LA TERCERA CASA




La mente es el fundamento de todo, y todo se fundamenta en la mente.

Buda


Es la mente lo que hace el bien o el mal, la miseria o la felicidad, la riqueza o la pobreza.

H. Spencer





En el útero, y durante algunos meses después del nacimiento, nada se percibe como diferente de nosotros: todo se ve como una extensión de lo que somos. Finalmente, llegamos a tener conciencia de nuestro cuerpo como distinto. Descubrimos sus necesidades biológicas y los atributos con que estamos dotados para desempeñarnos en el mundo y poder satisfacerlas. Surge y se consolida el sentimiento de separación física de la madre, y luego el de separación y diferencia frente al resto del medio. Solamente cuando nos hemos distinguido de la totalidad de la vida podemos empezar realmente a ver y a entender lo que nos rodea, y a entrar en relación con lo que encontrarnos. Tras haber adquirido cierta conciencia de nuestros límites y de nuestra forma, podemos ahora explorar los límites y las formas de otras cosas. En el momento en que llegamos a la casa Tres -la parte de la carta que se asocia con Mercurio y con Géminis- ya estamos lo suficientemente evolucionados como para examinar más de cerca el medio, interactuar con él y formarnos ideas, opiniones referentes a lo que encontramos.
        Desde un punto de vista evolutivo, la casa Tres corresponde a la etapa de la vida en que comenzamos a gatear y aprendemos a caminar. Suponiendo que nos sintamos razonablemente seguros (que tengamos la sensación de que "mamá está en casa"), y con la salvedad de que el medio no sea demasiado represivo, es natural que disfrutemos de nuestra mayor independencia y autonomía, ya que queremos crecer y conocer. Con ello se relaciona el desarrollo del lenguaje y la capacidad de comunicarse y de dar nombre a las cosas. Aunque todo esto parezca divertido, irónicamente, nuestra creciente autonomía y nuestra facilidad cada vez mayor para operar en el mundo nos enfrentan con violencia al frustrante sentimiento de nuestra propia incapacidad y pequeñez. En el mundo exterior hay cosas que son más grandes que nosotros, amenazantes, que nos dan miedo; hay ciertas leyes y limites, hay cosas que se nos permite hacer o decir, y por las cuales incluso se nos elogia, en tanto que por otras que decimos o hacemos nos regañan, y hasta nos dan un bofetón. ¡Bienvenido al mundo de la relatividad! ¡ Vaya rompecabezas! Ya bastante tarea es encontrar todas las piezas, y ni hablemos de hallar la manera de reunirlas.
        La mayor parte de los psicólogos afirman que no se desarrolla un verdadero sentido de la individualidad mientras no se aprende el lenguaje: la estructura nombre-verbo, típica de muchos lenguajes, ayuda al niño, durante su crecimiento, a distinguir el sujeto del objeto, y de esta manera, el actor se separa de la acción. (Juanito no es la pelota, aunque pueda arrojar la pelota.) De acuerdo con ello, el niño se hace más consciente de si mismo en cuanto entidad distinta, en cuanto "hacedor", o bien en cuanto aquel a quien se le hace algo. Todo deja de ser una sola masa amorfa.
        Por mediación del lenguaje, el niño entra también en el mundo de los símbolos ideas y conceptos y, por primera vez, es capaz de imaginar secuencias de acontecimientos que van más allá de lo que es inmediatamente accesible a los sentidos o al cuerpo. Ahora se puede centrar la atención no solamente en lo que se halla presente, sino también en cualidades de existencia hipotética y abstracta. En pocas palabras, con el advenimiento del lenguaje la mente (el sí mismo mental) se libera y se diferencia del cuerpo.
        Tradicionalmente, los astrólogos han asociado la casa Tres con lo que se conoce como "la mente concreta", y la casa Nueve (opuesta a la Tres) con la "mente abstracta". Investigaciones científicas recientes confirman lo que los astrólogos han sabido siempre: que la mente se puede dividir en dos partes. Una serie de estudios comenzados en los años sesenta demostraron que los lados izquierdo y derecho del cerebro corresponden a diferentes tipos de actividad mental. La "mente concreta" de la Tercera casa (en unión con la casa Sexta, regida por Mercurio) es análoga a las actividades del lado izquierdo del cerebro.
        Esta es la parte del cerebro que tiene que ver con el pensamiento racional y secuencial, el aspecto "recopilador de hechos" de la mente. El cerebro izquierdo controla aquella parte de nosotros que puede hablar de lo que experimentamos, analizarlo y clasificarlo. Los emplazamientos en la casa Tres describen nuestro estilo mental - cómo pensamos- pero con particular referencia a las funciones del cerebro izquierdo. ¿Somos de mentalidad lenta, rápida, lógica o difusa? Nuestros pensamientos, ¿son originales o suelen reflejar lo que piensan quienes nos rodean? Para descubrirlo, hay que examinar la Tercera casa.
