LA LUNA




LA LUNA EN LA PRIMERA




A menos que esté fuertemente modificada por otros aspectos de la  carta, la persona irradiará cualidades lunares: sensibilidad, receptividad, emotividad y una especie de apertura infantil, hacia la cual los demás se sienten naturalmente atraídos. Mientras que el Sol en la Primera casa quiere ejercer una influencia dinámica sobre el medio, la Luna en la Primera se inclina más bien a mantenerse unida a la madre y al medio ambiente. Es probable que quienes tienen la Luna en la casa Uno -incluso en épocas de la Vida en que la supervivencia ya no depende de la presencia de otra persona- actúen habitualmente como si su vida dependiera de ser lo que otros quieren que sean. Por consiguiente, cuando se trata de captar e interpretar las señales provenientes de quienes los rodean, exhiben una capacidad que hace pensar en un radar. Sin embargo, la interpretación de esas señales suele estar interferida por sus propias necesidades, sentimientos y complejos emocionales que, en ocasiones, son incapaces de considerar ni a la vida ni al prójimo con un mínimo de objetividad. En los casos extremos, lo único que les interesa es lo que ellos quieren, y no es fácil para estos nativos dar nada a otra persona, a no ser que sea algo que se adecue a eso.
        La Luna en la casa Uno confiere una inteligencia de dimensión cuasi animal, que los lleva a saber instintivamente qué es lo que tienen que hacer en determinadas situaciones. Son personas que pueden "olfatear" las oportunidades, "sentir" el peligro o "ver venir" las complicaciones
        Si la Luna está afligida en esta casa, hay una inestabilidad constante, mucha curiosidad y caprichos; el carácter puede ser tímido o con mala popularidad. La aflicción por la comida los puede llevar a ser corpulentos.





La Luna conjunta al Ascendente nos sugiere que el individuo intentará aproximarse al mundo y a aquellos que viven en él con unos grandes deseos de cuidarlos y protegerlos. De tener lugar otros factores dentro de la Carta Astral, se tratará de unas personas muy responsables, adaptables e impresionables, así como sumamente dispuestas, tanto a satisfacer las necesidades de los demás como las suyas propias.
        Con frecuencia, suele existir una gran identificación con la figura materna y, a menudo, también con el papel de madre por sí mismo. Por regla general, en la mayoría de los casos siempre debió de existir una fuerte presencia femenina durante la infancia... Las personas con este Aspecto en el Tema fueron (o debieron ser) excepcionalmente sensibles hacia las necesidades de la figura materna y, a veces, incluso quizá también pudieron verse obligadas a tener que protegerla. en algunos casos, estas personas incluso pudieron llegar a actuar de "madres" con su propia madre y, por ello, más tarde, siempre siguen deseando proteger emocionalmente a los demás o, bien, ser protegidas por ellos.
        Los sujetos con la Luna en el Ascendente, pueden mostrarse sumamente receptivos y sensibles hacia todo y hacia todos los que les rodean, así como a ser sumamente propensos a absorber todas las energías que flotan en el ambiente... La Luna parece describir al niño en relación con las figuras maternas de la infancia y por ello, las personas con la Luna situada en el Ascendente o en la Casa I, a menudo se enfrentan al mundo revelando la parte más infantil de sí mismas y reclamando a gritos cuidados y protección.

Sue Tompkins pág. 423-424
Los Aspectos en Astrología


  

LA LUNA EN LA SEGUNDA




La Luna en esta casa se contenta con la seguridad emocional que el dinero o las posesiones materiales la aportan. El Sol proyecta prestigio sobre las posesiones; la Luna proyecta sentimientos sobre lo que posee. Puede haber un apego sentimental a los objetos, especialmente los que han sido heredados de familia o están vinculados por la memoria con personas o situaciones que han sido importantes en la vida. Es frecuente que haya interés en las reliquias de familia, en las antigüedades o en cualquier cosa relacionada con el pasado.
        Así como la Luna cambia en los cielos, también las circunstancias financieras pueden fluctuar. Estos nativos pueden ganar dinero mediante profesiones relacionadas con la Luna, como pueden ser las que sirvan a las necesidades públicas y las afines a la hostelería, la restauración, el cuidado de niños, el alojamiento y la propiedad inmobiliaria, e incluso los trabajos en el mar. Esta posición señala recursos internos de adaptación y sensibilidad, además de la capacidad de saber instintivamente lo que otros quieren o necesitan.
        Cuando la Luna está afligida en la casa Dos, puede haber falta de previsión, tendencia al despilfarro o ser exageradamente adquisitivo.





