"A nadie ha hecho rico el cultivo del ingenio."

Petronio


"A tal señor, tal criado."

Petronio


"Cada cual carga con lo que más teme perder."

Petronio
El satiricón



“Deja el lugar en que vives y busca otras tierras, ¡oh joven! Y se te abrirán nuevos horizontes.”

Petronio


“El infeliz Tántalo perecía de hambre y de sed, rodeado de frutas sabrosas y agua cristalina, que desaparecían cuando su boca iba a tocarlas. Lo mismo le pasa al tacaño, cuyo oro no le sirve para acallarle el hambre.”

Petronio
El Satiricón, pág. 27



"El mundo quiere ser engañado; pues que lo sea."



Petronio



“La justicia no es más que una mercancía pública y el caballero que preside el tribunal ratifica las transacciones.”

Petronio


"En ese tiempo el gobernador de la provincia ordenó crucificar a varios ladrones cerca de la cripta donde la matrona lloraba sin interrupción la reciente muerte de su marido. Durante la noche siguiente a la crucifixión, un soldado que vigilaba las cruces para impedir que alguno desclavase los cuerpos de los ladrones para sepultarlos, notó una lucecita que titilaba entre las tumbas y oyó los lamentos de alguien que lloraba. Llevado por la natural curiosidad humana, quiso saber quién estaba allí y qué hacía. Bajó a la cripta y, descubriendo a una mujer de extraordinaria belleza, quedó paralizado de miedo, creyendo hallarse frente a un fantasma o una aparición. Pero cuando vio el cadáver tendido y las lágrimas de la mujer, su rostro rasguñado, se fue desvaneciendo su propia impresión, dándose cuenta de que estaba ante una viuda que no hallaba consuelo. Llevó a la cripta, su magra cena de soldado y comenzó a exhortar a la afligida mujer para que no se dejase dominar por aquel dolor inútil ni llenase su pecho con lamentos sin sentido.
-La muerte -dijo- es el fin de todo lo que vive: el sepulcro es la íntima morada de todos.
Acudió a todo lo que suele decirse para consolar las almas transitadas de dolor. Pero esos consejos de un desconocido la exacerbaban en su padecer y se golpeaba más duramente el pecho, se arrancaba mechones de cabellos y los arrojaba sobre el cadáver. El soldado, sin desanimarse, insistió, tratando de hacerle probar su cena. A1 fin la sirvienta, tentada por el olorcito del vino, no pudo resistir la invitación y alargó la mano a lo que les ofrecía, y cuando recobró las fuerzas con el alimento y la bebida, comenzó á atacar la terquedad de su ama:
-¿De qué te servirá todo esto? -le decía-. ¿Qué ganas con dejarte morir de hambre o enterrada, entregando tu alma antes que el destino la pida? Los despojos de los muertos no piden locuras semejantes. Vuelve a la vida. Deja de lado tu error de mujer y goza, mientras sea posible, de la luz del cielo. El mismo cadáver que está allí tiene que bastarte para que veas lo bella que es la vida. ¿Por qué no escuchas los consejos de un amigo que te invita a comer algo y no dejarte morir?
Al fin la viuda, agotada por los días de ayuno, depuso su obstinación y comió y bebió con la misma ansiedad con que lo había hecho antes la sirvienta.
Se sabe que un apetito satisfecho produce otros. El soldado, entusiasmado con su primer éxito, cargó contra su virtud con argumentos semejantes."

Petronio
La matrona de Éfeso



"Entró en la galería un viejo canoso, con cara atormentada, y que parecía anunciar no sé qué cosa grande, pero cuyo aspecto no precisamente bello dejaba claramente adivinar que pertenecía a esa clase de hombres de letras que no goza del favor de los ricos. –“Yo soy poeta”, dijo."

Petronio
Encolpio, en El Satiricón




"La nieve se conserva largo tiempo en lugares incultos y pedregosos, pero en terrenos lisos y surcados por el arado, se derrite en seguida. Lo mismo sucede con la ira: arraiga en un alma grosera, pero pronto desaparece de un espíritu ilustrado."

Petronio
El Satiricón, pág. 180



“La rareza fija el precio de las cosas.”

Petronio



“Mortales insensatos, no es fiéis del porvenir con el corazón henchido de proyectos ambiciosos, ni os dispongáis a gozar durante millares de años de las riquezas adquiridas por el fraude.”

Petronio
El Satiricón, pág. 218




“Mucho se aleja quien de los suyos se aleja.”

Petronio



"Ninguno de nosotros está libre de pecado."

Petronio



“Para poco sirven las leyes donde el dinero es rey, y el pobre nunca ve reconocidos sus derechos.”

Petronio
El Satiricón, pág. 33




“Pásale al maestro de elocuencia lo que al pescador que, como no ponga en el anzuelo el cebo más tractivo para los peces, se aburrirá a la orilla del agua, sin lograr lo que desea.”

Petronio
El Satiricón, pág. 8



"Protégeme, que yo te protegeré."

Petronio




"¿Qué pueden las leyes donde sólo importa el dinero?"

Petronio

  

"Se fue con la mayoría."

Petronio



"Sin embargo, no dejé correr mucho tiempo las lágrimas, sino que con el temor de que encima Menelao, nuestro pasante, para colmo de mis males, me encontrara solo en la posada, recogí mi equipaje y triste arrendé un rincón apartado y próximo al mar. Allí estuve tres día encerrado reconsiderando sin cesar mi soledad y mi humillación; me golpeaba el pecho, que deshacían los sollozos, y entre suspiros salidos del fondo del alma una y otra vez me decía en voz alta:
- Pues ¿no me ha podido tragar la tierra después de esta calamidad? ¿Ni el mar, tan implacable hasta con los inocentes? Escapé de la justicia, vencí en la arena, maté a mi huésped para después de estos títulos de audacia, quedarme abandonado, mendigando y desterrado, en una posada de una ciudad griega."

Petronio
Satiricón


“Sueños... Sueños que nos burlan con sus sombras esquivas...
No llegan de los templos de los dioses
Ni los envían los poderes del aire:
Cada hombre fabrica sus propios sueños.”

Petronio
  


“Sumidos nosotros en el vicio y en la embriaguez, no nos atrevemos ni a elevarnos al conocimiento de las artes inventadas en otro tiempo: detractores de lo antiguo, no conocemos más ciencia que la disolución, de la cual somos ejemplo y precepto vivientes. ¿Qué se hizo la dialéctica? ¿Y la astronomía? ¿Y la moral, camino recto a la sabiduría? ¿A quién se ve hoy entrar en un templo, invocando a los dioses para alcanzar la perfección de la elocuencia o para descubrir los ocultos manantiales de la filosofía? Ni siquiera se les pide la salud. Mira a esa muchedumbre que se encamina al Capitolio: antes de llegar al umbral del templo, uno promete ofrendas, si se le muere un pariente rico: otro, si descubre un tesoro: otro, si antes de morir llega a juntar algunos millones de sextercios. Al senado, al mismo senado, árbitro del honor y de la justicia, le hemos visto ofrecer a Júpiter mil marcos de oro, y así parece despertar la avaricia ajena, puesto que intenta atraerse el favor del cielo a fuerza de dinero.”

Petronio
El Satiricón, pág. 158-159

  


“Te puedes casar o quedar soltero, pero te arrepentirás de las dos cosas.”

Petronio



“Un gran corazón debe perdonar las ofensas. Vence dos veces el que perdona al vencido.”

Petronio
El Satiricón, pág. 39-40


"Vale más excitar la risa que el escarnio."

Petronio