"A la larga, si confiamos en nuestra verdadera naturaleza interior, ésta tiene que llevarnos a una vida de mayor vitalidad y a una sensación profunda de la preciosidad de la existencia."

Ralph Metzner


"A menudo, la lucha de opuestos es una lucha entre el miedo y el amor. Queremos amar -amar a otros, a nosotros mismos, a Dios- pero tenemos miedo. El miedo se experimenta interiormente como una pared, una obstrucción inamovible de resistencia, o como una fuerza amenazadora. Cuando el poder del amor finalmente triunfa y la luz se esboza en el corazón, entonces las paredes del miedo se disuelven, la amenaza desaparece y el corazón se abre. Por eso se dice que Satanás, que representa el principio de la oposición y cuya arma principal es el miedo, se siente amenazado cuando ve la luz dentro del corazón. Y es por eso que los sabios indios del Rig Veda cantaban: "Quiero alcanzar esa luz, que al alcanzarla, uno consigue liberarse del miedo."

Ralph Metzner
pág. 144, Las grandes metáforas de la tradición sagrada.



"Cada uno encuentra su propio camino, cada uno resuelve su propio destino. EL mito de cada vida es una configuración única de elementos."

Ralph Metzner


"Cuando el ojo se descubre, el yo se transforma."

Ralph Metzner



"Cuando nuestra autoimagen, o autoconcepto, el sentido de la identidad con el cual (y como el que) hemos vivido; llega a su fin, entonces sentimos como si el ego o el yo estuviesen muriendo. El patrón de esta metáfora es: todo lo que llamo "yo" está acabado y muriéndose; entonces, después de un período de ansiedad, confusión e incertidumbre, viene el "renacimiento" de una nueva identidad, un nuevo sentido de quien soy "yo" La transformación implica todos los aspectos de la psique, porque supone el principio organizador central de la individualidad. El nuevo yo que nace es, naturalmente, de una naturaleza inocente y lleno de la alegría, la maravilla y la espontaneidad de la infancia (...) Las experiencias de la muerte-renacimiento, aunque dolorosas, son sumamente valiosas porque llevan la comprensión, a la salud y a la larga vida, a la paz y a la libertad interior del miedo. Naturalmente estas experiencias van acompañadas de una gran cantidad de temor, porque las personas que las está experimentando no se da cuenta de que la "muerte" es psicológica o metafórica. Temen que, literal y físicamente van a morir. Se siente que el proceso está "fuera de nuestro control"..., y realmente, desde el punto de vista del ego, lo está. Las imágenes de la rendición, da la abnegación, o de la liberación vienen, naturalmente, a la mente (...) La personalidad transformada puede vivir y crecer sólo si la personalidad previa ha "muerto"... Ambas, la muerte física y la "muerte" psicológica, son valoradas porque llevan a un estado mejor, un estado transformado y más iluminado (...) El conocimiento de uno mismo es el máximo favor y recompensa concedido a aquellos que lacen frente a su propia muerte. En tal experiencia, el Yo que yo creía que era, muere y mi Yo verdadero se revela y se reconoce. Tal experiencia puede ser devastadora, pero, desde luego, es humilde y potencialmente liberadora... Muchas de las descripciones del estado de conciencia definitivo, que se alcanzan en el camino disciplinado de la autotransformación y transcendencia, indican una especie de aniquilación del ego, una muerte total del Yo y de todas sus identificaciones normales. El objetivo budista del Nirvana es la "extinción", una. "desaparición" de las llamas del deseo y de los vínculos. En el estado definitivo de Fana el sufí islámico es así mismo una "disolución", una fusión de la identidad individual en la unión con la existencia universal."

