“Con mujeres el corazón discute, no la mente.” 

Matthew Arnold



“Cultura es saber lo mejor que se ha pensado y dicho.” 

Matthew Arnold



“Desgraciadamente, pocas personas piensan sacar partido a una pasión.” 

Matthew Arnold



"El género humano comprenderá, cada vez más, que ha de volver a la poesía para interpretar la vida en provecho suyo, para consolarse y subsistir." 

Matthew Arnold



“El libre pensamiento de una edad es el sentido común de la siguiente.” 

Matthew Arnold



“Él lleva la semilla de la ruina en sí mismo.” 

Matthew Arnold



“El peor fracaso es la pérdida del entusiasmo.” 

Matthew Arnold


“El periodismo es literatura apresurada.” 

Matthew Arnold



“¿Fue Jesucristo un hombre como nosotros? – ¡Ah! probemos si nosotros podemos ser un hombre como él.” 

Matthew Arnold


"Habiéndome educado en Oxford en los viejos y malos tiempos, cuando nos atiborrábamos de griego y Aristóteles sin pensar en prepararnos, mediante el estudio de las lenguas modernas —como después del gran discurso del señor Lowe en Edimburgo haremos—, para librar la batalla de la vida con los camareros de hoteles extranjeros, mi cabeza sigue llena de un montón de frases que aprendimos de Aristóteles en Oxford, acerca de la virtud en el término medio y sobre el exceso y el defecto, y cosas por el estilo. En una ocasión tuve el privilegio de escuchar los debates sobre la reforma en la Cámara de los Comunes y, después de haber oído a unos cuantos portavoces interesantes, entre ellos un conocido lord y un conocido baronet, recuerdo que me impresionó, aplicando la maquinaria del término medio de Aristóteles a mis ideas sobre nuestra aristocracia, que el lord fuera exactamente la perfección, o feliz término medio, o virtud, de la aristocracia, y el baronet el exceso. Imaginé que, observándolos, podríamos comprobar tanto la inadecuación de la aristocracia para proporcionar el principio de autoridad necesario para nuestras demandas actuales, como el peligro de que trate de hacerlo aunque no sea competente para ello. Por una parte, en el brillante lord, en el que resplandecía un elevado espíritu, admirable, por encima y más allá de su dote de elevado espí­ritu, por el hermoso temple de su elevado espíritu, por el aplomo, la serenidad, el refinamiento —las grandes virtudes, como dice Carlyle, de la aristocracia—, en ese hermoso y virtuoso término medio, era evidente cierta insuficiencia de luz, mientras que, por otra parte, el digno baronet, en el que el elevado espíritu de la aristocracia, su impenetrabilidad, su desafiante valentía y orgullo de resistencia se desarrollaban incluso en exceso, era manifiestamente capaz, si se le daba la oportunidad, de causarnos un grave peligro y, de hecho, de arrojar confusión sobre toda la comunidad. Me volví entonces a mi vieja noción fundamental sobre la honradez como gran mérito de nuestra raza. La impotencia de nuestra aristocracia o clase gobernante al tratar con nuestra perturbada condición social, su recelo a confiar demasiado poder al Estado en la forma en que ahora existe —es decir, para sí misma—, me causó una especie de orgullo y satisfacción, porque comprobé que era, en conjunto, demasiado honrada para tratar y manejar un asunto para el que no se sentía capaz."

Matthew Arnold
Cultura y anarquía


“La conducta es tres cuartas partes de la vida y su preocupación más grande.” 

Matthew Arnold




“La crítica desinteresada es un empeño altruista para aprender y propagar lo mejor que se conoce en las letras y en el pensamiento de los hombres.” 

Matthew Arnold




“La cultura puede definirse como el amor a la perfección; es un estudio de la perfección.” 

Matthew Arnold

  

“La poesía es en el fondo una crítica a la vida.”

Matthew Arnold


"La poesía es la realidad, y la filosofía, la ilusión; la razón es siempre la razón, y la realidad la realidad, lo que se puede probar que existe fuera de nosotros, consuélenos o desespérenos."

Matthew Arnold
En el prólogo a los poemas de Wordsworth
Del libro Del sentimiento trágico de la vida de Miguel de Unamuno, página 89



La vida enterrada

A menudo, en las más concurridas calles del mundo,
En los más estruendosos conflictos,
Se levanta un deseo inexplicable
Después del conocimiento de nuestra vida enterrada;
Una sed de derrochar nuestro fuego y el inquieto vigor,
De seguir nuestro rumbo verdadero;
Un anhelo de investigar
El misterio de este corazón latiente,
Tan salvaje, tan profundo en nosotros, para conocer
El origen de nuestras vidas y hacia adónde van.

