"Ah, no sólo las cosas de ahora. Eso es exactamente tan triste como todo el resto en este maldito mundo prusiano. No, El lago de Plötzen es el título de un pequeño volumen, publicado anónimo, que actualmente está agotado y que describe en tono plácido y burgués el mundo de la delincuencia de la paz pasada. Naturalmente de forma incorrecta… Dios nos valga. Todo lo que en este libro debería ser serio está irremediablemente edulcorado, el autor desconoce las conexiones sociales entre la economía y la prisión, y seguro que las cosas no iban tan gentil y amistosamente en la paz pasada como se describen en este librito. Pero, pero…
Pero en el libro está Berlín. Seguramente lo escribió uno que no escribe nunca, y ésos son los que a veces encuentran mejor el colorido local, mucho mejor que cualquiera de nosotros. (Posteriormente he leído otras historias del autor de este pequeño volumen, en las que se daba a conocer como «autor de El lago de Plötzen»… eran horribles, porque eran inventadas). Lo de aquí, en cambio, lo vio todo… por lo visto, el hombre estuvo en la cárcel por alguna nimiedad, lo que puede suceder fácilmente considerando que el reparto de penas en este país parece una lotería… y tomó nota.
Permítaseme pues que prescinda de la parte seria… pero impresiona cómo reproduce la parte divertida. La dicción del berlinés en los discursos es magnífica —al berlinés le gusta hablar y mucho—; eso sólo lo ha sabido escuchar Hyan en sus mejores tiempos. Los mejores pasajes son aquellos donde los personajes se ponen a filosofar sobre una pelea, la prisión o la vida en general. «Sí», dijo éste, «así es la gente. Fuera están contentos si tienen un cobijo y pueden tomar café con los amigos en el café de Knitschke como siempre, ¡y aquí dentro siempre tienen algo que “reclamar”!». O las anécdotas históricas. «Una vez, cuando un novato recién llegado le preguntó a un compañero de celda y viejo ciudadano honorífico por la calidad de la comida, éste le llevó en silencio a un rincón de la celda, donde había un pequeño agujero en el suelo, y dijo: “Eso son los guisantes”. Y cuando el otro se lo miró sorprendido, añadió: “Aquí escupió uno un guisante de la comida y el resultado es ese agujero en el suelo”. Después le enseñó una gran mancha en la pared y dijo de nuevo: “Eso es el queso”. Esta misteriosa sentencia la explicó así: “Una vez por semana nos dan un quesito para cenar, lo usamos para hacer puntería en la pared. La mayoría de las veces se queda ahí pegado”».
Cada palabra es edificante. Porque el berlinés, especialmente el de viejo estilo, escoge sus palabras con mucho cuidado y cuando produce el efecto más extraño es cuando insulta a alguien, entonces suena la terminación en e de la forma culta del dativo especialmente graciosa. Pero la historia más bonita es la del «Karl del queso», que lo hace todo «siempre con calma». «Siempre con calma…». «Ya sabe usted», le decía a un novato, un «recién ingresado», «a tratar con la gente de aquí, es lo primero que hay que aprender. La mayoría están tan tocados del ala, que sería una irresponsabilidad de la policía que los dejaran circular libremente por la calle. Por cualquier cosa se ponen por las nubes: por lo que habrá mañana para comer, por la chaqueta que uno lleva y por tonterías así. Una persona razonable no debe hacer eso. Aquí las cosas deben hacerse con calma. Mire usted, es el caso de mi amigo Orje Bergmann, el de los ocho años. Cuando llegó —entonces yo casualmente también estaba aquí— le dije: “¿Qué hay, Orje?”, le dije, “¿cuánto te han metido ahora?”, “Puede pasar, Karl”, me dijo, “total ocho años”, “Ah”, dije con mi calma, “¡así saldrás ya pronto!”». Siempre con calma.
Así es el delincuente desde la perspectiva del ciudadano. El desgraciado al que el policía, el representante del orden, mete en el agujero y que siempre está un poco borracho y siempre comete algún delito. Pero, a fin de cuentas, hay mucho de verdad en lo que dice. ¡Y la falta que hacen libros así…! En inglés y también en inglés americano hay muchos más: libros que sin lujos literarios describen cómo viven los pescadores o los fogoneros de los grandes barcos de vapor, su humor o su tarea diaria, sus trifulcas y sus mujeres. Pero eso nada tiene que ver con el arte. Aquí los folletinistas se han adueñado de esas cosas y todo queda en nada. Leed este librito, El lago de Plötzen, y os van a entrar muchas ganas de leer otras cosas así. Pero actualmente está agotado. Y porque está agotado, lo he contado aquí."

Kurt Tucholsky
Entre el ayer y el mañana



“Aparte de los especialistas, son muy pocos los lectores que se toman la molestia de consultar varios periódicos; y de este modo el lector corriente se forma una imagen del mundo que no se corresponde con la realidad, sino con lo que se dice de ella.”

Kurt Tucholsky


“Durante tres años y medio esquivé la guerra tanto como pude. (...) Usé todos los medios posibles para que no me pegaran un tiro y no pegarlo, no usé los peores de los medios. Pero yo habría usado todos los medios, todos sin excepción, si me hubieran forzado a hacer algo así.”

Kurt Tucholsky



“El periodismo es el tejido de mentiras más complejo que jamás se haya inventado.”

