"A pesar de lo mucho que se habla de "amor" en el mundo actual, permanece el hecho de que jamás ha carecido tanto el mundo de amor, este mundo duro de corazón, asesino, cruel, egoísta, despectivo e indiferente."

Taylor Caldwell


"Aunque los griegos declaran que la guerra es una de las artes -escribió Cicerón a César-, y que el juego más importante de todos es la caza del hombre por el hombre, he de hacer observar que el hombre es el único ser que caza y asesina a los de su propia especie, y he descubierto que los gobiernos recurren a la guerra para silenciar el descontento interno y unir a una nación contra un "enemigo" o para proporcionar una prosperidad falsa al Estado cuando las finanzas están en declive y la corrupción ha alcanzado a todos los políticos."

Taylor Caldwell




"Cuando un gobierno se halla decidido a difamar, destruir y asesinar a un héroe, lo puede hacer con toda impunidad. Es que ahora nos gobiernan los hombres y no las leyes."

Taylor Caldwell




"De nuevo reinaba la oscuridad y la tristeza en el templo. Algunas personas cercanas al altar murmuraban oraciones y pequeñas lámparas votivas ardían ante la diosa de mármol. Fuera rugían salvajemente los truenos, alterando la paz del templo."


Taylor Caldwell



"¡El amor! Es el grillete de la libertad del espíritu: ¡Su esclavizador! Y muy traicionero."


Taylor Caldwell



"El caos reinaba en todas partes porque los proscritos y los psicópatas ya no eran lo que eran realmente: criminales. Ahora eran "perturbados mentales", "víctimas de hogares destrozados" o "individuos privados de cultura y de las ventajas y privilegios que les correspondían"."


Taylor Caldwell




"El desprecio destruye la piedad."


Taylor Caldwell


"El mundo no queda nunca estático, cada año que pasa es un mundo diferente. Sin embargo, ahora que todo, el mundo dice que vivimos en un mundo cambiante, creo que es una excusa para justificar los excesos."


Taylor Caldwell



"El poder y la ley no son sinónimos. La verdad es que con frecuencia se encuentran en irreductible oposición. Hay la Ley de Dios [la ley natural], de la cual proceden todas las leyes equitativas de los hombres y a la cual deben estos ajustarse si no quieren morir en la opresión, el caos y la desesperación. Divorciado de la Ley eterna e inmutable de Dios, establecida mucho antes de la fundición de los soles, el poder del hombre es perverso, no importa con que nobles palabras sea empleado o los motivos aducidos cuando se imponga. Los hombres de buena voluntad, atentos por tanto a la Ley dictada por Dios, se opondrán a los gobiernos regidos por los hombres, y si desean sobrevivir como nación, destruirán al gobierno que intente administrar justicia según el capricho o el poder de jueces venales."


Taylor Caldwell


"El único modo en que la mayoría de los hombres pueden mantenerse disciplinados es mediante el temor a la ley o el temor de Dios..."


Taylor Caldwell



"Ellos gritan " ¡Justicia! ", al ver los sufrimientos de los oprimidos en todas partes. Pero la justicia sólo viene de Dios, y si ellos la buscan en las leyes de los hombres no la encontrarán nunca. Su deseo de amor y caridad universal surge de la pasión conmovedora de sus almas, su misma pasión instintiva, pero no puede ser lograda nunca por decreto del hombre o por la exigencia en los corazones viciosos de los políticos. Ese camino sólo conduce a una mayor esclavitud. El hombre pone su fe en príncipes y gobernantes mortales para peligro suyo."


Taylor Caldwell





"En ella todos los sentidos eran en realidad uno solo, de modo que el gusto, el olfato, el oído, la vista y el tacto se unían en una sola emoción, con frecuencia demasiado intensa para poderla soportar sin una extraordinaria turbación del espíritu."


Taylor Caldwell



"Esos hombres, si son hombres verdaderamente, parecen bestias. De hecho son bestias, ay, y carecen por completo de sensibilidad. No crean belleza ni esplendor; graznan como los cuervos, y sus almas están enroscadas en el error. Vagan como ovejas sin mente, pero ovejas violentas."


