"A pesar de sus mezquinas trapacerías y de su hipocresía, ante las narices del señor no olería peor que algunos otros."

William Faulkner




"A todos ellos, que recortarían sus siluetas entre el verde exuberante del estío y el fulgor regio del otoño y la ruina del invierno antes de que la primavera volviera de nuevo a florecer ya maculados, y algo oscurecidos por el tiempo, y el clima y la entereza pero aún serenos, impenetrables, remotos, con la mirada en nada, no como centinelas, no defendiendo a los vivos de los muertos mediante sus toneladas de peso y su vasta masa, sino antes bien a los muertos de los vivos; protegiendo a los huesos consumidos y vacíos, a las inocuas e inermes cenizas, de la angustia y la congoja y la inhumanidad del género humano."

William Faulkner
Sepultura en el sur: luz de gas


“A veces no entiendo que nadie tenga derecho a decir cuándo un hombre está loco o no lo está. A veces pienso que ninguno de nosotros está loco del todo y que ninguno está cuerdo del todo hasta que la gente se decide a situarnos en uno o el otro lado. Es como si no contara lo que uno hace, sino lo que la mayoría opina de lo que hace.”

William Faulkner
Mientras Agonizo, pág. 183


"Algunas personas son amables sólo porque no se atreven a ser de otra forma."

William Faulkner


"Antes se reconocía a un caballero por sus libros: ahora se le reconoce por los que no ha devuelto."


William Faulkner
El ruido y la furia


“Aquello que se considera ceguera del destino es en realidad miopía propia.”

William Faulkner


"Cada hombre es árbitro de sus propias virtudes."

William Faulkner
El ruido y la furia


“Cómo se deshilachan nuestras vidas camino de allí donde no hay viento ni sonido, los cansados gestos que se repiten cansinamente: ecos de viejos acordes de instrumentos sin cuerdas tocados sin manos: al ponerse el sol adoptamos actitudes furiosas, gestos muertos de marionetas.”

William Faulkner
Mientras Agonizo, pág. 163


“Compartían ese rasgo de los adultos que se convencen de algo ante una actitud de superioridad.”

William Faulkner
El ruido y la furia, pág. 125



“Cualquiera puede caer e el heroísmo, como en un arroyo.”

William Faulkner



"Cuéntanos cómo es el Sur; qué hace allí la gente; por qué viven allí; por qué siguen viviendo."

William Faulkner
¡Absalón, Absalón!




"De cuando en cuando se tienen preocupaciones, pues son muchas las tristezas y aflicciones de este bajo mundo capaces de herir en cualquier sitio, como el rayo. Reconozco que para guardarse hay que confiar mucho en Dios."

William Faulkner
Mientras Agonizo



"(...) Decía que los relojes asesinan el tiempo. Él dijo que el tiempo está muerto mientras es recontado por el tictac de las ruedecillas; Sólo al detenerse el reloj vuelve el tiempo a la vida."



William Faulkner
El ruido y la furia



“Dios les dio a las mujeres una señal para cuando ocurre algo malo.”

William Faulkner
Mientras Agonizo, pág. 49



“El corazón es una sustancia muy dura y duradera.”

William Faulkner


"El dinero no vale nada; Lo que te compras sí."

William Faulkner
El ruido y la furia


“El novelista no es nunca tan bueno como podría haberlo sido.”

William Faulkner


"El pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado."

William Faulkner



“El pecado, el amor y el miedo son sólo los sonidos que las personas que nunca pecaron, ni amaron ni han sentido miedo pronuncian pensando que saben lo que significan esas palabras.”

William Faulkner


“Él que sobre todas las cosas amaba la muerte, y que quizá sólo amaba a la muerte, amó y vivió con deliberada y pervertida curiosidad, tal y como ama un enamorado que deliberadamente se reprime ante el prodigioso cuerpo complaciente, dispuesto y tierno de su amada, hasta que no puede soportarlo y entonces se lanza, se arroja, renunciando a todo, ahogándose.”

William Faulkner



"El sexo y la muerte... la puerta delantera y la puerta trasera del mundo."

William Faulkner


"Él que sobre todas las cosas amaba la muerte, y que quizá sólo amaba a la muerte, amó y vivió con deliberada y pervertida curiosidad, tal y como ama un enamorado que deliberadamente se reprime ante el prodigioso cuerpo complaciente, dispuesto y tierno de su amada, hasta que no puede soportarlo y entonces se lanza, se arroja, renunciando a todo, ahogándose."



