"Agárrate fuerte a los sueños
puesto que si los sueños mueren
la vida es un pájaro con el ala rota
que no puede volar."

Langston Hughes



"Al verme aquel día en Tour de Carol (el primer pueblo de Francia), por primera vez en seis meses lejos del estruendo de los obuses y de la bombas, me senté en la cantina de la estación y pedí una suculenta comida (…) Qué diferencia establece una frontera: a un lado de una línea invisible, comida; al otro, nada. A un lado, paz. Al otro, guerra. A un lado, tranquilidad bajo el sol. Al otro, el ¡bang! de los obuses, el ulular de las sirenas y el estallido de las bombas sobre ciudades populosas (...) Permanecí a solas en el andén de la pequeña estación aquel luminoso día de diciembre y miré por el valle hacia España pensando en las fronteras, las nacionalidades y la guerra. Me pregunté qué sería del pueblo español que marchaba por la sangrienta cuerda floja de su guerra civil."

Langston Hughes



"De esta casa madrileña, que antes fue un palacio para el ocio de los ricos, entran y salen ahora los mejores escritores, artistas y pensadores de España, así como los visitantes extranjeros que residen en Madrid o que se encuentran en el país reuniendo material para artículos y libros (…) En ocasiones estos escritores, tanto españoles como extranjeros, dejan la casa para continuar su labor como luchadores, pensadores o artistas en el frente, y ya no regresan (…) Como ven, los artistas y escritores que frecuentaban la Alianza en Madrid no eran de la escuela de la Torre de Marfil. De hecho, les habría sido imposible estar en una Torre de Marfil en Madrid. Los cañones la habrían hecho pedazos."

Langston Hughes



El negro habla sobre los ríos

He conocido ríos.
He conocido ríos antiguos como el mundo y más
viejos que el flujo de sangre humana en venas
humanas.
Mi alma se ha hecho profunda como los ríos.
Me bañé en el Eufrates cuando el alba era joven.
Construí mi choza cerca del Congo y éste me arrulló
hasta dormirme
Contemplé el Nilo y sobre él levanté las pirámides.
Oí el canto del Mississippi cuando Abraham Lincoln
bajó a Nueva Orleáns, y he visto su fondo lodoso
tornarse dorado en el atardecer.
He conocido ríos:
ríos antiguos, crepusculares.
Mi alma se ha hecho profunda como los ríos. 

Langston Hughes



"Fui una víctima del estereotipo; solamente había dos chicos negros en la clase, y el profesor de Inglés siempre estaba remarcando la importancia que tenía el ritmo en la poesía. Bien, todo el mundo sabe (menos nosotros) que todos los negros tienen un gran sentido del ritmo, así que me hicieron poeta de la clase."

Langston Hughes



LAS HISTORIAS DE TÍA SUE

Tía Sue tenía la cabeza llena de historias.
Tía Sue tenía un corazón lleno de ellas.
Noches de verano en el porche
Tía Sue acurrucaba en su pecho el rostro moreno del niño
Y le contaba historias.

Los esclavos negros
Trabajando bajo el sol ardiente
Y los esclavos negros
Caminando en la noche húmeda
Y los esclavos negros
Cantando canciones tristes a la orilla de un caudaloso río
Mezclados en voz baja
En las oscuras sombras que iban y venían
En las historias de Tía Sue.

Y el rostro moreno del niño escucha
Sabe que las historias de Tía Sue son historias reales.
El sabe que Tía Sue no tomó esas historias
De ningún libro
Pero que son ciertas
Como su propia vida.

Callado, el rostro moreno del niño,
En una noche de verano
Escucha las historias de Tía Sue.

Langston Hughes



Necesidad

¿El trabajo?
Yo, no tengo que trabajar.
No tengo que hacer nada
sino
comer, beber, permanecer negro – y morir.
Este viejo cuartito amueblado es
tan pequeño que
aun no puedo azotar un gato sin pillar el pelaje en mi boca.
Y la casera es tan anciana que sus rasgos desdibujan juntos;
¡y sabe el Señor que ella puede cobrarme de más a mí – eso es seguro!
(Entonces…éso es el motivo por que estimo que debo trabajar – después de todo.)

