TRÁNSITOS  DE URANO EN RELACIÓN CON LOS PLANETAS

URANO-SOL


“¡Qué gran ingenio se manifiesta en los acontecimientos imprevistos!”

Marcial



Las oportunidades de cambiar podrían presentarse por intermedio de personas conocidas, de un trabajo nuevo o de una nueva orientación de nuestros estudios. Como sucede con cualquier tránsito Urano-Sol, es probable que alguna de las estructuras de nuestra vida tenga que desaparecer para hacer lugar a cosas nuevas.
        Cuando Urano está en conjunción, cuadratura u oposición por tránsito con el Sol, es frecuente que provoque más conmoción. Estos tránsitos van generalmente acompañados de sentimientos de inquietud. Quizá nos sintamos aburridos o prisioneros de las circunstancias de nuestra vida. Es necesario que prestemos atención a aquella parte de nosotros que está inquieta y se siente insatisfecha, y que hagamos lugar en nuestra vida para que sucedan cosas nuevas
        El Sol es también un símbolo del padre, y en ocasiones los tránsitos Urano-Sol indican cambios en nuestra relación con él.
        Un tránsito de Urano que lo lleve a aspectar al Sol simboliza también el encuentro con "el padre interno", es decir, con la capacidad de hacernos cargo de nuestra propia vida y de dirigirla. Es un periodo durante el cual nos será difícil adaptarnos a lo que quieren los demás especialmente si no coincide con lo que en nuestro propio sentir necesitamos. Es probable que en vez de adaptarnos a los otros, nos encontraremos exigiéndole que se adapten a nosotros. Los tránsitos Urano-Sol nos abren los ojos a la visión de nuestro propio poder, y esto podría manifestarse en peleas con figuras de autoridad y en la actitud de hacer frente a personas por quienes antes nos hemos dejado influir y controlar.
        Si no ha establecido todavía contacto con su propio poder o no ha cultivado su capacidad para hacerse valer, para una mujer éste es el momento de hacerlo. Además de usar este tránsito para fortalecer su propia identidad y su capacidad de expresión, también puede experimentar sus efectos por mediación de los hombres que conoce, o a quienes vaya conociendo durante este período.
        Independientemente del sexo, es probable que durante los tránsitos difíciles de Urano en aspecto con el Sol no seamos las personas más pacificas que se podría pedir para la convivencia. Estamos excitables, "cargados", impredecibles e inquietos. Queremos deshacernos de aquello por lo que nos sentimos ahogados, y liberarnos de las restricciones de la tradición o de condicionamientos pasados. Estamos "bullentes" de ideas nuevas y de nuevas maneras de ver la vida. Si podemos aceptar este aporte de energía, y hacer los cambios necesarios de la manera más diplomática posible, estos tránsitos, aunque no sean los más fáciles, significarán un paso importante hacia el despliegue de nuestras potencialidades.

  




Cuando el individuo experimenta un tránsito Urano-Sol (especialmente en cuadratura, oposición y, en algunos casos, también en conjunción) atraviesa un período en que el instinto de autoexpresión queda detenido por circunstancias y por su propia personalidad. La reacción más común es la rebelión (muy propia de Urano) pero, precisamente, es esa rebelión más que las circunstancias la que hace difícil este período. Por otro lado, este tránsito marca un período de recomienzo. Va acompañado normalmente de la ruptura con viejos lazos y la aceptación de nuevas obligaciones o nuevos giros totalmente inesperados. Indica casi siempre un período lento; la vida reorganizada está echando sus cimientos en una nueva línea que exige serios reajustes personales. Y como todos los reajustes exigen bastante de uno mismo, puede ser un período de tensión, lucha con los que nos rodean, y la amarga sensación de que las cosas no van ni se encaminan en la dirección que nos gustaría. Es un período complicado sólo si se espera progresos o avances milagrosos, porque el milagro no se va a realizar. Es preciso aceptar las cosas como vienen y moderar el paso de los deseos para que sigan el paso del mundo. Si estamos dispuestos a hacer esto, se convertirá en un período excelente. Coger el ritmo y el peso de los acontecimientos en este tiempo es construir verdaderamente el éxito más elevado a la larga; mientras que rebelarse y correr por delante de las posibilidades es encontrarse con el agotamiento y la desesperación y obligarse a empezar de nuevo más tarde, bajo influencias que serán menos útiles permanentemente.
   El tránsito Urano-Sol nos fuerza a buscar en nosotros la semilla de la dificultad; nos obliga a revisar nuestras aspiraciones y los métodos para conseguirlas. Hacerlos menos materiales, más idealistas y tal vez menos avariciosos. Despersonalizar nuestros deseos; disminuir nuestras demandas al mundo y a los demás y aumentar la demanda en uno mismo, para merecer los máximos logros en los años siguientes es la lección más importante que este tránsito quiere enseñarnos.

F. S.


Probablemente aquellas personas que durante un tránsito Urano-Sol (especialmente en cuadratura, oposición y , algunas veces, en conjunción) sean incapaces y no estén dispuestas a mirar en su interior se sentirán incomprendidas, diferentes y oprimidas. En estas personas, el período puede alargarse más tiempo del realmente consumido por el tránsito, pudiendo prolongarse muchos años. Estas personas son las que están constantemente en guerra con su mundo, si no en abierta lucha con aquellos que les rodean, además de resentidos en su interior, con lo que "la vida pierde su encanto" y pasa a ser, no una ardiente aventura, sino una lucha tediosa hacia una meta mal definida.

