Canción de amor de la joven loca

"Cierro los ojos y el mundo muere;
Levanto los párpados y nace todo nuevamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Las estrellas salen valseando en azul y rojo,
Sin sentir galopa la negrura:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Soñé que me hechizabas en la cama
Cantabas el sonido de la luna, me besabas locamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Dios cae del cielo, las llamas del infierno se debilitan:
Escapan serafines y soldados de Satán:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Imaginé que volverías como dijiste,
Pero crecí y olvidé tu nombre.
(Creo que te inventé en mi mente).

Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;
Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.
Cierro los ojos y el mundo muere.
(Creo que te inventé en mi mente)."


Sylvia Plath



"Conozco el fondo... Lo conozco con mi raíz principal... Estuve allí."

Sylvia Plath



“…¡Debí haber preservado mis días, como frutos, en azúcar!…”

Sylvia Plath



“Desde las cenizas me levanto, con mi cabello rojo y devoro hombres como el aire.”

Sylvia Plath



"Dotty es insuperable. Es una auténtica mina de información, porque tiene que ir de un lado a otro, buscando alcohólicos en Urgencias, y comparando notas con los médicos de guardia del ala de Psiquiatría, por no mencionar que ha salido con varios miembros del personal del hospital, incluso con un cirujano en una ocasión, y en otra ocasión con un residente persa. Dotty es irlandesa; más o menos baja y un poco gordita, pero se viste de forma que la favorece: siempre algo azul, azul celeste para que le haga juego con los ojos, y unos jerséis negros ceñidos que cose ella misma con patrones de Vogue, y zapatos altos con esos tacones finos de acero.
Cora, del Servicio Social Psiquiátrico, en el mismo pasillo que Dotty y que yo, no es la persona que es Dotty ni en sueños: cerca de los cuarenta, se nota por las patas de gallo, aunque todavía tenga el pelo rojo, gracias a esos tintes. Cora vive con su madre, y, oyéndola hablar, pensarías que es una adolescente inmadura. Una noche invitó a su casa a tres chicas de Neurología, a jugar al bridge y a cenar, y metió el puchero en el horno con las tartaletas de mora congeladas, y una hora más tarde se extrañó de que no estuvieran calientes, cuando en todo ese tiempo ni se le había ocurrido encender el horno. Cuando coge vacaciones, Cora se limita a ir en autobús al lago Louise o de crucero a las Bahamas, para conocer al Príncipe Azul, pero sólo conoce chicas de Tumores o de la Unidad de Amputados, y todas y cada una de ellas tienen exactamente la misma misión.
Bueno, pues como el tercer jueves de cada mes es el día que tenemos la Reunión de Secretarias en la Sala Hunnewell en la segunda planta, Cora llama a Dotty, y las dos me llaman a mí, y vamos haciendo clic-clac con nuestros tacones, bajando los escalones de piedra, y entrando en una sala preciosa, dedicada, como dice en la placa de bronce de la puerta, a un tal doctor Augustus Hunnewell en 1892. El sitio está lleno de vitrinas abarrotadas de instrumentos médicos anticuados, y las paredes están cubiertas de ferrotipos desvaídos, color marrón rojizo, de médicos de la Guerra Civil, con las barbas tupidas y largas como las barbas de los hermanos Smith en esos paquetes de caramelos para la tos. Colocada en mitad de la sala, y extendiéndose casi de pared a pared, hay una mesa grande, oscura, ovalada, de nogal, con las piernas talladas con forma de patas de león, sólo que con escamas en vez de piel, y toda la superficie de la mesa pulida de manera que te ves la cara. Nos sentamos alrededor de esa mesa, fumando y hablando, esperando a que la señora Rafferty llegue y abra la reunión."

Sylvia Plath
Las hijas de Blossom Street



“… El cielo
y yo trabamos conversación abierta, así seré
más útil cuando por fin me una con la tierra.
Árbol y flor me tocarán…”


Sylvia Plath



“… El porvenir es una gaviota gris, charla
con voz felina de adioses, partida…”


Sylvia Plath



"El problema era que siempre había sido una inepta, solo que no me había parado a pensarlo.
La única cosa que se me daba bien era conseguir becas y premios, y esa época estaba tocando a su fin.
Me sentí como un caballo de carreras en un mundo sin hipódromos, o como un campeón de fútbol universitario plantando cara de pronto a Wall Street y un traje de ejecutivo, viendo sus días de gloria reducidos a una pequeña cosa de oro sobre la repisa, con una fecha grabada como la fecha en una lápida.
Vi la vida ramificándose ante mí igual que la higuera verde del cuento.
De la punta de cada rama, como un suculento higo morado, un futuro maravilloso me atraía y me tentaba. Un higo era un marido y un hogar feliz y niños, y otro higo era una poeta famosa, y otro higo una profesora brillante, y otro higo era E.G., la fantástica editora, y otro higo era Europa y África y Sudamérica, y otro higo era Constantin y Socrates y Attila y un pelotón de otros amantes con nombres curiosos y profesiones estrafalarias, y otro higo era una campeona olímpica de remo, y más allá y por encima de esos higos había muchos más que no acertaba a distinguir.
Me vi sentada en la horcadura de esa higuera, muriendo de hambre solo porque no podía decidir cuál de los higos deseaba. Los quería todos, pero elegir uno significaba perder los demás, y mientras permanecía allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaban a arrugarse y a ponerse negros, y uno por uno caían en el suelo a mis pies."

Sylvia Plath
La campana de cristal



“… La helada hasta la araña envuelve.
Cierto que el dios de la abundancia
por aquí anda. Nuestra gente
adelgaza, da pena.”


