LA QUINTA CASA




El hombre no está completo sino cuando juega.
Schiller

Un hijo es una pregunta que le hacemos al destino.

José María Peman




En la casa Cuarta descubrimos nuestra identidad propia y distinta, pero en la Quinta nos regodeamos en ella. El fuego de la casa Uno arde sin saber siquiera que está ardiendo, el de la casa Cinco lo hace con plena conciencia, jubilosamente atizado por el sí mismo. La naturaleza de la vida es crecer, y esta casa (asociada naturalmente con Leo y con el Sol) refleja nuestra urgencia por expandirnos, por ser cada vez más y por irradiar lo que somos hacia afuera, hacia la vida, como el Sol. En el momento en que llegamos a la casa Quinta ya sabemos que no somos todo, pero no estamos contentos simplemente con ser "alguien"; queremos ser alguien especial. No somos todo lo que existe, pero podemos tratar de ser lo más importante que existe.
        La función del Sol en nuestro sistema solar es doble: brilla, da calor y vida a la tierra, pero sirve también como principio organizativo central en torno del cual los planetas describen sus órbitas. En este sentido, el Sol es como el ego personal, el "yo", el centro de conciencia alrededor del cual giran los diferentes aspectos del sí mismo. Los individuos con emplazamientos fuertes en la casa Cinco participan de las cualidades del Sol. Necesitan brillar y crear desde su propio interior; necesitan sentirse influyentes; y necesitan sentir que hay otros que giran en torno de ellos. Para algunos, esto significa literalmente ser siempre el centro de atención, una avidez de ser adorados, como el Sol. Había una mujer con el Sol y Marte en la casa Cinco, que no podía tolerar encontrarse en una habitación con el televisor encendido, porque eso significaba que en la habitación podía haber personas que no estuviesen pendientes de ella. Debemos recordar que, por más que su disposición central y su importancia sean vitales para nosotros, el Sol no es el único sol de la galaxia, sino sólo uno de tantos. La letra de una conocida canción nos recuerda que "todos somos estrellas".
        Profundamente enclavado en nuestra psique, y reverberando en la totalidad de la casa Cinco, hay un deseo innato de que nos reconozcan por nuestras cualidades especiales. De niños creemos que cuanto más simpáticos, encantadores y cautivantes seamos, con más seguridad mamá ha de querer amarnos y protegernos. Esclavizar y fascinar a otros mediante nuestro encanto y nuestro valor peculiar es una manera de asegurarnos que nos alimenten, protejan y cuiden, con lo que es más probable que sigamos vivos.
        Otra nota definitoria de la casa Quinta es su generosidad, que significa simplemente "capacidad de producir". Estos dos principios, la necesidad de ser amados por lo que tenemos de especial y el deseo de crear desde nuestro propio interior, están en la base de la mayor parte de las asociaciones tradicionales con la casa Cinco.
        Esta casa es la zona de la carta que se atribuye a la expresión creativa, en su forma más obvia en actividades artísticas, aunque la creatividad de la casa Cinco no necesita limitarse a pintar un cuadro o ser bailarín. Los científicos o los matemáticos pueden entregarse a su obra con tanta pasión y espíritu artístico como Picasso o la Pavlova. Los signos y planetas en la casa Quinta dan indicios de las posibles canalizaciones de la expresión creativa. Mercurio o Géminis en esta casa pueden denotar talento para escribir o para hablar en público; Neptuno o Piscis pueden estar absorbidos por la música, la poesía, la fotografía o la danza. Cáncer y Tauro podrían exhibir aficiones culinarias, en tanto que Virgo en esta posición puede lucir especiales habilidades para la costura y el trabajo manual. Más bien que describir hacia qué orientación creativa nos canalizamos, los emplazamientos en esta casa sugieren la manera y el estilo con que perseguimos nuestros objetivos. Una pieza de música puede ser un tour de force intelectual (Mercurio o Urano), pero también brotar directamente del corazón (Luna o Neptuno). Hay personas cuya producción nace espontánea y jubilosa, en tanto que otras sufren intensos dolores de parto. Trascendiendo la expresión puramente creativa y por encima de ella, ésta es la casa del actor, y representa nuestra manera de abordar el arte de vivir.
        Las salidas creativas asociadas con la casa Quinta incluyen también los deportes y la recreación. Para algunos es el reto del atletismo, el desafío y la competición, el placer de ganar y salir primero. Para otros, es el éxtasis mismo del ejercicio y el gozo del enfrentamiento con los elementos o con circunstancias azarosas. De modo similar, corresponden también a la casa Cinco el juego y la especulación bursátil, actividades en las que ponemos a prueba nuestra imaginación y nuestro ingenio luchando contra el azar y el destino.