F. S.





URANO-LUNA



Cuando Urano en tránsito forma un trígono o un sextil con la Luna, tanto los hombres como las mujeres tienen oportunidad de experimentar dentro de sí una gama más amplia de respuestas emocionales. Para los hombres, esto se da con frecuencia mediante el encuentro con una mujer que los despierte en este sentido. En la carta de una mujer, indican un mayor despliegue de su identidad en cuanto mujer, por ejemplo que se estrenen como madres.
        De la misma forma, si nos mudamos de casa mientras Urano en tránsito forma aspecto armonioso con nuestra Luna, es probable que el cambio sea para bien, por más que al principio la mudanza parezca una perturbación incómoda. Además, el trígono y el sextil también pueden manifestarse como un avance de signo positivo en la relación con nuestra madre. Somos más capaces de tomar distancia y de mantenernos aparte de ella y, por consiguiente, de verla con más claridad. Sin embargo, es probable que con los tránsitos difíciles Urano-Luna se produzcan problemas con nuestra madre. Si nuestra identidad ha estado demasiado confundida con la suya, quizás ahora tengamos que enfrentarnos a ella para poder establecer una identidad aparte y más clara. La conjunción, la cuadratura y la oposición por tránsito entre Urano y la Luna natal también pueden referirse a un momento en que quien pasa por una perturbación o un cambio vital es nuestra madre.
        Si Urano en tránsito forma aspectos como la conjunción, la cuadratura y la aposición con nuestra Luna natal es probable que tengamos la vivencia de estados emocionales que nos desgarren a perturban, y de que deseemos desembarazarnos de cualquier circunstancia que nos de la impresión de que nos limita o nos constriñe. Así como es apropiado que examinemos nuestros sentimientos de frustración y de descontento, puede que no siempre sea prudente actuar dejándonos llevar con demasiada rapidez por ellos, especialmente si en el pasado hemos tendido a desbaratar sin más trámites el status quo siempre que nos hemos sentido atrapadas o incómodos. Antes de introducir ningún cambio importante, es necesario que nos tomemos tiempo para examinar nuestro deseo de huir de las estructuras y de las relaciones que existen en nuestra vida, o de destruirlas.
        Podemos experimentar un tránsito difícil Urano-Luna por mediación de acontecimientos externos aparentemente fuera de nuestro control, que conmueven nuestro mundo y amenazan nuestra seguridad. Puede ser que se acabe de pronto una relación, o que nos veamos obligados a cambiar de casa, o ambas cosas. Pero incluso si la que nos pasa parece ser totalmente obra del destino, debemos tomarnos el tiempo necesario para evaluar si los sentimientos que hemos venido teniendo antes de esta conmoción no se relacionan de alguna manera con lo que hemos atraída a nuestra vida. Nuestros propios deseos no reconocidos de cambiar, al ser proyectados al exterior y volver a nosotros por obra de un agente externo, pueden tener algo que ver con el terremoto en medio del cual nos hallamos.






URANO-MERCURIO



Si el tránsito lleva a Urano a hacer un trígono o un sextil con Mercurio, nuestro pensamiento tendrá que cambiar. Las viejas maneras de pensar y los modelos de pensamiento habituales ceden el paso a actitudes nuevas, y adquirimos la capacidad de ver la vida desde un ángulo diferente. La intuición funciona muy bien durante uno de estos tránsitos y es probable que encontremos soluciones inspiradas a ciertos problemas o dificultades que nos están acosando desde hace tiempo. Las respuestas y las decisiones nos brotan inesperadamente en los momentos más insólitos. Aprender o estudiar cosas nuevas es dar un buen empleo a estos tránsitos.
        La conjunción o un aspecto difícil de Urano en tránsito con nuestro Mercurio natal es mentalmente estimulante pero puede traer más problemas que el trígono o el sextil. Durante este periodo podemos estar mentalmente hiperactivos o dispersos; nos sentimos nerviosos o inquietos, incapaces de asentarnos con facilidad en ninguna situación. Nuestros pensamientos y la forma en que los expresamos no podrán mantenerse invariables durante estos tránsitos. Cuando Urano está en trígono o sextil con nuestro Mercurio natal, estamos dispuestos a recibir ideas nuevas, y el medio, a su vez, se muestra abierto a nuestras nuevas intuiciones e ideas. Pero quizá no sea éste el caso cuando el tránsito de Urano lo lleve a formar una cuadratura, una oposición o una conjunción con un Mercurio natal que presenta aspectos difíciles; en estos casos, parecería que otras personas, o bien fuerzas externas, estuvieran determinadas a desafiar o cambiar lo que nosotros pensamos o creemos, en un momento en que no nos sentimos dispuestos ni capaces para hacer tales reajustes. A la inversa, éste puede ser un periodo en el que tengamos muchas intuiciones y atisbos de originalidad que los demás no entienden o no aceptan. Quizá nuestras ideas les parezcan demasiado controvertibles, poco prácticas, raras o en exceso avanzadas para la época.
        Cuando Urano está en trígono o sextil por tránsito con nuestro Mercurio natal, puede suceder que un cambio o una influencia positiva nos llegue por la vía de hermanos u otros familiares. Sin embargo cuando el tránsito lleve a Urano a formar un aspecto difícil con nuestro Mercurio natal, de ello puede resultar discusiones, rupturas y separaciones.
        Cualquier contacto que se dé entre Urano en tránsito y Mercurio indica un momento en que nuestra actividad mental y nuestro pensamiento son más poderosos de lo que es habitual y pueden ejercer una fuerte influencia tanto sobre nosotros mismos como sobre los demás. Durante este periodo, podemos valernos de nuestros poderes mentales y de nuestra imaginación de manera constructiva, formando imágenes positivas en lugar de negativas.





