LA SEXTA CASA




Aquel que tiene habilidad para algo, lo que sea, tendrá ciertamente también muy poderoso en su nacimiento el astro que significa esta cosa.

Ptolomeo





El principal problema con la Quinta casa es la tendencia a "pasarse". Expresarnos nos deleita, pero no sabemos cuándo detenernos. En la Quinta casa ya no creemos que seamos todo, pero seguimos creyendo que podemos ser o hacer cualquier cosa. La Sexta casa sigue a la Quinta, y nos recuerda cuáles son nuestros límites naturales, y la necesidad de llegar a una definición más clara de nosotros mismos. Lo mismo que la filosofía Zen, la casa Sexta nos pide que respetemos y recuperemos la "perfección de nuestra naturaleza original", que lleguemos a ser aquello que sólo nosotros somos (nada más ni nada menos) y que vivamos todo eso en nuestra vida cotidiana. Nuestra verdadera vocación es ser nosotros mismos.
        La casa Seis amonesta con un dedo a la Quinta y replica:

  Muy bien, es maravilloso dar expresión a tu capacidad creativa, pero, ¿realmente lo has hecho con tanta lucidez? Ese cuadro no está tan bien, y sin embargo te has agotado quedándote dos noches sin dormir para terminarlo.

o bien

Seguro que estás teniendo un romance muy emocionante, pero ¿has examinado los aspectos prácticos de una relación a largo plazo, por no hablar del hecho de que no puedes aguantar la loción que él usa después de afeitarse?
o bien
Te felicito por la nena que has tenido. Ahora adapta a ella tu vida y tus horarios, y ocúpate de que no le falten pañales limpios.

o bien

¿Recuerdas aquella fiesta de la semana pasada, en que realmente te desataste? Cuando la evocas, ¿no te parece que quizás hayas ofendido a aquel muchacho tímido del rincón, que ni siquiera pudo decir palabra porque tú monopolizaste la conversación?


