Canción macabra sobre la epidermis

Descortés es aquel que aborrece
El aspecto de sus ropajes carnales,
El efímero tejido cosido sobre el hueso,
La vestidura del esqueleto,
La prenda que no es pelaje ni pelo,
El manto de la maldad y la desesperación,
El velo largamente profanado
Por caricias del ojo y de la mano.
Soy sin embargo tan indecoroso,
Que odio mi vestimenta de piel,
La salvaje obscenidad de la sangre,
Los harapos de mi anatomía,
Y con gusto prescindiría,
De los falsos accesorios del sentido,
Para dormir sin pudor:
Un muy carnal fantasma
De intenso color carne.

Theodore Roethke



"Confío en el pleno gozo."

Theodore Roethke



"Conozco la pureza del desesperar puro."

Theodore Roethke
Fragmento de En tiempos oscuros




"Cuando mis ojos se acostumbraron a la penumbra
comencé a atisbar mi sombra en la oscuridad.
Oscuridad, oscura mi luz y aún más oscuro mi deseo.
Mi alma, como polilla enloquecida por la luz,
no deja de susurrar ¿quién soy yo?
Un hombre caído que se yergue sobre el miedo,
cuando la mente entra en sí misma y Dios en la de todos,
cuando uno es Uno, libre en mitad de la tormenta."

Theodore Roethke



Dolor

He conocido la inexorable tristeza de los lápices,
Primorosos en sus cajas, el dolor del bloc y del pisapapeles,
Toda la miseria de los sobres de manila y del mucílago,
La desolación en los inmaculados lugares públicos,
La solitaria sala de espera, el lavabo, el conmutador.
El inalterable pathos de la palangana y la jarra,
El ritual de la impresora, del sujetapapeles, la coma,
El infinito duplicado de vidas y objetos.
He visto el polvo de los muros de los establecimientos,
Más fino que la harina, vivo, más peligroso que la sílice,
Tamizado, casi invisible, a través de las largas tardes de tedio
Goteando una ligera película sobre las uñas y las delicadas pestañas,
Esmaltando los pálidos cabellos, los duplicados grises comunes rostros. 

Theodore Roethke



En una hora oscura

En una hora oscura el ojo comienza a ver,
Encuentro a mi sombra en la penumbra que se intensifica,
Escucho mi eco en el bosque resonante–
Un señor de la naturaleza sollozando junto a un árbol.
Vivo entre la garza y el reyezuelo,
Bestias de la colina y serpientes de la guarida.
¿Qué es la locura sino nobleza del alma
Enfrentada a las circunstancias? ¡Las llamas devoran el día!
Conozco la pureza de la desesperación pura,
Mi sombra clavada a un muro que suda.
Ese lugar entre las rocas –¿es acaso una cueva
O un sinuoso camino? Es el borde lo que tengo.

¡Una constante tormenta de correspondencias!
Una noche que fluye con los pájaros, una luna harapienta,
¡Y en pleno día la medianoche llega de nuevo!
Un hombre va lejos para averiguar lo que él es–
La muerte del Yo en una larga noche sin lágrimas,
Todas las formas naturales irradiando luz antinatural.

Oscura, oscura mi luz y más oscuro mi deseo.
Mi alma, como alguna mosca veraniega enloquecida por el calor,
Sigue zumbando en el umbral. ¿Qué Yo es el mío?
Un hombre caído, asciendo para salir de mi miedo.
La mente entra en sí misma y Dios entra en la mente,
Y uno es el Uno, libre en el viento que desgarra.

Theodore Roethke



"Encuentro mi sombra en la profundidad de la penumbra; 
 escucho mi eco en un bosque de ecos."

Theodore Roethke
Fragmento de En tiempos oscuros



La decisión

I

¿QUÉ hace temblar el ojo sino lo invisible?
Escapar de Dios es la carrera más larga.
De joven era perseguido por un pájaro
–La avefría es lenta para abandonar su canto–
No conseguía arrancarme de la mente aquel sonido,
El soñoliento rumor de hojas en un viento ligero.

II

¡ALZARSE o caer, la disciplina es una!
¡La línea del horizonte se agudiza!
¿Cuál es el camino?, le grito al pavoroso negro,
Las brasas a mi espalda, la inestable sombra.
¿Cuál es el camino?, pregunto, y me dispongo a andar
Como un hombre que enfrenta la llegada de la nieve.

Theodore Roethke




La tarea del poeta

Es la tarea del poeta ser más, no menos, que un hombre.
Un poeta: alguien que nunca se siente satisfecho diciendo una cosa a la vez.
Un poeta debe ser un buen reportero, pero también bastante más que eso.
El ojo, desde luego, no es suficiente. Pero el ojo exterior sirve al interior, he ahí la cuestión.
Las cosas que más nos afectan no admiten escribirse en prosa. En prosa, se tiende a eludir
la responsabilidad interior. La poesía es el descubrimiento de la leyenda de la propia juventud.
La base de la poesía es la sensación: muchos poetas niegan hoy la sensación, o algunos directamente no tienen sensación alguna: culto de lo tórpido.
Cuentan incidentalmente las ideas en un poema.
Haz que el lenguaje dé saltos verdaderamente temerarios.
El talento habla; el genio hace.
No hables: crea. 

Theodore Roethke



Lo mínimo

Estudio las vidas en una hoja: los pequeños
durmientes, enzimas entumidas en frías dimensiones,
escarabajos en cuevas, tritones, sordos peces,
piojos atados a hierbas largas, flácidas, subterráneas,
larvas en pantanos
y bacterias trepadoras
que se retuercen en heridas
como angulas en estanques,
con bocas lánguidas que besan las cálidas suturas,
limpiando y acariciando,
reptando y curando.

Theodore Roethke




“¿Qué es la locura si no nobleza de alma
reñida con la circunstancia? ¡El día arde!
Conozco la pureza de la desesperación pura,
mi sombra acorralada contra una pared sudorosa.
Ese lugar entre las rocas... ¿Es cueva
o sendero luminoso?
El borde es lo que poseo.”

Theodore Roethke



Una vez más lo circular

¿QUÉ es más grande, Guijarro o Laguna?
¿Qué podemos conocer? Lo Desconocido.
Mi yo verdadero corre hacia una Colina
¡Más! ¡Oh Más! visible.

Glorifico mi vida, ahora,
Con el Pájaro, la Hoja que perdura,
Con el Pez, el Caracol que busca,
Y el Ojo que todo transforma;
Y danzo con William Blake
Por amor, por amor de Amor solamente;

Y cada cosa retorna a Uno,
Mientras danzamos, danzamos, danzamos.

Theodore Roethke



“Una vez, un espíritu vivaz y comprensivo
Te entretuvo.
Volverá.
Tranquilízate y aguarda."

Theodore Roethke