        Además, los planetas y los signos que hay en la casa Tres revelan nuestra relación o actitud hacia el conocimiento mismo. Por ejemplo es posible que una persona que tenga a Marte en la Tres crea que el conocimiento es poder pero quizá quienes tengan la Luna en esta casa busquen el conocimiento por la seguridad que les da, por el sentimiento de tranquilidad y bienestar que obtienen al saber cómo funciona algo.
        De niños, aquello en lo que pensamos se relaciona mayormente con lo que encontramos en nuestro medio inmediato. Los signos y los planetas en la casa Tres indican lo que hay "afuera" para nosotros. Sin embargo, como en el caso del Ascendente y de la casa Uno, los emplazamientos de la casa Tercera revelan nuestra predisposición a percibir ciertos aspectos de la realidad, mientras que descuidamos o pasamos por alto otros. Por ejemplo quien tenga a Venus en la casa Tres se "beberá" a Venus en el ambiente. Son gentes que naturalmente absorben los aspectos más armoniosos y placenteros de lo que les rodea, aquellas cosas que les estimulan a ser cordiales y armoniosas. Pero los que tengan allí a Saturno tenderán a percibir los aspectos más fríos y más restrictivos del medio, que por ende no será, a ojos de ellos, un lugar lo bastante seguro como para retozar libremente en él. En este sentido, las posiciones en la casa Tercera describen tanto lo que atribuimos al medio inmediato como lo que tomamos de él. "Lo que ves es lo que obtienes". Tanto el pollo como el huevo están vivos, bien y durmiendo perfectamente en la casa Tres.
        Entre las primeras cosas con que podernos chocar en el medio inmediato se cuentan los hermanos. La tercera casa denota nuestra relación con hermanos y hermanas, y también con tíos, tías, vecinos, primos, etc. (Como es obvio, también están presentes la madre y el padre, pero estas figuras son tan importantes que cada una de ellas justifica otras casas como propias). Los signos y los planetas que hay en la casa Tres definen la naturaleza del vinculo que establecemos con un hermano o hermana estos emplazamientos pueden ser también una adecuada descripción del hermano o, por lo menos, de aquellas cualidades que proyectamos sobre él (o ella). Por ejemplo, Saturno en la casa Tercera podría significar que tenemos dificultades y conflictos para relacionarnos con un hermano, pero también que lo vemos como frío e incapaz de amar, o que vivenciamos como proveniente de él aquella parte de nosotros que es fría e incapaz de amar. Es un precepto común en psicología que, de una manera o de otra, nos las arreglamos para obligar a otros a que “actúen” o "asuman" aquellos aspectos de nuestra propia psique de los cuales no hacemos uso. El impulso de vivir se orienta hacia la totalidad, -y cuando no estamos viviendo nuestra totalidad, el afuera nos aporta los elementos que nos faltan. Aquellas energías de la Tercera casa que no hayamos reconocido como propias no se limitarán a desaparecer; en cambio, hallarán en nuestro medio inmediato algo o alguien más por cuya mediación puedan manifestarse.
        Para los astrólogos que atienden consulta será útil interrogar a los clientes sobre sus primeras relaciones con hermanos y hermanas, a la luz de los emplazamientos en la casa Tres. ¿Qué lugar ocupaban en el orden de los hermanos: el mayor, el del medio o el pequeño? ¿Tuvieron la sensación de que un hermano menor les usurpaba su posición central en la familia? ¿Un hermano o hermana mayor descargó sobre ellos la frustración de sentirse destronado? ¿Hasta qué punto eran competitivos los hermanos? ¿Recibían diferente tratamiento los varones y las niñas? Finalmente, son sumamente pertinentes, y con gran frecuencia se revelan en la carta, los problemas relacionados con la muerte de hermanos, ya sea antes o después del propio nacimiento. Las pautas de comportamiento que se establecen con los hermanos y hermanas en las primeras etapas de la vida suelen repetirse en etapas posteriores con el marido o la mujer, con el jefe, con colaboradores y amigos.
        La casa Tres indica también algo sobre la experiencia de escolarización temprana. La escuela nos da la oportunidad de ver cómo somos con las personas que no son de nuestra familia, y ocasión de comparar lo que nos han dicho nuestros padres con lo que otros tienen que decir. Aprendemos tanto de nuestros padres como de nuestros maestros. A lo largo de la niñez y de la adolescencia temprana (el período que tradicionalmente se asocia con esta casa), asimilamos cada vez más información, a partir de la cual terminamos formando un código de reglas y "verdades" prácticas en función de las cuales damos orden y significado a la vida. En la Tercera casa se ve cómo nos va durante esos difíciles años de formación.