Taylor Caldwell



"Estamos muy ocupados...Con nada. Hablamos...De nada. Nuestro vecino, nuestro hermano, nos suplica ayuda a gritos, y eso no nos preocupa. Peor aún, ni siquiera le oímos, enfrascados en nuestra vida tan ocupada, tan vulgar y tan trivial."


Taylor Caldwell



"Fue fácil pronosticar el fracaso absoluto de tan sabio gobierno, porque los hombres son estúpidos y prefieren cobijarse en los brazos de la esclavitud a pararse ante los vientos de la libertad y vivir de acuerdo con este difícil camino, y por su naturaleza prefieren robar que trabajar, dormir que vivir, comer que pensar, traicionar que ser fieles, deshonrar en lugar de honrar."


Taylor Caldwell



"¿Fuimos nosotras las que ordenamos que la mujer estuviera sometida al hombre aun siendo menos inteligente que nosotras, más rudo y más estúpido? Sin embargo, podemos gobernarlos mejor que nadie, y esclavizarlos a nuestra voluntad. Somos un misterio para esas criaturas groseras, y en nuestro misterio se basa nuestro poder. Los hombres nos temen y nos adoran a la vez, pues somos más sutiles, mucho más listas y tenemos la fuerza de la tierra en nuestra carne y nuestro espíritu. Nadie supera a la mujer cuando engaña sutil y deliberadamente, por eso nos reímos de ellos en nuestro interior."


Taylor Caldwell



"Hablamos sólo del mundo y nunca preguntamos a las estrellas, pues el mundo es todo lo que conocemos...Y todo lo que queremos conocer. Nuestro pequeño y cómodo rinconcito es suficiente para nosotros, pues en él podemos sentarnos y exponer nuestras blasfemas y urbanas tonterías y pronunciar palabras de paz en un mundo en el que no hay paz, y ofrecer plegarias bien ensayadas, tan vacías de contenido como nosotros. ¿Quién nos perdonará?"


Taylor Caldwell


"Hay que enfrentarse a las cosas con valor, ya sabe. Hay algunas cosas que no pueden...Evitarse aunque lo queramos, por muy deseable que ello sea. Fortaleza. Resignación..."



Taylor Caldwell



"He notado, muy frecuentemente, cuán seguros de sí mismos llegan a estar los tontos, y cuán llenos de dudas suelen estar los sensatos."

Taylor Caldwell



"Incluso la fruta verde ha de prometer madurez y delicia, tesoros."

Taylor Caldwell




"La codicia es el más feo y detestable de los pecados, porque se alimenta de su propio apetito y nunca se sacia, y su rapacidad aumenta consigo misma."

Taylor Caldwell



"(...) Lo que él no sabía es que las naciones nunca se apartan de los abismos, porque todavía se aferraba a sus ilusiones y seguía creyendo que una nación corrompida podía volver a ser pía y virtuosa sólo con que "el pueblo lo quisiera". (...) La corrupción es irreversible cuando ha llegado a pudrir el alma de una nación."

Taylor Caldwell



"Los acontecimientos no caen sobre los hombres; éstos los crean a través de sus gobiernos y sus políticas. El terror no desciende sobre ellos desde el cielo, de la nada; lo traman ellos mismos. ¿No se conspiran siempre en secreto las guerras y se sueltan sobre los ciudadanos con lemas nobles, para que éstos acepten luchar y morir sin lamentarse?"

Taylor Caldwell




"Los católicos hablaban de la gracia, pero ¿Qué era la gracia, a no ser la conciencia de los deberes diarios, la responsabilidad para con los demás y la obediencia a la autoridad civil? ¿Y la necesidad de ser un auténtico hombre?"

Taylor Caldwell


"Los hombres jóvenes son como toros -decía Targelia con severidad-, por tanto, a menos que sean extraordinariamente ricos e importantes, jamás les entrego a una de mis doncellas. Una prostituta y una de mis cortesanas delicadas serían lo mismo para ellos en la cama; puesto que ambas están igualmente equipadas, ellos no saben distinguirlas."

Taylor Caldwell



"Los jardines se extendían oscuros bajo la noche, pero los ruiseñores ya habían empezado a cantar. Vasijas con incienso, ardían en todos los rincones de los salones y el aire cálido estaba cargado con un aroma que vencía incluso al de las flores que se alzaban en los grandes jarrones chinos."

