“Oh Señor, acuérdate no sólo de los hombres y mujeres de buena voluntad, sino también de los de mala voluntad. Pero no te acuerdes de todo el sufrimiento que nos han infligido; acuérdate de los frutos que hemos obtenido, gracias a este sufrimiento: nuestra camaradería, nuestra lealtad, nuestra humildad, nuestro coraje, nuestra generosidad, la grandeza de corazón que ha crecido de todo esto, y cuando se presenten a juicio, que todos los frutos que hemos ganado constituyan su perdón.”

Oración que dejaron escrita en el campo de concentración de Ravensbruck cerca del cuerpo de un niño muerto