        En mitología, Mercurio (el regente natural de la casa Tercera) era el encargado de distribuir información a y entre los diversos dioses. De la misma manera, todas las formas de comunicación -escribir, hablar, los diversos medios, etc- se incluyen en esta casa. La mentalidad propia de la casa Tres establece conexiones entre un campo de estudio o rama del conocimiento y otros, y se complace en explorar las miríadas de formas de la vida. A su paso va recogiendo información aquí y allá, y por lo común hace algún esfuerzo por percibir de qué manera se adecuan las partes a una totalidad más amplia.
        Se adjudica también a esta casa el tono y el color de nuestras experiencias en viajes cortos (por lo cual se entiende, normalmente, dentro del país donde se reside). En general, un planeta en una casa nos predispone a encontrar el principio que simboliza en cualquiera de los diferentes niveles representados por la casa: Saturno en la Tres, por ejemplo, podría dar problemas con los estudios y/o con hermanos, y/o con viajes cortos. Sean cuales fueren las manifestaciones externas, en última instancia este emplazamiento es “sintomático” de un problema subyacente más profundo; el deseo de explorar, descubrir y relacionarse con la vida (casa Tres) se ve acosado por temores y aprensiones (Saturno) que claman por ser examinados y comprendidos.
        En ocasiones hay una correlación entre el hecho de tener muchos planetas en la casa Tercera y la experiencia de frecuentes cambios de ambiente durante los años de crecimiento. El efecto de estas mudanzas sobre una persona variará de acuerdo con el resto de la carta. Algunas llegarán a alcanzar excepcional flexibilidad y se adaptarán con soltura a diferentes situaciones, en tanto que otras quizá se defiendan contra el dolor de verse arrancadas de los contactos establecidos evitando sistemáticamente trabar relaciones demasiado profundas. Esta última actitud a menos que la enfrenten y la resuelvan, puede acompañarles a lo largo de toda la vida. Es probable que otros compensen una niñez con muchos cambios de ambiente buscando más adelante, a cualquier precio, un hogar estable.
        Los emplazamientos de la casa Tres se correlacionan frecuentemente con profesiones tales como las de maestro o profesor, escritor, periodista, impresor, técnico en comunicaciones, conferenciante, vendedor, transportista, actividades administrativas y cosas semejantes. Hans Christian Andersen, el escritor danés cuyos cuentos de hadas siguen fascinando a los niños de todas las edades, nació con la imaginativa influencia de Venus en Piscis en la casa Tercera, además del Sol y Mercurio. Lenny Bruce, el comediante satírico que escandalizo. a mucha gente burlándose de lo que otros consideraban tabú, nació con el impertinente Urano en esta casa.
        En conclusión, la casa Tres describe el contexto en el cual vemos nuestro ambiente inmediato. Es aconsejable recordar que el contenido es función del contexto: la forma en que percibimos determina nuestra manera de relacionarnos con lo percibido.
        Hay un cuento indio que expresa con toda precisión este punto. Un grupo de personas va andando por un pueblo, poco después de la puesta del sol, cuando, en el suelo, frente a ellos, tropiezan con lo que parece ser una serpiente. Presas del terror, dan la alarma; se alerta a los hospitales y se preparan las ambulancias por si sucediera una desgracia. Todo el mundo huye a refugiarse en la seguridad de su casa. A la mañana siguiente sale el sol, como de costumbre, y con la llegada de la luz descubren que lo que ellos habían creído una serpiente era, en realidad, sólo un largo trozo de cuerda que alguien había dejado en la calle. Semejante escándalo por un trozo de cuerda.
        Con tanta frecuencia nos olvidamos del papel que nosotros mismos desempeñamos en la constitución del mundo que es útil que examinemos la Tercera casa para hacer una evaluación del contexto general por cuya mediación tendemos a interpretar nuestro ambiente inmediato. ¿Tenemos tendencia a ver serpientes o trozos de cuerda? Tomar conciencia de los preconceptos de las actitudes que nos sugieren los emplazamientos en esta casa nos da, en última instancia, la posibilidad de trabajar de, manera creativa dentro del marco de referencia que ellos nos señalan.



