NEPTUNO EN TRÁNSITO POR LAS CASAS 
  

CASA I



Cuando Neptuno está en tránsito por el ascendente, es probable que no nos quede otra opción que aceptar nuestra confusión y convivir con ella. La disolución de lo que ha sido hasta entonces nuestro sentimiento de nosotros mismos y de nuestro camino en la vida es el efecto principal del paso de Neptuno por esta parte de la carta. Como nuestro antiguo ser se está muriendo, podemos sentirnos perdidos y confundidos, hasta este momento sabíamos quienes éramos y que queríamos en la vida, pero ya no estamos tan seguros. El tránsito de Neptuno por el Ascendente puede ser uno de los periodos más sobrecogedores y solitarios de la vida.
        Cuando Neptuno atraviesa el Ascendente, es frecuente que nos veamos arrastrados a relaciones de tipo víctima/salvador. Si durante este tránsito nos sentimos débiles, “pequeños”, es natural que andemos en busca de alguien que nos rescate. Cuando Neptuno anda por el Ascendente3 algunos de nuestros motivos para servir a la gente son sin duda puros, pero también es posible que se infiltren otros factores.
        Con Neptuno en tránsito por el Ascendente y la primera Casa, quizá nos sintamos atraídos hacia el alcohol y otras drogas como manera de expandir nuestros límites, o como forma de escapar de las dificultades que no querernos afrontar. También es probable que nos sintamos más cansados y aletargados que de ordinario, especialmente cuando Neptuno está cruzando el Ascendente.





NEPTUNO
EN TRÁNSITO  POR  EL  ASCENDENTE



Neptuno en el Ascendente puede traer un período de intensa confusión respecto a la vida personal, y ambiciones utópicas. Es un período de grandes ilusiones y sueños de grandeza. El efecto es a veces de considerable altura; consecuentemente su opuesto, lo bajo, es abismal. Puede ser un período encantador y muy romántico. Podemos encontrarnos con muchas personas fascinantes, extrañas y muy misteriosas que aportan emoción a nuestra vida. Este es un período de gran desengaño, tanto propio como de los demás. Y hay un impulso a sacrificarse por una causa1 normalmente más allá del amor y de compasión. La necesidad de amor en este tiempo puede ser aplastante y, debido a esta desesperada necesidad, se crean a veces relaciones desafortunadas.
Puede haber esporádicas pérdidas de la estabilidad psicológica; un sentimiento de perder nuestro dominio, y a veces ni siquiera inquietud si lo perdemos. Podemos estar seguros de nosotros mismos, de nuestra salud mental. Algunas veces hay una sensación de que no podemos y una necesidad de que alguien nos cuide. Podríamos tener momentos suicidas, o un inmenso miedo que no podemos nombrar, con la posibilidad de división de personalidad. Se escuchan voces interiores que vienen a mitigar la angustia del miedo y la incertidumbre.
Pueden asaltarnos fuertes sentimientos de sufrimiento que nos llegan al alma, una tristeza inmensa que penetra en todas las cosas. Surgen anhelos religiosos o espirituales que no encuentran satisfacción; podemos experimentar una crisis espiritual/religiosa tras otra.
Puede haber dificultad al separar los sueños de la realidad. Comienza a asombrarnos el nivel en el que realmente vivimos; si soñamos una situación o realmente sucede fuera de aquí. Pasar del estado del sueño a la conciencia es a menudo una transición confusa.
Puede haber cambios en nuestro estilo de vida debido a la confusión. Los trabajos se vuelven de repente apegados y sin estímulo. Cambiamos por tanto, o al menos lo deseamos. Los asuntos mundanos parecen descoloridos y comenzamos a buscar lo "extraño", lo oculto y cosas por el estilo. Puede haber disipación física, pérdida de peso y un peligro definido de caer en el alcohol y las drogas; tendencia a beber demasiado o tomar drogas como escape, o vernos profundamente envueltos con personas que tienen estos problemas por querer "salvarlos".
        Las experiencias de muerte se pueden producir bajo este tránsito; las personas pueden morir físicamente y volver a la vida. O puede darse la muerte de la personalidad que existía hasta el momento del tránsito. Si estamos listos para partir, éste es el tránsito que nos llevará.
        En un nivel mundano hay una fuerte atracción por las artes, el teatro, etc. Podemos vernos activa o creativamente implicados en estas cosas o simplemente incrementar el tiempo dedicado a estas actividades. Estas es ciertamente una forma menos peligrosa de evasión.

