"A los hombres les gusta, generalmente, verse reflejados en espejos turbios."

Par Lagerkvist



Abandonado por el cielo

"Abandonado por el cielo de la mañana y las estrellas,
por la hierba del verano y la fresca lluvia de la primavera,
por el manantial de todos los mortales.
Abandonado.

Todos han huido, todos mis amigos,
el viento del verano, la hierba cubierta de rocío en la
mañana,
el olor del bosque después de la lluvia, yo estoy
completamente solo,
todas las fuentes de vida han callado.
Abandonado, abandonado.

¿Por dónde va el camino hacia la oscuridad,
la misericordiosa, la blanda?
¿Dónde está la puerta de salida en el muro del país de la
vida,
la puerta baja, donde uno se doblega?"


Par Lagerkvist


"Barrabás era un mocetón de unos treinta años, robusto, de pálida tez, barba rojiza y cabellos negros. Las cejas parecían también negras, los ojos se hundían en las órbitas, como si la mirada hubiera querido esconderse. Bajo uno de ellos descollaba una profunda cicatriz, que desaparecía en la barba..
(...)
Aquella infeliz tras ser ultrajada numerosas veces por todos los miembros de la cuadrilla de bandidos, que capitaneaba Eliaho, fue vendida a una casa pública de la ciudad. Allí, cuando se dieron cuenta de su estado, la echaron a la calle, donde, poco después, apareció su cadáver. Nadie sabía de quien era la criatura y la misma madre no lo hubiera podido decir; pero la había maldecido en sus entrañas."

Par Lagerkvist
Barrabás



"¿Cómo es posible querer sufrir, cuando no es necesario y nadie obliga a uno a sufrir? Era incomprensible. Esa sola idea, en verdad, inspira una especie de repugnancia."

Par Lagerkvist


"El amor es algo que muere. Y cuando muere se pudre, pero puede servir de humus para un nuevo amor. De modo que aquel amor ya muerto continúa viviendo una vida secreta en el nuevo amor, y así nos hallamos con que el amor es inmortal."

Par Lagerkvist



"Él, Barrabás, se hallaba en realidad más cerca moralmente de aquel hombre que cualquiera; estaba unido al Maestro, si bien de una manera muy particular. ¡Y eso que le rechazaban! El elegido era él, podría decirse. ¡No había tenido que sufrir! ¡Había eludido los tormentos! El era el verdadero elegido, él quien habían soltado en lugar del Hijo de Dios, porque el Hijo de Dios deseaba que así fuera ¡Y hasta lo había ordenado! ¡Y los demás no tenían siquiera la menor sospecha!"

Par Lagerkvist


"El destino humano era uno solo. Cuando se ha cumplido, ya no puede esperarse nada. Sólo los dioses poseen múltiples destinos y nunca tienen necesidad de morir. Ellos poseen todo y sobreviven a todo. Lo tienen todo..., menos la felicidad del hombre. No la conocen nunca, y por eso nunca se la envidian. Y nada los vuelve tan malos y crueles como la temeridad de los hombres para ser felices, la temeridad de los hombres para olvidarlos ante la dicha terrenal. Entonces desatan su venganza. Y les ponen una rama de su árbol en la única mano que les queda."

Par Lagerkvist


"El entusiasmo no es el mismo que la primera vez, pero uno se resigna a lo inevitable. La gente empieza a comprender que hay que aceptar el destino y que no es posible vivir solamente para ser feliz."

Par Lagerkvist



"El fuego que arde en el interior de la tierra es como el calor del alma que, como ella, proviene del sol, el sagrado sol cuyo culto celebrábase antaño, el sol del que emanan todas las almas, fuente de toda vida y de la luz que ilumina a todos los astros del universo. Porque nuestro mundo es sólo una de las innumerables estrellas que pueblan los universos."

Par Lagerkvist


"Es difícil comprender a un ser humano que no se odia; uno se halla ante él desarmado, sin nada para ponerlo al descubierto."

Par Lagerkvist


“…Es el atardecer cuando uno se aleja,
a la caída del sol.
Es entonces cuando se abandona todo.”