LA LUNA EN LA TERCERA



Dada la capacidad de la Luna de "sentir" lo que otros están pensando, es probable que quienes tengan la Luna en esta casa experimenten cierta dificultad para distinguir sus propios pensamientos y los de quienes los rodean. En ocasiones, es probable que crean ser objetivos y racionales cuando, en realidad, están reaccionando sobre la base de algún complejo emocional. Las diversas situaciones se les aparecerán teñidas por su estado de ánimo y su sensibilidad. Son imaginativos y tienen generalmente memoria retentiva. La Luna en la Tercera casa está ávida de conocimiento por la seguridad que significa saber verdaderamente cómo funciona algo. Como la Luna está asociada con las influencias del pasado, puede haber en estos nativos una fascinación por temas tales como la arqueología, la genealogía y la historia.
        Es probable que estas personas procuren consuelo y seguridad por mediación de un hermano o familiar, o bien que haya tenido que hacer de "madre" de otros niños durante sus años de crecimiento. También puede ser que la relación con la madre real se dé en términos más parecidos a una relación con una hermana mayor que con una madre.
        Este emplazamiento confiere cierto grado de talento para escribir. A menos que la Luna esté en un signo de aire, es probable que los escritos transmitan emociones profundamente sentidas o describan recuerdos y vivencias personales.
        Si la Luna esta mal aspectada en la casa Tres, la superficial y es más imaginativa que intelectual.

  



LA LUNA EN LA CUARTA




La Luna en la Cuarta casa encuentra seguridad y una sensación de pertenencia en el seno de la familia. Cuando las batallas de la vida arrecian, se busca refugio en el regreso al hogar. Necesitan que el hogar sea una especie de retiro o santuario, y por lo tanto sintonizan finamente con los movimientos ocultos y los cambios de atmósfera del medio familiar.
        Con la Luna en la casa Cuatro es posible que el padre transmita al niño un sentimiento de mayor seguridad que la madre. Algunas personas que tienen este emplazamiento siguen buscando, ya de adultas, un padre que les dé seguridad en la vida. Según cuáles sean los aspectos de la Luna en esta casa, es probable que las cualidades de atención y cuidado hayan sido aprendidas del Padre, antes que de la madre.
        En ocasiones, alguien con la Luna en la Cuarta casa anda errante y sin descanso en busca del hogar, o incluso del País, donde se sienta más seguro o donde tenga más sensación de pertenencia. A veces, lo que fluctúa son las condiciones internas del bogar como tal. Con frecuencia hay interés por el linaje familiar, por las propiedades inmuebles o la arqueología, y quizás un fuerte deseo de vivir cerca del agua. Las condiciones que rodean el final de la vida pueden manifestarse en los aspectos de la Luna en esta casa.

  