        Ha llegado el momento de hacer inventario de nosotros mismos, de discriminar entre las prioridades, de evaluar el uso que hacemos de nuestro poder y de nuestras capacidades y, sobre todo, de reconocer los límites y la verdad de nuestra propia naturaleza y de nuestra humanidad.
        Por más que se lo intente, una semilla de pera jamás podrá convertirse en un manzano. Ni debe hacerlo, si -como dijo Kierkegaard- creemos que "querer ser aquello que uno realmente es, constituye por cierto lo opuesto de la desesperación". La casa Sexta nos habla precisamente de ceñirnos a nuestro plan y llegar a ser precisamente lo que estamos hechos para ser. Ello nos hace sentir bien; pero las consecuencias de no respetar las verdades de nuestra propia naturaleza son el estrés la frustración y la enfermedad: otros tantos mensajeros que nos dicen que algo anda mal y que es necesario examinarlo.
        La realidad tiene tanto un "adentro" como un "afuera". La casa Seis indaga en la relación existente entre lo que somos por dentro y lo que nos rodea en el afuera; la correlación entre el mundo interno de la mente y los sentimientos, y el mundo externo de la forma y el cuerpo. Todos los rótulos tradicionales de la casa Sexta, "trabajo, saludservicio y adaptación a la necesidad", se derivan de esta conexión cuerpo/mente.
        Es un hecho básico de la existencia que la vida ha de ser vivida dentro de límites. Por más divinos o maravillosos que nos consideremos, igualmente tenemos que comer, cepillarnos los dientes, pagar las cuentas y hacer frente a las necesidades de la diaria realidad mundana. Además, cada uno de nosotros tiene un cuerpo y una mente determinados, y tiene que cumplir una determinada tarea. En cierto modo estamos "diseñados" para servir a un propósito o función especificados en nuestra propia estructura y naturaleza individual. Nadie puede realizar mejor que nosotros ese propósito. Como mejor servimos es siendo quienes somos. Mediante los necesarios refinamientos y adaptaciones de la casa Seis, llegamos a ser lo que sólo nosotros podemos ser.
Alguien dijo una vez que "trabajar es el alquiler que pagamos por la vida". Para muchos de nosotros, el trabajo es algo que tenemos que hacer con el fin de mantener la existencia cotidiana. También un empleo implica una rutina y una adaptación diarias. Tenemos que llegar allí más o menos a horario, y no podemos llevar una vida tan libre y espontánea como quizá nos gustaría, si sabemos que hemos puesto el despertador para que suene a las siete de la mañana. Tenemos que estructurar nuestro tiempo, establecer prioridades y tomar medidas. En cierto sentido, la necesidad de ajustarnos a un horario rígido nos ayuda a ordenar y pautar la vida. Escapamos de la angustia existencial que podría provocarnos la libertad de opción por la conciencia de que tenemos un trabajo y sabemos dónde nos corresponde estar.
        Idealmente, sin embargo, la fuerza laboral se compone de diversos individuos, cada uno de los cuales ponen en práctica las actividades para las cuales ha aprendido a ser más hábil. El resultado final es un producto perfectamente acabado, o el mantenimiento del adecuado funcionamiento de la sociedad. Los planetas y los signos existentes en la casa Sexta describen problemas relacionados con el trabajo y el empleo a Y sugieren los trabajos que potencialmente somos más capaces de hacer. Es probable que los emplazamientos en esta casa revelen la naturaleza de nuestro trabajo; Júpiter o Sagitario podrían indicar un viajante, la Luna o Cáncer alguien dedicado a los niños y Neptuno o Piscis un trabajo de barman o similar. Pero, mucho más que describir el tipo de empleo, los emplazamientos en esta casa sugieren la forma en que encaramos (o debemos encarar) la realización del trabajo; no sólo lo que hacemos, sino cómo lo hacemos. Por ejemplo, quienes tengan en esta casa a Saturno o Capricornio quizá prefieran un trabajo estable, con exigencias claramente definidas, y que les permita trabajar en forma lenta y continua, mientras que quienes tienen en ella a Urano y Acuario normalmente se rebelan ante la obligación de tener que marcar en un reloj y más bien prefieren trabajar sin que ningún jefe esté vigilándolos.
        La naturaleza de las relaciones con los colaboradores aparece también en los emplazamientos de la casa Sexta. Venus o Libra aquí pueden hacer que el nativo se enamore de alguien en el trabajo; Plutón o Escorpio favorecen las intrigas y los enfrentamientos complejos. La casa Seis esta en "cuadratura natural" con la Tres, y los “asuntos no resueltos” relacionados con los hermanos y las primeras relaciones entre compañeros puede volver a plantearse con los colaboradores.
        Las situaciones laborales pueden hacer que nos encontremos en relaciones de desigualdad. Es posible que tengamos a treinta personas trabajando a nuestras órdenes, pero que también nosotros dependamos de otras treinta. Tanto la forma en que ejercemos la autoridad, como nuestra actitud en la posición de subordinados, pueden verse en la casa Sexta. Es una especie de ensayo para las relaciones de igualdad que establecemos en la casa Siete.
        La casa Sexta describe también nuestra relación con el mecánico que nos mantiene el coche, con el médico y su recepcionista, con el lechero... es decir, eón cualquiera que en alguna forma nos preste sus servicios. También nuestras propias cualidades "de servicio", lo mismo que nuestros sentimientos y actitudes más profundas referentes al servicio, se manifiestan en los emplazamientos de esta casa. Es éste un punto que no se ha de tomar a la ligera, ya que para muchas personas la humildad y el servicio constituyen el pináculo de todo humano empeño, el camino hacia Dios y hacia estados de iluminación cada vez mayor.