Par Lagerkvist




"Es incomprensible que él consienta en albergar aquí a tantos intrusos. Y más increíble todavía que pueda sentarse a escuchar sus estúpidas charlas. Acepto que pueda escuchar un momento a los poetas que recitan sus versos y a los que puede considerarse como bufones, tales como los que siempre han existido en las cortes. Ellos celebran la nobleza y la pureza del alma humana, cantan los grandes acontecimientos y las proezas de los héroes, y de esto nada hay que decir, especialmente si alaban al príncipe en sus poemas. El hombre necesita ser adulado, de lo contrario no llega a ser lo que debe ser, ni siquiera ante sus propios ojos. Y hay, tanto en el presente como en el pasado, muchas cosas nobles y hermosas que nunca habrían sido nobles y hermosas si no las hubieran cantado."

Par Lagerkvist


"Es posible que todo tenga un sentido, cuanto sucede y cuanto preocupa a los hombres. Pero la vida ni tiene ni puede tener sentido alguno. Por consiguiente, es imposible descubrírselo."

Par Lagerkvist


"Esa mujer debía de ser su madre, aunque en nada se le parecía. Pero ¿Quién hubiera podido asemejársele? Tenía el aspecto de una campesina ruda y tosca. De vez en cuando, se pasaba el dorso de la mano sobre la boca y la nariz, que le goteaba, porque estaba a punto de llorar. Sin embargo, no lloraba. Su pesar era diferente del de los otros, como era diferente la forma en que lo miraba. Sí, era su madre. Experimentaba, sin duda, una compasión más profunda que la de cualquier otro; pero parecía reprocharle haberse prestado para hacerse crucificar. Lo había querido, sin duda, Él, tan puro e inocente, y no podía aprobar su conducta. Siendo su madre, estaba segura de que era inocente. Nunca lo hubiera considerado culpable. Sea cual fuere lo que hubiese hecho, lo habría considerado siempre inocente."

Par Lagerkvist



"Existe una gran diferencia entre los enanos y los niños. Por lo general se cree que son iguales porque son del mismo tamaño, pero no hay tal cosa. A menudo se obliga a los enanos a jugar con los niños sin pensar que un enano es lo contrario de un niño, puesto que ha nacido viejo. Que yo sepa, los niños enanos no juegan nunca."

Par Lagerkvist



"Había mucha gente y mucho tiempo pasó antes que todo hubiese concluido. Pero los crucificados no cesaban de dirigirse palabras de consuelo y de esperanza. A Barrabás nadie le hablaba."

Par Lagerkvist


"Has ayudado al príncipe de este mundo -dijo-, al hombre a quien perteneces según tu placa de esclavo y no al Señor, cuyo nombre está tachado arriba. Sin saberlo, has servido a tu verdadero dueño. Nuestro Señor es Amor -prosiguió lentamente, y tomando la placa que colgaba en medio del vello gris del pecho de Barrabás miró tristemente el nombre tachado de su Señor y Maestro."

Par Lagerkvist


"La visión de las tres cruces, apenas perceptibles allá arriba, daba escalofríos. Seguramente iba a suceder algo terrible."

Par Lagerkvist





"Los poetas cantan sobre todo al amor, y en eso tienen razón, porque nada como el amor necesita ser transformado en otra cosa que lo que realmente es. Las damas, entonces, se ponen melancólicas y sus pechos se hinchan de suspiros, y los hombres adoptan un aire ausente y soñador, porque todos saben lo que realmente es el amor y por eso convienen en que un poema que lo disfrace tiene que ser una bella poesía."

Par Lagerkvist



"No, nada hay de humillante en mostrarse a los demás tal cual se es y nadie tiene la propiedad exclusiva de su yo."

Par Lagerkvist



"No sé por qué cuento todo esto. Y sobre todo a ti, que eres un extraño."

Par Lagerkvist


"No tenemos derecho de juzgarlo. Estamos todos llenos de defectos, y no es por nuestros méritos por lo que el Señor ha tenido piedad de nosotros. No tenemos derecho a condenar a un hombre porque no tiene Dios."

Par Lagerkvist


Oración fúnebre

Estás muerta.

Puedo mirarte en paz con toda facilidad. Tu frente es
pequeña y redonda. Antes no la había visto. Eres torpe.
Ahora veo que eres torpe.

Tienes pequeños ojos guiñadores. Ahora los veo. Todo
es pequeño y mezquino en tu casa. Tus cabellos son
rebeldes, gruesos, groseros. Ahora lo veo. Tu labio pende
como el de una muchacha de cocina.
Ahora todo lo veo.
Estás muerta. Tú no eres nada.

Tú sólo eras una muchacha de cocina, una sucia. Una
que debía morir.
Pero yo te amaba. Eso era.

