LA CASA DOCE

POR
KAREN HAMAKER ZONDAG



Se puede decir que, con los planetas emplazados en la casa doce o en aspecto con su regente, tenemos que tener en cuenta lo siguiente:

   Podemos estar llenos (aunque no siempre) de miedo o de culpa.

   Puede resultarnos difícil expresar lo que nosotros mismos representamos.

   Podemos sentir que tenemos poco o nada que ver con lo que estos planetas representan.

   Tendemos a crear mecanismos de defensa contra lo que estos planetas representan, o a tomar una actitud evasiva con respecto a ellos.

   Los factores implicados son puntos sensibles o vulnerables.

Con el fin de preparar el terreno de manera adecuada para el desarrollo de la casa doce, podemos proceder de una de estas dos maneras:

A) Emplear (como técnica para descubrir la casa Doce y llegar a conocerla) uno de los métodos mediante los cuales se comunica el inconsciente. Entre otras cosas, la casa doce se vuelve activa en los sueños, la meditación, la fantasía, la libre asociación de ideas y la imaginación activa. Si queremos evaluar la importancia que tiene para nuestra psique un planeta enlazado en la casa doce o en aspecto con su regente, podemos emplear una o varias de estas técnicas. Como la fantasía y la imaginación activa pertenecen a la casa doce, en teoría disponemos de un sinfín de métodos: cuando la casa doce está abierta, podemos encontrar con facilidad nuestras propias vías de acceso al inconsciente, y con gran frecuencia se nos ocurren espontáneamente.


B) Aplicar a otros factores del horóscopo los métodos empleados para acceder a la casa doce, a fin de encontrar los puntos débiles de nuestro carácter mediante el lenguaje de los símbolos y de las imágenes. Una vez conseguido esto, veremos cómo, sin que tengamos que recurrir a la voluntad consciente o a la guía de nuestro yo, empiezan a brotar del inconsciente soluciones creativas para los problemas que implican a estos otros factores del horóscopo. Posiblemente serán soluciones que a la mente consciente jamás se le habrían ocurrido o por las que no habría optado, incluso pueden ser para ella una fuente de dudas. Pero si el contacto con el inconsciente es sincero cuando consideremos el pasado veremos que la solución era perfectamente sensata. Hemos de darnos cuenta de que al inconsciente no le preocupan las cosas que para la mente consciente son importantes. Así pues, para la psique en su totalidad, puede ser vital retroceder un paso en la vida si queremos continuar funcionando de manera satisfactoria, aunque la mente consciente esté pensando en avanzar. Quienes dejan hablar a la casa doce son más sensibles a las necesidades de la totalidad de la psique, y están en mejor situación para restablecer su equilibrio vital.



CITAS


Al armonizar con la casa doce, añadimos otra dimensión a nuestra vida. Los que aprenden a escuchar la voz interior llegarán a darse cuenta de que el papel de la conciencia es relativo y el de los procesos inconscientes de importancia vital para el desarrollo de la persona así como para un intercambio fructífero entre la conciencia y el inconsciente. Este es el "Gran Hombre" que hay en nosotros, el auténtico sí mismo, inagotablemente rico en riqueza interior.
   Llegar a entender la casa doce exige de nosotros la capacidad de cambiar nuestra perspectiva y nuestra manera de pensar. Quizá la mejor descripción que se pueda dar de ella sea decir que es una casa de paradojas, en la cual lo imposible y los opuestos pueden ser reconciliados en un nivel más profundo... o al menos eso parece.

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Incluso una casa doce que no esté ocupada tiene un regente que puede decirnos mucho sobre esta primera fase de la vida.


La duodécima casa y su regente representan aquella parte de nuestra evolución que no hemos llevado a cabo de forma consciente, pero que' sin embargo, mediante una interacción inconsciente ha marcado poderosamente el desarrollo de la personalidad y, por lo tanto, el crecimiento de la psique.

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Los miedos relacionados con la casa doce tienen que ver con nuestras experiencias más precoces, que generalmente provienen de una identificación inconsciente, durante a primera infancia, con nuestros padres y, por mediación de ellos, con el pasado colectivo de la humanidad. Pero también otras experiencias de esta misma época, esquivas e inconscientes, pueden convertirse en factores generadores de miedo y tener una influencia, a primera vista inexplicable, en la personalidad y evolución del nativo y en su esfera de intereses.

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Los daños males, privaciones, dificultades, tensiones y problemas semejantes, debidos o no a fallos de los padres, se pueden ver (si se produjeron a comienzos de la niñez) en la casa doce y en los aspectos que forma su regente.

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La tranquilidad de la casa doce es principalmente una paz y un descanso interiores.


