca de mí mismo y acerca de lo que me rodea. Sobre todo, que, cuando el cuerpo se vuelve prisionero de su dolor, una pequeña píldora o inyección resulta más eficaz que el pensamiento filosófico más brillante. Tantas cosas que contar todavía a mis dos nietos, a los que quiero con un amor que no conoce límites.
El enfermo, prisionero de su cuerpo condenado, colocado a su pesar frente a su destino, experimenta estas reflexiones con una intensidad feroz. Ante la gravedad del momento, siento, por tanto, la necesidad de proceder a un examen de conciencia.
Tengo ochenta y dos años. Como me sucede a menudo, y ahora más que nunca, mi estado de náufrago me lleva a mirar atrás: ¿qué he hecho, qué he dejado de hacer durante este largo trayecto compuesto de sueños y de desafíos?
Extrañamente, un grito de Baudelaire-en su Corazón al desnudo (!)-me viene a la memoria: "En todo hombre, en todo momento, hay dos solicitaciones simultáneas, una hacia Dios y otra hacia Satán."

Elie Wiesel
A corazón abierto



"Todo se presenta bien. Nadie sospecha de ellos. Son casi las cinco. Delante de la tienda, algunos ya hacen cola. Elhanan y Lianka se suman a ellos. Llegan otros clientes, y los dos partisanos les ceden su sitio. Desde donde se encuentran, observan el hotel y el restaurante. Los oficiales alemanes entran en los dos. Gracias, Señor. Que se encierren allí, que se atraquen, que se emborrachen, que griten su felicidad por dominar a los débiles y a los puros. Que celebren su poder. Pronto se les quitarán las ganas. Pronto ya es ahora. Itzik llega; solo. Camina con paso indolente. Lleva la gorra calada hasta los ojos y parece un obrero con todo el tiempo por delante. Lisa y Dora, cogidas de la mano, salen de la callejuela de la izquierda. En menos de veinte minutos, el equipo se ha reunido. Cuatro partisanos están al acecho en una calle adyacente: protegerán la retirada.
Itzik está ahora detrás de Elhanan y de Lianka. Saluda a la muchacha, como para coquetear. Ella le sonríe enrojeciendo. Intercambian en voz baja algunas frases que Elhanan escucha. Todo está claro. Lisa y Dora lanzarán dos granadas por la puerta abierta. Cuatro botellas incendiarias por la ventana. Y escaparán. ¿Cuándo? Exactamente a las 6.55. Es el momento en que será fácil deslizarse hacia el restaurante, confundirse con la multitud. Las agujas giran, las sombras se alargan. Es la hora. Itzik se aleja lentamente y se escurre hacia el restaurante. Abre la puerta, como para echar una ojeada. En el siguiente instante, un estruendo ensordecedor repercute en la plaza mayor. «Esto por Vitka», grita Itzik en yiddish. Lisa y Dora están ya cerca de él. La ventana está abierta y todo estalla al mismo tiempo. Parece un bombardeo, un alud de obuses. Unas sillas vuelan por el aire, los trozos de cristal cubren la acera. Vaya, qué fácil es destruir, se dice Elhanan. Gritos en alemán, en polaco. Ciegas descargas de fusilería. La gente corre en todas las direcciones. Los policías se interpelan. Unos alemanes gritan órdenes que nadie comprende. El tiempo de reaccionar, y los partisanos están ya en una callejuela oscura, detrás de la plaza mayor. Salen de la ciudad a paso de carrera."

Elie Wiesel
El olvidado



“¿Usted cree que en el mundo ya no hay grandes líderes? Si. No sólo en la política han disminuido los líderes. Lo que hoy falta es un líder que cuando hable la gente lo escuche, lo entienda. Alguien como Einstein o Gandhi en su momento.”

Elie Wiesel



“-Ustedes son ochenta en el vagón –agregó el oficial alemán-. Si falta alguno, todos serán fusilados como perros...Se fueron. Las puertas volvieron a cerrarse. Habíamos caído en la trampa hasta el cuello. Las puertas estaban clavadas, el camino de retorno definitivamente cortado. El mundo era un vagón herméticamente cerrado.”

Elie Wiesel