Ahora esto ha concluido. Ahora tú has muerto.
Me agradaba acariciar tus cabellos tanto, cuando ellos
eran vivos. Yo amaba todo lo que había de feo en tu
casa, tanto cuando esa fealdad era viviente.

Ahora esto ha concluido. Ahora tú has muerto.
Yo acariciaba tu cabellera, aunque ella fuese gruesa,
grosera. Yo amaba tus pequeños ojos, cuando ellos
miraban delante de ellos en el mundo, la mañana.

Entonces yo amaba todo en tu casa.
Ahora esto ha concluido. Ahora tú has muerto.
Yo amaba tus grandes pies. Y tus manos agrietadas
las amaba también.
Ahora ellas están muertas. Ahora ya no existe nada.
Es preciso que continúe mi camino, que marche, que marche.
Tú, tú has muerto.
Ahora nada existe.
Ahora, tú, tú has muerto.
Ahora ya no existe nada en el mundo entero. 

Par Lagerkvist


"Pero continuó creyendo que había algo muy extraño en aquel hombre y que no se parecía a nadie. No llegaba a comprender que se trataba de un preso y que había sido condenado a muerte, exactamente como él. No comprendía nada."

Par Lagerkvist



"Por lo general la gente ignora las razones que existen para ser modestos."

Par Lagerkvist



"¿Qué es el juego? Una actividad sin sentido, nada más. Una curiosa manera de entretenerse tomando las cosas no por lo que son sino por lo que a uno se le ocurre que son, por lo que uno finge creer que son. Los astrólogos juegan con los astros, el príncipe juega con sus construcciones, sus iglesias, sus crucifixiones y sus campanarios, Angélica con sus muñecas. Todos juegan, todos fingen algo. Sólo yo me niego a fingir. Sólo yo."

Par Lagerkvist



"Recordó luego el día en que había encontrado al Hijo de Dios y la bondadosa actitud de éste para con ella. Nadie, jamás, le había demostrado tanta bondad. Hubiera podido rogarle que la curara de su enfermedad crónica; pero ella no había querido. Lo hubiera hecho muy fácilmente; pero ella no había querido. Él ayudaba a los que necesitaban ayuda; cumplía grandes obras."

Par Lagerkvist


"Reinaba un tal silencio que yo tenía la impresión de que el mundo entero estaba muerto. Además, de dónde habría llegado el menor de los ruidos, nada podía turbar la calma en ese mundo completamente abandonado.
Sin embargo, algo se hizo oír… creo que hacia la medianoche… como la aproximación de un caballo en la calle de la aldea, era seguramente un caballo por el ruido… y debía estar manco.
No se apoyaba bien sobre una de sus patas, eso se percibía claramente, cada vez más claramente a medida que se aproximaba. Al extremo de la calle tomó el sendero que llevaba a la casa de la muerta, olfateó el muro, el tejado, le dio una vuelta a la casa, finalmente resopló ante la puerta, un largo rato. Tuve la impresión de que acostumbraba hacer así, de que acostumbraba proceder de ese modo. Tal vez sabía que allí quedaba aún un ser humano, uno de esos seres que habían vivido antes en la aldea. Un momento después se marchó, el ruido de su paso irregular fue alejándose cada vez más.
Por fin apareció el alba y sentí como un alivio. Cuando aclaró del todo, el perro descendió de la cama y volvió a refregarse contra mis piernas, gimiendo. Después volvió a saltar al lecho y se acostó junto a la muerta lanzando unos breves aullidos lastimeros. Hizo lo mismo muchas veces, mientras yo continuaba mirando esa mujer a la que había unido mi destino y me preguntaba lo que debería hacer.
¿O era ella quien me había unido a su destino? No podía decirlo.
Comprendí que era indispensable pensar en enterrarla. La levanté… era tan liviana que parecía casi irreal… y la saqué afuera en esa maravillosa mañana, una mañana que era verdaderamente bella con los primeros rayos del sol iluminando las hierbas y los árboles. No lejos de la casa había una lomita, bien asentada bajo el sol, y allí la llevé. Y después de encontrar una pala en el pequeño establo que había cerca de la casa, la enterré. Durante ese tiempo advertí que los pájaros cantaban animadamente. Era raro, porque la víspera no había escuchado ningún canto de pájaro en ese paisaje desolado. ¿No los había habido, o simplemente no me había dado cuenta? Tal vez cantaban sintiéndose dichosos por la llegada de la mañana. Ellos tienen su propia dicha. ¿Por qué no habrían de cantar?
Cuando hube tapado la fosa permanecí un momento con la cabeza baja, y no recibió ninguna otra muestra de devoción. No recité ninguna plegaria ni nada parecido, porque eso no está en mí. Y después abandoné esos lugares, seguido de cerca por el perro. Se encariñó conmigo y me siguió, y continúa siguiéndome.
Y ahora hemos llegado aquí para unirnos a los peregrinos. Pero no soy uno de ellos.
Dejó de hablar. Y quedó luego sumido en sus pensamientos."

