“Y todo había estado bien todavía, pero entonces surgieron
Todos sus enemigos internos y olvidados:
Un ejército revolucionario dirigido
Por la Pasión, con una gorra roja sobre su cabeza,
Quien ahora, por toda la pobre ciudad sitiada, formó sus filas feroces, y gritó: Abajo la Conciencia...
Y cada deseo vagabundo que estaba prisionero,
Irrumpió furiosamente e incendió el corazón de ella.”

James Laver