William Faulkner
El ruido y la furia


"En ese instante, entre los huérfanos pensativos y modosos, Quintín vio cómo se plasmaba la silueta de una niña vestida con las faldas estiradas y los largos calzones de otros tiempos, con sus suaves y largas trenzas. Parecía guarecerse, ocultarse casi, tras la ordenada verja de un jardincillo triste, aburguesado, y contemplar desde allí el mundo de gigantes de una apacible callejuela aldeana con el aire característico de esos niños que han nacido demasiado tarde, intrusos en la vida de sus padres, condenados a ver toda conducta humana a través de las complicadas y superfluas tonterías que cometen los adultos: un aire de Casandra, sin alegría, severa y profundamente profético, totalmente desproporcionado a la edad de aquella misma niña que nunca había sido joven."

William Faulkner
¡Absalón, Absalón!, página 16


“En mi opinión, los hechos no tienen nada que ver con La Verdad.”

William Faulkner


“En un cuarto extraño, para dormir, tienes que vaciarte. Y antes de vaciarte para dormir, ¿qué eres? Y cuando te vacías para dormir, no eres. Y cuando estás lleno de sueños nunca fuiste. No sé lo que soy. No sé si soy yo o no lo soy.”

William Faulkner
Mientras Agonizo, pág. 66


“En un principio había un solo tema, la historia de Charlotte Rittenmeyer y Harry Wilbourne, que sacrificaron todo en aras del amor para luego perderlo. Solamente después de haber comenzado el libro comprendí que debía dividirse en dos relatos. Cuando concluí la primera parte de «Palmeras salvajes», advertí que algo le faltaba porque la narración necesitaba énfasis, algo que le diera relieve, como el contrapunto en música. Entonces me puse a escribir «El viejo» con el que seguí hasta que se elevó el tono de nuevo. Abandoné el relato de «El viejo» en ese punto -lo que es ahora su primer capítulo— para volver sobre «Palmeras salvajes». En cuanto percibía que volvía a decaer, me obligaba a mí mismo a alcanzar de nuevo el tono alto mediante un nuevo capítulo de su antítesis: la historia de un hombre que encuentra el amor y huye de él -una fuga que termina con el libro—, y que le lleva al extremo de volver voluntariamente a la cárcel en busca de la seguridad. Si finalmente hay dos historias diferentes, sólo es por azar, tal vez por necesidad. Pero en realidad la historia es la de Charlotte y Wilbourne.”

William Faulkner
Sobre su libro Palmeras salvajes



“Entre la nada y la aflicción, elijo la aflicción.”

William Faulkner


"Ernest Hemingway nunca ha utilizado una sola palabra que pueda enviar a un lector al diccionario."


William Faulkner


“Es la función de todo comandante aquella de hacerse odiar por sus soldados, para que cuando acometan una orden en batalla la ejecuten con todo ese odio que reservan para ti, el odio extremo que les lleva a matar... Pero nunca pude imaginar que se pudiera llegar a odiar tanto, tanto odio, que se negaran a obedecer las órdenes de un superior; no se puede odiar tanto, no es posible.”

William Faulkner
Una fábula



“Este es un país libre. La gente tiene derecho a enviarme cartas, y tengo derecho a no leerlas.”

William Faulkner


"Esto ocurrió antes de que entrase en boga reparar las equivocaciones volviéndoles la espalda y huyendo de ellas."