URANO-VENUS



Cuando Urano en tránsito está en aspecto con el Venus natal, provoca cambios o perturbaciones en el dominio del amor, de las relaciones y de la creatividad. Es probable que nuestros valores cambien, es decir, que lo que nos parecía hermoso, atrayente o deseable no siga siendo lo mismo a nuestros ojos. También la forma de nuestra expresión creativa puede alterarse o abrirse durante este periodo.
        Cuando Urano está en trígono o sextil por tránsito con el Venus natal, estos mismos cambios se producen de manera más suave o más fluida. Es un buen momento para revitalizar relaciones que se hayan vuelta repetitivas o aburridas. Si hemos estado dependiendo demasiado de alguien, podríamos usar este tránsito para descubrir quienes somos por derecho propio, tomándonos el tiempo necesario para explorar y cultivar nuestros propios intereses y nuestra identidad independientemente de esa relación. Estemos ya vinculados con ella a no, podríamos buscar la compañía de otra persona que nos parezca estimulante y nos atraiga, alguien que nos ponga en contacto con ideas e intereses nuevos y con una nueva manera de contemplar la vida.
        Si hemos estada reprimiendo sentimientos de inquietud y de frustración en una relación y hemos hecho poco o nada para mejorarla, los tránsitos difíciles de Urano can nuestro Venus natal, podrían significar una separación o una bifurcación. Si no hacemos algo por cambiar la situación, es probable que las circunstancias externas se encarguen de hacerla por nosotras, y quizá sea nuestra pareja quien desbarate la relación o le ponga término. Tendemos a asociar a Urano con sucesos inesperados que nos sorprenden como un relámpago en un cielo azul y, sin embargo, por más que los tránsitos de Urano puedan correlacionarse con la ruptura aparentemente repentina de una relación, es probable que durante varios años haya habido problemas y dificultades sin resolver que bullían por debajo de la superficie y que se manifiestan en acciones espectaculares y decisivas cuando Urano termina por "herir" a Venus.
        Si la pareja ha estada vivienda en un contacto demasiado estrecha y continuo, Urano no quiere necesariamente que la relación se acabe, sino que una de los das, o ambos, establezca una distancia y una independencia mayores.
        Incluso con la mayor voluntad y las mejores intenciones, los tránsitos difíciles de Urano en relación con Venus pueden significar el término de una relación. En muchos casos cuando una relación termina coincidiendo con uno de estos tránsitos, una de las partes interesadas, y a veces ambas, se han dado cuenta de que la separación "estaba bien" o era necesaria. En lo profunda, la sensación es de que la relación de pareja debe terminar o cambiar para que nuestra vida pueda abrirse de una manera que seria imposible si todo continúa del mismo modo.
No siempre un tránsito que ponga a Urano en aspecto difícil con el Venus natal significa el fin de una relación. Si hace algún tiempo que la persona está sola, estos tránsitos pueden significar una relación que se incorpora a su vida, aunque dado el carácter impredecible de la influencia uraniana no es siempre seguro que se prolongue más allá de la duración del tránsito.


  


URANO-MARTE



Cuando Urano está en trígono o sextil con Marte podemos esperar un periodo durante el cual nos sentiremos con más vida o con más energía de lo habitual.
        Cuando el tránsito lleva a formar un aspecto difícil con el Marte natal, el incremento de energía y de excitación puede que sea más difícil de manejar. Quizás estemos más inquietos, ansiosos, enojados e impacientes de lo habitual, y las pequeñeces que normalmente pasamos por alto se conviertan en motivo de peleas y confrontaciones. Estamos más inclinados a hacernos valer y nos hiere especialmente que los demás se entremetan en lo que hacemos o nos pongan trabas. Si durante un tránsito Urano-Marte nos sentimos deprimidos, puede ser que nos estemos resistiendo a empezar algo que necesitamos hacer.
        Durante este periodo nos es necesario algo que nos obsesione, un proyecto que se adueñe de nosotros y nos entusiasme, y que nos permita canalizar nuestro exceso de energía marciana. Marte representa el deseo de afirmación del yo. Cuando Urano activa a Marte, se incrementa la necesidad de dejar huella en la vida.
        Los tránsitos difíciles Urano-Marte han sido asociados con accidentes y desgracias, y hay diversas razones por las cuales esto a veces puede ser verdad. La combinación de Urano y Marte puede ser bastante impulsiva o temeraria: nos precipitamos con demasiado impulso en las cosas, y en el proceso terminamos por tropezar con nuestros propios pies. Y si andamos por ahí cargando con un exceso de enojo, ansiedad y frustración, atraeremos sobre nosotros más accidentes que cuando estamos verdaderamente calmados y tranquilos. Quizá podamos evitar ciertos sucesos desdichados si nos tomamos el tiempo necesario para confrontar y examinar nuestros sentimientos coléricos antes de que lleguen a alcanzar un nivel peligroso.
        Los tránsitos difíciles de Urano en relación con el Marte natal van acompañados de sentimientos y estados de ánimo muy diversos. En su vertiente positiva, nos sentiremos inundados de interés y entusiasmo por la vida. Lo negativo es que podemos sentirnos durante buena parte del tiempo enojados, enfermos, desquiciados y deprimidos. Lo más probable es que oscilemos entre los dos extremos. Sin embargo, de hecho estos trámites nos ofrecen la oportunidad de establecer mejor contacto con nuestra voluntad, nuestra autoridad, nuestro poder y nuestra vitalidad.