Kurt Tucholsky


"Estábamos a mitad de las vacaciones.
Nos bañábamos en el lago, nos tumbábamos desnudos en la orilla, en algún lugar recóndito, y nos saciábamos de sol de tal manera, que a medio día regresábamos medio encandilados y ebrios de luz, aire y agua; silencio; comida; bebida; siesta; tranquilidad; vacaciones. Y llegó el día. «¿Vamos a recogerle?» — «Vamos a recogerle». Hacía un día espléndido, un tiempo, como decía la princesa, para no quedarse en casa. Fuimos a la estación. Era una estación minúscula; de hecho sólo era una casita, pero se lo tomaba tan en serio, lo de ser estación, que había olvidado que era una casa. Incluso disfrutaba de doble vía, como debe ser en una estación, y al fondo apareció resollante el vagón. Allí no había tren: sólo un vagón motorizado. Le habían puesto una pequeña chimenea para darle mayor credibilidad. Llegada. Chirrido de frenos. Karlchen.
Como siempre cuando hacía tiempo que no nos habíamos visto, hizo una mueca tranquilo-amistoso-embobada y dijo: «Ah… aquí estás…». Vino hacia nosotros. La sombra del siguiente saludo se asomaba ya a su rostro, en la mano sostenía una pequeña maleta. El tipo era bien proporcionado y su cara, con pequeñas cicatrices, tenía un aspecto «joven y alerta», como él decía.
Hola, te presento… y ésta es… estrechaos la mano… y: ¿Dónde tienes el resto del equipaje? Y cuando ya pasamos las frases preliminares: «Bueno, Karlchen, ¿qué tal el viaje?».
Había volado hasta Estocolmo y había llegado a medio día… «¿Qué tal?» — «Bueno…» dijo Karlchen y, siguiendo una vieja costumbre, rechinó los dientes — «había una señora mayor que se sentía mal. Dame un cigarrillo. Gracias. Por suerte, están aquellas bolsitas… Cuando ya había utilizado dos, no llegó a tiempo la tercera y el hombre que estaba a su lado deberá comprarse una nueva gabardina o llevar la vieja a la tintorería. Lástima que yo no estaba sentado a su lado. Aparte de esto, la perspectiva era muy bonita. Y, ¿qué tal, señora mía? ¿Le gusta esto?».
Cuando Karlchen decía «señora mía», a pesar de no creer en tales formalismos, se ponía tieso e inclinaba finamente el cuerpo hacia delante; al mismo tiempo hacía un movimiento fascinante que consistía en extender el antebrazo de golpe y, con el codo en ángulo, volver a retirarlo, como si quisiera comprobar el estado de los puños de su camisa."

Kurt Tucholsky
El palacio de Gripsholm



"Gente inteligente puede hacerse la tonta; lo contrario es más difícil."

Kurt Tucholsky



“Haz oídos sordos si te proponen bellas inscripciones para tu lápida. Yo sé una que está hecha a tu medida, no lo dudes, te va de maravilla. Escribe: es lo que hay.”

Kurt Tucholsky



“La crueldad de la mayoría de la gente es carencia de la imaginación, su brutalidad es ignorancia.”

Kurt Tucholsky 



“La felicidad es algo que el hombre nunca reconoce, dice el sabio.”

Kurt Tucholsky

  

“La industria, los partidos, el gobierno, la iglesia, todos ellos saben lo que tienen en la prensa. La realidad, tal como la sirve el periódico, ha pasado por una criba.”

Kurt Tucholsky




“La ventaja de ser inteligente es que así resulta más fácil pasar por tonto. Lo contrario es mucho más fácil.”

Kurt Tucholsky

  

“Lo contrario de bueno es buena intención.”

Kurt Tucholsky



“Los esfuerzos de todos los profesionales de la prensa van dirigidos a utilizar todos los medios técnicos y organizativos a su alcance para construir una reproducción que tome un cariz de verdad para el público, pero sin que por ello queden en entredicho los intereses de los clientes, de la industria o de los partidos políticos.”

Kurt Tucholsky




“Los que odian más fervientemente deben haber amado alguna vez profundamente; los que quieren negar el mundo deben haber aceptado alguna vez aquello a lo que ahora prenden fuego.”

Kurt Tucholsky




“Mientras tanto, en los altos mandos del ejército se daban la gran vida. Los menús del cuartel general ya no están al alcance de ningún bolsillo, teniendo en cuenta los precios actuales; pero, eso sí, uno se quedaba más tranquilo al ver que los nombres de todos los manjares venían escritos en alemán: eso les daba un sabor más patriótico.”

Kurt Tucholsky



 "No se ataca a los propios errores. Se ataca a los enemigos que se aprovechan de estas faltas."

Kurt Tucholsky



“Pero si se apunta otra vez, disparará contra camaradas, contra trabajadores, contra hombres que se encuentran bajo el yugo del capitalismo lo mismo que él, fanático soldado. A quienes hay que disparar, los verdaderos culpables, jamás podrá apuntarlos.”

Kurt Tucholsky


“Un día para marzo recibí una pesada y vieja arma. ¿Un arma? ¿Y durante una guerra? Nunca, pensé para mí. Apoyé el arma contra una choza y me alejé. Esto se conoció en nuestro grupo rápidamente, desconozco como salvé esa situación, pero salí adelante.”

Kurt Tucholsky


"Un país no es sólo lo que hace – es también lo que tolera."

Kurt Tucholsky