Las soluciones aportadas por el inconsciente y que afloran a la mente por obra de la casa doce, muy frecuentemente destacan por su simplicidad y por algo que se percibe como belleza.


De todas las casas, la doce es la que menos afinidad tiene con la planificación y la regulación. Posee su propio programa secreto, y nos sorprende con sentimientos, emociones, deseos y circunstancias cuyo origen es inexplicable. Los planetas natales conectados con la casa doce (ya sea que estén en ella o en aspecto con su regente) nos dan siempre la sensación de que no podemos controlar los, no los percibimos con claridad y no sabemos qué hacer con ellos. Es decir que la casa doce es un problema y continuamente destruye nuestros esfuerzos por tenerlo todo preparado de antemano.

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Debido a su sensibilidad, los planetas emplazados en la casa doce y los que están en aspecto con su regente tienden a hacer que nos volvamos hacia nuestro interior. Pueden proporcionar una profunda comprensión intuitiva de todos aquellos asuntos o procesos que nos abruman, y de todo lo que es colectivo y universal. Pero allí donde es necesario dar a las cosas que estos planetas representan una determinada forma en el mundo de lo concreto, es frecuente que, por lo menos al principio, nos encontremos con problemas. Los planetas conectados con la casa doce tienen mucho que aportar a nuestra vida externa, pero sólo después de que hayamos superado ciertas dificultades y hayamos aprendido a adoptar una actitud diferente.

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El niño es siempre una ramita del árbol familiar, y la historia de la familia se instala en algo que hay en él. En muchos casos, ese "algo" parece ser la casa doce. Así pues, los planetas que la ocupan o que forman aspecto con su regente pueden representar las luchas de los padres que fueron la consecuencia de las luchas de sus propios padres (los abuelos del niño) y así sucesivamente.

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Un resultado de los planetas emplazados en la casa doce o en aspecto con su regente puede ser que, debido a la inseguridad y la falta de algo a qué agarrarse con respecto a los factores que están en juego, el nativo corre el riesgo de que fácilmente estos factores lo dañen o lo pongan nervioso, y opte por refugiarse en su caparazón. Intentará, en la medida de lo posible, que tales factores pasen inadvertidos, pero no se dará cuenta de que estará tan callado y tan preocupado por ellos que a los demás la situación les resultará muy frustrante.

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La casa doce incluye todas aquellas adicciones que socavan la personalidad.




La casa doce conoce todas las maneras de ayudarnos a escapar de nosotros mismos sin que nos demos cuenta de ello. Esto explica por qué la inestabilidad y la inclinación a aferrarse a ideas utópicas e impracticables o a otras formas de irrealidad también pertenecen a la casa doce. Por su propia naturaleza, esta casa no admite restricciones. Así pues, no importa que el individuo sea adicto al autosacrificio, a la devoción ciega a cualquier tipo de "ismo" o a la bebida; en el fondo de todo ello está el mismo proceso, es decir, la negación de uno mismo debido a una falsa sensación de unidad.

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Las emociones religiosas, la conciencia cósmica, la percepción extrasensorial, el trabajo con energías y poderes psíquicos (todavía) inexplicables, con los sueños, el hipnotismo, la meditación, el simbolismo, el mundo de los mitos, las leyendas y los cuentos de hadas, la imaginación creativa y muchos otros temas. Todo esto pertenece a la casa doce, y los planetas emplazados en ella y en aspecto con su regente parecen ser importantes instrumentos para ello, lo cual nos lleva a una faceta muy creativa de la casa doce: nos proporciona (al principio, sólo como una posibilidad latente) los medios para añadir otra dimensión a nuestra vida. O sea que incluso en épocas de adversidad podemos encontrar, ya sea dentro o fuera de nosotros, la ayuda y el apoyo necesarios para sobrevivir.

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En la casa doce podemos encontrar no sólo la fase mítica del niño, sino también la fase final de la vida intrauterina y posiblemente toda la fase embrionaria.


Si en la casa doce, junto con los factores inconscientes de los padres, el entorno inconsciente, etc., es posible encontrar las experiencias ocurridas durante los últimos meses de vida intrauterina, entonces, y con cautela, podemos suponer que de alguna manera el horóscopo funciona ya antes del nacimiento.

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Hay una gran cantidad de energía escondida en los planetas emplazados en la casa doce o que están en aspecto con su regente, esperando a que estos nativos descubran lo que pueden y quieren hacer.