  





URANO-MARTE Es fácilmente comprensible que dicha manifestación pueda volverse excesiva y traducirse en violencia, que asume sobre todo los aspectos de la irrupción, la fulgurancia, la explosividad, e incluso en casos extremos, de la fulminación. Esta condensación, que se convierte aquí en una carga más o menos peligrosa, puede, por el contrario, significar un potencial de respiración vital y ser fuente de oxigenación.

André Barbault
Predecir por la Astrología



Cuando Urano en tránsito forme una cuadratura, oposición y, en algunos casos, también conjunción con nuestro Marte natal, nos señala un período de nuestra vida en el cual resistirnos pasivamente a las circunstancias en lugar de entablar batalla con ellas es la manera más aconsejable de que salgamos airosos y fortalecidos. En este sentido, y mientras dure el efecto del tránsito, deberemos tener en cuenta que, en más de una ocasión, una retirada a tiempo podrá convertirse en una victoria.

F. S.







URANO-JÚPITER



No es probable que nuestra visión del mundo y nuestra filosofía de la vida sigan siendo las mismas mientras Urano en tránsito forma aspecto con nuestro Júpiter natal.
        Los trígonos o sextiles formados por Urano en tránsito con nuestra Júpiter natal denotan con frecuencia una fase de crecimiento y expansión, en la que se nos aparecen nuevas oportunidades para avanzar. La buena suerte asume la forma de ganancias monetarias inesperadas, excelentes ofertas laborales o de negocios, amistades nuevas que nos benefician, y el descubrimiento de intereses o de visiones del mundo que dan más significado a nuestra vida. También los viajes pueden ser interesantes y enriquecedores durante este periodo.
        Si en su tránsito Urano forma aspectos difíciles con el Júpiter natal debiésemos cuidarnos de precipitarnos en nada con demasiada temeridad o de forma impulsiva. Sin sofocar totalmente nuestra fe ni nuestra imaginación durante este periodo, nos haría bien tomarnos el tiempo necesario para escuchar los consejos ó sugerencias de amigos de confianza, que pueden ayudarnos a tener una perspectiva más clara o más equilibrada.
        Lo mismo que sucede en el caso de los trígonos o sextiles que Urano en tránsito forma con el Júpiter natal, también nuestra filosofía de la vida puede cambiar radicalmente bajo la influencia de la conjunción, la cuadratura o la oposición por tránsito. En general, son buenos momentos para emprender algún tipo de estudios que amplíen y enriquezcan nuestra visión. Sin embargo, con los tránsitos difíciles podemos vernos atraídos hacia sectas religiosas extremas o cultos fuera de lo común, que tienden a adueñarse de toda nuestra existencia. Cuando Urano en tránsito está en aspecto con el Júpiter natal, es difícil hacer nada a medias: lo abandonamos todo para irnos a la India, o perdemos el sentido de los límites y creemos haber hallado la respuesta para todo y para todos. Algunas de nuestras ideas y creencias nuevas pueden ser válidas, pero las llevamos demasiado lejos.
        Cuando Urano en tránsito forma una conjunción, una cuadratura o una aposición con el Júpiter natal, también puede movernos a viajar, aunque no debemos esperar que los planes dispuestos de antemano funcionen tal como lo habíamos planeado: es posible que nos esté reservada una experiencia interesante, pero en realidad puede suceder cualquier cosa. Viajar durante este periodo será una inspiración, y seguramente nos veremos atraídos a lugares insólitos y fuera de los "caminos trillados"; de cualquier manera, al volver ya no seremos la misma persona... si es que volvemos.

