"Aquí... Madera de carne alta, tierra suelta: mi guitarra."

Manuel del Cabral


"Ellos comen cuando pueden pero por ellos comemos cuando queremos."

Manuel del Cabral


La mano de Onán se queja

Yo soy el sexo de los condenados.
No soy el juguete de alcoba que economiza vida.
Yo soy la amante de los que no amaron.
Yo soy la esposa de los miserables.
Soy el minuto antes del suicida.
Sola de amor, mas nunca solitaria,
limitada de piel, saco raíces...
Se me llenan de ángeles los dedos,
se me llenan de sexos no tocados.
Me parezco al silencio de los héroes.
No trabajo con carne solamente...
Va más allá de digital mi oficio.
En mi labor hay un obrero alto...
Un Quijote se ahoga entre mis dedos,
una novia también que no se tuvo.
Yo apenas soy violenta intermediaria,
porque también hay verso en mis temblores,
sonrisas que se cuajan en mi tacto,
misas que se derriten en mis iglesias,
discursos fracasados que resbalan,
besos que bajan desde el cráneo a un dedo,
toda la tierra suave en un instante.
Es mi carne que huye de mi carne;
horizontes que saco de una gota,
una gota que junta
todos los ríos en mi piel, borrachos;
un goterón que trae
todas las aguas de un ciclón oculto,
todas las venas que prisión dejaron
y suben con un viento de licores
a mojarse de abismo en cada uña,
a sacarme la vida de mi muerte.

Manuel del Cabral



"La sonrisa se ha puesto de pie como una hazaña."

Manuel del Cabral





"Lloras un agua tan clara, que no parece dolor. Hoy está triste tu cara. Pero no tu corazón."

Manuel del Cabral


Los hombres no saben morirse, de Los huéspedes secretos

Los hombres no saben morirse...
Unos mueren no queriendo la muerte;
otros
la encuentran en un beso, pero sin estatura...
otros
saben que cuando cantan no le verán la cara.

Los hombres no se mueren completos, no saben irse enteros...
Unos reparten en el viaje sus retazos de muerte;
otros
dejan el odio para cuando vuelvan...

Otros se van tocando el cuerpo
para saber si salen de la trampa...

Los hombres no saben morirse...
Unos van dejando su yo sin comprenderlo;
van dejando basura para escoba esotérica;
otros
se vuelven hacia adentro ante el vacío...

Pero todos,
con el cadáver de su tiempo al hombro,
todos,
todos son el Uno,
el Uno
que sólo por amor vuelve a la tierra.

Manuel del Cabral



"Me quitaré tu nombre repartido, tal como cuando llego de la calle: que me quito del cuerpo cotidianos detalles. Ya ves, mujer que eres a veces propiedad de mi alma, y a ratos, propiedad de mi piel."

Manuel del Cabral



"Mi cuerpo estaba allí... Nadie lo usaba. Yo lo puse a sufrir... Le metí un hombre. Pero este equino triste de materia si tiene hambre me relincha versos, si sueña, me patea el horizonte; lo pongo a discutir y suelta bosques, sólo a mí se parece cuando besa..."

Manuel del Cabral



"¿Quién ha matado este hombre que su voz no está enterrada? Hay muertos que van subiendo cuanto más su ataúd baja..."

Manuel del Cabral



"Quiero llegar a ti, pero llego lo mismo que el río llega al mar... De tus ojos, a veces, salen tristes océanos que en el cuerpo te caben, pero que en ti no caben."

Manuel del Cabral


"¡Siempre habrá un alfarero con su sueño en los dedos!"

Manuel del Cabral


"Todo el amor del bosque me lo das en tu breve primavera..."

Manuel del Cabral



"Todo lo pongo en ti, y tú siempre lo mismo: estatua de mis vientos, ataúd de presencias invisibles, letra inútil."

Manuel del Cabral



"Tú ganas diez centavos, diez centavos por día. Sin embargo, tú los ganas tan limpios tienes manos tan limpias, que puede que tu casa sólo tenga. Ropa sucia, catre sucio, carne sucia, pero lavada la palabra: hombre."

Manuel del Cabral


"Tú, que llenaste mi sangre de caballos, tú, que si te miro me relincha el ojo, dobla tu instinto como en una esquina y hablemos allí solos, sin el uso, sin el ruido del alquilado mueble de tu cuerpo."

Manuel del Cabral



"Viajero que dentro el pecho a caballo siempre vas. Por la herida sales, pero...No creo que a descansar Es estrecha la salida para aquello que se va. ¿Va el río adonde, si el río la sed no le quita al mar?"

Manuel del Cabral



"Ya ves, hombre que hablas inglés. Tu sonrisa viene cuando hace ratos que han llegado tus manos y tus pies..."

Manuel del Cabral


“Yo vengo a despertar ojos abiertos.”

Manuel del Cabral