Matthew Arnold


La voz

Como miradas llameantes,
Blancas y brillantes,
Lanzadas por la pálida luna
Desde su tranquila esfera,
Cayendo sobre las aguas insomnes
De un solitario mar,
Vibrando en las olas del viento,
Atribuladas, lastimeras,
Temblando y muriendo.

Como lágrimas de tristeza
Que las madres han derramado
—Plegarias que mañana serán en vano—
Cuando la flor por la que lloran
Yazga fría y muerta;
Aplastada contra la frente,
Caída sobre el pecho ardiente;
Sin traer paz ni descanso.

Como ondas luminosas que caen,
Con un movimiento natural,
Sobre la orilla infernal
De un espumoso Océano;
Una rosa salvaje se arrastra por el muro,
Un racimo de sol cae en la sala en ruinas,
Cuerdas de una melodía alegre en el funeral,
Tan triste que ha logrado confortar
Este profundo corazón soberbio,
Tan ansioso y doloroso,
Tan confundido y apenado,
Con pensamientos de intolerable cambio,
—Tal es aquel contraste extraño—
Y tu voz inolvidable, tu acento arribando
Como viajero desde el extremo del mundo
Hasta su antiguo palacio.

Todo es en vano, todas las cosas son en vano,
Tu voz golpeó sobre mis oídos otra vez,
Aquellos tonos de melancolía tan dulce e inmóvil;
Aquellos tonos como un laúd oscuro y olvidado
—Que todavía penetran en mis oídos—
Volaron sobre toda mi voluntad,
Y no pudieron sacudirla;
Quemaron mi corazón con su propia sangre,
Y no pudieron quebrarlo.

Matthew Arnold



“Los reyes del pensamiento moderno son mudos.” 

Matthew Arnold



“Olvidamos porque debemos, y no porque queramos.” 

Matthew Arnold


Playa de Dover

El mar está en calma esta noche.
Es pleamar, la bella luna se extiende
sobre los estrechos; en la costa francesa la luz
brilla y se retira; los acantilados de Inglaterra permanecen de pie
resplandecientes y vastos, en la tranquila bahía.
Ven a la ventana, ¡dulce es el aire de la noche!
¡Sólo escucha! desde la larga franja de rocío
donde el mar se une con la tierra blanqueada por la luna,
oyes el chirriante bramido
de las piedras que las olas arrastran y arrojan,
cuando regresan a la costa alta,
comienzan y terminan y vuelven a comenzar,
con una trémula cadencia lenta, y traen
consigo la eterna nota de tristeza.

Sófocles lo oyó
hace largo tiempo en el Egeo y trajo
a su mente la marea turbia y el flujo
de la miseria humana; en el sonido
también descubrimos un pensamiento,
al escucharlo en este lejano mar del norte.

El Mar de la Fe
alguna vez también fue en su pleamar y alrededor de la costa de la tierra
extendido como los pliegues de una brillante faja enrollada.
Pero ahora solo escucho
su melancólico, prolongado, bramido de retirada,
alejándose hacia la respiración
del viento de la noche, hacia los vastos y tristes límites
y las tejas desnudas del mundo.

Oh, amor, ¡seamos fieles
el uno al otro! porque en el mundo que yace
ante nosotros como una tierra de sueños,
tan variados, tan bellos, tan nuevos,
no hay ni gozo, ni amor, ni luz,
ni certeza, ni paz, ni ayuda ante el dolor;
y estamos aquí como en una llanura sombría
arrasados por confusas alarmas de lucha y de fuga,
donde los ejércitos ignorantes se enfrentan a la noche.

Matthew Arnold



“Sólo aquellos que nada esperan del azar son dueños del destino.”

Matthew Arnold

"¿Tan insignificante es haber gozado del sol, haber vivido la luz de la primavera, haber amado, haber pensado, haber hecho; haber hecho verdaderos amigos, haber abatido a incomprensibles enemigos; que debemos imaginar una dicha de dudosa fecha futura, y mientras con ella soñamos, perder nuestro presente, y relegar a mundos […] distantes nuestro reposo?"

Matthew Arnold
Tomada del libro Por qué creemos en cosas raras de Michael Sherme, página 130