"El beduino no podía buscar a Dios dentro de él: estaba demasiado seguro de que estaba dentro de Dios."

Thomas Edward Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia


"El esfuerzo de estos años por vivir y vestir como los árabes, e imitar sus fundamentos mentales, me despojó de mi yo inglés, y me permitió observarme y observar a Occidente con otros ojos: todo me lo destruyeron. Y al mismo tiempo no pude meterme sinceramente en la piel de los árabes: todo era pura afectación. Fácilmente puede convertirse uno en infiel, pero difícilmente llega uno a convertirse a otra fe.
(...)
Los árabes, que habitualmente viven amontonados, sospechan de alguna segunda intención en cualquier forma de privacidad. Recordar esto, y renunciar a la paz y la quietud egoístas mientras anduviera con ellos, fue una de las menos agradables lecciones de la guerra del desierto, y también de las más humillantes, pues forma parte del orgullo inglés recrearse en la soledad; nos encontramos interesantes a nosotros mismos, cuando no hay competencia a la vista.
(...)
Por qué los occidentales están siempre deseando más y más?", preguntó provocativamente Auda. "Detrás de nuestras pocas estrellas nosotros podemos ver a Dios, que no está detrás de vuestros millones." "Queremos llegar al fin del mundo, Auda." "Pero eso es de Dios", se quejó Zaal, medio enojado. Mohammed no quería que se olvidara su tema. "¿Hay hombres en esos mundos más grandes?", preguntó. "Dios sabe." "¿Y tienen todos Profeta, y cielo e infierno?" Auda le cortó: "Amigos, conocemos nuestras comarcas, nuestros camellos y nuestras mujeres. El exceso y la gloria son para Dios. Si el colmo de la sabiduría es sumar estrella tras estrella, nuestra locura no tiene fin.
(...)
El beduino del desierto, nacido y criado en él, había abrazado con toda su alma esta desnudez excesivamente áspera para los demás, por la razón, sentida aunque no expresada, de que allí se encontraba indudablemente libre. Despreció los vínculos materiales, las comodidades, todas la cosas superfluas y demás complicaciones con el fin de alcanzar una libertad personal que rondaba la inanición y la muerte. No veía virtud alguna en la pobreza misma; disfrutaba de los pequeños vicios y lujos -café, agua fresca, mujeres- que aun podía conservar. En su vida tenía aire y viento, sol y luz, espacios abiertos y un enorme vacío. No había esfuerzo humano, no había fecundidad en la naturaleza; sólo el cielo en lo alto y la tierra inmaculada debajo. Allí, inconscientemente, llegaba hasta las proximidades de Dios. Dios no era para él antropomórfico, tangible, moral; no estaba relacionado con el mundo o con su persona; no era natural, sino el ser -auponatos, asinnatos, anafniés-, calificado así, no por desposeimiento, sino por investidura: un ser que todo lo abarcaba, la matriz de toda actividad. Naturaleza y materia no eran sino cristales que lo reflejaban."

T. E. Lawrence
Los siete pilares de la sabiduría


“El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce.”

Thomas Edward Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia




"Este credo del desierto parecía inexpresable en palabras y en el pensamiento, de verdad."

Thomas Edward Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia



"Hay dos clases de hombres: aquellos que duermen y sueñan de noche y aquellos que sueñan despiertos y de día... esos son peligrosos, porque no cederán hasta ver sus sueños convertidos en realidad."

Thomas Edward Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia




"La gente de Inglaterra ha sido llevada en Mesopotamia a una trampa de la que resultará difícil escapar con dignidad y honor."

Thomas Edward Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia


"La imprenta es el arma más grandiosa en el arsenal del comandante moderno."

Thomas Edward Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia

"Las mentes árabes funcionan lógicamente, como las nuestras; nada es radicalmente incomprensible o diferente sino las premisas; no hay excusa o razón, excepto nuestra pereza e ignorancia, para que les llamemos orientales herméticos y no nos molestemos en comprenderlos."

T. E. Lawrence
Rebelión en el desierto
Tomada del libro de Pedro Baños, Así se domina el mundo, página 368


Los Siete Pilares de la Sabiduría

Te amaba, y entonces traje estas mareas de hombres a mis manos
            y escribí mi deseo en las estrellas del cielo
para libertarte,  una casa digna sobre siete pilares,
            y que tus ojos quizás se iluminaran para mí
cuando llegáramos.

La muerte parecía mi sierva en el camino, hasta que estuvimos cerca
            y  te vi esperando:
cuando sonreíste, y con triste envidia, ella se me adelantó
            y te arrastró:
            hacia su silencio.

El amor, agotado por el camino a tientas hasta tu cuerpo, nuestra breve paga
            nuestra por un instante
antes de que la blanda mano de la tierra explorara tu forma, y los ciegos
            gusanos engordaran con
tu materia.

Los hombres me rogaron que levantara nuestra obra, la casa inmaculada,
            en tu memoria.
            Pero para convertirla en un monumento adecuado,  la destrocé, antes de terminar: y ahora
seres pequeños asoman levantado sus casuchas
            bajo  la sombra manchada
de tu regalo.

T. E. Lawrence


"Para mí una acción, disparo o pérdida innecesaria no sólo eran desperdicio, sino pecado."

Thomas Edward Lawrence o T. E. Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia


"Tener valor de noticia es similar a tener un lata atada en la cola."

Thomas Edward Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia



"Toda la revisión en el mundo no rescatará a un primer borrador malo: pues la arquitectura de la cuestión viene o no logra venir en su primera concepción y la revisión sólo afecta el detalle y los adornos, ¡por desgracia!"

Thomas Edward Lawrence
Conocido como Lawrence de Arabia


"Todos los hombres sueñan, pero no igual. Quienes sueñan de noche en los polvorientos recovecos de sus mentes, se despiertan en el día para darse cuenta que era vanidad: pero los soñadores de día son hombres peligrosos, porque pueden actuar sus sueños con los ojos abiertos, para hacerlos posibles."


T. E. Lawrence