En la Tercera casa, el “conocimiento”, es todavía muy rudimentario; es característicamente empírico; une observaciones personales, las clasifica y hace que encajen en un conjunto práctico de reglas. Sin embargo, estas son simplemente reglas, pero no leyes universales. El tipo de mente propio de la tercera casa, generaliza lo menos posible. Su tendencia es conductista, pragmática y técnica. Simplemente, quiere saber “cómo” se hacen las cosas, pero por razones prácticas. Puede ser muy inquisitiva e inventiva, pero también puede ser sutil y astuta en el desarrollo de sus experimentos: prueba de ello son los experimentos increíblemente complejos ideados por científicos de laboratorio, ya se trate tanto de físicos como de psicólogos. Pero no es filosófica, y mucho menos metafísica o religiosa. Es la mente especialista, no la del “generalista”.


Dane Rudhyar, pág. 80-81
Las Casas Astrológicas


(Con respecto a la oposición Tercera-Novena) La razón es la facultad del hombre para captar el mundo por el pensamiento, a diferencia de la inteligencia, que es la capacidad de manipularlo con ayuda de las ideas. La razón es el instrumento del hombre para llegar a la verdad; la inteligencia es el instrumento del hombre para manipular el mundo con mejor éxito; la primera es esencialmente humana, la segunda pertenece a la parte animal.

Erich Fromm, pág. 60
Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea


Esta casa es predominantemente el campo de la experiencia del aprendizaje y de la categorización y comunicación de toda clase de hechos y conceptos, estén o no relacionados entre sí o con un tema u objetivo específico. Una curiosidad inagotable es el patrimonio de quienes han nacido prácticamente con cualquier planeta en esta casa, y cuantos más planetas tengan en ella, tanta más energía concentrarán conscientemente en la satisfacción de esta curiosidad mediante la lectura, el análisis y actividades como viajar, escuchar y observar a los demás.