Taylor Caldwell



"Los tiranos sienten un particular cariño por la guerra, pues distrae al pueblo de toda justa queja contra ellos. También acrecienta el poder de los tiranos, porque éstos, alegando que la patria está en peligro, pueden imponer aún más onerosas restricciones a la libertad."

Taylor Caldwell



"Nada podía explicarse ni comprenderse adecuadamente, nada podía conocerse del todo. En ello se encerraba la emoción más profunda."

Taylor Caldwell



"Ningún político puede mantenerse al margen de la corrupción, porque es tarea de la política el tratar con el pueblo y el pueblo inevitablemente corrompe. El hombre es bueno tan sólo en el reino de lo abstracto y eso, si quiere sobrevivir."

Taylor Caldwell


"No creíste en las intenciones honorables de ningún hombre, ni en las búsquedas desinteresadas de ningún hombre. Desaprobaste la caridad atribuyéndole algún motivo mezquino. El altruismo no existía para ti; era un disfraz para el mal. No mataste a ningún hombre y tampoco lo robaste, pero trataste de oscurecer su alma y pretendiste burlarte de sus logros. Tu maldad reside en tu lengua, si no es que en tus acciones, y ésa es la maldad más sutil de todas ellas, porque no puede ser llamada a cuentas en las cortes de los hombres, como otros crímenes."

Taylor Caldwell




"No era la primera vez que viera desesperación y angustia en un rostro humano. Siempre había ofrecido las mismas palabras de consuelo: valor, fortaleza. El tiempo sana todas las heridas. La vida sigue. Día a día disminuirá ese tormento, créanme. Es preciso seguir viviendo y soportando el dolor. Hay que levantarse de nuevo, alzarse del lugar donde la angustia nos ha hecho caer. Eso es lo que se espera del hombre. Y el futuro encierra para todos nuevos consuelos, nuevos placeres...Esperen y verán."

Taylor Caldwell


"No lo sabrá nunca, porque en la tumba no hay recuerdos."

Taylor Caldwell


"Percibo el fantasmal temor que los domina, la inmensa inquietud, la mirada hacia los cielos, la sospecha ambigua de la cual es madre el temor, la sensación de que se cierne el horror y la conflagración, aun cuando se proclaman a sí mismos señores del universo. Hablan de paz y planean masacres. Exaltan la ciencia y la usan para destruir. Lloriquean su amor, mientras desparraman odio. Sí, están llenos de terror y no saben por qué."

Taylor Caldwell


"Pero incluso entre los patricios y los nobles hay los exigentes que codician el poder. Saben que el poder descansa en el número y por eso miman a la plebe, a la que precisamente teme todo gobierno sensato porque conoce sus apetitos desenfrenados y que es como una bestia imposible de controlar. Así que cuando esta guerra termine, los patricios dirigirán su atención a la plebe y se aprovecharán de ella para rehacer sus fortunas y hacerse con el poder."

Taylor Caldwell



"¡Que los hombres sigan protegiéndonos y nosotras continuaremos gobernándolos desde el lecho con nuestras zalamerías! El que ocupa un trono jamás disfruta de paz y calma. Pero la que es la voz tras el trono, por oculta que esté, disfruta de todas las ventajas y todas las prerrogativas del poder y puede dormir tranquilamente toda la noche."

Taylor Caldwell


"¡Qué mundo tan hermoso! ¡Debe ser un reflejo del cielo!"

Taylor Caldwell


"¿Quiere que le diga una cosa? Todo ese amor de que tanto se oye hablar en estos días es sucio. Eso es lo que es: sucio. Uno mira a la gente que lo vocea y tiene la sensación de suciedad moral y espiritual, no natural, indecente."

Taylor Caldwell


"¿Quiere un canto anticuado y sentimental en el que no creo, y que resulta absurdo en estos días ilustrados y sofisticados? Yo no soy un párroco, mi querida señora, lleno de consoladores tópicos y suaves aforismos. Soy un profesor, un líder, un guía para mi congregación. ¿Acaso espera que la tranquilice con alguna historia evangélica, o que invoque a algún dios tribal?"

