Adonais

Pero ahora tu más joven, tu más querido, ha muerto,
aquel que en tu viudez amamantaste
y creció cual flor pálida
por una triste virgen protegido,
con lágrimas de amor sincero
en lugar de rocío, alimentado.
Tú, la más musical de las llorosas,
llora otra vez. Tu última esperanza,
la más querida y última,
esa flor cuyos pétalos se helaron
antes de florecer en promesa de fruto,
ya está marchita. Yace el lirio roto
y la tormenta pasa.

Percy Bysshe Shelley



“Amor: sólo una eternidad que no se alcanza.”

Percy Bysshe Shelley



"Cambio, pero no puedo morir."

Percy Bysshe Shelley
Tomada del libro de Richard Tarnas Cosmos y Psique, página 221



“¡Cómo se arrastran, semejantes a gusanos de la muerte, los momentos sin alas!”

Shelley


"Conocía a un viajero de una tierra antigua

que me dijo: Dos enormes piernas de piedra, sin tronco,
se alzan en el desierto. Cerca de ellas, en la arena,
yace semihundido y roto, un ceñudo rostro, cuyos labios
fruncidos y su mueca desdeñosa y fría nos dicen
que su escultor conocía bien las pasiones
que todavía sobreviven estampadas en esas cosas sin vida;
nos hablan de la mano que las imitó y el corazón al que alimentaron.
Y en el pedestal se leen estas palabras:
"Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes.
¡Mira mis obras, oh poderoso, y despierta!".
Junto a ello, nada más resta. Alrededor de esas ruinas
colosales, desnudas y sin límites
se extienden a lo lejos, solitarias, las arenas."

Shelley


“Cuando la lámpara se hace añicos, la luz yace muerta en el polvo.
Cuando la nube se deshilacha, se derrama la gloria del arco iris.
Cuando el laúd se despedaza, dulces melodías pasan al oído.
Cuando los labios han hablado, los amados acentos pronto se olvidan.”

Shelley


“Cuanto más estudiamos, más descubrimos nuestra ignorancia.”

Shelley



“El alimento de los poetas es amor y fama.”

Shelley



“El amor es libre: prometer que se amará a alguien para siempre es un absurdo.”

Shelley



“El amor es un espíritu dentro de dos formas.”

Shelley




“El hombre
de alma virtuosa no manda, ni obedece:
el poder, cual peste asoladora,
contamina cuanto toca, y la obediencia:
maldición de todo ingenio, virtud, libertad, verdad,
hace esclavos de los hombres, y, del armazón humano:
un autómata mecanizado.”

Shelley




"El deseo de la polilla de alcanzar la estrella, de la noche que se convierta en mañana; la devoción de algo distante y fabuloso, nos puede llevar de la alegría a la tristeza."

Shelley




“El hombre que quiere ser hombre debe atender al gobierno de sí mismo. En ello debe ser supremo y establecer el propio trono de su voluntad vencida, apagar la anarquía de las esperanzas y de los temores: ser exclusivamente él solo.”

Shelley



“El marido y la esposa deben continuar unidos solamente mientras se amen. Toda ley que les obligue a cohabitar por un solo momento después de haber desaparecido su afecto constituye la más intolerable tiranía.”

Shelley



"El orgullo humano sabe inventar los nombres más serios para ocultar su propia ignorancia."

Shelley



"El placer que existe en la tristeza es más dulce que el placer del mismo placer."

Shelley



“El tiempo es la conciencia que tenemos de la sucesión de ideas en nuestro espíritu.”

Shelley



"En una palabra, el hombre siempre ha respetado las causas desconocidas, los efectos sorprendentes que su ignorancia no le permitió desentrañar. Fue en este desconocimiento de la naturaleza que el hombre erigió el coloso imaginario de la Divinidad."


Shelley


"Enséñame siquiera la mitad del júbilo
que debe tu centro conocer
brotará una armoniosa
locura de mis labios
que el mundo escuchará
como yo escucho ahora."