William Faulkner
¡Absalón, Absalón!, página 21



"Fueron y llenaron la maleta. Él no supo nunca cómo ni cuándo Boon consiguió la otra botella. Sin duda míster Semmes se la había dado. Cuando llegaron de nuevo a Hoke, a la puesta del sol, estaba vacía. Podían coger el tren de vuelta para Hoke dos horas más tarde; se dirigieron directamente a la estación, tal como el mayor de Spain y luego McCaslin habían dicho a Boon que hiciera y luego le ordenaron que hiciera, y habían mandado al muchacho con él para que procurara que lo hiciera. Boon tomó el primer trago de su botella en el lavabo. Un hombre con una gorra de uniforme se acercó a decirle que no podía beber allí y miró la cara de Boon una sola vez y no dijo nada. La vez siguiente se estaba sirviendo la bebida en el vaso del agua debajo del borde de la mesa en el restaurante cuando la encargada (era una mujer) le dijo que no podía beber allí y se volvió al lavabo. Boon le había contado al camarero negro y a toda la otra gente del restaurante, que no podían evitar oírle y que nunca habían oído hablar de Lion ni tenían el menor interés en que les hablaran de él, acerca de Lion y de Old Ben. Luego se le ocurrió pensar en el zoológico. Había descubierto que había otro tren para Hoke a las tres de la tarde y así decidió que podrían pasar el tiempo en el zoo y tomar el tren de las tres hasta que volvió del lavabo por tercera vez. Entonces tomarían el primer tren hacia el campamento, cogerían a Lion y volverían al zoológico donde, dijo, los osos se alimentaban con helados y bizcochos y él haría competir a Lion con todos ellos.
De modo que perdieron el primer tren, el que se suponía que debían tomar, pero él metió a Boon en el tren de las tres y de nuevo todo fue bien, con Boon que ni siquiera iba al lavabo sino que bebía en el pasillo hablando de Lion y los hombres a los que importunaba no se atrevían a decirle que no podía beber allí como el hombre de la estación no se había atrevido.
Cuando llegaron a Hoke al atardecer, Boon estaba dormido. El muchacho lo despertó al fin y los bajó a él y a la maleta del tren y hasta le persuadió para cenar algo en la administración del aserradero. Así que él estaba bien cuando subieron al furgón del tren maderero para volver a los bosques mientras el sol se ponía rojo y el cielo ya se oscurecía y el terreno no se helaría por la noche. Era el muchacho quien dormía ahora, sentado detrás de la rojiza estufa mientras el vagón sin muelles saltaba y ensordecía y Boon y el guardafrenos y el jefe de tren hablaban de Lion y de Old Ben porque ellos sabían de lo que Boon estaba hablando y porque aquél era su hogar."

William Faulkner
El oso


“Hay algo triste en el amor, y no es sólo que no pueda durar eternamente, sino que la desesperación que causa se olvida muy rápido.”

William Faulkner


"¿Hay de qué extrañarse porque el cielo dispusiera nuestra perdición?"

William Faulkner
¡Absalón, Absalón!, página 14



“Hay sólo una verdad y abarca todas las cosas que atañen al corazón.”

William Faulkner
Desciende, Moisés



“Hombre pobre, humanidad pobre.”

William Faulkner


“Inteligencia es el poder de aceptar el entorno.”

William Faulkner


"La mala salud es la razón primordial de la vida. Engendrado por la peste, en el seno de la corrupción, en decadencia."



William Faulkner
El ruido y la furia



“La meta de todo artista es detener el movimiento, que es la vida, por medios artificiales, fijándola así para que, al cabo de cien años, cuando un desconocido la vea, vuelva a moverse.”

William Faulkner



"La Sabiduría suprema era tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen."

William Faulkner



“La sangre paterna odia, llena de amor y de orgullo, mientras que la sangre materna, llena de odio, ama y cohabita.”

William Faulkner


"La senda avanza recta como una plomada, desgastada por las pisadas y dura como un ladrillo cocido por el mes de julio, entre verdes hileras de algodón cortado, al granero, donde gira y rodea el granero en cuatro suaves ángulos rectos y continúa de nuevo a través del campo, desgastada por las pisadas en decreciente precisión."


William Faulkner

Mientras Agonizo



“La vida es un camino sin retorno.”

William Faulkner



"Las ideas no me interesan; solo me interesan los hombres."

William Faulkner


"Las mujeres no son más que órganos genitales articulados y dotados de la facultad de gastar todo el dinero del hombre."

William Faulkner


“Las personas para las que las que el pecado es sólo una cuestión de palabras, la salvación también es sólo palabras.”

William Faulkner
Mientras Agonizo, pág. 140


"Le amaba no sólo a pesar sino por el hecho de ser él mismo incapaz de amor."


William Faulkner
El ruido y la furia



“Leer, leer, leer todo, clásicos, desconocidos, buenos, malos, ver cómo escriben, leer y absorberlo. Luego escriba. Si es bueno lo conservas, sino lo tiras por la ventana.”

William Faulkner



“Lo más triste del amor es que no sólo no puede durar siempre, sino que las desesperaciones son también olvidadas pronto”

William Faulkner


"Lo más triste es que la única cosa que se puede hacer durante ocho horas al día es trabajar."

William Faulkner



"Lo que se considera ceguera del destino es en realidad propia miopía."

William Faulkner




“Lo terrible del hombre es que puede soportar todo, hasta lo insoportable.”

William Faulkner



“Los que pueden actúan, y los que no pueden, y sufren por ello, escriben.”

William Faulkner




“Luego Ben volvió a gemir prolongadamente sin esperanza. No era nada. Sólo un sonido. Podría tratarse de todo el tiempo y la injusticia y la pena unidas y aulladas en un instante por una conjunción de planetas.”