  






URANO-SATURNO



Si Urano en tránsito forma un trígono o sextil con nuestro Saturno natal, esto indica generalmente que estamos preparados para integrar en nuestra vida cosas nuevas. Podemos conservar lo mejor de lo viejo, pero poco a poco, suavemente, ir también haciendo lugar para ideas, creencias, metas, objetivos, personas e intereses nuevos, y si intentamos mantener a raya el cambio, no haremos más que autoestafarnos al privarnos del crecimiento y del despliegue de potencialidades que nos están reservadas durante este período.
        Cuando el tránsito de Urano lo lleva a formar una conjunción, una cuadratura o una oposición con el Saturno natal, esto apunta también a un momento en que lo nuevo se encuentra con lo viejo, pero de una manera que por lo común resulta más problemática y conflictiva. Si en nuestra vida las viejas estructuras no han sido tan maravillosas ni tan satisfactorias, aun así a muchos nos costará bastante, estando bajo la influencia de un tránsito difícil Urano-Saturno, arriesgarnos a renunciar a lo familiar y establecido. Aunque otra parte de nosotros quiera liberarse, nos aferramos a lo conocido. Finalmente, sin embargo, un tránsito que coloque a Urano en un ángulo difícil con nuestro Saturno natal no nos permitirá dejarlo todo tal como estaba, y sólo podremos evitar el colapso total si intentamos mantener lo mejor de lo viejo al tiempo que hacemos espacio para lo nuevo, o bien tratando de rescatar lo que se ha estropeado y de mejorar las situaciones insatisfactorias.
        Un tránsito de Urano puede presentarse como algo especialmente cruel cuando está en juego Saturno, porque amenaza aquellos aspectos de nuestra existencia que nos dan la mayor sensación de seguridad. Los tránsitos Urano-Saturno ponen en peligro aquellos territorios en que actuamos demasiado a la defensiva, de una forma rígida y reprimida.
        A medida que Urano se aproxima a una conjunción, una cuadratura o una oposición con nuestro Saturno natal, podemos encontrarnos trabados en algún tipo de batalla con una figura de autoridad (padre, madre, maestro, jefe o funcionario del gobierno). Nuestra visión de cómo deben ser las cosas diferirá de la de esa persona, y nos resultará más difícil de lo habitual guardarnos nuestra opinión o hacernos a un lado y permitir que continúe algo con lo cual no estamos de acuerdo o que desaprobamos. Sin embargo, es probable que en este momento las confrontaciones demasiado directas no sean la manera más prudente de manejar la situación, ya que puede ser que el otro defienda su posición con una determinación no menor que la nuestra. Cuando los tránsitos Urano-Saturno son difíciles, puede ser que necesitemos encontrar formas de comunicar nuestras ideas y creencias que no amenacen ni desalienten a aquellos que intentamos convencer. Puede ser útil, en este momento, introducir algún elemento de Venus -un poco de tacto y de diplomacia- para enfrentarnos con figuras de autoridad.
  






SATURNO-URANO Su ciclo comporta cambios en las condiciones estables que dan forma al desarrollo de nuestra vida. Su ciclo de 45 años representa poco más o menos la mitad de una vida humana.
   Además, en el plano histórico, el ciclo Saturno-Urano rige la evolución de los movimientos imperialistas, dictatoriales o capitalistas. Este es el modo individual como el hombre traduce a menudo el impulso uraniano que se manifiesta. Puesto que Urano no tiene nada de personal. Una nueva idea lanzada por Urano puede tomar forma a partir de la conjunción con Saturno y lograr que perduren sus efectos. Así pues, aparecen nuevas condiciones colectivas con la conjunción, punto de arranque de lo que está adaptado a las condiciones prevalentes y que tiene una supervivencia difícil a menos que emplee en ello unos tremendos esfuerzos, o también puede significar la desaparición de lo que estaba funcionando apoyado en sistemas que pertenecen al pasado.
   En la cuadratura creciente, se produce un engrandecimiento o una aceleración de lo que ha nacido con la conjunción. En la oposición, se produce un realinamiento de las condiciones sobre las cuales uno puede construir y, desde entonces, para hacer durar lo que sea, hay que adaptarse a los cambios, con la aceleración de esta tendencia a partir de la cuadratura menguante, tras el cual hace falta siempre reconstruir, las cosas estáticas tienden a desmoronar.
   Saturno y Urano representan nuestra doble capacidad de construir y de innovar. De la relación que establezcamos entre estos dos planetas depende nuestra facultad de cambiar, de adaptarnos a las condiciones de vida cambiantes, guardando siempre nuestra estabilidad. En un sentido negativo, podemos hacer construcciones inadaptadas a las condiciones que cambian y verlas caer, sin mencionar el hecho de que nos sentimos sometidos a fuertes tensiones.

Bernard Crozier, tomado de la Revista Mercurio-3, nº16, págs. 63-64 Articulo "El Papel de los Planetas lentos en una carta individual"




Urano viene a bombardear la fortaleza saturnina. El "ego" salta hecho pedazos. Desde la perspectiva del sujeto puede considerarse éste, si se quiere, víctima de un Destino cruel.

J. A. González Casanova
La muerte y el horóscopo

  