Par Lagerkvist
Muerte de Ahasverus


"Según la costumbre de las almas sencillas, traducía con gestos y ademanes sus preocupaciones."

Par Lagerkvist


"Sin embargo, a veces me he preguntado a mí misma si no era un dios que está sentado aquí, a mi lado, con su eterna sonrisa; un dios que desde aquí mira su templo, su Delfos, todo el mundo de los hombres y no hace más que reírse de todo."

Par Lagerkvist


"Sobre la suerte de Barrabás después de este acontecimiento, sobre los lugares en que vivió y las ocupaciones a que se entregó mientras estaba en el apogeo de sus fuerzas, nada se sabe. Muchos creen que, después de su desaparición, se retiró en la total soledad de los desiertos de Judea o del Sinaí, con la intención de meditar sobre el mundo de Dios y el de los hombres. Otros pretenden que se afilió a los samaritanos, que detestan el templo de Jerusalén, el clero y las personas expertas en las Escrituras, y que se le vio durante la Pascua en la montaña sagrada, en el momento del sacrificio del cordero; según afirman, esperaba arrodillado como ellos la salida del sol sobre Gerissim. Más algunos consideran como probado que durante la mayor parte del tiempo fue simplemente el jefe de unos bandidos que actuaban en los declives del Líbano, y que se manifestaba igualmente cruel para con los judíos como para con los cristianos que caían entre sus manos."

Par Lagerkvist



"Solamente yo vivo mi vida de enano. No ando con la cabeza erguida ni el rostro estirado. Yo soy siempre yo mismo, siempre igual; no vivo más que una vida. No llevo ningún desconocido dentro de mí. Y reconozco todo lo que de mí procede, nada surge de los bajos fondos de mi ser, nada se esconde allí a la sombra. Por consiguiente, tampoco siento ese temor que asusta a los demás, el temor de algo extraño, desconocido y misterioso. Nada semejante existe en mí. En mí no existe ningún otro."

Par Lagerkvist


"Sólo Barrabás seguía colgado, con vida aún. Cuando sintió llegar la muerte, a la que siempre había tenido tanto miedo, dijo en las tinieblas, como si a ellas hablase: -A ti encomiendo mi espíritu. Y entregó su alma."

Par Lagerkvist


"Todo el mundo sabe que fue crucificado al mismo tiempo que otros dos; se sabe quiénes eran las personas que se agrupaban alrededor de Él: María, Su madre, y María Magdalena, Verónica y Simón el Cirineo, que había llevado la cruz, y José de Arimatea, que debía sepultarlo. Pero un poco más abajo, en el declive del monte y apartado de los demás, un hombre observó fijamente a aquel que se hallaba clavado en la cruz y siguió la agonía del principio al fin. Se llamaba Barrabás."

Par Lagerkvist


"Todos los hombres encuentran que la vida es demasiado complicada. Sus formas de vida lo son, ciertamente, pero la vida, en sí misma, no sólo no es complicada, sino que, al contrario, se distingue por su gran simplicidad. Por desgracia no lo entienden así, ni comprenden que mejor sería dejarla tranquila en vez de tratar de utilizarla para mil propósitos extravagantes. De todos modos, sienten que el solo hecho de vivir ya es algo maravilloso."

Par Lagerkvist


Un desconocido es mi amigo

Un desconocido es mi amigo
uno a quien no conozco
Un desconocido lejano, lejano
por él mi corazón está lleno de nostalgia
Porque el no está cerca de mi
Quizá porque no existe?
Quién eres tú que llenas mi corazón de tu ausencia
que llenas toda la tierra de tu ausencia?

Par Lagerkvist



"Yo quiero ser el único propietario de todo lo que es mío. Nadie tiene el derecho de apoderarse de eso. Lo que es mío no puede ser más que mío. Y debe serlo hasta después de mi muerte."

Par Lagerkvist


"Yo también leo en el libro de la noche. Pero no puedo interpretarlo. Mi sabiduría consiste en ver lo que está escrito y también en comprender que eso no puede descifrarse"

Par Lagerkvist