Taylor Caldwell




"¿Resignación ante la muerte absurda e inútil de mi hijo? -sus ojos azules le miraron ahora ardientes, con total angustia-. ¿Por qué tiene que morir? ¿Por qué? ¿Por qué? -No lo sé -dijo el doctor Pfeiffer con genuina preocupación-. Son cosas que suceden constantemente, irrazonables, inexplicables. Sólo podemos enfrentarnos a ellas como seres humanos, con valor, sin dejarnos dominar en ningún momento por una desesperación irracional. Eso no es digno de la humanidad."

Taylor Caldwell


"Siempre había una guerra. Siempre había un enemigo en alguna parte del mundo que había que aplastar (...) Denle guerra a un nación y estará contenta de renunciar al sentimiento de libertad (...) En los días en que América [del Norte] era una nación libre, sus padres deben haberles enseñado la larga tradición de libertad y orgullo en su país. Sus profesores tienen que haberles enseñado, y sus pastores, sus rabinos y sus sacerdotes. La bandera, en un momento, debe haber significado algo para ellos. La Constitución de los Estados Unidos, la Declaración de la Independencia: seguramente habría entre ellos quienes recordarán. ¿Por qué entonces permitieron que la Constitución se pusiera fuera de la ley? ¿Por qué desviaron sus miradas cuando sus artículos, uno por uno, fueron devorados por las ratas? ¿No hubo una sola hora en la que se sublevaron como hombres en sus corazones y levantaran la voz en protesta? (...) Todo empezó tan casualmente, tan fácil y tantas palabras grandilocuentes. Comenzó con el uso odioso de la palabra "seguridad" (...) ¿Por qué han estado tan ansiosos de creer que cualquier gobierno resolvería los problemas por ellos, los cuales habían sido resueltos una y otra vez tan orgullosamente por sus padres?"

Taylor Caldwell


"Siempre he dicho -observó Targelia- que debías haber sido un filósofo. - ¡Ah! , pero me enamoré -dijo la madre-. Y cuando una mujer ama, ya no es filósofo. - Ni el hombre tampoco -corroboró Targelia-. El amor es el gran destructor de la lógica y la inteligencia. Los genitales nos gobiernan a todos...Hasta el día en que nos fallan. Entonces alcanzamos la sabiduría. Pero la sabiduría es un fuego helado que alumbra y, sin embargo, no calienta."

Taylor Caldwell




"Sólo el fuerte puede proteger al débil. Sólo el noble de corazón puede inspirar a otros hombres a la nobleza, al sacrificio, a la autodisciplina, al amor."

Taylor Caldwell


"Toda mi vida deseé ser policía. Mi padre sentía gran respeto por la policía y nos enseñó ese respeto también. Dijo que él mismo había querido ser policía. Para él no había mejor ocupación que ser el guardián de la ciudad, de la paz y seguridad de la ciudad. ¡Vaya, era la cosa más importante del mundo para él! Y lo fue para mí. Me iba a pasear con los policías, jóvenes y viejos, que hacían su ronda, y hablaba durante horas con ellos."

Taylor Caldwell


"Todos esos pobrecitos criminales acusándonos a gritos cuando se les ha cogido con las manos en la masa. Y luego los asistentes sociales y los que creen que van haciendo el bien, y los que se dedican a hacerles cariñitos y a mimarles lo repiten también, y lo mismo los malditos jueces viejos que quieren ser reelegidos y que tienen el corazón blando, y el cerebro blando también, y carecen de responsabilidad pública. Nos hemos convertido en una nación de sentimentales psicópatas sin el menor respeto por la autoridad y la decencia y sin dignidad. Peor aún, somos una nación de criminales."

Taylor Caldwell


"Un velo es más provocativo que el cuerpo desnudo, pues la sutileza resulta más deseable que la desvergüenza. Una mujer nunca debe darlo todo, ni siquiera simuladamente, excepto por un breve instante."

Taylor Caldwell


"Una mariposa roja como la sangre se le posó, cual un pétalo de rosa, sobre las rodillas y, mientras la miraba, sus ojos se llenaron de lágrimas. No era sólo la belleza del insecto lo que aceleraba los latidos de su corazón. Era su misma existencia, y el enigma de su existencia. La dominaba un ansia de adoración, pero no sabía por qué."