        La forma en que usarnos nuestro tiempo y la clase de atmósfera que necesitamos para funcionar sin tropiezos en la vida cotidiana aparecen en la casa Sexta. Los signos y planetas que se encuentran en ella colorean las energías que aportamos (o que deberíamos aportar) a las tareas cotidianas y la forma en que encaramos los rituales de la existencia mundana. Marte en esta posición es capaz de limpiar la casa como un "tornado blanco", mientras que Neptuno aún no acierta a recordar dónde dejó la escoba.
        También los animales domésticos -que acompañan nuestra vida cotidiana- están asignados a la Sexta casa. Esta puede parecer una consideración trivial, y sin embargo a muchas personas las afecta profundamente la experiencia de cuidar animales. Uno de estos animales domésticos puede servir de "gancho" para las más diversas proyecciones, y para algunas personas, su relación con el perro o con el gato es tan importante como la que mantienen con cualquier ser humano. En ciertos casos, un animal querido alivia lo que, de no ser por él, sería una sensación de soledad o un sentimiento de inutilidad insoportable. La pérdida o la muerte de uno de estos animalitos puede actuar como disparador de múltiples problemas psicológicos y filosóficos.
        Hay una relación obvia entre el trabajo y la salud, el otro motivo importante de la casa Seis. Por más que la ética del trabajo que domina la cultura occidental pueda parecer extremada, y por más fácil que sea abusar de ella, la necesidad de ser productivo y útil sigue siendo, sin embargo, básica para la naturaleza humana. Un exceso de trabajo resiente la salud, pero es posible que demasiado poco trabajo nos produzca apatía y letargo. Ser laboralmente innecesario no sólo nos priva de una fuente de ingresos, sino también de una fuente de sentido de nuestro propio valor, y de la sensación de tener un objetivo. Diversos estudios han demostrado que las cifras de enfermedad registradas se incrementan en las zonas donde va en aumento la tasa de desempleo. A la inversa, algunas personas se valdrán de la enfermedad como manera de eludir un trabajo que aborrecen o que no es para ellas.
        La preocupación de la Sexta casa por la artesanía, la perfección y la pericia técnica se aplica tanto a cuestiones de salud como a las del trabajo. En condiciones óptimas, el cuerpo es un mecanismo delicadamente afinado, donde las diferentes células trabajan para bien de la totalidad del organismo. Cada célula es una entidad en sí misma, y sin embargo cada una es parte de un sistema mayor. Cada célula debe “hacer lo suyo”, pero cada una debe también someterse a las exigencias de una totalidad mayor. En una persona sana (como en una sociedad sana), cada una de las partes (individuos) que la componen se hace valer y, sin embargo, trabaja en armonía con los demás componentes. La casa Sexta nos pide que organicemos nuestras diferentes partes -es decir, mente, cuerpo y sentimientos- en una relación de funcionamiento armonioso.
        Muchos individuos con emplazamientos en la casa Sexta se interesan especialmente por la salud y la condición física, algunos en un grado obsesivo. En los casos extremos, las dietas y técnicas especiales para mantener el funcionamiento óptimo del cuerpo dominan y estructuran la vida hasta el punto de no dejar mucho tiempo para otras actividades. Sin embargo, muchos excelentes sanadores tienen una acentuada casa Sexta, y eso puede ir asociado tanto con la medicina tradicional como con carreras orientadas hacia la homeopatía, la osteopatía, la herboristería, el masaje y actividades similares.
        Hemos mencionado ya que el cuerpo, la mente y las emociones operan como una unidad. Lo que pensamos y sentimos afectará al cuerpo, e inversamente, el estado de éste influirá sobre cómo sintamos y pensemos. Psique (la mente) y soma (el cuerpo) están inextricablemente ligados. Los desequilibrios fisiológicos y químicos dan origen a problemas psicológicos, en tanto que una conmoción emocional y mental puede manifestarse en síntomas físicos. Es probable que la Sexta casa revele algo referente a la significación psicológica subyacente en algunas enfermedades. Saturno podría indicar no solamente artritis, sino cierta rigidez en el enfrentamiento con la vida cotidiana. Marte en la Sexta se precipita en la vida, trabaja hasta agotarse de cansancio y, finalmente, terminan diagnosticándole alta presión sanguínea. Sin embargo, referirse a la casa Seis solamente en relación con la salud es una simplificación extrema.
        A través de los problemas de la Sexta casa nos refinamos, perfeccionamos y purificamos, en última instancia, nos convertimos en un "canal" mejor para ser quienes somos. Aun siendo el más inspirado de los artistas (casa Cinco), a menos que aprendamos los instrumentos del oficio (casa Seis) -el uso adecuado de pinceles, pinturas y telas- no seremos capaces de concretar o realizar nuestras posibilidades. Se ha dicho que "la técnica es la liberación de la imaginación". Tales son las verdaderas consignas para la Sexta casa.
        Nos embarcamos en la vida sin tener conciencia de nuestra peculiar individualidad, y para el final de la casa Sexta tenemos un sentimiento mucho más definido de nuestra propia identidad y de nuestro propósito particular. Como la casa Tercera, la Sexta emplea la actividad del cerebro izquierdo para reducir las cosas a partes. El problema con la casa Sexta es que terminamos por ver el mundo demasiado en función de "lo que soy yo" y "lo que no soy yo". Cuando nos caracterizamos por los rasgos que nos distinguen de los otros -por el peso, la altura, el color de la piel, el trabajo, el coche, la casa- nos quedamos con la sensación de que hay una distinción absoluta entre quiénes somos y quiénes son otras personas. Mientras que el propósito de las seis primeras casas es hacernos tomar conciencia más cabal de nosotros mismos en cuanto individuos separados, a las seis últimas (de la Siete a la Doce) corresponde volver a reunirnos con los otros. De no hacerlo asíla vida es de una soledad terrible.