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Un posible efecto de tener uno o varios planetas en contacto con la casa doce es una especie de intrusión con ofrecimiento de ayuda. Es como si estas personas usaran su capacidad de ayudar para ponerse a prueba a sí mismas, o para proveerse de una cierta identidad. Para ser más precisos: al imponer su ayuda a alguien tienen una buena ocasión de influir en los demás, de hacer que les deban favores o de ponerlos en una situación de dependencia, todo lo cual halaga a su ego. A quienes reciben tales atenciones no les resulta fácil decir qué es lo que está pasando, pero lo que veladamente se insinúa es suficiente para que adivinen qué es lo que se oculta bajo la superficie. A este proceder se lo tacha a veces de solapado, pero erróneamente, porque para la gente de la casa doce es difícil ver a través de su propio comportamiento si desde su niñez han tenido que luchar con ambigüedades (como es el caso cuando las palabras de quienes cuidaban de ellos eran desmentidas por sus actos), o si les falta confianza en sí mismos debido a la poca fiabilidad de los padres. Es probable que necesiten años para recuperarse de ese mal comienzo, pero son capaces de cambiar la verdad.

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En lo que se refiere a la casa doce, no importa tanto lo que uno hace como la actitud que adopta cuando lo hace. Dejarse ir, estar preparado para sentir y experimentar, entregarse a la atmósfera de la ocasión y estar dispuesto a disfrutar de lo que ocurra, sin ir en pos del éxito ni de ningún resultado determinado, son componentes importantes de esta, actitud, que paradójicamente puede contribuir al éxito, pero éste viene por si solo; no es algo que se logre.

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La probabilidad de que nos aparezcan angustias y fobias (que son otros lados de la casa doce) es mayor cuando el inconsciente está bloqueado que cuando mantiene un intercambio fluido con la conciencia. Esto, sin embargo, no quiere decir que por el hecho de trabajar con la casa doce estemos protegidos contra depresiones, angustias y fobias. Incluso aquellos nativos que están más abiertos a ella tienen problemas temporales. Además, desde el punto de vista teórico es un error pensar que por hacer las cosas bien nos ganaremos la recompensa de vernos, de forma más o menos inmediata liberados de la angustia. Esta puede ser la idea que tenga la mente consciente de lo que debería suceder, pero no es lo que piensa el inconsciente. Depresiones, angustias e incluso fobias crónicas pueden ser señales con que el inconsciente nos advierte que dentro de nosotros hay algo que quiere expresarse y que mantenemos fuera de nuestra conciencia. Es probable que para la mente consciente esto no tenga sentido, pero para la totalidad de la psique lo tiene, y es excelente.
   No debemos cometer el error de juzgar a quienes tienen una depresión o una fobia como si fuéramos Dios. Incluso las depresiones o una serie de miedos y fobias son símbolos por cuya mediación la casa doce intenta expresar algo, esta vez más bien en su calidad de desmanteladora. Pero por mediación de la misma casa podemos tener acceso a estos símbolos y aprender a entender por qué hemos tenido una experiencia determinada.

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Un resultado de los planetas emplazados en la casa doce o en aspecto con su regente puede ser que, debido a la inseguridad y la falta de algo a qué agarrarse con respecto a los factores que están en juego, el nativo corra el riesgo de que fácilmente estos factores lo dañen o lo pongan nervioso, y opte por refugiarse en su caparazón. Intentará, en la medida de lo posible, que tales factores pasen inadvertidos, pero no se dará cuenta de que estará tan callado y tan preocupado por ellos que a los demás la situación les resultará muy frustrante (...) Cuando nuestra vulnerabilidad hace que nos resulte difícil expresar abiertamente a los planetas que tenemos en la casa doce o en aspecto con su regente, será más fácil que los expresemos indirectamente o de tal manera que no implique ninguna relación persona (...) El interés por los demás y la comprensión de sus penurias y sufrimientos producen trabajadores sociales natos, siempre dispuestos a colaborar. Son personas que generalmente sienten una gran necesidad de defender a los pobres, los oprimidos y los marginados. Los trabajos benéficos, los servicios sociales, los programas de desarrollo de conservación de la naturaleza y de protección de los animales, la rehabilitación de drogadictos, la organización de hogares para los desamparados, la ayuda a los refugiados y otras actividades de este tipo son dominios en donde las personas que tienen la casa doce destacada pueden sentirse en su elemento. En ellos podrán liberar las emociones que tan fácilmente reprimen cuando las relaciones son personales. El hecho de saber que utilizan su compasión en bien de los demás, y que la atención que brindan tendrá su recompensa, puede ser un paso que lleve a estos nativos a fortalecer su confianza en sí mismos. Con este estímulo, podrán expresar de un modo mejor y más directo los factores representados por los planetas conectados con la casa doce.

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