Amargamente

Los ojos obstinados del día albergaron
pícaros y solitarios la secreta esperanza
de sorprender el silencio, hecho de sordo
resentimiento y violencia amarga. La
noche se extiende en su vieja cama
presintiendo el amanecer y se olvida
de permanecer quieta y así vive
durante meses y años.

Émile Verhaeren


El bello jardín de las llamas


"El jardín de las llamas
no es más que un doble espejo
que por la noche cristaliza
en oro, un silencio blanco que
desciende hacia el horizonte de
mármol, una inmensa sombra azul
bajo la arboleda, sin viento,
sin aliento, vive, como las
estrellas, a través del aire
translúcido, bajo el polvo
infinito que parece nieve, cerca
de la cobriza luna pálida, en
brillante quietud, es el tiempo de
Dios, donde la mente está embrujada
en pos de la eternidad pura e inmutable
que sucede a la miseria humana."

Émile Verhaeren


"La inteligencia nos fue concedida para dudar." 

Émile Verhaeren



“Las palabras sólo sirven para vaciar las ideas de todo lo que ellas contienen de profundo y de verdadero.” 

Émile Verhaeren





“Los ojos obstinados del día albergaron
pícaros y solitarios la secreta esperanza
de sorprender el silencio…”

Émile Verhaeren



"Los que viven en el amor viven en la eternidad."

Émile Verhaeren



Si fuera cierto

Si fuera cierto, un jardín de flores
podría conservar la memoria
de los antiguos amantes que se han
venerado al abrigo de su frescura.
Nuestro amor dibujaría en el lamento
de una hora la suavidad de una rosa antes
de morir, el silencio funerario disfrutaría
de la claridad pura que inclina la vida en una
aurora de verano y deja en suspenso la suave
lluvia y envía una noche sombría el débil olor
de una rosa.

Émile Verhaeren

Tenebrae


La Luna, con su atento y glacial Ojo,
observa al crudo invierno entronizado,
vasto y pálido sobre la tierra yerma;
La Noche se agita en traslúcidos azules;
El Viento, con súbita presencia, nos apuñala.

A lo lejos, sobre el horizonte, danzan
los ondulantes senderos del hielo;
se los ve a la distancia, perforando el llano,
Y las Estrellas de Oro, suspendidas en el éter,
siempre más alto en la Oscuridad,
desgarran cruelmente el azul del cielo.

Los campesinos tiemblan en las planicies de Flandes,
cerca de los brezos, de los antiguos ríos,
y de los grandes Bosques;
entre dos lívidos infinitos, estremeciéndose de frío,
agrupándose junto a las viejas chimeneas,
removiendo las cansadas cenizas."

Émile Verhaeren



“Todos los caminos van a la ciudad…”

Émile Verhaeren