“A menudo he admirado la forma mística de Pitágoras, y el secreto mágico de los números.”

Thomas Browne


“Así es el hombre, ese gran y verdadero anfibio cuya naturaleza puede vivir en mundos heterogéneos y separados.”

Sir Thomas Browne


"Cuando no puedo satisfacer mi razón, me agrada secundar mi fantasía."

Sir Thomas Browne


"Deja que la envidia, no la edad, deje arrugas en tus mejillas."

Sir Thomas Browne



“Dentro de mí hay otro hombre que está contra mí.”

Thomas Browne



“Despreciar la muerte constituye una acción hermosa y valiente; pero cuando la vida es más terrible que la muerte, el mayor valor es atreverse a vivir.”

Thomas Browne 


“Donde no puedo satisfacer la razón, me complace entregarme a la fantasía.”

Thomas Browne



“El arte es la perfección de la naturaleza. La naturaleza hizo un mundo y el arte otro.”

Thomas Browne


“El creer solamente en las posibilidades no es fe, sino mera filosofía.”

Thomas Browne 


“El hecho de que algunos nunca hayan soñado es tan improbable como el que algunos nunca hayan reído.”

Thomas Browne


“El mundo creado no es sino un pequeño paréntesis entre eternidades.”

Thomas Browne


“El que censura a los demás, indirectamente se alaba a sí mismo.”

Thomas Browne


"El que tiene lo bastante para poder hacer bien a otros, es rico."

Thomas Browne


"Entre mi tumba y el púlpito desde el cual predico,
Hay un jardín entre los jardines del Paraíso."



Thomas Browne


“Felices son los que van a la cama con gran música.”

Thomas Browne



“La avaricia parece no tanto un vicio como una triste prueba de locura.”

Thomas Browne



“La manera de ser inmortal es morir todos los días.”

Thomas Browne



“Nadie puede justamente censurar o condenar a otro, porque verdaderamente nadie conoce perfectamente a otro.”

Thomas Browne



“No hay carretera o camino que lleve a la virtud.”

Thomas Browne



“No hay hombre solo, porque cada hombre es un microcosmos y lleva todo el mundo en él.”

Thomas Browne


"Sea como fuere mi reposo, permíteme, gran Dios,
volver a despertar al fin contigo.
(...) Oh, venga esa hora en que jamás
me venza el sueño, sino que vigile para siempre."

Thomas Browne
Tomado del libro La vida después de la muerte, página 180


"Sin duda sería codicioso de vida el hombre que deseara vivir cuando el mundo tocara a su fin, y muy poca entereza habría por fuerza de tener quien de la muerte se lamentara en presencia de cuantas cosas la padecen. Si por culpa de la imprenta no hubiera sufrido ya casi todo mortal, o si su tiranía no se hubiera hecho universal, no me habrían faltado motivos de queja; pero en estos tiempos en que yo he vivido para asistir a la más flagrante manipulación de ese invento excelente -el nombre de Su Majestad difamado; el honor del Parlamento desvirtuado; los escritos de ambos impresos de modo tergiversador, intempestivo, falseado- las quejas personales pueden parecer ridículas, y ya pueden los hombres de mi condición sentirse tan incapaces de cometer una afrenta como desesperanzados de verla reparada. Y en verdad que si las obligaciones que tengo para con la insistencia de los amigos, y la pleitesía que debo siempre rendirle a la verdad no hubieran prevalecido en mi interior, mi talante inactivo podría haber hecho algo perpetuo de tales sinsabores; y el tiempo, que va iluminando otros asuntos, me habría aplacado con el remedio de su olvido. Pero como no sólo se imprimen cosas evidentemente falsas, sino que muchas verdaderas se presentan falsamente, en esto último no he podido por menos de considerarme involucrado y afectado; pues aunque no está en nuestra mano enmedar lo primero, sin embargo, al depender de nosotros mismos la reparación de lo segundo, ofrezco ahora al mundo una versión completa y deliberada de esa pieza que con anterioridad se publicó de la manera más inexacta y subrepticia que imaginarse pueda.
Confieso que esta pieza la había yo compuesto hace unos siete años, junto con algunas otras que le son afines, para ejercicio y satisfacción personales en mis ratos libres; por serle comunicada a una persona, acabó siendo del dominio de muchas, y en sucesivas transcripciones se la fue corrompiendo hasta que llegó a la imprenta en una versión enormemente alterada. Quien examine esa obra atentamente, y advierta en ella diversas peculiaridades y expresiones muy personales, se percatará con facilidad de que sus miras no eran públicas; y de que, tratándose de un ejercicio de carácter privado destinado a mí mismo, lo que en él se expone era más una memoria para mi propio uso que una pauta o una regla para los demás; y de que si hay en él, por tanto, alguna singularidad que se corresponda con las ideas concretas de cualquier hombre, no las supera; o si la hay que disienta de ellas, en modo alguno las desautoriza y echa por tierra. Dicha obra fue escrita en un lugar tal, y en condiciones tan desventajosas y precarias, que, lo aseguro solemnemente, desde que la pluma se puso a rasgar el papel hasta que cesó de hacerlo no dispuse de la ayuda de ningún buen libro con el que estimular mi inventiva o aliviar mi memoria; y en consecuencia podría contener numerosos y auténticos deslices que quizá otros ya advirtieron, y desde luego más de los que yo mismo sospechaba. Fue redactada hace muchos años, y manifestaba mis ideas de entonces, que no constituyen ley inmutable para mi juicio en general, el cual sigue desarrollándose en todo momento; y, por tanto, podría haber, en dicha pieza, muchas cosas plausibles según mis antiguas convicciones que ya no resulten conformes con mi yo actual. Hay muchas cosas expuestas de manera retórica, muchas expresiones meramente trópicas que sin embargo ilustraban del modo más justo mis ideas; y en consecuencia hay también muchas cosas que deben tomarse en un sentido laxo y flexible y no ser sometidas al rígido examen de la razón. Finalmente, cuanto se halla contenido en dicha obra está sujeto a la opinión de discernimientos más maduros, y, como ya he declarado, sólo seguiré suscribiéndolo en la medida en que los juicios más respetables e ilustrados lo sancionen con su autoridad; en favor de cuyas consideraciones he hecho público su secreto y puesto su verdad a disposición de los lectores generosos y magnánimos."

Thomas Browne
La religión del médico


“Un poco de agua hace un mar, un pequeño soplo una tempestad de viento.”

Thomas Browne



"Ya que tienes un despertador en el pecho que te dice más de dos mil veces cada hora que hay en ti un espíritu vivo, no pierdas los días en una enojosa dejadez y en el tedio de no hacer nada."

Thomas Browne