Patricia Morimando, págs. 102-103
El Efecto de Neptuno

  


CASA II



Al transitar por la segunda Casa, Neptuno puede provocar insatisfacción con nuestro actual status material, o aumentarla: si somos pobres queremos lo que tienen los ricos; si somos ricos seguimos queriendo más. Sin embargo, si de resultas de este tránsito alcanzamos todo el éxito material que esperábamos, nos encontraremos con que aún nos falta algo. Neptuno confunde las distinciones y cuando transita por esta casa puede provocar el fraude, el caos, la confusión y el engaño en asuntos de dinero. Hasta lo que nos parecía un negocio seguro puede salir mal debido a fallos inesperados y circunstancias imprevistas. También otras personas pueden engañarnos: nos ofrecen dinero o maneras para obtenerlo y después no cumplen lo prometido Durante este tránsito podemos tener muchas dificultades para conservar el dinero, y es probable que nuestros esfuerzos para acumular riqueza se queden en nada Motivados inconscientemente por Neptuno, organizaremos sin darnos cuenta circunstancias que nos llevarán a perder algo a lo que estamos apegados... en especial dinero o propiedades.
A medida que Neptuno transita por la segunda casa, lo que valorábamos va cambiando. El tránsito de Neptuno hará todo lo que pueda para alterar el status quo. Nuestro verdadero valor no se puede medir en términos materiales, y en última instancia esto es lo que quiere demostrarnos Neptuno al transitar por la segunda casa.




CASA III



Al transitar Neptuno por la Casa III, la intuición y la percepción se incrementan, y advertimos que a nuestro alrededor suceden cosas que antes jamás notábamos. Sin embargo, el efecto disolvente de Neptuno sobre la mente indica también que habrá momentos en los que experimentemos confusión mental y dispersión del pensamiento.
        Más crédulos que de costumbre, corremos mayor riesgo de dejarnos engañar por cualquier personalidad poderosa o carismática con la que tropecemos. Debemos de tener cuidado con las personas por quienes nos dejamos influir mientras estamos pasando por este tránsito. También hay propensión a malentender y malinterpretar a otros, o que los demás puedan interpretarnos mal. Quizás se nos ocurran ideas que consideramos propias, cuando en realidad hemos absorbido los pensamientos de quienes nos rodean.
        Este tránsito puede dificultarnos la expresión sincera o clara de lo que sentimos. Nos damos cuenta de lo que no se dice o no se expresa, incluso cuando la gente insiste en que nos está diciendo la verdad
        Por otra parte es posible que sintamos el deseo de enriquecer nuestros conocimientos sobre arte, música, danza, fotografía, poesía, cine, teatro, etc.
        Quizás alguno de nuestros familiares (hermanos, tíos, tías, primos) y vecinos, esté pasando por una etapa de dificultad y es probable que estemos muy sensibles a sus necesidades y dificultades.
        Cuando en su tránsito por la tercera casa Neptuno moviliza aspectos difíciles en el tema natal, pueden aflorar a la superficie problemas mentales, conflictos emocionales o trastornos neurológicos hasta entonces latentes. En los casos extremos, esto puede ser motivo de crisis nerviosas o de enfermedades físicas relacionadas con el mal funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso. En algunos casos puede resentirse la motricidad, la visión o el oído.





