Consejos de Grimond de la Reyniere:

*La única manera decorosa de rechazar el plato que os ofrece la dueña de la casa es pedirle algo más del plato anterior.

*Nada hay que ayude tanto a la digestión como una buena anécdota de la que uno pueda reírse con toda el alma.

*El mayor pecado que un “gourmand” puede cometer contra los demás es quitarles el apetito. El apetito es el alma del “gourmand”, y quien intenta estropearlo comete un asesinato moral, un asesinato gastronómico, y por lo tanto merece que se le condene a trabajos forzados.

*Qué imbéciles gastrónomos deben ser los que anuncian a gritos que hacen servir una buena comida a la débil luz de las velas y qué entendidos serán los que creen deleitarse al resplandor de luces vacilantes y tristes”

*De todos los pecados mortales que la humanidad puede cometer, el quinto parece ser el que menos le pesa en la conciencia y menos remordimientos le causa.

“Una persona estúpida jamás y en ningún sitio se comporta más neciamente que en la mesa, mientras que una persona con agudeza de ingenio tiene en la mesa la mejor ocasión para lucir sus facultades.

*La virtud del verdadero gourmand consiste en no comer nunca más de lo que puede digerir con cordura y no beber más de lo que pueda soportar con plena conciencia.

* Un verdadero gastrónomo prefiere quedarse a dieta que verse obligado a comer una comida refinada precipitadamente.

*Un anfitrión que no sepa trinchar y servir es como el poseedor de una magnifica biblioteca que no supiese leer.

*La divisa del verdadero ‘gourmand’ es aquella del viejo Michel de Montaigne: Mon métier est l’art de bien vivre. “Mi oficio es el arte de vivir bien”.

Grimod de la Reynière



“La virtud del verdadero gourmet consiste en no comer nunca más de lo que pueda digerir con cordura y no beber más de lo que pueda soportar con plena conciencia.”

Grimod de la Reynière


“ Siempre los verdaderos golosos (“gourmands”) han acabados sus cenas antes del postre, momento en el que el apetito suele encontrarse satisfecho (…),Un artista hábil tiene que desvivir para hacer que ese renazca: ahí estriba su triunfo (…). El postre es a la cena, lo que la traca final es para los fuegos artificiales: su parte más brillante. Debe hablar al alma y sobretodo a la vista: debe producir sensaciones de sorpresa y de admiración.”

Alexandre Balthazar Laurent Grimod de La Reynière