        En términos más amplios, la casa Cinco se asocia con los hobbies, las diversiones y las actividades placenteras del tiempo de ocio, cosas todas que impresionan como tremendamente triviales para una casa regida por el Sol y Leo. Sin embargo, al examinarlas resultan ser más importantes de lo que parece a primera vista. Esta casa describe actividades que nos hacen sentir bien con nosotros mismos y contentos de estar vivos. Los hobbies y las diversiones para el tiempo libre nos dan oportunidad de participar en algo que nos gusta y que queremos hacer. Por mediación de esos pasatiempos sentimos el goce de estar totalmente entregados a algo. Desdichadamente, la mayoría de nosotros tenemos carreras o trabajos que no nos permiten semejante grado de compromiso y, a menos que tengamos intereses que durante nuestro tiempo libre nos permitan revigorizarnos y recuperar energías, corremos grave peligro de que el entusiasmo y la vitalidad nos agoten. Vistos bajo esta luz, los hobbies y los entretenimientos tienen un efecto casi terapéutico. La palabra "recreación" significa literalmente renovar, revitalizar e inspirar con vida y energía. Los planetas y los signos en la Quinta casa sugieren qué tipos de actividades podríamos practicar durante el tiempo libre, y de qué manera abordarlas.
        También el romance tiene cabida bajo el rubro de la casa Cinco. Además de ser emocionantes, apasionados, desgarradores o lo que fuere, los encuentros románticos aumentan nuestra sensación de ser algo muy especial. Nos convertimos en el foco principal de la atención de otra persona y de sus sentimientos, y podemos entregar a otro ser nuestro amor más especial. Los emplazamientos en la Quinta casa revelan de qué manera creamos el "clima de romance" -es decir, el (los) principio(s) arquetípico(s) que más probablemente se activa(n) en tales situaciones-, además de decirnos algo sobre el tipo de persona que inflama nuestros sentimientos.
        También la expresión sexual se vincula con la casa Cinco. Una buena relación sexual contribuye a nuestra sensación de dignidad y poder, al subrayar tanto nuestra capacidad de dar placer como la de atraer a otros hacia nosotros. Este poder para encantar y mantener la atención de otros es muy tranquilizador y satisface instintos de supervivencia profundamente arraigados. (Compárese esto con la casa Octava, donde procurarnos trascender nuestras limitaciones personales mediante la intimidad.)
        Todo esto nos lleva a una de las principales representaciones de la Quinta, es decir, los hijos, las creaciones del cuerpo y las extensiones físicas del sí mismo. La mayor parte de las personas expresan básicamente sus impulsos creativos (y simbólicamente se aseguran la supervivencia) mediante la generación de progenie. En tanto que las casas Cuatro y Diez indican de qué manera vemos a nuestros padres, los emplazamientos en la Quinta casa describen los arquetipos constelados entre nosotros y nuestros hijos. Aquí, los signos y los planetas reflejan lo que significa para nosotros nuestra progenie. De la misma manera que los ejemplos tomados de otras casas, también los emplazamientos que se encuentren en ésta pueden ser interpretados de diversas maneras. Por ejemplo, Júpiter en la casa Cinco puede producir literalmente hijos jupiterianos: los nacidos bajo el signo de Sagitario o con Sagitario ascendente, o con Júpiter en conjunción con un ángulo o con el Sol, etc. o bien podemos entender que Júpiter en la casa Quinta significa nuestra predisposición a tropezar con Júpiter en ese aspecto de la vida: proyectamos a Júpiter sobre nuestros hijos, o tendemos a registrar en ellos el lado jupiteriano con preferencia a cualquier otro de sus rasgos. Los planetas en esta casa describen también nuestra experiencia en el rol de padres. Los que tengan en ella a Saturno pueden sentirse aterrorizados ante la responsabilidad que significa serlo, y temer que no serán capaces de cumplir con ella. En cuanto a la idea que tiene Urano de lo que es criar niños, es probable que abarque las teorías más recientes y vanguardistas que existan sobre el tema.
        Más que limitarse a describir a los hijos externos, se podría con justicia decir que la casa Cinco es la casa de nuestro propio Niño Interno, de aquella parte de nosotros a la cual le encanta jugar y que se mantiene eternamente joven. Dentro de todos nosotros hay un niño (o una niña) natural y espontáneo, que ansía que lo quieran por su propia calidad especial y única. Sin embargo, es frecuente que mientras somos pequeños esa parte quede anulada Con demasiada frecuencia, nos aman porque nos adaptamos y nos ponemos a la altura de las expectativas y modelos de nuestros padres, y no por ser quienes somos. De esta manera perdemos la fe en nuestra individualidad en embrión y nos convertimos en lo que el análisis transaccional llama "el niño adaptado". Invariablemente, hemos de proyectar sobre nuestra progenie el estado de nuestro propio niño interior. Podemos curar a ese "niño herido" que llevamos dentro dando a nuestros propios hijos o a otros jóvenes que encontremos el amor y la aceptación que nos fue negada cuando niños. De cualquier manera que lo consigamos, nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz.
        Aumentamos y enriquecemos nuestra peculiar identidad, y ejercitamos nuestro propio poder mediante las efusiones creativas de la Quinta casa. Como resultado, incluso es posible que generemos obras de arte asombrosas, ideas y libros valiosos o hijos capaces que de alguna manera hagan su aporte a la sociedad. Sin embargo, beneficiar a la sociedad no es la principal preocupación de esta casa. Basta con evocar la renuncia que sienten muchas personas al tener que entregar al mundo ya sea sus hijos o sus obras de arte. En la casa Quinta, creamos principalmente para nosotros mismos, porque el sí mismo encuentra júbilo y orgullo en hacerlo, y porque crear es parte de su naturaleza.