La Luna en el FC está situada en su propia Casa. Esta posición sugerirá una rica historia familiar, así como que el pasado, probablemente, pueda ejercer una notable influencia sobre el sujeto.
        Con esta combinación, la necesidad de sentirse seguros, tanto a nivel familiar corno emocional, puede llegar a ser realmente fuerte. Normalmente, suele existir una gran necesidad de intimidad, de aislamiento y de poseer algún lugar en el que retirarse y sentirse protegido. Con frecuencia, el sujeto suele poseer un profundo conocimiento, así como una gran sensibilidad en cuanto a la noción de cuidar y de proteger el planeta Tierra; esto puede manifestarse en una gran variedad de formas, desde la jardinería hasta la implicación en cuestiones ecológicas. Algunas veces, también puede existir una fuerte implicación en asuntos relacionados con la propiedad y el alojamiento. Con esta posición lunar normalmente suele existir una gran sensibilidad hacia las propias raíces, la cual se puede manifestar de diferentes formas.
        Algunas veces, la Luna en el FC suele ser mucho más descriptiva de las exponencias del sujeto con respecto a su padre que a la madre. En cualquier caso, las personas con esta combinación acostumbran a tener un padre muy retraído e incluso con una acusada tendencia a aislarse. Y, en otras ocasiones, el padre acaba yéndose a vivir con el hijo.

Sue Tompkins Págs. 426-427
Los Aspectos en Astrología


  

LA LUNA EN LA QUINTA




La Luna en la casa Cinco canaliza por medio de hobbies, romances y empresas creativas su búsqueda de comodidad, seguridad y relajación. En tanto que el Sol en la Quinta casa pugna por ser creativo, la Luna en este mismo emplazamiento se siente “más en su casa" cuando crea. Con frecuencia la expresión artística es innata y natural en estos nativos.
        A menos que la Luna esté mal aspectada con Saturno o con los otros planetas exteriores, es normal que exista el deseo de tener hijos. Sea cual fuere la casa donde esté la Luna, allí encontraremos a la madre. En este caso, es posible que el nativo repita con sus propios hijos las pautas establecidas con su madre durante los años de crecimiento. Por otra parte, es posible que los problemas centrados en la madre sean revividos por mediación de vínculos románticos.
        Es muy frecuente que quienes tienen a la Luna en la Quinta casa sean sumamente atractivos para el público en general. Su manera de presentarse es agradable, simpática y por lo común nada amenazante para la mayoría de las personas, como si estos nativos tuvieran un aire vagamente familiar.
        Estando la Luna en la casa Cinco mal configurada en tema femenino existe el peligro de malos partos o alumbramientos difíciles. Relaciones fáciles pero inestables y popularidad poco halagadora. Puede también existir pérdidas en las especulaciones financieras.



  

LA LUNA EN LA SEXTA




Los nativos que tienen este emplazamiento se sienten seguros por el hecho de atenerse a una rutina diaria y de servir a las necesidades del cuerpo. Su salud física, lo mismo que su capacidad de hacer frente a las contingencias de todos los días, variarán de acuerdo con sus estados anímicos. Es probable que haya una relación entre la manera en que la madre se enfrentaba con las tensiones diarias y la forma como lo hace el nativo. Se ha de prestar atención a aquellas enfermedades que se puedan heredar o que "se dan en la familia" y ante las cuales vale la pena tomar medidas preventivas. Son personas que han de cuidar su dieta ya que al iniciarse un período de dificultades emocionales pueden presentarse problemas con la comida o con el exceso de alcohol.
        Experimentan la necesidad de sentirse emocionalmente comprometidos con su trabajo. Por lo común, un trabajo que les permita la interacción con otras personas es mejor para ellos que trabajar en un aislamiento excesivo. En ocasiones, se encuentran complicados con la vida personal de sus colaboradores o de sus sirvientes. A la gente que tiene la Luna en la casa Seis le gusta satisfacer las necesidades prácticas y emocionales de otras personas, y se adaptan bien a cualquier empleo en que puedan desempeñar un rol "materno". Un animal doméstico al que puedan querer y atender, y que esté esperándolos cuando vuelven a casa, puede ser una ayuda para su salud, tanto física como psicológica.
        Una Luna mal aspectada en la Sexta casa puede indicar dificultades funcionales en el organismo sobre todo en la parte digestiva, debido a una excesiva preocupación y ansiedad: una vida tranquila evitaría tener tensiones emocionales y también trastornos nerviosos.