William Faulkner
El ruido y la furia, pág. 299




“Mi padre decía que la finalidad de la vida es prepararse para estar muerto.”

William Faulkner
Mientras Agonizo


"No es cuando adviertes que nada sirve de ayuda -religión, orgullo, nada- es cuando adviertes que no necesitas ayuda."



William Faulkner
El ruido y la furia



“No es que pueda vivir, es que quiero. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la memoria existiera fuera de la carne no sería memoria porque no sabría de qué se acuerda y así cuando ella dejó de ser, la mitad de la memoria dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena.”

William Faulkner
Las palmeras salvajes



“No fue hasta el Premio Nobel cuando realmente me tuvieron en cuenta. No podían entender mis libros, pero pudieron entender los 30.000 dólares.”

William Faulkner



“No me interesan las ideas sólo los hombres.”

William Faulkner



"No necesitaba perros para matar las piezas que dejaban la huella de sus patas en el jardín, frente a la puerta trasera; puesto que las cazaba por medio de seres humanos que le pertenecían en cuerpo y alma, y de quienes se contaba y se creía que eran capaces de acercarse a un gamo echado y degollarlo, sin darle tiempo para moverse."

William Faulkner
¡Absalón, Absalón!, página 33



“No puedes comer ocho horas al día, ni puedes beber ocho horas al día, ni hacer el amor ocho horas al día. Lo único que puedes hacer durante ocho horas es trabajar. Esa es la razón por la cual el hombre es tan miserable e infeliz como también los que están a su alrededor.”


William Faulkner





“No te molestes en ser mejor que tus contemporáneos o tus predecesores, intenta ser mejor que tú mismo.”

William Faulkner


"Nos hemos librado del amor como nos hemos librado de Cristo (...) Si volviera Jesús lo crucificaríamos en seguida en defensa propia, para justificar y preservar la civilización que hemos trabajado y sufrido y matado gritando y maldiciendo con rabia e impotencia y terror por dos mil años para crearla y perfeccionarla a imagen y semejanza del hombre; si volviera Venus sería un hombre que se masturba en una letrina del subterráneo."



William Faulkner


“Nunca comas en un lugar llamado Mamá. Nunca juegues cartas con un hombre que se parezca a un perro... y nunca te acuestes con una mujer que haya tenido más problemas que tú.”

William Faulkner


"(...) Nunca se gana una batalla dijo. Ni siquiera se libran. El campo de batalla solamente revela al hombre su propia estupidez y desesperación, y la victoria es una ilusión de filósofos e imbéciles."


William Faulkner
El ruido y la furia


"Nunca tengas miedo de levantar tu voz por la honestidad, la verdad y la compasión, contra la injusticia, la mentira y la ambición. Si más gente lo hiciera, cambiarían al planeta."

William Faulkner



"Para ser grande hace falta un 99 por 100 de talento, un 99 por 100 de disciplina y un 99 por 100 de trabajo."

William Faulkner


"Pero fue esa misma vanidad la que ideó la casa y la levantó, sin otro instrumento que sus dos manos, en aquel extraño solar, a pesar de todas las probabilidades de que la comunidad interviniese con la hostilidad característica de los hombres ante aquello que no alcanzan a comprender."

William Faulkner
¡Absalón, Absalón!, página 16


“Pero tampoco entiendo bien que nadie tanga derecho a decir quién está loco y quién no. Es como si en cada hombre hubiera una personalidad que está más allá de la cordura y la locura, que contempla las acciones cuerdas o locas de ese hombre con el mismo horror y el mismo asombro.”

William Faulkner
Mientras Agonizo, pág. 188


"Quintín había crecido entre todo ello; hasta los nombres mismos eran intercambiables y sumaban millares. Su niñez estaba poblada de nombres; su propio cuerpo era como un salón vacío lleno de ecos de sonoros nombres derrotados; él no era un ser, una persona, en una comunidad. Era un cobertizo lleno de espectros tercos que miraban hacia atrás y que —después de cuarenta y tres años— no se habían repuesto de la fiebre que había curado el mal; despertaban de la fiebre sin sospechar que habían estado luchando contra ella, no contra la enfermedad misma, y contemplaban con recalcitrante tozudez el pasado, más allá de la fiebre, veían la dolencia con verdadera nostalgia; debilitados por la fiebre, pero curados al fin, no comprendían que su libertad era la de la impotencia."

