“Todas las formas del dualismo
son inventadas ignorantemente por la mente misma,
son como visiones y flores en el aire:
¿por qué preocuparse por cogerlas?
Cuando ya no se obtiene el dualismo
incluso la unidad misma no sigue siendo la misma.
La verdadera mente no se encuentra dividida;
cuando se nos pide una identificación directa,
solamente podemos decir: "¡No-dos!".”

Tercer Patriarca del Zen