CASA IV



La presencia de Neptuno en esta casa puede reflejar una sensación de andar a tientas: no sabemos donde estamos y no tenemos un sentimiento de nosotros mismos lo bastante sólido para que nos sirva de base para nuestra visión de la vida. En otras palabras, estamos frustrados con la forma en que está organizada nuestra vida. La cuarta Casa tiene un efecto rebote sobre la décima, y parte de esta frustración puede relacionarse de forma directa con sentimientos de insatisfacción con nuestro trabajo.
        Hacernos mirar hacia adentro de nosotros mismos es el efecto más sutil de este tránsito, que también puede manifestarse de forma muy concreta en problemas que tienen que ver con el hogar y con la vida personal. Es muy frecuente que el tránsito de Neptuno por la casa Cuarta coincida con una fase en la que hacemos reajustes importantes o hasta sacrificios dentro del ámbito doméstico. Quizás estén viviendo con nosotros personas que necesiten un cuidado o un apoyo especial: un familiar enfermo, o bien un cónyuge, amante, hijo o compañero de piso que pasa por una época difícil. También puede indicar engaño en el seno del hogar: alguien con quien convivimos nos está engañando. En algunos casos coincide con la necesidad de tener que abandonar por completo un hogar o nos vemos forzados a dejar una casa que amamos.
        Como Neptuno es el planeta del engaño no es este buen momento para hacer transacciones (como comprar una casa o un piso).
        El tránsito de Neptuno por esta esfera puede referirse a algo que le esté pasando a nuestro padre, ó madre, y lo que le suceda en este momento puede tener el efecto de acercarnos más a él.
        En definitiva, en su expresión más profunda, el tránsito de Neptuno por esta casa nos pide que volvamos la atención hacia adentro, hacia donde vive el alma.





CASA V



Cuando Neptuno transita por la quinta Casa no es excepcional que dramaticemos en exceso y exageremos todo lo que nos sucede. Nada es del tamaño natural: lo nuestro no es felicidad sino éxtasis, y lo que normalmente nos entristecería, nos arroja a los abismos de la tragedia y de la desesperación.
        La búsqueda del placer puede ser a la vez gratificante y esquiva cuando Neptuno se mueve por la quinta casa.
        La quinta casa se asocia también con el amor y el romance y aquí Neptuno plantea diversos problemas, el más común de ellos el de idealizar una relación o a una persona amada. Se siente tentado a no dar valor a lo que tiene y a adorar el amor que negó, a dar a lo que no lo merece y a quitar a lo digno. Durante este tránsito la necesidad de amor es grande, sin embargo, habitualmente uno tiene miedo de darse por completo antes de estar seguro de que su amor será recibido.
        Por otra parte, ea probable que en esta época tengamos que hacer sacrificios por nuestros hijos. Puede ser que alguno de ellos sufra una enfermedad o incapacidad que necesite atención especial y mucha comprensión. También pueden producirse embarazos no planeados, abortos espontáneos o la pérdida de un hijo.


  


CASA VI



El tránsito de Neptuno por la casa Sexta hace que nuestras defensas físicas se debiliten, somos más propensos a la invasión de los microbios que pueda haber en la atmósfera, y al contagio de enfermedades o a los efectos del estrés. El ejercicio, el descanso y la dieta, en proporciones adecuadas, pueden ayudar a contrarrestar algunos de los posibles efectos perjudiciales del tránsito de Neptuno por esta casa. El abuso de alcohol y otras drogas puede ser muy peligroso.
        Los problemas de salud pueden ser difíciles de diagnosticar: hay casos de personas con Neptuno en tránsito por la sexta casa a quienes se les trató una enfermedad que no tenían, o se les prescribió una medicación que les produjo efectos secundarios. Pueden ser benéficas las medicinas alternativas o complementarias: homeopatía, acupuntura, o naturopatía. Cuando anda rondando Neptuno, las enfermedades pueden ser de origen emocional o psicológico, y es posible que sirvan a algún motivo o propósito oculto.
        El trabajo es otra de las áreas que afecta Neptuno cuando atraviesa esta casa: puede ser que en esta esfera se nos exija alguna forma de adaptación o de sacrificio. Este tránsito significa también que somos más sensibles a la atmósfera y a las condiciones laborales. Es posible que surjan malentendidos con los jefes, los empleados o los colaboradores. Quizá seamos víctimas del engaño de nuestro jefe o de un colaborador, o las personas con quienes trabajamos nos conviertan en el chivo expiatorio.
        También es posible que hasta las tareas más sencillas nos resulten complicadas y difíciles. En ciertos momentos de este tránsito es probable que nos sintamos incapaces de hacer frente a los detalles prácticos de la vida diaria. Las rutinas de cada día nos parecen increíblemente aburridas o absurdas; quisiéramos una vida que tuviera más encanto y no la condena de tener que cocinar, quitar el polvo y preocuparnos de las facturas que hay que pagar.