Stephen Arroyo, pág. 188-189
Júpiter


Esta casa es muy importante para establecer el grado de sociabilidad de un individuo a nivel superficial, su capacidad de aceptar las relaciones sociales, de participar en ellas o no. Es un índice de la fuerza de expresión inmediata, de la facilidad de percepción, del esnobismo, de la posibilidad de captar las modas del momento, de la ductilidad para adaptarse a grupos sociales diversos o para elegir los más oportunos.

Lisa Morpurgo, pág. 149
Introducción a la astrología


La casa 3ª proporciona sentido de estructura.

Liz Greene
Significado astrológico del Sol


En la casa 3ª, estructuramos nuestro ambiente identificando las diferencias entre las cosas. Hacemos esto para crear una idea de cada cosa, abstrayendo el objeto mismo. A través de ideas, categorizamos las experiencias que de otro modo estarían abrumadoramente embrolladas.

Liz Greene
Significado astrológico del Sol



El conocimiento de la 9ª casa puede surgir por intuición, pero el conocimiento de casa 3ª depende de la interacción.

Liz Greene
Significado astrológico del Sol


En la Tercera, estructuramos nuestro entorno identificando las diferencias entre las cosas. Y el procedimiento es ir creando una idea abstracta de cada cosa en sí misma. A través de las ideas clasificamos las experiencias, pues de otra forma nos haríamos un lío monumental. Nuestros sentidos no pueden etiquetar las cosas por nosotros. Simplemente, nosotros las olemos, tocamos, vemos, oímos y gustamos. Los niños pequeños se orientan a través del olfato, el tacto y el gusto de las cosas. Eso les aclara si el objeto sabe o huele bien o mal. Cuando son lo bastante mayores para hablar, señalan al objeto y dicen «Gato. Yo. Perro. Lápiz». El niño ha estructurado su experiencia sensorial abstrayendo una idea del objeto para futura referencia. «Ahora ya sé lo que es una caca de perro. La próxima vez que vea algo parecido no me lo meteré en la boca. Sale del trasero del perro y huele y sabe mal». Todo esto forma parte del procesamiento de información de la Casa III. Implica reconocer y diferenciar los componentes del entorno.

Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 62


El primer grado de Aries es el principio del nuevo ciclo anual: ¡el gran grito cósmico de vida, que grita, estoy aquí! Esto es la erupción del fuego cardinal, el primer impulso de la fuerza vital que explosiona hacia adelante en la primavera en el equinoccio de primavera. Es la 1ª casa del horóscopo es el punto de nacimiento: el individuo  llega a la vida como una entidad independiente. Entonces nos movemos a Tauro y la 2ª casa. En Tauro, la vida dice, estoy encarnado. Existo con forma. Tengo realidad física. La 2ª casa del horóscopo es la experiencia de la encarnación: yo veo, me entero, huelo, toco. Tengo hambre, tengo frío, tengo sed. ¿Qué satisfará mis necesidades? Esto se siente agradable, esto se siente horrible. Esto me da placer, esto me da dolor. Valoro lo que me hace sentir bien, y desecho lo que me hace sentirme mal. ¿Y luego? Entonces nos movemos a Géminis y la casa 3ª. En Géminis, la vida dice: estoy aquí, y estoy encarnado. Ahora debo aprender sobre el mundo que habito. La 3ª casa del horóscopo es el descubrimiento del otro en el mundo externo. De ahí que, como las casas 7 y 11, sea una casa de relación. El mundo nos afecta a través de la modalidad de los hermanos, quien son algo más que "otros" padres, y por nuestras primeras experiencias en la escuela, cuando nos movemos más al á de la matriz de la familia. Nos sentimos abrumados por la información y hemos de aprender a tratarla. Por lo tanto debemos pensar, debemos aprender...

Liz Greene
Significado astrológico del Sol

El conocimiento derivado de la Novena casa puede surgir de forma intuitiva, pero el conocimiento propio de la Tercera surge de la interacción.



Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 63