Sylvia Plath


"La muerte debe de ser muy hermosa. yacer sobre la suave tierra marrón, con la hierba entretejiéndose sobre nuestra cabeza y escuchar el silencio. No tener ayer y no tener mañana. olvidar el tiempo, perdonar a la vida, estar en paz."

Sylvia Plath



“La perfección es terrible, ella no puede tener niños.”

Sylvia Plath



“La poesía es una disciplina tiránica; vas tan lejos, tan rápido, que en un espacio reducido tienes que desviarte a toda la periferia.”

Sylvia Plath



“La realidad es relativa, depende de con qué lente la mires.”

Sylvia Plath



“Le hablo a dios pero el cielo está vacío.”

Sylvia Plath




Lorelei 

"No es noche ésta de ahogarse:
luna llena, reacio
río bajo luz suave,

acuosas nieblas bajan
tupidas como redes
cuyos dueños reposan,

traduciéndose en vidrio
lúcido mientras flotan
las torres del castillo

hacia mí hiriendo el rostro
del silencio. Ascienden
sus miembros poderosos

y álgidos, pelo grave
más que mármol, y cantan
de un mundo más amable

que ninguno. Estos cantos,
hermanas, sobrepasan
al oído gastado

que aquí, en el campo, escucha
bajo el orden impuesto.
La armonía caduca

el orden que vosotras
sitiáis con vuestras voces.
Vivís entre las rocas

de oníricas promesas
de refugio. De día
bajáis de la pereza,

de altas ventanas. Peor
que vuestro enloquecido
canto o mudez. La voz

de vuestro fondo llama:
embriaguez del abismo.
Oh río, veo tu larga

y honda línea argentina,
esas diosas de paz.
Piedra, piedra, me abismas."


Sylvia Plath





“Me encuentro absolutamente colmada cuando he escrito un poema.”

Sylvia Plath



“Mi alma debe estar detrás de ti; Estoy matando mi carne sin ella.”

Sylvia Plath



“Mis poemas surgen inmediatamente de la experiencia sensitiva y emocional que tengo.”

Sylvia Plath




"No soy cruel, solamente veraz."



Sylvia Plath



“Nunca podré reunirte íntegramente, juntar, pegar, articular como corresponde rebuznos de mula, gruñidos de cerdo, obscenos graznidos provienen de tus grandes labios.”

Sylvia Plath



“Prefiero a los médicos, a los abogados, a las parteras... A cualquier cosa antes que a los escritores, son la cosa más narcisista que existe.”

Sylvia Plath



"Pueden ignorarme inmediatamente.
En mi cortejo con la luna y en mi velo funeral.
No soy fuente de mieles. 
¿Por qué habrían de volver a mí?
Mañana seré un Dios dulce, los habré dejado libres.
Esta caja es sólo temporal."

Sylvia Plath



“Quizás cuando nos encontramos deseando todo, es porque estamos peligrosamente cerca de no desear nada.”

Sylvia Plath


“Saltos y espirales tan puros sin duda recorren eternamente el mundo, y no me quedaré despojada de belleza: el don de tu pequeña vida, tu olor a pasto mojado cuando duermes, azucenas, azucenas que no pueden compararse con tu carne.”

Sylvia Plath



“¡Satisfacción! No podría vivir sin ella. Es como agua o pan, o algo absolutamente esencial para mí.”

Sylvia Plath



“Si nunca esperas nada de nadie nunca te decepcionarás.”

Sylvia Plath



Suceso

"¡Cómo los elementos se endurecen!
La luz lunar, la peña como tiza,
en cuyo seno blanco ahora yacemos

espalda contra espalda. Oigo un búho
chillar desde su frío añil vocales
que en mi corazón entran insufribles.

El niño, en cuna blanca, se estremece,
suspira, abre la boca, pide algo.
Su rostro está esculpido en rojo y pena.

Y luego las estrellas: duras, arduas
de arrancar. Toco: duéleme y me quema.
No puedo ver tus ojos. Donde enfría

la noche la manzana en flor yo ando,
circular, en mi cauce hondo y amargo
de errores viejos. El amor no puede

venir aquí. Se muestra un negro abismo
en el opuesto labio.
Un alma blanca

y pequeña me llama, un blanco, mínimo
gusano. Abandonáronme mis miembros,
¿quién nos ha desmembrado? Nos tocamos

como tullidos. La oscuridad fúndese."

Sylvia Plath



“Tanto trabajando, leyendo, pensando, viviendo para hacer. El curso de la vida no es suficientemente largo.”

Sylvia Plath



“Tengo que admirar profundamente a alguien para valorarlo como amigos.”

Sylvia Plath


"Tenía que estar pasándomelo en grande, tenía que estar ilusionada como las otras chicas, pero no conseguía reaccionar. Me sentía quieta y vacía como el ojo de un tornado, moviéndome sin ninguna fuerza.
(...)
También recuerdo a Buddy Willard diciendo, con una seguridad siniestra, que una vez que me casara me sentiría diferente, que no iba a querer seguir escribiendo poemas. Entonces pensé que quizá fuera verdad, que cuando uno se casaba y tenía hijos era como un lavado de cerebro, y que después una iba por el mundo sedada como un esclavo en un estado totalitario."

Sylvia Plath
La campana de cristal



“Tomé una respiración profunda y escuché el viejo rebuzno de mi corazón: soy yo, soy yo, soy yo.”

Sylvia Plath



“Tus propias limitaciones te crucifican.”


Sylvia Plath


“…Y éste es el reino en que me naciste,
madre, madre, mas no te lo reprocho
ni haré traición a los que me acompañan.”


Sylvia Plath