URANO EN TRÁNSITO EN SEXTIL CON EL URANO NATAL



Urano en tránsito forma un sextil con su propio emplazamiento en dos ocasiones: la primera hacia los catorce años, y luego otra vez cerca de los setenta. El primer sextil coincide además con la primera oposición de Saturno con su propio emplazamiento. Estos dos tránsitos se producen al comienzo de la adolescencia.
        La adolescencia es como un nuevo nacimiento. Uno muere como niño para finalmente, renacer como adulto joven. Cuando Urano forma su primer sextil con su lugar natal, llamativos cambios físicos y psicológicos saludan la llegada de la pubertad.
        La pubertad no sólo se distingue por una transformación física, sino también por cambios en los roles sociales y culturales. Llega el momento en que hemos de afirmarnos en el mundo sobre nuestros propios pies, en que nuestro sistema de apoyo dejan de ser los padres y empiezan a ser nuestros pares, y en que exploramos diferentes maneras de conducirnos en el mundo.
        La segunda vez que Urano en tránsito forma sextil con su posición natal se da hacia los setenta años. La vejez es una época para hacer lo que queremos, y no lo que nosotros o los demás pensábamos que deberíamos hacer. Es probable que nos hayamos pasado buena parte de la vida centrándonos en logros externos, pero ahora tenemos la ocasión de detenernos a hacer inventario. Nuestras obligaciones y nuestros compromisos con el mundo ya no están en primer plano, de modo que ahora es el momento adecuado para reconsiderar qué es, personalmente, lo que nos importa en la vida. Cuando Urano en tránsito forma un sextil con su propio emplazamiento, aunque seamos septuagenarios tenemos la posibilidad de deshacernos de lo viejo para dejar paso a lo nuevo.


URANO EN TRÁNSITO EN CUADRATURA CON EL URANO NATAL



Este tránsito sucede dos veces en la vida: la primera hacia los veintiún años, y luego por segunda vez hacia los sesenta y tres. Y, como corresponde a la naturaleza de Urano y a un aspecto como la cuadratura, éstos son momentos de cambios importantes en la orientación y los valores.
        La primera cuadratura de Urano con su propio emplazamiento marca el final de la adolescencia y la entrada en la etapa de adulto joven. Probablemente la manifestación más común de este tránsito sea el abandono del hogar de los padres. La tarea de separarnos de la familia y descubrir quiénes somos por derecho propio se vuelve más apremiante, más urgente. Aun si durante este período no nos mostramos ferozmente rebeldes, sigue siendo una época importante de crecimiento y de cambios rápidos. En pocas palabras, se espera que seamos más responsables de nosotros mismos que antes.
        Urano está asociado con ideologías y con "ismos" y cuando forma cuadratura con nuestro Urano natal es la época en que muchos buscamos un grupo o una causa a la que podamos adherirnos, algo que dé significado y orientación a nuestra vida.
        También hay quien no se rebela ni toma en modo alguno una resolución definida. Puede suceder que nos adaptemos a los valores y expectativas de nuestros padres, y que encajemos en el estilo de vida que ellos tenían pensado para nosotros. El aspecto positivo de aceptar pasivamente la visión del mundo de nuestros padres es que evitamos una crisis; el negativo es que dejamos pasar una oportunidad de explorar nuestra propia identidad y descubrir quiénes somos, independientemente de ellos.
        La segunda cuadratura de Urano con su posición natal ocurre alrededor de los sesenta y tres años, no mucho después del segundo retorno de Saturno. La preocupación obvia es el envejecimiento. Hay personas que hacia esta época renuncian a seguir creciendo, se clavan ellas mismas la tapa del ataúd y se confinan en un estado anímico que podríamos definir como de “¿y esto es todo?”, obsesionados por el pasado, por la pérdida y por las oportunidades que han desaprovechado. Afortunadamente, sin embargo, no todo el mundo reacciona de esta manera.
        En esta época, para la mayoría de las personas, el distanciamiento de lo que más importaba en el pasado asume su forma más obvia en la jubilación. Al vernos con más tiempo libre y menos responsabilidades que nunca, nos queda por delante la tarea de dar un significado nuevo a nuestra vida. A partir de los sesenta años, hombres y mujeres necesitan encontrar algo que los ocupe y los distraiga. Si lo planeamos con anticipación, es más probable que sepamos usar de manera constructiva la segunda cuadratura Urano-Urano. No tenemos que esperar a que se produzca para empezar a buscar actividades y proyectos interesantes que no tengan nada que ver con nuestro trabajo ni con el ámbito doméstico. Si tenemos previsto el vacío que deja la jubilación o la evolución de una familia en que los hijos se hacen adultos, podemos prepararnos para afrontarlo.