LA LUNA EN LA SÉPTIMA



Los que tienen la Luna en esta casa pueden ser hipersensibles, o bien adaptarse en exceso a las necesidades de su pareja, con lo que su identidad resulta demasiado condicionada por lo que la otra persona quiere que sean.
        Inversamente, es posible que en su pareja estén buscando una madre. Es probable que estos nativos busquen el matrimonio por la seguridad que ofrece, y por la promesa de una familia y un hogar cálido y acogedor que les den una sensación de pertenencia. A la Luna no le interesa demasiado ser un individuo aparte. Casarse es lo que hace la mayoría de la gente, de manera que ¿por qué no habrían de hacerlo ellos?.
        La pareja en cuanto entidad, puede necesitar el tipo de atención y de cuidado que se brindaría a un bebé. Quienes tienen este emplazamiento pueden pasar por muchos estados de ánimo y cambios emocionales vinculados con la relación. En algunos casos, la Luna en la séptima casa hace referencia a una pareja inquieta, variable, inconstante, inestable o con peculiaridades emocionales.

  






La Luna conjunta al Descendente nos sugiere que existe una gran necesidad de relacionarse debido a toda la seguridad emocional familiar y doméstica que ésta puede proporcionar. El sujeto necesita de unas relaciones que puedan proporcionarle una cierta cantidad de protección, de cuidados, de contención y de dependencia... Los sujetos con este Aspecto, con frecuencia se encuentran a sí mismos manteniendo una relación con alguien que les recuerda muchísimo a su madre o que repite el mismo tipo de relación que mantuvieron con ella o, al menos, el que les hubiese gustado mantener... Las personas con la Luna conjunta al Descendente, con frecuencia suelen mostrarse muy cariñosas en todas sus relaciones y Howard Sasportas dice que la Luna en la Casa VII puede ser "excesivamente sensible o tremendamente adaptable" con respecto a las necesidades de su pareja. Este Aspecto suele indicar que existen vínculos muy estrechos entre el sujeto y las mujeres.

Sue Tompkins Págs. 42~425
Los Aspectos en Astrología

  




LA LUNA EN LA OCTAVA




Esta posición da una apertura innata y una especial afinación con las fuerzas ocultas que operan personal o colectivamente. En ocasiones, quienes tienen la Luna en esta casa pueden sentirse confundidos o “superados” por poderosos complejos inconscientes que se apoderan de ellos y los abruman. De niños deben haber sido sumamente sensibles a los sentimientos más profundos de la madre, a sus estados de ánimo y a sus frustraciones, y es probable que, en su interior, sigan aún “cargando” con ellos.
        Es probable que las primeras experiencias con el sexo o con la muerte hayan afectado profundamente el carácter de estas personas, que tienden a buscar el contacto o la intimidad sexual principalmente por lo que brinda de seguridad emocional, o como una manera de olvidar las exigencias del inundo. Generalmente, este emplazamiento responde muy bien a las necesidades sexuales o emocionales de su pareja, y es probable que no tenga dificultad en adaptarse a ellas. Estos nativos tienen, con mucha frecuencia, una natural capacidad para ayudar a otros a descubrir el sentido de su propio valor y dignidad. Son capaces, literalmente, de "encargarse" del dinero de otros, o de cuidarlos y atender a sus necesidades en momentos traumáticos y de transición.
        En un nivel más terrenal, existe la posibilidad de herencias de tierras o propiedades, probablemente por la vía de la madre de la pareja.
        Si la Luna se encuentra mal aspectada, puede haber divorcios, separaciones o finales complicados y que provoquen un grado de angustia mayor de lo habitual.