El Signo en la cúspide de la V indica el género de expresión que permitirá a la egoicidad verdadera revelarse activamente, en las circunstancias que condicionan el destino. El planeta regente de este Signo indica, según su posición en Casa, el campo de experiencia principal en el que es preciso focalizar esta expresión o quien la condiciona en primer lugar. Los planetas en Quinta van a colorear los intentos de auto-expresión así como la cualidad de la expresión. Ellos dan indicaciones sobre la naturaleza emocional y sobre lo que la modifica.
   Estas indicaciones no se refieren a lo que debe llegar en la vida, sino a lo que está a disposición del yo para utilizarlo. No representan una fatalidad, sino las ocasiones particulares y necesarias para exteriorizar y realizar concretamente su propia genialidad. Es pues preciso intentar utilizar de manera las cualidades del Signo en la cúspide de la V como material de base para la expresión creadora individual, hay que aprender a utilizarlas plenamente.
   Es preciso también comprender que la creatividad de una persona no depende de la presencia o ausencia de planetas en la Quinta. Alguien que no tenga planetas en la Cinco puede ser intensamente creador. De hecho, su creatividad no plantea problemas; será natural y espontánea. Ya que no hay problemas ligados a la creatividad, esta última no constituye en esta vida, el medio de desarrollar su individualidad. El desarrollo consciente e individual está siempre ligado a las experiencias de las Casas que contienen planetas... Muchos astrólogos no comprenden la importancia de lo que acabamos de decir. Según la tradición, es necesario un acento sobre la Cinco para poder decir que la persona será un creador dotado, un gran amante o un procreador prolífico. Esto no es exacto; un acento sobre la V indica sobre todo que la atención de la persona estará constantemente atraída por las experiencias propias de la Quinta. Debe escoger conscientemente, crear según sus medios, a un nivel o a otro, o bien la vida le va a imponer problemas en las experiencias de la V, problemas que es preciso ver -nunca se repetirá bastante como ocasiones para desarrollarse conscientemente como individuo-. Allí donde no hay problemas la vida fluye apaciblemente en el nivel biológico y socio-cultural. No hay ninguna incitación a la individualización y, mucho menos, a la transformación. Se individualizará y se transformará gracias a los problemas que resuelva, a las confrontaciones aceptadas valerosamente, a las crisis que solas permiten una metamorfosis. Estos problemas confrontaciones y crisis no se presentan mas que en las Casas que contienen planetas.

Alexander Ruperti, pág. 116-117
La Rueda de la Experiencia Individual


En la quinta casa, una persona procura engrandecer su propia naturaleza. Le interesa más ser "original" que originar algo.

Dane Rudhyar



En la Cinco no se busca en general, una relación, sino solamente la expresión del yo. Se expresa lo que se es; se enseña su manera de sentir las cosas, se libera sus emociones, se continúa lo que se cree ser su objetivo en la vida. Pero se es siempre (el eje yo-mismo) el actor, el centro de interés; el mundo sólo es la escena. Y lo que se siente ser no corresponde generalmente a lo que se es de verdad.