CASA VII



Cuando Neptuno transita por la casa siete, cambiamos por mediación de situaciones que se dan en la esfera de las relaciones íntimas. Aunque tengamos ya una relación de pareja, en estos momentos es posible que nos interese una persona nueva a quien acabamos de conocer. Pero es posible que haya complicaciones; quizá no estemos percibiendo con claridad a esta persona.
        En esta época nos sentimos atraídos por tipos “neptunianos” y es posible que nos enamoremos de personas engañosas y traicioneras, y si es una persona engañosa, quiere decir que ha llegado el momento de examinar más de cerca nuestra propia capacidad de engañar y traicionar.
        Con este tránsito son comunes las relaciones víctima/salvador. Quizás nuestra pareja está pasando por dificultades emocionales bastante graves, o tiene problemas de salud, dinero o de trabajo: sea cual fuere la causa, necesita de nuestro apoyo, nuestros cuidados y nuestra comprensión.
        En ocasiones este tránsito coincide con el hecho de que nos enamoremos de personas que no son libres de formalizar un compromiso o que son incapaces de amarnos. Con Neptuno en danza las relaciones no están preparadas para ser perfectas. También puede significar la pérdida de la pareja, ya sea por muerte, divorcio u otra forma de separación, y si esto sucede, es porque Neptuno se está esforzando, por medio del destino, para enseñarnos una lección de desapego.
        Las batallas legales pueden ser confusas, largas y complicadas si se las inicia en este momento.

  


Neptuno en tránsito por la Séptima casa a menudo trae desilusión y un sueño que no termina realizándose como uno esperaba.


  

NEPTUNO
EN TRÁNSITO POR LA CASA VII



Aquí se produce confusión, ilusiones y engaños en las relaciones próximas. Hay expectativas irrealistas respecto al matrimonio y asociaciones; los ideales son tan elevados que nada en la tierra se le acercará. Las personas pueden estar tan sensibles a la idea global del “matrimonio” que se evita como una plaga, debido a un insondable miedo. O las expectativas son tan altas que nada se puede consumar. Las ideas de lo que matrimonio y el cónyuge deberían significar pueden ser demasiado románticas. Se puede dar una proyección exagerada en la otra persona - ésta debería ser lo que yo quiero que sea y, por consiguiente, podemos experimentar gran dificultad al percibirla como realmente es. Aquellas personas de las que pensamos que podrían ser la pareja ideal resultan estar muy lejos de lo ideal, de nuestro alcance y por tanto las desilusiones con copiosas, constantes y aplastantes. Hay una tendencia al reproche a los demás por el hecho de que sean sólo aparentes. La cuestión es que esa persona fue aparente siempre, pero nosotros estabamos tan “cegados” que no podíamos verla o no queríamos ver la situación. Es muy difícil ver lo “otro” con este emplazamiento o tránsito de Neptuno.

Patricia Morimando, págs. 104-105
Los Efectos de Neptuno

  


CASA VIII



Neptuno crea vaguedad y credulidad; no vemos con claridad, tal como son, ni a las personas ni las situaciones, y es bien fácil que en este momento puedan engañarnos. En estos momentos es necesario asegurar las promesas por escrito y leer bien la letra pequeña, y esto es válido principalmente para los tratos financieros, que pueden resultar confusos. Debemos tener mucho cuidado en la elección de las personas con las que hagamos negocios, a la inversa, en estos momentos quizá también tengamos la tentación de querer engañar a otros.
        Cuando Neptuno pasa por esta zona de la carta no son excepcionales las dificultades y la confusión por herencias y legados.
        El amor y el sexo pueden ser una escapatoria, una manera de abandonarnos o de olvidarnos a nosotros mismos: nos dejamos ir y nos entregamos a otra persona. Puede haber un aumento tanto en la cantidad como en la intensidad de las fantasías sexuales, como si estuviéramos buscando algo más satisfactorio y más excitante que lo que ya conocemos o tenemos.
        En un sentido más negativo, en algún momento del tránsito de Neptuno por la casa ocho podría activarse un deseo de muerte o una inclinación suicida.
        Puede existir un interés por la psicología o el deseo de explorar las dimensiones misteriosas y ocultas de la vida mediante disciplinas como el ocultismo, la filosofía esotérica o la metafísica.