LA LUNA EN LA NOVENA




En este emplazamiento, la Luna muestra con frecuencia una capacidad sobrenatural de predecir el resultado hacia el cual se orientan los acontecimientos. Hay una natural receptividad hacia todo lo que sea filosofía y religión, y una captación intuitiva de conceptos y símbolos. Aunque es probable que los que tienen la Luna en esta casa profesen una fe heredada de su familia o de su cultura, son sujetos que tienen la capacidad de adaptar su filosofía a influencias y condiciones cambiantes.
        Es probable que en la vida de quienes tienen la Luna en la casa Nueve haya períodos durante los cuales residan en algún país extranjero. De igual manera existe la posibilidad de que estos nativos se sientan más “en su casa" cuando meditan sobre el sentido de la vida, están rezando en la iglesia o se encuentran a punto de coger un avión o de embarcarse en una nueva empresa o en una aventura nueva.
        Su manera de ocuparse de otros puede expresarse compartiendo con ellos sus intuiciones filosóficas o espirituales, o inspirando en potenciales discípulos nuevas esperanzas y visiones, un significado y una orientación nuevos.
        En la carta natal de un hombre, este emplazamiento puede señalar relaciones intimas con extranjeras, o con mujeres que de una manera u otra lo llevan a ensanchar o expandir su horizonte. También puede existir una correlación entre la Luna en la Novena y la profesión de escritor.
        Los aspectos difíciles con la Luna en la casa Nueve pueden indicar problemas con mujeres con las que se tiene un parentesco político.







LA LUNA EN LA DÉCIMA




Quienes tienen la Luna en la casa Décima proyectan a la "madre" sobre el mundo: sus necesidades de seguridad están vinculadas con los problemas de la profesión y del status. Son sumamente sensibles en lo que respecta a su reputación, a su presentación en público y, en general, a lo que piense de ellos la gente. Por más maduros y autosuficientes que parezcan, estos nativos llevan dentro una niña o un niño pequeño, que levanta los ojos hacia la madre/mundo, en demanda de amor.
        Es frecuente que los nativos que tienen la Luna en la casa Diez exhiban una estrecha identificación con la madre, sensible en sus gestos y movimientos. De niños son excepcionalmente sensibles a la vida física y emocional de ella.
        También en la carrera o profesión pueden reflejarse cualidades maternales: servir a otras personas y atender sus necesidades, alimentarias, alojarías, cuidarlas cuando están enfermas, etc. Los problemas relacionados con la carrera movilizarán y dejarán al descubierto sus sentimientos y emociones. El jefe u otra figura de autoridad puede convertirse en blanco de problemas pendientes con la madre, o con familiares en general.
        Son personas que tienen sensibilidad para los cambios anímicos del público y la capacidad potencial de movilizar los sentimientos de las masas.
        Si la Luna se encuentra mal aspectada en la Décima casa puede indicar hostilidad por parte del público; descrédito, mala fama, cambios constantes en la ocupación sin mejorar su condición social. Las ambiciones mundanas se logran cuando las emociones son controladas.


  



Con la Luna conjunto al MC suele existir una gran necesidad de reconocimiento personal, junto con una desarrollada sensibilidad hacia todo cuanto puedan llegar a sentir o a pensar los demás. Por ello, resulta una excelente combinación para aquellos que deban mostrar algún tipo de responsabilidad con respecto a las necesidades públicas.

Sue Tompkins pág. 426
Los Aspectos en Astrología


La Luna en la casa 10ª refleja una identificación instintiva con la madre en la infancia, y más tarde, una identificación instintiva con el público, con la gente de ahí fuera. La Luna en la 10ª consigue su nutrición emocional y sentido de seguridad siendo vista y deseada, alcanzando el reconocimiento de todos como medio de adquirir la aceptación pública. Esta Luna precisa tener un sitio, posiblemente ser necesaria para muchas personas.

Liz Greene
Significado astrológico del Sol



  





