"El aburrimiento es la suprema expresión de la indiferencia."

Ricardo León y Román



“El lugar común es el dogma del necio.”

Ricardo León 


"Huye de los rostros graves que no saben reír, de los espíritus que no entienden de ironías."

Ricardo León 



"La vida es mitad trabajo heroico y mitad espectáculo estético: trabajar con alegría y contemplar con curiosidad son los dos principios del arte de vivir."

Ricardo León


"Las cosas pierden al ser poseídas todo el valor que tuvieron al ser deseadas, porque el deseo es un artista engañador y mentiroso."

Ricardo León 


 "No hay cosas útiles o inútiles: la medida de su valor está en nosotros."

Ricardo León 



"Padezco un fiero dolor
que no se puede sufrir,
que ni se sabe decir
de puro atormentador.

Es una pena, un favor
que no me deja vivir,
que no me deja morir...
¡mi enfermedad es Amor!

Quienes sufren penas tales
llevarán siempre sus males
adonde quiera que fuesen.

Estas dolencias de amores
son las dolencias peores:
porque ni matan ni mueren."

Ricardo León 


"Yo he visto las yuntas perezosas, labrando la besana y hender la reja el húmedo terruño, y caer, como una lluvia de oro, la simiente; he visto verdear la mies y encorvarse al batir el viento y madurar al sol, caer al filo de las hoces, yacer agavillada en los surcos, bambolearse en los carros gemidores y desbordarse en las eras, crujir bajo los trillos, molerse en la aceña, tostarse en el horno, convertirse en blanquísimas hogazas."

Ricardo León
El amor de los amores


"Yo soy más revolucionario que tú...-continuó, penetrando hasta el fondo del alma de la mujer—. Yo siento con más fuerza, con más angustia que tú el dolor de las criaturas; el drama universal de los pobres y los esclavos del mundo, esclavos de las miserias de la carne y lo que es peor, de las miserias del espíritu. Creo, más que tú, en la necesidad y en la urgencia de redimirlas y alumbrar un mundo nuevo donde estén para siempre desterrados el odio, la iniquidad y la mentira. Mas para renovar el mundo es menester primero renovar al hombre, que es otro mundo, el más revuelto de todos y el más difícil de cambiar... ¡Pobres revoluciones las vuestras, que, aun al precio de tantos crímenes, no hacen sino arañar la costra de la tierra y dejan intactas, más fuertes y hondas que antes, las raíces del mal en el corazón del hombre! La verdadera revolución, la única salvadora-la cristiana—, es la que va derechamente a esas raíces y las arranca de cuajo y nos transforma el corazón y nos trae a nacer de nuevo. Es en nuestras moradas espirituales donde se obran los misterios de la vida sobrenatural y los prodigios de las grandes mudanzas de la Historia. No será posible un mundo nuevo mientras perdure en nuestro corazón "el hombre viejo", esclavo de la carne y de la culpa, sujeto a sus bárbaros instintos, ansioso de volver a la caverna y a la horda... "Todo está en el corazón": los males o los bienes, los ángeles o los monstruos, la selva primitiva o las estancias en que la Espesa se deleita con su divino Dueño. Y este hogar nunca está vacío: o lo llena Dios o el hombre. Aquí no valen efugios. Hay que optar... Pero "sin Dios no hay hombre”. Donde se expulsa a Dios ocupa el sitio el demonio... ¡Pobre de ti, Margarita, que en esa formidable opción eliges a Satanás creyendo elegir al hombre! ¿No te da lástima y espanto de ti misma?
No. Margarita le escuchaba ya sin oír, la conciencia sorda en el tumulto de su anarquía interior y de sus violentas emociones. Miraba a Pablo como arrobada y suspensa, muy abiertos los cristales turbios de sus ojos, empañados por el ardor y el vaho de tantos y tan íntimos hervores. La pasión creciente y refrenada, el choque de encontrados ímpetus, concluían de arrebatar el corazón de la mujer y robarle el entendimiento. Se sentía cada vez más hembra, más hundida en la carne de su triste y ajetreada humanidad."

Ricardo León
Cristo en los infiernos