Shelley
A una alondra


“Estoy profundamente borracho en alegría esta noche, no probaré ningún otro vino esta noche.”

Shelley


"Ha caído la máscara odiosa, el hombre queda sin su cetro: libre, sin coerciones, hombre igualitario, sin clase, sin tribu, sin nación, exento de toda casta, culto, orden. Señor de sí mismo, justo, noble, sabio (...)"

Shelley



"Había sido una noche, durante una fiesta en la residencia de Wolfstein, cuando esta idea tomó cuerpo en la mente de Olympia, quien trató de acallar que, en realidad, estaba enamorada de él. De poco valieron las advertencias, claras, aunque no audibles, con que se manifestó la voz de su conciencia, que apelaba a su generosidad y que le advertía de lo doblemente perverso que sería que intentase separar a su amiga Megalena de su amante. De nada sirvió la modestia propia de su sexo, que pintaba con colores monstruosos, pero reales, lo que estaba a punto de hacer. Olympia había tomado una determinación.
Aquella misma noche, en la soledad de su cuarto, en el palacio de su padre, repasó mentalmente los diversos acontecimientos que le habían conducido hasta aquella pasión incontrolable, que había llenado su cabeza por completo y que le hacía sentirse como muerta respecto a cualquier otro de sus semejantes. Las feroces embestidas de un deseo enloquecedor ardían en su pecho. Se obligó, pues, a sofocar tales pensamientos. Pero cuanto más se esforzaba por apartarlos de su mente, con más viveza se hacían presentes a su calenturienta y entusiasta imaginación."

Percy Shelley
St. Irvyne o el Rosacruz



Himno a la belleza intelectual

-I-
La abrumadora sombra de algún Poder no visto
entre nosotros flota, aún sin verse: visita
este variado mundo con alas tan cambiantes
como vientos de estío que van de flor en flor;
como rayo de luna tras la lluvia entre pinos,
visita con mirada inconstante, asomando
a cada corazón humano, a cada rostro;
como las armonías y matices del ocaso,
como nubes dispersas en la luz estelar,
como recuerdo de una música que escapó,
como cuanto podría amarse por su gracia
y aún más por su misterio.

-IV-
Amor, estima propia, esperanza: se van
y vienen como nubes, y en préstamo fugaz
como si el hombre fuera inmortal, poderoso,
tú, la desconocida y temible, en su espíritu
te estableces en firme con tu gloriosa escolta.
¡Oh tú, la mensajera de esos entendimientos
que crecen y descienden en los ojos que se aman,
tú que das alimento al pensamiento humano,
como la oscuridad a una llama que muere!
No te marches de aquí como llegó tu sombra,
no te marches, no sea que vaya a ser la tumba,
como el miedo y la vida, una realidad negra.

Shelley



"La alegría del alma está en la acción."

Shelley



“La creencia es involuntaria; nada involuntario es meritorio o condenable. Un hombre no puede ser considerado mejor o peor por su creencia.”

Shelley


"La gloria es amor disfrazado."

Shelley



“La guerra es el juego del estadista, el placer del sacerdote, la broma del abogado, el comercio del asesino empleado.”

Shelley


“La poesía es la flor de la perfección, es como el color y el olor de la rosa comparada con los elementos que la componen, es esplendor y aspecto de belleza abierta.”

Shelley


“La poesía es un espejo que se hace más hermoso a medida que está más distorsionado.”

Shelley



"La poesía es un recuerdo de los mejores y más felices momentos de los mejores y más felices ingenios."

Shelley


“La poesía levanta el velo de la belleza ocultada del mundo.”

Shelley


“La razón respeta las diferencias, y la imaginación las similitudes de cosas.”

Shelley



"La riqueza es un poder usurpado por la minoría para obligar a la mayoría a trabajar en su provecho."

Shelley


“La vida, como una cúpula de cristales multicolores, deforma la blancura esplendorosa de la eternidad.”

Shelley



“Los que no aman a sus semejantes tienen una vida estéril.”