Alexander Ruperti, pág 139
La Rueda de la Experiencia Individual


Los planetas emplazados en la quinta describen cuáles son las cosas que más naturalmente nos vemos inclinados a crear; la vivencia de la divinidad por mediación de un planeta en la casa cinco se expresará en la forma de la deidad con la que nos encontremos.

Liz Greene

 Neptuno



En la astrología védica de la India, a las casas de fuego (1, 5 y 9) se las conoce como las casas del dharma, y por ello se las relaciona con la acción correcta. A la quinta, específicamente, se la conoce por simbolizar la "inteligencia creativa", que no es la mera capacidad intelectual, sino una percepción más intuitiva que incluye el instinto creativo. Todas las casas de fuego tienen que ver con la proyección de los sueños en el mundo físico con la esperanza de verlos manifestarse; pero la casa quinta en especial, al ser la más creativa de todas, representa una fuerte necesidad de ver los efectos en el mudo de las propias aventuras creativas y de autoexpresión.

Stephen Arroyo, pág. 195
Júpiter


Si bien una quinta casa muy fuerte influye en un comportamiento extrovertido y podría hacer pensar en un carácter "diurno" de esta casa, en realidad tal comportamiento no es en absoluto independiente, sino determinado, como en todas las casas del sector nocturno, por algo preexistente: se trata de tono vital físico y espiritual. Opuesta a la casa undécima, que es la casa del equilibrio, de la mesura, del autocontrol, la quinta casa está relacionada con la posibilidad de excesos que se manifiestan cuando la vitalidad es arrasadora o está mal orientada: placeres desordenados o excesivamente dominantes en la vida, búsqueda de goces siempre más intensos y peligrosos. En este punto son particularmente identificables las tendencias a los paraísos artificiales o a la dispersión en muchas aventuras eróticas.

Lisa Morpurgo, pág. 160
Introducción a la astrología


Al igual que los planetas en la Séptima casa, los ocupantes de la Quinta necesitan ser reconocidos como propios, por más que exista un reflejo de planetas interiores y exteriores.

Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 222



Cada planeta tiene su propia manera de amar y puede activarse cada vez que uno se enamora. De la misma manera, todos los planetas puede activarse en el momento del nacimiento del niño y puede representar cómo nos sentimos respecto de ese niño. Un niño puede ser percibido a través de Saturno o la Décima casa como una responsabilidad o incluso una carga. O el padre puede poner sobre los hombros del niño la consecución de logros mundanos, imaginado que ese niño o niña cumplirá las ambiciones que el progenitor no pudo lograr. El niño puede ser experimentado a través de Venus y la Séptima casa, como hermoso y amado, o incluso como marido o mujer sustitutos. Cada planeta y cada casa pueden ser significadores del niño. Cuando la energía de la Quinta casa se conecta con el niño, es éste el que lleva la imagen interior de la luz solar.

Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 221



A menudo existe correspondencia o sincronicidad entre nuestro niño interior y los hijos que engendramos, porque los hijos, al igual que las criaturas de nuestra imaginación, vienen a través de nosotros y se conectan con nuestra capacidad de ser vehículos y facilitar la encarnación de la fuerza de la vida.

Liz Greene


El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 222




La depresión post-parto no se aplica únicamente al período posterior al nacimiento de un niño. Sigue igualmente en el tiempo a todo proceso creativo. No siempre es grave, aunque algunos artistas sufren muchísimo con ello. Cuando perdemos nuestra conexión con ese «algo», es como si el Sol se hubiera ocultado bajo el mar y llegara la oscuridad. Usamos a veces el término «anti-clímax» para describir ese estado. Puede no tratarse del estado marchito en que queda el artista tras crear su gran obra, tras lo cual se hunde en una profunda depresión. Puede ser igualmente esa sensación de hartura después de haber cenado estupendamente. Los invitados han disfrutado enormemente y se van yendo hacia su casa. Y nosotros nos sentimos como un champán sin burbujas, dado que la conexión con ese lugar feliz se ha perdido. Es inevitable, dado que parece que no podemos permanecer indefinidamente en ese lugar. Volvemos a la mitología del Sol, que debe ocultarse cada noche. No puede seguir brillando ahí arriba por siempre; de otra forma, el mundo se abrasaría.

Liz Greene

El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 221