Ámame sólo como amarías al viento

Ámame sólo como amarías al viento
cuando pasa en un largo suspiro hacia las nubes;
Ámame sólo como amarías al viento
que nada sabe del alma de las rosas,
ni de los seres inmóviles del mundo,
como al viento que pasa entre el cielo y la tierra
hablando de su vida con rumor fugitivo;
ámame como al viento ajeno a la existencia
quieta que se abre en flores,
ajeno a la terrestre
fidelidad de las cosas inmóviles,
como al viento cuya esencia es, ir sin rumbo,
como al viento en quien pena y goce se confunden,
ámame como al viento tembloroso y errante.

Ricardo Molina


¿Y si en la misma pregunta
se escondiera la respuesta?
¿Y si el silencio divino
fuera celeste aquiesciencia?
¿Y si la interrogación
fuera nuestra salvación?

Ricardo Molina
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