William Faulkner
¡Absalón, Absalón!, página 6


“Quizás tuvieron razón en colocar el amor en los libros... Quizás no podía existir en ningún otro lugar.”

William Faulkner


"Recordaba que mi padre solía decir que la razón para vivir era prepararse para estar muerto durante mucho tiempo. Y cuanto tenía que verlos día tras día, cada cual con sus pensamientos egoístas y secretos, cada cual con su sangre distinta a la de los demás y a la mía, y pensaba que al parecer era mi único modo de prepararme para estar muerta, odiaba a mi padre por haberme engendrado. Solía estar deseando que cometieran alguna falta, para así poder zurrarles. Cuando la vara caía, podía sentirla en mi propia carne; cuando les levantaba cardenales y verdugones, era mi sangre la que corría, y a cada golpe de vara pensaba: ¡Ahora vais a saber quién soy! Ahora soy alguien en vuestras vidas secretas y egoístas, soy quien ha marcado para siempre vuestra sangre con la mía."

William Faulkner
Mientras agonizo


“Se diría que el hombre puede soportarlo todo. Incluso lo que no ha hecho. Incluso la idea de que no puede soportar más.”

William Faulkner



"Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás."

William Faulkner


"Se puede ignorar el sonido durante mucho tiempo, pero luego un tictac instantáneo puede recrear en la mente intacta el largo desfilar del tiempo que no se ha oído."



William Faulkner
El ruido y la furia



“Si me fuera a reencarnar, quisiera volver al mundo como un buitre: nadie lo odia, ni lo envidia, ni lo desea, ni lo necesita; jamás lo molestan y nunca está en peligro; además, le mete el diente a cualquier cosa.”

William Faulkner


"Si tuviera que escoger entre el dolor y la nada, escogería el dolor."



William Faulkner
Las palmeras salvajes




“Si uno pudiera deshilacharse en el tiempo... Sería tan agradable. Sería tan agradable si uno pudiera deshilacharse en el tiempo.”

William Faulkner
Mientras Agonizo, pág. 165





"Si yo no hubiese existido, alguna otra persona me habría escrito."

William Faulkner



"Siempre se lamenta haber adquirido hábitos frívolos."



William Faulkner
El ruido y la furia

"Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr."

William Faulkner


"Todos hablaban a la vez, insistentes y contradictorias sus voces, convirtiendo lo irreal en posible, luego en probable, después en hecho incontrovertible, como hace la gente al transformar sus deseos en palabras."


William Faulkner
El ruido y la furia

“Tal vez la única cosa peor que tener que dar gratitud constantemente es tener que aceptarla.”

William Faulkner



“Un artista es una criatura impulsada por demonios.”

William Faulkner



“Un escritor debe enseñarse a sí mismo que la cosa más baja de todas es tener miedo.”

William Faulkner



“Un escritor es intrínsecamente incapaz de decir la verdad; por eso llamamos ficción a lo que escribe.”

William Faulkner



“Un escritor necesita tres cosas: la experiencia, la observación y la imaginación, dos de las cuales, a veces una de las cuales, puede suplantar la falta de las demás.”

William Faulkner



“Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.”

William Faulkner

  

"Un paisaje se conquista con las suelas de los zapatos, no con las ruedas del automóvil."

William Faulkner



“Una de las cosas más tristes es que lo único que un hombre puede hacer durante ocho horas, día tras día, es trabajar. No se puede comer ocho horas, ni beber ocho horas diarias, ni hacer el amor ocho horas... lo único que se puede hacer durante ocho horas es trabajar. Y esa es la razón de que el hombre se haga tan desdichado e infeliz a sí mismo y a todos los demás.”

William Faulkner


“Uno no puede escapar de lo que ha hecho mal.”

William Faulkner
Mientras Agonizo


“Vivir en cualquier parte del mundo hoy y estar contra la igualdad por motivo de raza o de color es como vivir en Alaska y estar contra la nieve.”

William Faulkner


"Y luego me di cuenta de que era de esa clase de individuos a los que no se les ve a primera vista, aunque estén solos en el fondo de una piscina de cemento vacía.
Cuando se me acercó el individuo, yo le dije de golpe: “No voy a Memphis, si es eso lo que quieren. Voy más allá de Jackson, en Tennesse”. Y él dijo:
—Me parece muy bien. Es justamente lo que necesitamos. Nos haría usted un gran favor.
—¿Adónde quieren ir?
Y él me miraba como mira un tipo que no está acostumbrado a mentir y que intenta inventar rápidamente algo, aun sabiendo que no le van a creer."

William Faulkner
Luz de agosto