"El alma se vuelve como oro
que se hace más puro al ser fundido,
limpio de toda impureza.

Habiendo alcanzado los veinticuatro quilates
el oro ya no puede purificarse más;
Y esto es lo que sucede al alma
en el fuego del amor de Dios."

Santa Catalina de Génova


"Mi ser es Dios, no por simple participación sino por auténtica transformación de mi Ser. Mi yo es Dios."

Santa Catalina de Génova


"Mi Yo es Dios y no reconozco otro Yo que mi mismo Dios."

Santa Catalina de Génova