  



CASA IX



Cuando Neptuno transita por esta casa, podemos sentirnos atraídos hacia una religión, filosofía o sistema de creencias, en la esperanza de hallar el medio de nuestra salvación. Neptuno puede confundirnos en nuestra búsqueda de verdades y principios superiores que nos orienten en la vida: estamos ávidos de fundirnos con algo mayor que nuestro propio ser, a menudo mediante la adhesión devota a una filosofía, una religión, un culto o un gurú.
        Con Neptuno en la casa nueve, una religión o un sistema de creencias, puede convertirse en un motivo de fanatismo o de obsesión.
        En algún momento de este tránsito es posible que nos sintamos inseguros de lo que creernos. Entonces nos encontraremos a la deriva, sin saber que creer o como orientarnos en la vida.
        Neptuno también influirá en los viajes y bajo este tránsito algunas personas se embarcarán en una peregrinación a lugares que para ellas tienen una importancia especial. Es probable que descubramos en el extranjero lugares o contactos con personas e ideas extrañas que nos fascinan o nos cautivan.
        Un tránsito difícil de Neptuno inclina a los desengaños, decepciones y traiciones en los viajes. Debemos mantener los ojos bien abiertos para no ser víctimas de engaños mientras viajamos.
        Este puede ser un buen tránsito para profundizar en el estudio de actividades sanadoras, de la meditación, la filosofía, la religión, la metafísica, de artes como la pintura, la danza, la música, el teatro, el cine, la fotografía, etc.
        Por otra parte este tránsito puede coincidir con un periodo en que nuestra visión de la vida y del futuro pasa del extremo de un optimismo extático a la total desesperación.
        En un nivel más mundano, la casa nueve se asocia con los parientes políticos, y Neptuno puede pedirnos que aceptemos compromisos, hagamos sacrificios y nos adaptemos en interés de ellos, especialmente si están pasando por momentos difíciles.

  


CASA X



Mientras Neptuno está en la décima casa (y especialmente cuando cruza por primera vez el limite entre la novena y la décima), es probable que pasemos por un periodo durante el cual no podamos aclararnos con lo que estamos haciendo en nuestra vida. Ya no estamos seguros de quienes somos ni de lo que realmente queremos. Neptuno en tránsito por esta casa suele expresarse en sentimientos de sacrificios, de contrariedades y de insatisfacción con el trabajo que tenemos: queremos ir en pos de nuestros sueños en vez de conformarnos con lo que tenemos. Este puede ser el momento adecuado para renunciar a un trabajo en favor de otro, pero es necesario que examinemos cuidadosamente la nueva dirección que queremos tomar, para asegurarnos de su sensatez. Necesitamos un trabajo o una carrera que nos inspire fe, que nos conmueva e interese emocionalmente, un trabajo que satisfaga los anhelos profundos que hay en nosotros.
        En esta casa Neptuno puede suscitar delirios de grandeza. En última instancia, la tarea de Neptuno es disolver -no inflar- las rígidas fronteras del ego. Inicialmente, al menos, es probable que tengamos que dar más de lo que recibimos a cambio.
        Negativamente este tránsito puede coincidir con la pérdida del trabajo, quizás por despido, y es probable que las personas mayores tengan que enfrentarse con el retiro.
        Este tránsito puede señalar un periodo en el cual hay sectores populares que nos idealizan y nos reverencian. Algo que tenemos captura la imaginación y el interés colectivos, o nos convertimos en la encarnación viviente de un movimiento o de una fuerza que arrasa sectores de la sociedad. En unos pocos casos, puede coincidir también con un periodo en el cual nos convirtamos en foco de un escándalo público o terminemos por asumir públicamente el rol de proscrito o de chivo expiatorio.
        La casa diez también simboliza a la madre y durante este tránsito puede ser que esté pasando por dificultades en su vida, ya sean de índole física, psicológica o material, o por una fase de mayor inspiración religiosa o creativa. Quizá necesite nuestro apoyo o nuestra ayuda. En ciertos casos, el tránsito de Neptuno por la casa diez, puede coincidir con la muerte de la madre. Dicho de otra manera, tenemos que dejar que se vaya.




