“A mí siempre me han atraído las gentes que viven en los márgenes de la sociedad. Me interesaba esa situación en que la persona, bien porque la obligan o bien por decisión propia, vive marginada de la sociedad.”

Rabih Alameddine





"Ahora no hay guerra pero es un lugar donde las tensiones y fricciones son permanentes entre cristianos y musulmanes, Oriente y Occidente, conservadores y liberales. No es un lugar en el que se pueda vivir tranquilamente. Tal vez ya me he acostumbrado a vivir en la intranquilidad y por eso me gusta. En Líbano no tenemos un gobierno con el cual identificamos, ni un símbolo. Se vive de manera tensa y difícil. No sé cómo es vivir en paz y armonía, y me resulta difícil imaginarlo."

Rabih Alameddine



“Algunas cosas no se pueden describir con palabras. La literatura tiene muchos límites. A través de la ficción se puede vivir hasta cierto punto, pero hay muchas cosas que los libros no pueden explicar, esa es la razón por la que se han escrito libros tan malos sobre el amor.”

Rabih Alameddine



“Aquel que se enamora, oculta su pasión y si es casto muere como un mártir. Si deseas ser un mártir podemos arreglarlo fácilmente, pero me parece que ya es un poco tarde para que ocultes tu pasión.”

Rabih Alameddine



“Comencé con los cómics, los leía en los tres idiomas en que se editaban en el Líbano –francés, inglés y árabe-. Luego fueron llegando otros autores hasta que mi pasión por la lectura se convirtió en mi profesión.”

Rabih Alameddine



“Cualquier religión ya sea el cristianismo, el judaísmo o el islamismo es opresiva. Unas más que otras, pero todas ellas oprimen al individuo de alguna manera.”

Rabih Alameddine



“Cuanto más personas estén dominadas por las religiones y más ignorantes sean es mucho mejor para los gobernantes.”

Rabih Alameddine


“Déjame en paz; no me culpes por escoger en la vida el camino que tú has rechazado y que seguiré hasta el día de mi muerte.”

Rabih Alameddine



“El ojo siempre corrige las imperfecciones.”

Rabih Alameddine



“En Beirut, la incesante luz de la muerte lo ilumina todo, más intensa que el sol del Mediterráneo, más intensa que los misiles nocturnos rusos, más intensa que la sonrisa de un bebé. Una guerra interminable lo asola todo.”

Rabih Alameddine



“En Líbano son pocas las mujeres que llevan el pelo corto; seguramente solo una de cada cincuenta lo lleva por encima de los hombros. Supongo que tendrá que ver con la percepción de la feminidad. No queremos parecer diferentes. Hoy yo llevo el pelo recogido en un moño alto, como casi siempre. Rara vez lo llevo suelto, y sin embargo no me planteo cortármelo.”

Rabih Alameddine





"En primer lugar soy un guerrero. He luchado en el ejército de Dios. Desde las costas del monte Líbano hasta las colinas de Tierra Santa, cientos de cabezas de infieles han sucumbido a la fuerza de mi espada. He matado a papistas en Occidente, a bizantinos en el norte y a mongoles en el este. Mi lanza no conoció la piedad a la hora de defender nuestras tierras. Soy temido en todos los rincones del mundo. Los europeos invocan mi nombre para atemorizar a los niños. El valor es mi compañero; el honor monta ante mí y la lealtad a mi lado. Mi espada es rápida; mi lanza, certera. Soy la respuesta a las plegarias de cualquier califa."



Rabih Alameddine


“Haré lo que me pedís si no queda más remedio, pero permitidme que intente por última vez convenceros de que la discreción es lo más aconsejable en los lances del corazón.”

Rabih Alameddine



“La primera vez que lees el libro no sirve: cada hombre merece una segunda cita y cada libro merece ser leído dos veces, créeme.”

Rabih Alameddine



“Me abrí a ti sólo para que me desollaras viva. Cuanto más vulnerable me volvía, más rápido y más hábil era tu cuchillo. A pesar de saber lo que estaba sucediendo, permanecía quieta y dejaba que me desmembraras, tanto te amaba. Tanto.”

Rabih Alameddine




“Mustafa, el marido de Saniya, había adoctrinado a los niños en la creencia de que la pasión es la antítesis de la moralidad. Sólo cuando Amal dejó de lado la sofocante moralidad de su padre pudo experimentar la pasión.”

Rabih Alameddine


“No hay mayor felicidad que conformarse con la vida que nos ha correspondido.”