Un planeta en la Seis indica qué recursos se deben utilizar para hacer frente a sus crisis personales. Las actividades y facultades representadas por él o los planetas en la Seis pueden exteriorizarse fuertemente en los momentos de crisis así como en la ejecución regular de su trabajo. Indican también la actitud personal hacia la enfermedad y el problema de auto-disciplina.

Alexander Ruperti, pág. 128
La Rueda de la Experiencia Individual


Cuando hayamos comprendido que la casa VI representa una fase de purificación, educación y desarrollo de la humildad mediante el contacto inmediato con el nivel material de la experiencia, podremos empezar a interpretar esta casa de una manera verdadera y positiva.

Stephen Arroyo, pág. 138
Manual de Interpretación de la Carta Natal


Los planetas que están en la sexta nos piden el reconocimiento de nuestra interconexión con el mundo invisible, y además, que hagamos lo posible por expresar esta relación en los rituales de nuestra vida cotidiana.

Liz Greene

 Neptuno



Para mí la casa seis es un área que suelo llamar "el departamento de reparación y mantenimiento" en el nivel psicológico. Es la forma en que nos relacionamos con las cosas que se rompen, y no sólo físicamente en el mundo exterior, sino también en nuestro interior, como la forma en que resolvemos los problemas. Pero también es fácil proyectar, es decir, no saber de quién son los problemas que estamos resolviendo. ¿Son realmente nuestros o están ahí fuera? Aquí puede darse la confusión. Es decir que en alguna parte hay esa sensación de enfermedad, de algo que funciona mal o que se ha roto, y que es necesario reparar. ¿Eso está en mí? ¿Soy capaz de interiorizarlo y reconocerlo, o lo suprimo y lo proyecto al exterior para convertirme en un "reparador" del mundo?

Richard Idemon, pág. 146-147
El Hilo Mágico



En la Casa VI, la experiencia de estar mezclado con algo más grande requiere una reacción terrena. Para poder sobrevivir debemos diferenciarnos. En lugar de perder nuestra identidad al encontrarnos con las complejidades del cuerpo y del mundo material, creamos orden, estructura, nombres para las cosas, disciplinas, habilidades: en resumen, todos los rituales de Virgo que aseguran que, aunque seamos parte de algo mayor y debamos inclinarnos ante su necesidad, al menos sintamos que podemos manejarlo porque tenemos límites. El "trabajo", desde la perspectiva de la Casa VI, no es lo que hacemos por vocación: ese es más un tema de la X. El trabajo en la Casa VI es el medio por el cual podemos ocupar nuestro lugar en el orden cotidiano de las cosas. Es el trabajo como un ritual, como medio para establecer el orden en nuestra vida diaria.

Liz Greene
Urano en la carta natal, pág. 130



La Casa VI está muy relacionada con la vida de la naturaleza; es la vida del mundo físico.

Liz Greene
Urano en la carta natal, pág. 131


Por intermedio de la Casa VI creamos rituales, hábitos y patrones repetitivos y seguros de comportamiento, que nos permiten manejar el cuerpo y el mundo.


Liz Greene
Urano en la carta natal, pág. 131


Quizás no entendamos completamente hasta qué punto se vincula la Casa VI -y también Virgo, su signo natural- con la experiencia de algo mayor, del que uno forma parte. Por eso Virgo suele relacionarse muy bien con las plantas, los animales y los ritmos de la naturaleza. Un énfasis en la Casa VI de la carta natal suele requerir que la persona desarrolle una mayor conciencia de estos ritmos, incluidos los del cuerpo físico. Nuestros cuerpos funcionan según las leyes naturales, que compartimos con los otros reinos de la naturaleza. Somos parte de una enorme vida orgánica, interconectada, que a mendo hallamos en la Casa VI a través de alguna enfermedad o situación estresante que nos obliga a reconocer estas leyes naturales. La Casa VI nos hace abrirnos al cosmos mayor tanto como la XII, pero mediante su dimensión física.


Liz Greene
Urano en la carta natal, pág. 131


Cualquier planeta en la Casa VI puede evidenciar una tendencia a somatizar los asuntos psicológicos irresueltos; por supuesto el problema se verá reflejado por la naturaleza del planeta.

Liz Greene
Urano en la carta natal, pág. 137