CASA XI



Cuando Neptuno transita por la casa Once, experimentamos fases de incertidumbre y de confusión respecto de las metas y los objetivos de nuestra vida. Esto de debe a que nuestros ideales están cambiando; la visión de lo que esperamos lograr en la vida es fluida. Nuestros viejos ideales nos parecen demasiado estrechos, demasiado reducidos, y por eso pierden validez o poder. Podemos sentirnos atraídos por sectas y sociedades secretas, por grupos artísticos o por círculos espiritualistas. Queremos unirnos a otros para ofrecer al mundo nuestra idea de la verdad, de la justicia o de la belleza, pero también es posible que depositemos nuestra fe en algo que más adelante nos decepcione o no nos brinde lo que en un principio prometía.
        Neptuno indica amigos que brindan su apoyo, su atención y su presencia cuando realmente les necesitamos o bien que nos ensanchen el horizonte y nos abran los ojos a metas y visiones nuevas. A la inversa, durante este tránsito es probable que en ocasiones tengamos dificultades para encontrar un grupo donde nos sintamos cómodos, o amigos que congenien con nosotros. En estos momentos, debemos seleccionar con mucho cuidado a las personas con quienes nos relacionemos. De no ser así, Neptuno puede verse obligado a enseñarnos algunas dolorosas lecciones. Cuando este planeta atraviesa la casa Once, podernos tener la experiencia de que los amigos nos traicionen, nos defrauden y nos abandonen. En estos casos, Neptuno no nos pide que rompamos la relación, al menos no siempre, sino que renunciemos a las expectativas desmesuradas que imponemos a la amistad y que aprendamos en cambio a ser más tolerantes con los demás, y a aceptarlos tal como son. En algunas ocasiones, bajo la influencia de este tránsito perderemos amigos, quizás por obra de la muerte.
        Por más empeño que pongamos en perseguirlos, nuestros objetivos y expectativas en la vida quizá nos eludan continuamente durante este tránsito, y es probable que nos veamos obligados a reconocer que algunos de ellos son improbables o poco realistas.




CASA XII



Al transitar por la casa Doce, Neptuno remueve sentimientos profundos: las emociones que hace aflorar ejercen sobre nosotros una fuerza tal que se nos hará difícil negarlas o resistirnos a ellas. Nos convertimos en víctimas de nuestro propio inconsciente: impulsos y anhelos sepultados o refrenados cobran fuerza y se adueñan de nosotros de tal manera que ya no podemos seguir negándolos.
        Nos encontraremos más sensibles a lo que sienten o experimentan las personas que nos rodean, y muy especialmente los necesitados y los que sufren. Esta clase de receptividad puede orientarnos hacia formas de trabajo, no necesariamente pagadas, encaminadas a cuidar y ayudar a nuestros semejantes.
        Durante este tránsito debemos tener presente que somos más susceptibles de vernos invadidos o de sentirnos agotados por las personas o los ambientes con que establecemos contacto. Puede ser que necesitemos más tiempo de soledad para limpiarnos de la "contaminación psíquica" que hemos absorbido y acumulado durante nuestra interacción con el mundo.
        Por otra parte es posible que experimentamos un maltrato en nuestra relación con este tipo de lugares (hospitales, museos, bibliotecas, instituciones, prisiones, etc.), nos sentimos desatendidos, maltratados, etc.

        Cuando Neptuno está en tránsito por la casa Doce, es probable que nos acosen cuestiones no resueltas en etapas anteriores de la vida (o de vidas pasadas). Reaparecen viejos resentimientos y heridas, disfrazados a veces como nuevos conflictos, y en otras ocasiones por mediación de sueños o recuerdos recurrentes. Lo mejor de este tránsito de Neptuno es que en última instancia puede tener un efecto depurador sobre el psiquismo, permitiéndonos sentir el amor, la comprensión y la disposición a perdonar necesarios para hacer las paces con personas y acontecimientos del pasado, o con partes de nosotros mismos. Estos sentimientos de reconciliación son el preludio de la nueva vida que iniciaremos cuando Neptuno cruce nuestro ascendente.