LA LUNA EN LA UNDÉCIMA




Esta posición de la Luna en la casa Undécima incita a los nativos a buscar seguridad, consuelo y una sensación de pertenencia por medio de amigos, grupos y organizaciones. Como pueden ser muy impresionables, deben ejercer cierta discriminación en la elección de las personas o de los círculos con que se vinculen. Son personas que tienen la capacidad de combinar con grupos muy diferentes.
        Es probable que les guste "hacer de madre" con sus amigos, y también esperan que, cuando ellos lo necesitan, sean los otros quienes les brinden apoyo y consuelo.
        Las mujeres que tienen a la Luna con aspectos difíciles en esta casa suelen quejarse de dificultades en la relación con otras mujeres. Para las personas de uno u otro sexo, una Luna bien aspectada en la casa Once lleva implícitas, por lo general, amistades beneficiosas con mujeres. En muchos casos, la vivencia que estos nativos tienen de la madre es más bien la de una amiga que la de una verdadera madre.
        Muchas personas que tienen la Luna en esta casa participan en actividades de grupo y en salidas sociales como manera de relajarse y eliminar tensiones ante las presiones impuestas por otros aspectos de la vida, otras se unen a grupos que defienden causas que a ellas les emocionan. Existe en ellas la potencialidad de conmover los sentimientos de grandes grupos de personas.
        Sus objetivos y ambiciones suelen fluctuar con los estados de ánimo, y quizá se dejen influir demasiado fácilmente por las opiniones de otros en lo referente a lo que puede ser mejor para ellos. También puede indicar los hijos adoptivos o hijastros (V desde VII).
        Si la Luna tiene aspectos difíciles D será conveniente explorar las heridas o desilusiones tempranas que el nativo pueda haber sufrido con amigos, ya que es probable que esos problemas hayan establecido formas de conducta que es necesario examinar y aclarar. Existen muchos conocidos pero pocos íntimos; relaciones poco duraderas; la influencia de las mujeres sobre los proyectos del nativo puede resultar nefasta.


  


LA LUNA EN LA DUODÉCIMA




Es muy tenue la línea entre lo que sienten estos nativos y lo que sienten quienes los rodean. A la manera de aspiradoras psíquicas "absorben" lo que circula por la atmósfera. Es probable que crean que su vivencia responde a sus propias emociones, cuando en realidad han absorbido las de alguna otra persona. Algunos pueden necesitar períodos de aislamiento, de retiro, lejos del bullicio y de la confusión mundana para restablecer su equilibrio y su paz interior.
        Las dificultades psicológicas pueden derivarse de la muy temprana infancia, e incluso de vivencias prenatales. Los reencarnacionistas sostendrían que los aspectos difíciles con la Luna en la casa Doce hacen pensar que los problemas de la vida actual se relacionan directamente con cuestiones emocionales no resueltas durante las vidas pasadas. Estas circunstancias podrían manifestarse en dificultades con la madre, con los hijos y con las mujeres en general. Es frecuente que la Luna en la Duodécima casa indique una relación compleja o poco usual con la madre.
        En tanto que entre quienes tienen este emplazamiento se dan sentimientos y sueños muy vívidos, es probable que oculten cuidadosamente sus emociones y que exuden un aire de misterio. En ciertos casos, hay ligazones emocionales o vínculos amorosos secretos, que los nativos mantienen ocultos por las más diversas razones.
        Hay una capacidad natural de interesarse por quienes están disminuidos o limitados en algún sentido. Algunos de los que tienen la Luna en la casa Doce pueden verse tan abrumados por fobias y complejos profundamente arraigados que tienen grandes dificultades para llevar una existencia cotidiana normal. En algunos casos, es posible que una institución tenga que desempeñar con ellos el papel de "madre".