Taylor Caldwell


"Una mujer no debe fruncir el ceño -empezó a decir- porque eso produce arrugas en la frente y entre los ojos, y los caballeros detestan las arrugas. Tampoco debe reír demasiado, porque entonces las tendrá en torno a la boca. Un rostro alegre sí, siempre. Pero no semejante a las máscaras del teatro, cargadas de emoción y énfasis. Una suave sonrisa, un dulce curvar los labios, un guiño picaresco como se os ha enseñado, una inclinación leve de la cabeza...Eso sí es deseable y no envejece a la mujer."

Taylor Caldwell


"Una mujer debe insinuar siempre, jamás asegurar. Os repito estas admoniciones, tesoros míos, para que obtengáis éxito y riquezas y seáis siempre divertidas y seductoras."

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"Unos labios hermosos que inventan epigramas y que saben hablar de temas eruditos son deleitosos."

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"(...) Y entonces la gente pregunta: ¿Dónde está nuestra policía? Todo lo que saben hacer es poner multas de tráfico. Le diré dónde están los policías -prosiguió-. Están haciendo sus rondas de día y de noche, aunque saben que es inútil. La gente no va a apoyarles."

Taylor Caldwell


"Ya estaba actuando según lo que Mark denominaba «el estilo Katherine»: efervescente, vivaz, radiante, con una mirada brillante y fija, y una sonrisa fija también. Su voz era otra vez la de «Katherine», susurrante, efusiva, comprensiva. «¿Será que la practica antes de aparecer en público?», se preguntó Mark, arrepintiéndose después de aquella pregunta tan poco caritativa. Recordó que, cuando salían juntos antes de la boda, ella había sido siempre así. Un mes o dos de matrimonio la habían revelado como lo que era en realidad: un ser práctico, avaricioso, cínico o dogmático. Aunque estaba a solas con él aquí, en la casa, su estilo peculiar se había apoderado de ella. Sin duda ya se veía mentalmente con los profesores de Angelo tratando de impresionarles con su profunda dulzura, su interés por comprender los problemas, su ansiosa y sonriente disposición de recibir todos los informes sobre su hijo. «¡Oh, Kathy! —pensó Mark con cansancio—. Debe ser una pesada carga para ti el simular ahora la vivacidad de la juventud, el rebosante espíritu de la juventud, las ilusiones de la juventud. ¿Por qué no puedes relajarte y actuar como la mujer de mediana edad que eres en verdad? Nadie espera de una mujer de tu edad que aparezca siempre entusiasta y boyante. Lo siento. A los treinta años ya eras demasiado mayor para tener tu primer hijo. Debí haber insistido en que tuviéramos el niño cuando aún eras joven, a fin de que, ahora, cuando estás en compañía de mujeres mucho más jóvenes que tú, con niños de la edad de Angelo, no te sintieras en desventaja. No eres joven, Kathy. Muchas mujeres de tu edad son abuelas ya. Nuestro hijo debería estar ahora en el colegio superior, meditando seriamente en la profesión que habría de elegir dentro de uno o dos años. No deberías ser la madre de un muchacho tan pequeño…».
Kathy se había vestido con un hermoso atuendo primaveral, consistente en un traje de seda azul clara, con las faldas vuelosas de costumbre que ocultaban su enorme trasero y muslos macizos. Pero unas finas arrugas cubrían ya su delicado rostro. El pelo era todavía de un rubio brillante, pero Mark sospechaba que ello se debía al arte del salón de belleza. También tenía unas ojeras grises, producidas por la tensión, bajo los ojos azules. A primera vista Kathy parecía joven. A segunda vista, incluso parecía mayor de lo que era. Sus senos empezaban a caer algo pesados. El cuello, que nunca fue hermoso, estaba enrojecido y cubierto de arrugas. Toda ella tenía un aspecto algo extraño. Y, en aquellos zapatitos azules oscuro, los pies se veían muy hinchados.
Mark, tres años menor que Kathy, sintió un dolor apasionado por ella, aun sin saber del todo por qué. Luego se le ocurrió de pronto que jamás, en toda su vida de casados, le había preguntado lo que ella pensaba realmente de su hijo. En años anteriores había dado por sentado que lo sabía, pero esta noche comprendió que no tenía la menor idea en absoluto."

Taylor Caldwell
Ángel malvado