URANO EN TRÁNSITO EN TRÍGONO CON EL URANO NATAL



Este tránsito se produce también dos veces en la vida: la primera alrededor de los veintiocho años (coincidiendo con el primer retorno de Saturno), y luego otra vez cerca de los cincuenta y seis. En el momento del primer trígono Urano-Urano, tenemos ocasión de reevaluar y reconsiderar las opciones que hasta ese momento hemos hecho. Lo que hemos construido y establecido quizá fuera apropiado para las etapas anteriores de nuestra evolución, pero ¿está de acuerdo con nuestro estado anímico actual? Si nos sentimos demasiado restringidos por nuestro estilo de vida o por las decisiones tomadas en el pasado, éste es el momento de hacer los ajustes necesarios. Generalmente esta etapa se da acompañada por un sentimiento de querer ser algo más de lo que ya somos, por la sensación de que lo que tenemos ahí, frente a nosotros, ya nos resulta insatisfactorio. Para muchas personas esto significa tomar una dirección totalmente nueva en la vida; para otras, los cambios no serán tan drásticos, pero aun así existirá la necesidad de renovar o profundizar el compromiso personal contraído con decisiones anteriores.
        Cuando el tránsito de Urano lo lleva a formar un trígono con nuestro Urano natal al mismo tiempo que se produce el retorno de Saturno, mientras nos acercamos a los treinta años, es probable que nuestra visión del mundo esté cambiando. Para nuestra sorpresa y nuestro posible desaliento, podría ser que descubriéramos que, en realidad, algunas de las cosas que creían nuestros padres sobre lo que era mejor para nosotros nos parecen ahora un poco más sensatas. Este cuestionamiento, este examen de conciencia, puede dar resultados fructíferos. Estamos más en contacto que nunca con nosotros mismos, y es probable que las opciones y los ajustes, que hagamos ahora en nuestra vida sean, como resultado de ello, más perdurables.
        El segundo trígono de Urano en tránsito con el Urano natal se produce hacia los cincuenta y seis años. Idealmente, es el momento de darnos permiso para ser quienes somos: para hacer lo que queremos hacer, y no sólo lo que creemos que deberíamos estar haciendo. Y si hemos conseguido pasar con éxito por entre algunos peligros del comienzo de la madurez este periodo podría ser uno de los más felices que lleguemos a conocer. De acuerdo con la promesa de libertad y de expansión que simboliza Urano cuando forma un trígono con su emplazamiento, este tránsito puede coincidir con ciertos cambios positivos en la visión del mundo y en el carácter. Apegarse a un único lugar y tratar de obtener identidad y satisfacción de una sola senda ya bastante recorrida no es la manera más creativa de sacar partido de este tránsito: ahora es el momento de las divergencias, los experimentos y la expansión. El segundo trígono Urano-Urano, como el primero, es mucho más que un periodo de reflexión pasiva: nos señala el momento de mirar hacia atrás para revisar nuestra vida, pero también el de planear con los ojos puestos en el futuro.


  


URANO EN TRÁNSITO EN OPOSICIÓN CON EL URANO NATAL



Urano en tránsito forma una oposición con su lugar natal en cualquier momento de la época que va de los treinta y ocho a los cuarenta y cinco años. También Saturno forma una oposición con su lugar natal hacia los cuarenta y dos años. Esto significa que tanto Urano como Saturno están activados durante este período. ¡Y en algunos casos estos tránsitos coinciden también con el de Neptuno en cuadratura con el Neptuno natal, y con el de Plutón en cuadratura con su propio emplazamiento! No es nada extraño, pues, que a este periodo se lo considere uno de los puntos cruciales de la vida.
        A esta fase se la ha llamado "la crisis de la mitad de la vida". En lo esencial, cabe decir que es un momento en que nos desmontamos para después volver a montarlos, con las mismas piezas, pero de diferente manera. Aquellas partes de nuestra naturaleza que no hemos integrado todavía en nuestra conciencia y de las que más bien no hemos hecho caso, o que ni hemos mirado siquiera, nos exigen que las reconozcamos y las examinemos. El hecho de afrontar los conflictos y las crisis de este período aumenta la probabilidad de llevar de forma satisfactoria la segunda mitad de la vida.
        Las partes de nuestra naturaleza que no hemos cultivado ni estimulado - las que no han sido una fuente de motivación importante - son precisamente los ámbitos que cobran relieve y se constituyen en el foco de nuestras nuevas aspiraciones. Aunque el proceso de expandir nuestra identidad para incluir características que no fueron antes cultivadas puede comenzar ahora seriamente, no es una tarea que se acabe cuando Urano deje de estar en oposición con su lugar natal. Llegar a ser más íntegros y más auténticos es el trabajo que tenemos por delante durante la segunda mitad de la vida.
        El tránsito que lleva a Urano a la oposición con su emplazamiento natal señala la necesidad de detenernos a considerar cómo hemos organizado nuestra vida hasta el momento. Si nos hemos desviado excesivamente en una dirección, a expensas de otras maneras diferentes de expresión y de satisfacción, ahora es el momento de introducir algunos cambios que restablezcan el equilibrio.




URANO EN TRANSITO EN CONJUNCION CON EL URANO NATAL



Es posible que poco después del nacimiento Urano forme una conjunción por tránsito con el Urano natal. Si hemos nacido con Urano retrógrado, por ejemplo, pasados algunos meses el planeta retomará su movimiento directo y volverá a pasar por donde se encontraba en el momento del nacimiento. También puede ser que hayamos nacido con Urano directo, que después el planeta haya retrocedido hacia nuestro Urano natal y tornado una vez más el movimiento directo durante nuestro primer año de vida. En cualquiera de estos casos, esta temprana conjunción de Urano con su propio emplazamiento puede significar algún tipo de perturbación o conmoción que nos haya dejado una profunda impresión psíquica.
        Sin embargo, cuando los astrólogos hablan de que Urano está en conjunción con el Urano natal se refieren generalmente a lo que se conoce como el retorno de Urano, que se produce aproximadamente a los ochenta y cuatro años, y señala un ciclo completo del planeta alrededor de la carta. Es de esperar que nuestra salud y nuestro estado mental nos permitan experimentar algunos de los cambios más positivos que este tránsito simboliza. Este es buen momento para meditar tanto sobre el significado de nuestra existencia como sobre el de la vida en general. Dicho de otra manera, es en parte un período de contemplación. La muerte no requiere solamente pensar y hacer conjeturas, sino' prepararnos para nuestro encuentro con ella. Si no nos hemos preparado todavía, éste es el momento de poner nuestra vida en orden para poder morir en paz. Esto no significa necesariamente que hayamos de morirnos mañana. Bien pueden quedarnos bastantes y buenos años de vida, y también para ellos podemos hacer planes. Después de todo, estamos bajo la influencia de un tránsito importante de Urano, y nos queda tiempo para probar algunas cosas más.