LA LUNA EN LA CASA DOCE



Con frecuencia se encuentra a la Luna en la casa doce o en aspecto con su regente en casos en que el niño ha recibido muy escasos cuidados maternales durante la totalidad de sus primeros años de vida. Y con regularidad se da este emplazamiento en los bebés prematuros, a los que se trata de un modo muy clínico y que forzosamente tienen que perderse buena parte del amor y la atención de la madre, además del vínculo psíquico con ella, durante los primeros días o semanas de vida.
        He visto la misma conexión entre la Luna y la casa doce en los casos en que la madre estuvo internada durante cierto tiempo en un hospital, se fue de casa o sufrió una depresión postparto, es decir, en situaciones en que el niño tuvo que arreglárselas sin el contacto íntimo con su madre, o en que la madre fue incapaz de demostrarle sus sentimientos. También puede ser que el niño tuviera un hermano enfermo y que la madre dedicara todos sus cuidados a cuidar de él mientras dejaba de lado las necesidades del otro.
        Otra posibilidad es que, en los primeros años de vida del niño, uno de los padres esté esforzándose por resolver (interna o externamente) su relación con su propia madre. También, como consecuencia del embarazo y el parto, a la madre puede planteársele un problema con su condición de mujer que puede ser una cuestión totalmente aparte de su deseo de tener un hijo. A algunas mujeres les preocupa el hecho de tener que pasar un período bastante largo de tiempo, según ellas, gordas y desfiguradas. Las que siempre han asociado su feminidad con una figura esbelta y unas medidas ideales quizá tengan enormes dificultades para adaptarse a su nuevo aspecto. En la carta del niño, esto puede estar representado por un vinculo entre la Luna y la casa doce. Pero incluso las mujeres que no padecen este problema o las que sólo les afecta levemente pueden pasar por un periodo durante el cual, por ejemplo, se sientan diferentes o lleguen a la conclusión de que son distintas de lo que hasta entonces habían creído. En pocas palabras, hay un cierto grado de inquietud con respecto a la identidad femenina de la madre.
        En otros casos, la Luna en la doce o en aspecto con su regente, en la carta de un niño, indica una madre débil, emocionalmente perturbada o muy exigente, y en ocasiones es el padre quien se muestra inmaduro y de humor variable... En ocasiones, el ambiente del hogar parece estar inexplicablemente alterado, o también puede ser que la familia sea demasiado grande para que a los niños se les pueda prestar mucha atención individual, de manera que la crianza de los más pequeños queda más bien a cargo de los hermanos mayores que de los padres
        Un niño con la Luna en la casa doce o en aspecto con su regente está ávido de seguridad. Tal como sucede con el Sol en la casa doce o en aspecto con su regente, en este caso la vida emocional es muy rica, y hay mucha empatía e intuición. La fantasía está bien desarrollada, y la sensibilidad que lleva a reaccionar ante el entorno es mucho mayor que en la mayoría de la gente.
        Son nativos rápidos para captar los sentimientos de los demás, y al principio les puede resultar difícil distinguir sus sentimientos de los de otras personas. Los acontecimientos conmovedores les afectan fácilmente, y las escenas de sufrimiento les producen una fuerte impresión. Con frecuencia esto provoca el deseo de apoyar a grupos que por alguna razón necesiten protección. No importa cómo materialicen este deseo: protegiendo a los animales, colaborando con Amnistía Internacional o con organizaciones de ayuda al Tercer Mundo, dedicándose a los drogadictos, los alcohólicos o los huérfanos o defendiendo los bosques tropicales amenazados. Lo que importa es que puedan prodigar sus cuidados y sus sentimientos maternales (incluso en el caso de los hombres) a seres vulnerables, ya sean personas, grupos o animales que tienen en común la característica de vivir en un mundo separado por cierta distancia de estos nativos.
        Aunque de este modo se comprometan emocionalmente, evitan expresar sus sentimientos de forma personal y directa, porque al hacerlo se sentirían avergonzados e incómodos. Así como en general las personas con el Sol en la casa doce tienen problemas para manifestar y mostrar su individualidad, aquellas que tienen un vínculo entre la Luna y la casa doce tienen el mismo problema con la expresión de sus sentimientos, en especial cuando esto implica abrazar y besar.