Rabih Alameddine




“No me interesa formar parte de la cultura dominante, pero eso no significa que sea anarquista. Me gusta que exista porque de lo contrario no sería divertido ir contra ella.”

Rabih Alameddine



“Nosotros somos más de lo que leemos, lo que comemos, lo que vestimos, nuestras parejas...Pero sí, también forma parte de lo que somos.”

Rabih Alameddine



“Orfeo era humano, pero tocaba como un dios, y eso le hizo perder parte de su humanidad y convertirse en semidivino. Lo único que importaba era el tono perfecto, la nota última. Y entonces, como debe sucederles a todos los dioses, él... Se enamoró y volvió a ser humano.”

Rabih Alameddine



“Oscilé ad nauseam entre la necesidad de afirmar mi individualidad y la necesidad de pertenecer a mi clan, aterrorizada por la soledad y aterrorizada por perderme a mí misma en las relaciones. Era la oveja negra de la familia, pero una parte esencial de ella.”

Rabih Alameddine




“Para los nazis había gente innecesaria. Pero es algo que no solo hicieron ellos, lo han hecho y lo hacen muchos otros, y no solo a través de matar, sino a través de la marginación.”

Rabih Alameddine




“Podríamos decir que cuando me teñí el pelo de azul estaba pensando en otras cosas, y dos copas de vino tinto no mejoraban mi concentración.”

Rabih Alameddine




“¿Puede haber algún aquí? No. Ella comprende el allí. Cuando está en Beirut, el hogar es Nueva York. Cuando está en Nueva York, el hogar es Beirut. El hogar no está nunca donde ella está, sino donde no está.”

Rabih Alameddine





"¿Qué tiene el amor no consumado que convierte sus llamas en infiernos? Ni las puertas, ni los muros, ni la lluvia, ni las tormentas de arena, ni los padres, ni desde luego la religión impidieron que el chico fuera visto en determinadas noches subido en la valla de piedra, a escasos metros de la ventana del cuarto de Barbara, declarándole su obsesivo amor en verso. A ella la vieron por la calle no muy lejos de casa, mientras su madre la arrastraba por cualquier medio que tuviera a mano. "¿Por qué?", se dice que suplicaba Barbara. "¿Por qué se me prohíbe incluso disfrutar de la simple visión de mi amado?" "

Rabih Alameddine



“Quería ser escritor desde los cuatro años, aunque hice de todo para retrasar el momento de empezar a escribir. Por eso, antes me dediqué a leer mucho.”

Rabih Alameddine




"Se dice que el talento se salta una generación, lo que significa que mi padre o mi madre debieron de ser grandes palomeros, porque, a diferencia de mi hijo menor, tu tío Yihad, yo desde luego no lo era. No tengo ni idea de dónde habrá sacado el talento, y, gracias a Dios, también tuvo la inteligencia suficiente para parar a tiempo. No me escuchó, claro. Nadie lo hace. Pero un día comprendió por fin que ser palomero es una vocación humilde. Ahora escucha lo que voy a decirte. Sólo porque he admitido que no era un buen palomero no significa que no poseyera otras habilidades. La agenda del destino no es siempre algo desnudo y diáfano."



Rabih Alameddine


“Se siente sola, experimenta la soledad de una ciudad extraña en la que nadie te mira a los ojos.”

Rabih Alameddine



“Siempre intenté caminar por un camino que nunca antes hubiera sido recorrido, tocar lo jamás tocado. Me marché del país del conformismo hacia el país del individualismo. Me marché de un país que condenaba al ostracismo a los inconformistas a uno más tolerante y más hipócrita. Dejé el Líbano y me fui a Estados Unidos.”

Rabih Alameddine




“Soy aquel cuyas letras eran vistas por los ciegos y cuyas palabras eran oídas por los sordos.”

Rabih Alameddine



“Soy poeta. Con tres años, ya era capaz de asombrar a cuantos eran testigos de la elocuencia con que manejaba nuestro ilustre idioma. Aprendí a leer y a escribir. Memoricé a los grandes, a los mediocres y a los muy malos. He ganado más guerras de poesía en los países sirios que cualquier otro contendiente.”

Rabih Alameddine



“Sus dedos exploraron felices toda mi espalda con delicadeza, suavemente, y poco a poco convirtieron mi piel en una barra libre de sensaciones deliciosas. Estaba conmovida. Hundí la cara en la almohada para ocultar mi éxtasis y mis lágrimas.”

Rabih Alameddine