Ralph Metzner
pág. 232-239, Las grandes metáforas de la tradición sagrada



"El camino hacia el. hogar, o de regreso, es una transformación evolutiva, porque a través de la revelación de sus capacidades latentes el individuo llega a ser consciente de su unión con la fuente-Yo original. E1 camino de regreso es, también, una transformación involutiva, en el sentido de que es el volver sobre los pasos, de uno, el desarrolló de la personalidad hacia atrás del contexto o fundamento, el cual lo abarca y contiene todo, de la existencia pura. El viaje de regreso también nos devuelve al Espíritu; éste es un proceso de revelación y desarrollo... y también es un proceso envolvente (...) El reconocer es el re-conocer, el "volver a conocer", el volver a descubrir lo que había al principio. En el camino de regreso experimentarnos la "conmoción del (auto) reconocimiento". El viaje de regreso es de autorevelación, durante el cual nos hacemos una idea de nuestra naturaleza verdadera; y alcanzamos la conciencia de la alineación de nuestra conducción previa. Es posible que veamos, si se nos permite este honor, "la cara primordial que habíamos visto antes de nuestro nacimiento."

Ralph Metzner
pág. 223-224, Las grandes metáforas de la tradición sagrada



"La idea de que la conciencia normal y cotidiana está caracterizada por la dispersión y la fragmentación es difícil de aceptar para mucha gente, y el darnos cuenta de ello no resulta nada consolador cuando lo observamos en nosotros mismos."

Ralph Metzner
pág. 159, Las grandes metáforas de la tradición sagrada



"La ignorancia y la falta de comprensión son siempre simbolizadas por la ceguera, sordera o pensamiento nublado o tapado; la penetración, la percepción verdadera y la conciencia espiritual son experimentadas como quitar un velo, como una "re-velación", un des-cubrimiento, como la des-ilusión."

Ralph Metzner



“La transformación de un estado de cautividad a un estado liberado está reflejada en la diferencia entre nuestros conceptos de suerte y destino. La suerte la cual corresponde al llamado karma en la tradición india, es inevitable, fija, y basada en el pasado, o en lo que ha sido decretado (suerte), o en nuestras acciones pasadas (karma). Sentimos que somos las víctimas pasivas de la suerte, atrapados en su telaraña o red. Por otra parte, el destino, que corresponde más o menos al concepto indio de dharma se orienta hacia el futuro, libre y flexible: es nuestro objetivo o destino, lo que optamos a ser o hacer... nuestra intención. Realizamos nuestro destino ejerciendo nuestro libre albedrío. Pero de hecho, hasta que nuestro albedrío no sea liberado de las consecuencias fatídicas o inevitables de nuestras acciones pasadas y tendencias kármicas, no podemos ejercer esa libertad. Potencialmente, tenemos libre albedrío en teoría, pero no en la práctica o en nuestra realidad... no hasta que estemos liberados. Cuando, a través del proceso y la práctica de la transformación, ya no experimentamos la sensación de ser como víctimas de nuestra suerte, podemos llegar a convertirnos en maestros de nuestro destino.”

Ralph Metzner




"Las tradiciones espirituales y místicas de Oriente y Occidente han distinguido coherentemente entre dos aspectos del desarrollo o dos fases del proceso de transformación. Utilizando la metáfora del camino o del viaje, éstos se expresan simplemente como el viaje de partida y el viaje de regreso. La vida ordinaria es un viaje de partida... hacia la materia, los cuerpos físicos, y la existencia mundana; a menudo nos perdemos, somos encarcelados o exiliados durante este viaje. El viaje de regreso es la búsqueda de nuestros orígenes, la búsqueda para recordar nuestro objetivo y para volver a encontrar la luz interior, de la cual hemos sido separados."

Ralph Metzner
pág. 219, Las grandes metáforas de la tradición sagrada



"Los velos nos cubren los ojos, obstruyendo y distorsionando nuestra visión de la realidad. Velos similares obstruyen la percepción de nosotros mismos, nuestra imagen y, así, distorsionan y oscurecen la conciencia de nuestra naturaleza o identidad verdaderas. La psicología de Carl Jung habla de este concepto ilusorio y artificial de uno mismo como la persona: la máscara que fabricamos para la apariencia; una especie de identidad que "nos "envuelve" para esconder nuestro Yo real. La persona era, en realidad, la máscara a través de la que los actores romanos hablaban cuando actuaban, y persona es la base de nuestra palabra personalidad. Esto implica que la personalidad o ego es un tipo de envoltura o máscara, y que el individuo "real" está escondido debajo."

Ralph Metzner


"Se podría decir que todos somos "personalidades múltiples" hasta cierto punto, puesto que todos tenemos varios papeles e identidades."

Ralph Metzner