"Así se conoce por medio del entendimiento cómo el máximo no es idénti-co a ninguna cosa, ni tampoco diverso, cómo todas las cosas son él mismo,a partir de él mismo, y para él mismo, porque es circunferencia, diámetroy centro. Y no porque sea círculo, o circunferencia, o diámetro, o centro,encontramos que le circundan todas las cosas que son y que no son, sinoporque es máximo simplicísimo, el cual se investiga por medio de estosejemplos.Porque el no ser en él mismo es máximo ser, lo mismo que el mínimo esmáximo. Y es medida de todo tránsito que hay de la potencia al acto, y delacto a la potencia, de los principios de composición a los individuos, de laresolución de los individuos a los principios, de las formas perfectas circu-lares y de las operaciones circulares y de los movimientos sobre sí mismo,y de todas las cosas semejantes; la unidad de las cuales consiste en unacierta perpetuidad circular."

Nicolás de Cusa
La docta ignorancia


"El alma es a la inteligencia como el cuadrado al número de base."

Nicolás de Cusa

"El Cardenal: Dios es el proveedor de la substancia, el hombre el proveedor de los accidentes o de la semejanza con la substancia. La forma de la bola le es concedida a la madera a través del acto del hombre sobre la substancia de la madera, justo como el movimiento es añadido a la forma substancial. Más aún, Dios es el creador de la substancia. Muchas cosas participan del movimiento, de manera que pueden ser desplazadas en vista de su participación en el movimiento. Por consiguiente se llega a una cosa que se mueve por sí misma, y no sucede que se mueve por su participación en el movimiento. Se mueve debido a su esencia. Esta cosa es el alma intelectual.
El intelecto se mueve a sí mismo. Y para que lo entienda mejor, observe cómo en la redondez hay una aptitud hacia el movimiento. Entre más redonda sea una cosa, más fácilmente será movida. Esta es la razón por la que si la redondez fuese la máxima, de manera que no pudiera aumentar, sin duda se movería por sí misma, y se movería rápidamente y con el mismo ritmo. Por ello el movimiento llamado alma se crea conjuntamente con el cuerpo y no le es impuesto a este último, como en el caso de la bola. El movimiento está unido al cuerpo a través de sí mismo y de manera tal que resulte separable del cuerpo, y por esta razón el alma es una substancia.
Juan: Por ello es correcto que el poder al que llama alma intelectual pueda sufrir o ser premiada.
El Cardenal: Ciertamente puede usted creer que ello es verdad. Porque justamente como el alma intelectual es afectada en el cuerpo por las afecciones del cuerpo, así también fuera del cuerpo es afectada por la ira, la envidia y otras afecciones, pero continúa sometida a los males del cuerpo y no se olvida de él. Y el alma sufre también el efecto de un fuego material preparado para este fin: que pueda sentir [el alma] los ardores de la flama. Nuestro fuego no podría afectarla. De manera similar ese poder que es el alma es salvado, es decir, está en paz y no le aflige ningún tormento."

Nicolás de Cusa
El juego de las esferas


"El espíritu se amolda a lo potencial para medirlo todo con el módulo de lo potencial y de la necesidad absoluta, para que lo mida todo en la escala de la unidad y la simplicidad, como lo hace Dios, y en la otra de la necesidad del acoplamiento, para apreciarlo de tal manera todo con respecto a su particularidad; finalmente se amolda al potencial determinado, para valuarlo en su existencia. Pero luego el espíritu mide también simbólicamente, por comparación, como cuando se sirve del número y de las figuras geométricas y se confronta con ellas tomadas como ecuaciones."

Nicolás de Cusa
Tomado del libro de Herman Hesse, El juego de los abalorios, página 10


“El ojo, como órgano sensorial, no está limitado por ninguna cosa visible ni llega a saciarse con ella; pues nunca le parecerá suficiente al ojo lo que ve; de la misma manera, la mirada intelectual no se contenta nunca con una perspectiva de la verdad. (...) La búsqueda de lo infinito, la incapacidad de detenerse en cualquier cosa dada o alcanzada no es un defecto ni una deficiencia de la mente; más bien es el sello de su origen divino y de su indestructibilidad.” 

Nicolás de Cusa


"Fernando. Algunos teólogos llamaban a la creatura no-otro que participación de Dios. Acerca de esto estoy muy interesado en oírte.
Nicolás. En primer lugar, tú ves, ciertamente, lo no-otro mismo innominable, porque ningún nombre alcanza a ello mismo puesto que precede a todos. Ahora bien, todo nombre es eso que es, por participación de ello mismo, por lo tanto se nombra lo de ninguna manera nominable. De esta forma se participa lo imparticipable en todos. Están, ciertamente, aquellos que participan no-otro oscuramente, porque lo hacen confusa y generalmente; están aquellos que lo participan más específicamente; están aquellos que lo participan muy especialmente, como la vida del alma que algunos miembros participan oscuramente, algunos más claramente, algunos, empero, muy especialmente. Además las potencias del alma participan la inteligencia algunas más claramente, algunas otras más oscuramente. También las creaturas que son menos otras de otras, por ejemplo las inteligencias puras, participan más de ello mismo; y las que son más otras de otras, como por ejemplo las corporales que no se toleran a sí mismas en un solo lugar, participan menos de la naturaleza de ello que es no otro de algo.
Fernando. Veo que lo que has dicho es así; pero además, te ruego, no seas remiso en añadir de qué modo se ve verdadero que las esencias de las cosas son incorruptibles.
Nicolás. En primer lugar, tú no dudas, ciertamente, que lo no-otro mismo es incorruptible, pues si se corrompiese, se corrompería en otro; ahora bien, establecido otro también se establece no-otro; por lo tanto no es corruptible. Además, es cierto que lo no-otro mismo se define a sí mismo y a todo. En consecuencia todas las esencias de las cosas no son a no ser sino de lo no-otro mismo."

Nicolás de Cusa
Acerca de lo no-otro o de la definición que todo define


“Se nos podría comparar a búhos que intentan mirar el sol; pero ya que el deseo natural de conocimiento que hay en nosotros no carece de propósito, su objeto inmediato es nuestra propia ignorancia.”

Nicolás de Cusa


"Todas las cosas, aunque son diferentes, están unidas. Hay entre los géneros de cosas una conexión tal entre los superiores y los inferiores que se encuentran en un punto común; entre las especies se obtiene un orden tal que las especies superiores de un género coinciden con las inferiores del género superior siguiente, para que el universo sea uno, perfecto, continuo."

Nicolás de Cusa