“A lo lejos, en la penumbra que reina al fondo, está una figura solitaria, siempre doliente, siempre inmóvil. Tiene silueta de mujer, aunque gastada, debilitada. Tiene rostro de mujer, sólo que fantasmal, impertérrito, cuyos ojos miran sin ver, cuyos labios no se mueven, cuyas mejillas jamás colorea la sangre; es un rostro que la frescura de la salud y la felicidad nunca más visitarán. ¡Qué desconsolada, qué admonitoria figura de sorda congoja y de paciente dolor para adornar el fondo de una imagen en la que priman el amor, la belleza y la juventud!”

William Wilkie Collins



“Cuando desaparece la confianza entre dos personas que se aman, desaparece a la vez todo lo demás. A partir de ese momento, se encuentran en la misma situación que si fueran dos desconocidos y han de observar normas de etiqueta.”

William Wilkie Collins



“¿Cuándo hieren más las vanas lamentaciones? ¿Cuándo se cubre un futuro incierto de negros nubarrones? ¿Cuándo merece la pena menos vivir y la muerte acude al pensamiento con mayor frecuencia? En las terribles horas del amanecer, cuando nace el sol en toda su gloria y los pájaros cantan su quietud del nuevo día.”

William Wilkie Collins



“El horrible misterio se cierne sobre nosotros en esta casa entra en mi cabeza como licor y me hace salvaje.”

William Wilkie Collins



“El silencio es seguro.”

William Wilkie Collins



“La paz rige el día donde la razón rige la mente.”

William Wilkie Collins




“Las lágrimas corrieron por su rostro. Su mano temblorosa buscó el apoyo de la mesa para poder sostenerse, mientras me tendía la otra. La tomé entre las mías, estrechándola con firmeza. Cayó mi cabeza sobre aquella mano fría. Mis lágrimas la humedecieron y mis labios se apretaron contra ella. No fue un beso de amor. Fue una contracción de agonía desesperada.”

William Wilkie Collins



“Le diré adiós a este mundo que me ha mezquinado la felicidad que a otros les da. Le diré adiós a una vida que sólo una pizca de bondad de parte de usted podría convertir alguna vez en una cosa agradable, de nuevo, para mí. No me condene, señor, por este final.”

William Wilkie Collins



“Nuestras palabras son gigantes cuando nos hacen daño, y enanos cuando nos hacen un servicio.”




“Se apoyaron sus brazos sobre la mesa y la rubia cabeza se desplomó pesadamente sobre ellos. Una mirada más de eterna despedida y se cerró la puerta tras de mí. Había empezado a abrirse entre nosotros el inmenso abismo de la separación.”

William Wilkie Collins



“Si muero, ninguno de ustedes llegará a saberlo. No proyectará mi muerte su sombra de tristeza sobre las vidas de ellos dos ni tampoco sobre la suya. Olvídeme y perdóneme. No pierda, como la pierdo yo, la primera de la más noble de todas las esperanzas de los mortales, la esperanza en la vida misma y en el porvenir.”

William Wilkie Collins




“Siempre he mantenido que existe un fenómeno importante en la sociedad moderna: la enorme prosperidad de necios.”

William Wilkie Collins







“-Soy un enigma viviente... Y usted quiere conocer la clave -dijo. La clave está, como dicen los ingleses, en una cáscara de avellana. Existe la errónea creencia de que los meridionales poseen una gran imaginación. Jamás ha habido equivocación más grande. No encontrará usted personas menos imaginativas que italianos, griegos o españoles. Para todo lo fantástico, para lo espiritual, son espíritus muertos. De vez en cuando nace un genio entre ellos, y esta excepción confirma la regla. Pues bien, yo, sin ser un genio, soy, a mi manera, una de esas excepciones. Poseo esa imaginación tan común entre ingleses y alemanes y tan rara entre italianos, españoles y demás meridionales. ¿Y cuál es el resultado? En mí se ha convertido en una enfermedad. Estoy llena de presentimientos que hacen terrible esta desdichada vida mía. No importa ahora cuáles son. Basta con decir que me dominan por completo...Me empujan por mar y tierra según su capricho. ¡Ahora mismo estoy siendo presa de ellos y me torturan!”

William Wilkie Collins




“Todo lo bueno que en este mundo podamos hacer, con nuestros afectos, con nuestras facultades, se eleva al mundo eterno que está más allá, muy por encima de nosotros, como canto de alabanza que entona la Humanidad a Dios. Entre los miles, miles de tonos que en todo momento se suman para henchir la música de ese cántico, están los que suenan con más potencia y con más grandeza aquí, y están los tonos que transitan con más dulzura y con más pureza hacia el Trono Imperecedero, los que se mezclan en perfectísima armonía con el himno que canta el coro de los ángeles. Hágase esa pregunta en lo más profundo de su corazón y responda, entonces: ¿No es posible, acaso, que la vida más oscura, una vida incluso como la mía, se dignifique gracias a una aspiración duradera dedicada a un noble propósito?”

William Wilkie Collins




“¿Y esto es todo? Esto es todo. ¿Existe alguna explicación al misterio del hotel encantado? Pregúntate tú mismo, querido lector, si existe explicación al misterio de la vida y de la muerte.”


William Wilkie Collins