Shelley



“Miramos adelante y atrás,
y añoramos lo que no es.”

Shelley


No despertéis jamás a la serpiente


"No despertéis jamás a la serpiente,
por miedo a que ella ignore su camino;
dejad que se deslice mientras duerme
sumida en la honda yerba de los prados.
Que ni una abeja la oiga al arrastrarse,
que ni una mosca efímera resurja
de su sueño, acunada en la campánula,
ni las estrellas, cuando se escabulla
silente entre la yerba, escurridiza."

Shelley


“No tema el futuro, no llore el pasado.”

Shelley


Oda al cielo

¡Oh techumbre sin nubes del palacio
de la noche! ¡Dorado paraíso
de la luz! ¡Silencioso y vasto espacio
que hoy como ayer relumbras!... ¡Cuanto quiso
y cuanto quiere en ti descansa;
el presente y pasado de la eterna
edad del hombre eres! ¡Lumbre mansa
de su templo y hogar! ¡Cámara interna
de su gran soledad! ¡Bóveda oscura
y dosel sempiterno y transparente
del porvenir, que teje su futura
edad desde la sombra del presente!

Formas gloriosas viven de tu vida:
la tierra y la terrena muchedumbre;
las vivientes esferas donde anida
la luz, como la nieve en una cumbre;
la hondura del abismo y el desierto;
los verdes orbes que te surcan suaves;
y los astros que van cual surco abierto
en la espuma del mar tras de las naves;
la helada luna deslumbrada y fría;
y, más allá de tu nocturno velo,
los soles poderosos de alegría
abren su intensa luz a todo el cielo.
¡Como el del mismo Dios tu nombre suena,
oh cielo! En tu mansión secreta habita
la Potencia divina que lo llena,
y es el cristal en donde ve infinita
el hombre su mortal naturaleza.
Una tras otra, las generaciones
se arrodillan al pie de tu belleza,
y te brindan, aladas, sus canciones.
Sus efímeros dioses y ellos mismos
pasan igual que un río cuando crece
sin un eco dejar en sus abismos.
Pero tu luz eterna permanece.

Shelley

"¡Oh!¡Deteneos!
¿Deben volver el odio y la muerte?
¡Deteneos!
¿ Tienen los hombres que matar y morir?
¡Deteneos!
¡No apuréis hasta las heces la copa de una amarga profecía!
El mundo está cansado del pasado.
¡Oh! ¡Que muera o que repose al fin!"

Shelley
Hellas


Ozymandias


"Encontré un viajero de comarcas remotas,
que me dijo: "Dos piernas de granito, sin tronco,
yacen en el desierto. Cerca, en la arena, rotas,
las facciones de un rostro duermen... el ceño bronco,

el labio contraído por el desdén, el gesto
imperativo y tenso, del escultor conservan
la penetrante fuerza que al esculpir han puesto
en su mano la burla del alma que preservan.

Estas palabras solas el pedestal conmina:
'Me llamo Ozymandias, rey de reyes. ¡Aprende
en mi obra, oh poderoso, y al verla desespera!'

Nada más permanece. Y en torno a la ruina
del colosal naufragio, sin límites, se extiende
la arena lisa y sola que en el principio era."

Shelley
Versión de Leopoldo Panero
Tomado del blog de José C. Vales



Para Fanny Godwin

Su voz tembló cuando nos separamos,
y aunque no supe que su corazón estaba roto
hasta mucho después, me fui sin atender
las palabras que entonces nos dijimos.

¡Sufrimiento, oh sufrimiento
este mundo es demasiado ancho para tí!

Shelley


“¡Paz, paz!, no está muerto, no se ha dormido:
Ha despertado del sueño de la vida.”

Shelley
Adonais


"Perseguía a una doncella y atrapé un junco.

¡Dioses y hombres, todos nos engañamos así!
Algo se nos rompe en el pecho y sangramos."