        Aunque hay una necesidad enorme de intimidad y de brindar y recibir afecto cuando la Luna está en la doce o en aspecto con su regente, el nativo tiene miedo o se siente incapaz de abrirse hacía quien espera de él esa reacción, y se queda rígido o mudo. Como las personas con este emplazamiento suelen calcular lo que hacen, quizá vayan intencionadamente a donde puedan hacer algo por los demás, pero siempre manteniendo las distancias. Es muy probable que acepten trabajos no remunerados o temporales si saben que sólo durarán unos meses, y también les gustan aquellos en los que no hay necesidad, ni siquiera oportunidad, de echarle amistosamente a alguien un brazo sobre los hombros.
        Estas personas necesitan tiempo para cultivar la confianza interior en sí mismas que necesitan. La Luna en la casa doce o en aspecto con su regente, a menudo va acompañada de un sentimiento de falta de éxito, debido posiblemente a que son personas que en su primera juventud se sintieron inseguras, y este sentimiento, que sigue acechando desde el inconsciente en diversas esferas de la vida, puede manifestarse como una sensación de falta de merecimiento, como el sentimiento de que no vale la pena vivir y tal vez como un complejo de inferioridad. Son personas que se encuentran con que no les pagan sus servicios porque ellas mismas no se animaron a ponerles precio. O bien sienten que no pueden tener hijos porque "no están preparadas”. A veces, el resultado de esta actitud negativa es la sublimación.
        Las mujeres con este emplazamiento tienen dificultades con su propia imagen. Quizá se pregunten si serán capaces de ser buenas madres, o no estén seguras de lo que significa ser mujer, de lo que implica la maternidad y cosas semejantes. A veces, la balanza se inclina hacia el lado opuesto, y se identifican de un modo muy exagerado, hasta el punto de que puede llegar a ser una obsesión, con todo lo que es femenino. Así, algunas mujeres con la Luna en la doce o en aspecto con su regente pueden identificarse apasionadamente con ciertos personajes femeninos de la mitología, o enarbolar la antorcha del feminismo. En muchos casos, estas poderosas reacciones emocionales conducen finalmente a un mejor entendimiento de lo que les está sucediendo por dentro y a un mayor equilibrio.
        En los hombres los efectos son algo diferentes. Con frecuencia andan en busca de una especie de diosa-madre en la esperanza de que ésta les conceda la bienaventuranza de un ciclo en la tierra... además de abrazarlos de un modo tierno y cálido. El peligro está en que proyecten la necesidad de una diosa en las mujeres en general, y en la propia esposa en particular, de modo que las mujeres reales se convierten en unos personajes de ficción a quienes jamás llegan a conocer.
        Los hombres con un vinculo entre la Luna y la casa doce no han de preocuparse demasiado cuando descubran que su diosa es la que lleva los pantalones en la relación y que ellos han terminado por estar sometidos a su autoridad y su control. Una vez que caigan en la cuenta de que eso sucedió porque ellos mismos permitieron que su pareja rigiera sus emociones, ya podrán manejar la situación. Más positivo es el fuerte vinculo emocional con la pareja, que puede llegar incluso a ser telepático.
        Las personas con la Luna en la casa doce o en aspecto con su regente son muy vulnerables emocionalmente. Si no se dan cuenta de ello, existe el peligro de que piensen que gobiernan sus emociones, cuando en realidad se ha limitado a sepultarlas por miedo de lo que podrían revelar. En tales casos se da con frecuencia una manipulación emocional, expresada en ambientes y estados anímicos simulados en un intento de controlar subrepticiamente su entorno, aunque otra posibilidad es que se aferren a los demás para controlarlos emocionalmente Un control que, sin embargo, es un grito de angustia: "Por favor, ¡dadme apoyo emocional!". Las personas que incurren en esta clase de comportamiento suelen estar emocionalmente tan desequilibradas que no ven daño alguno en lo que están haciendo. Entonces, toda clase de procesos incomprensibles puede perturbar el ambiente. Y sin embargo, quienes tienen a la Luna en la casa doce disponen de montones de amor, amistad y ternura para ofrecer. Cuando se sienten incómodos y ya han aprendido a manejar su vulnerabilidad y su inseguridad, pueden mostrarse auténticamente interesados por los demás, y tienen una profunda comprensión intuitiva del simbolismo. Son capaces de sacrificarse sin por ello borrarse totalmente a sí mismos, y los demás se sienten seguros con estas personas que una vez se sintieron tan inseguras.

Karen Hamaker-Zondag
LA Casa Doce