URANO-NEPTUNO



Los tránsitos Urano-Neptuno se relacionan muy claramente con tendencias que se dan en escala colectiva y que influyen sobre un gran número de personas. Sin embargo, estos tránsitos también nos afectan personalmente a cada uno de nosotros, en especial si somos sensibles a las modas y los movimientos nuevos que periódicamente se adueñan de la atmósfera.
        Cualquier tránsito Urano-Neptuno activará y vivificará todo aquello que Neptuno simboliza. Como este planeta puede operar en tantos niveles diferentes, la forma exacta en que resulte estimulado varía de una persona a otra. En algunos casos, los tránsitos Urano-Neptuno desencadenan la inspiración creadora y el despertar espiritual, y dan origen a sueños y aspiraciones nuevos y vivificantes. En otros, éstos tránsitos significan el inicio de enfermedades raras e inexplicables, grados diversos de experimentación con drogas y una fascinación irresistible por lo mágico, lo oculto o cualquier tipo de nociones y creencias "fuera de lo común". La orientación que esto tome no depende solamente de cómo esté aspectado Neptuno en el tema natal, sino también del nivel de conciencia y de madurez psicológica del individuo.
        La conjunción, la cuadratura y la oposición por tránsito de Urano con el Neptuno natal puede activar a este último planeta con una fuerza tal que nos veamos abrumados por poderosos anhelos emocionales. También es probable que durante estos tránsitos nos encontremos prisioneros de la necesidad de escapar de todo lo que es aburrido, tosco y rutinario. Urano activa la compulsión neptuniana a dejarse arrebatar por algo, ya sea por un amor intenso que nos transporta a las cumbres mismas del éxtasis, por un brote súbito de sentimiento religioso o de una filosofía nueva que promete abrirnos las puertas del cielo. Algunas personas, durante este periodo, se sienten fascinadas por la magia y el ocultismo. También aquí se necesita discriminación y sentido común para usar estos tránsitos de la manera más constructiva posible.
        Bajo la influencia de los tránsitos Urano-Neptuno, algunas personas pueden volverse hacia las drogas como medio de escapar de la vida ordinaria, o como una vía para tener acceso a estados de conciencia superiores.

  



URANO-PLUTÓN



Los tránsitos Urano-Plutón significan fuerzas sociales, económicas o políticas que afectan a nuestra vida y de las cuales no podemos escapar. Podemos tratar de defendernos de los efectos de estos tránsitos pero lo más probable es que no tengamos mucho éxito. Se produce necesariamente algún tipo de cambio en nuestro status social y económico o en nuestras creencias políticas, pero en general tienen que pasar varios años antes de que admitamos sinceramente que en lo que tuvimos que experimentar en aquel momento haya habido algo valioso o positivo.
        En el caso de la oposición y la cuadratura por tránsito, podemos tener la sensación de que las fuerzas que provocan el cambio son externas, de que son personas que conocemos o ideas con las que tropezamos lo que provoca la perturbación y modifica el status quo.
        Los tránsitos Urano-Plutón pueden llevarnos al descubrimiento de tesoros escondidos dentro de nosotros y a rescatar rasgos y recursos positivos inexpresados.
        Los tránsitos de Urano en aspecto con Plutón no sólo remueven modelos inconscientes, heridas precoces y cólera, sino que a veces pueden manifestarse en el cuerpo en forma de enfermedades. Una dolencia que hasta entonces se ha mantenido oculta "bajo la superficie" puede manifestarse durante estos tránsitos, o tal vez reaparezca una vieja enfermedad que no quedo completamente curada. Aunque en primera instancia se trata de un hecho bastante desagradable, hay que pensar que sólo se puede hacer algo por curar una enfermedad cuando ésta se manifiesta. Durante este tránsito también podemos descubrir curas, soluciones o remedios “inspirados” para alguna dolencia crónica.
        Los tránsitos Urano-Plutón pueden influir en nuestra expresión sexual y, si hemos estado reprimiendo sentimientos o deseos, es posible que Urano excite en nosotros pasiones cuya existencia jamás sospechamos. Quizá nos sintamos abrumados por semejantes erupciones, y sin embargo, Urano no hace nada más que revelar algo que hemos llevado siempre soterrado en nuestro interior.
        Cada vez que este planeta resulta activado por un tránsito, es probable que tengamos que enfrentarnos de alguna forma a la muerte: quizá muera alguien que conocemos, o tal vez tengamos una experiencia cercana a la muerte. Evidentemente, esta clase de acontecimientos no son nada placenteros, pero pueden movernos a pensar con más seriedad en el significado de la existencia y en qué es, precisamente, lo que estamos haciendo con nuestra vida. Nos guste o no, cualquier tránsito Urano-Plutón nos ofrece la oportunidad de profundizar en nosotros mismos. Al aceptar el reto estaremos usando de la manera más constructiva estos tránsitos.