Shelley



Prometeo liberado

"Tú bajaste, entre todas las ráfagas del cielo:
al modo de un espíritu o de un pensar, que agolpa
inesperadas lágrimas en ojos insensibles,
o como los latidos de un corazón amargo
que debiera tener ya la paz, descendiste
en cuna de borrascas; así tú despertabas,
Primavera, ¡oh, nacida de mil vientos! Tan súbita
te llegas, como alguna memoria de un ensueño
que se ha tornado triste, pues fue dulce algún día,
y como el genio o como el júbilo que eleva
de la tierra, vistiendo con las doradas nubes
el yermo de la vida.
La estación llegó ya, y el día: esta es la hora;
has de venirte cuando sale el sol, dulce hermana:
¡llega, al fin, deseada tanto tiempo, y remisa!
¡Qué lentos, cual gusanos de muerte los instantes!
El punto e una estrella blanca aun tiembla, en lo hondo
de esa luz amarilla del día que se agranda
tras montañas de púrpura: a través de una sima
de la niebla que el viento divide, el lago oscuro
la refleja; se apaga; ya vuelve a rutilar
al desvaírse el agua, mientras hebras ardientes
de las tejidas nubes arranca el aire pálido:
¡se pierde! Y en los picos de nieve, como nubes,
la luz del sol, rosada, ya tiembla. ¿No se oye
la eólica música de sus plumas, de un verde
marino, abanicando al alba carmesí?..."

Shelley

Versión de Màrie Montand




“¿Qué es el amor?
¿Preguntáis al que vive, qué es la vida?
¿Preguntáis al que adora, quién es Dios?”

Shelley


“Sería mucho mejor si un ser sensible nunca hubiese existido, a que existiese sólo para soportar miseria incesante.”


Shelley



"Si Dios ha hablado, ¿por qué el mundo no está convencido?"

Shelley


“Se esclavizan todos los espíritus que sirven a malvados propósitos.”

Shelley
  


"Si el invierno comienza, ¿puede estar muy lejos la primavera?"

Shelley


"Si es infinitamente bueno, ¿qué razón deberíamos tener para temerle? Si es infinitamente sabio, ¿por qué deberíamos tener dudas concernientes a nuestro futuro? Si lo sabe todo, ¿por qué advertirle de nuestras necesidades y fatigarlo con nuestras oraciones? Si está en todos lados, ¿por qué erigirle templos? Si es justo, ¿por qué temer que castigará a las criaturas a las cuales llenó de debilidades? Si la gracia lo hace todo por ellos, ¿qué razón habrá para recompensarlos? Si él es todopoderoso, ¿cómo ofenderlo, cómo resistírsele? Si es razonable, ¿cómo puede enojarse con los ciegos, a quienes les ha dado la libertad de ser irrazonables? Si es inamovible, ¿con qué derecho pretendemos hacerlo cambiar sus designios? Si es imposible de concebir, ¿por qué habremos de ocuparnos de él? Si él ha hablado, ¿por qué el Universo no se ha convencido? Si el conocimiento de un Dios es el más necesario, ¿por qué no es el más evidente y el más claro?"

Shelley



“Somos todos Griegos. Nuestras leyes, nuestra literatura, nuestra religión, nuestros artes tienen su raíz en Grecia.”

Shelley




"Soy como un espíritu que mora
en los más hondo del corazón.
Siento sus sentimientos,
pienso sus pensamientos
y escucho las conversaciones más íntimas del alma,
la voz que sólo se oye en el rumor de la sangre,
cuando el vaivén de los latidos
se asemeja al sosegado oleaje del océano estival.
He desatado la melodía dorada
de su alma profunda y me he zambullido en ella
y, como el águila en medio de la bruma y la tormenta,
he dejado que mis alas se adornasen
con el fulgor de los rayos."

Shelley


“Un matrimonio continúa unido mientras se ame. Cualquier otra unión fuera del amor sería una tiranía intolerable y la más indigna de tolerancia.”

Shelley


“Una señora encantadora, vestida con la luz de su propia belleza.”

Shelley



"Yo miré, y, en una revelación, comprendí que no es posible ver con los ojos abiertos."

Shelley