"Está comprobado que los pacientes que se comunican con las personas de su entorno se adaptan mejor a la enfermedad, se deprimen menos y pueden compartir temores, preocupaciones y miedos con los que le rodean, hallando en ellos una fuente de alivio. Además, controlan mejor su situación y pueden adoptar un papel más activo en las decisiones médicas relacionadas con sus tratamientos, aumentando su autoestima. Una comunicación honesta con el entorno reduce los sentimientos de soledad y aislamiento que genera una enfermedad que amenaza la vida de una persona."

Marie Die Trill
(Psicóloga), Revista Muy Interesante, nº 207, pág 108, 1998-10-05