Langston Hughes



Negro

Yo soy un Negro:
Negro como la noche es negra.
Negro como lo profundo de mi África.

He sido esclavo:
César me ordenó mantener limpio su umbral.
Lustré las botas de Washington.

He sido obrero:
De mis manos surgieron la pirámides.
Yo hice la mezcla para el Woolworth Building.

He sido cantante:
Todo el camino, de África a Georgia,
cargué con mis canciones tristes.
Yo inventé el ragtime.

He sido víctima:
Los belgas me cortaron las manos en el Congo.
Me siguen linchando en Mississipi.

Yo soy un Negro:
Negro como la noche es negra.
Negro como lo profundo de mi África.

Langston Hughes



"Nuestro hotel estaba ocupado sobre todo por familias numerosas de cubanos de provincias. En sus balcones interiores, que daban a un patio abierto, resonaba con fuerza el punzante parloteo de las corpulentas madres y sus vivaces niños. El restaurante, situado en el primer piso, con toda una pared abierta a la calle, era ruidoso como sólo puede serlo un restaurante cubano, ya que, a todos los sonidos procedentes de la calle, se sumaban los gritos de los camareros y las risas de los clientes, el repiqueteo de los cuchillos y tenedores y el tintineo de las copas en la barra.
Me gustó ese hotel porque, como nunca iban turistas, los precios eran bastante bajos, acordes con el nivel adquisitivo de los cubanos. Ninguna de las habitaciones tenía ventanas, pero tenían unas enormes puertas dobles que se abrían a los balcones, cubiertos de azulejos, que daban al patio. Nadie se preocupaba por darles una llave a los clientes. La dirección simplemente daba por hecho que todos los clientes eran honrados.
Al día siguiente, fui a buscar a José Antonio Fernández de Castro, para el que, en un viaje anterior a Cuba, Miguel Covarrubias me había dado una carta de presentación. José Antonio era una dinamo humana que en un momento podía poner en marcha un montón de cosas. Era amigo de muchos artistas y escritores americanos, a quienes llevaba a cenar y a beber. Pescaba con Hemingway y le encantaba ir a Marianao, que por aquel entonces era la zona de ocio no turística. Conocía a todos los taxistas de la ciudad -tenía cuentas con ellos- y era, en términos generales, el mejor contacto que uno podía tener en Cuba si es que nunca había estado allí antes.
José Antonio trabajaba como periodista en el Diario de la Marina. Más adelante sería uno de los editores de Orbe, el semanario ilustrado cubano. Después entró en el cuerpo diplomático para convertirse en el primer secretario de la embajada cubana en Ciudad de México, y posteriormente en Europa. Todos los pintores, escritores, periodistas, poetas, boxeadores, políticos y bailarines de rumba eran amigos de José. Y, lo que para mí era lo mejor, conocía a los músicos negros de Marianao, a los fabulosos percusionistas que tocan sus tambores con las manos, a los intérpretes de clave y maraca que de algún modo han conseguido preservar -tras siglos de esclavitud y a miles de kilómetros de Guinea- los ritmos y los pulsos africanos."

James Langston Hughes
Divago mientras vago


Pregunta

¿Cuándo la muerte, esa vieja indeseable,
viene por un cuerpo
arrojado al costal del olvido,
me pregunto qué si encontrara
el cadáver de un multimillonario blanco,
este valdría más centavos de eternidad
que el oscuro torso de
un negro que cosecha algodón?

Langston Hughes


YO, TAMBIÉN

Yo, también, le canto a América.

Soy el hermano oscuro.
Me mandan a comer a la cocina
Cuando vienen las visitas, pero yo me río,
Y me alimento bien,
Y crezco fuerte.

Mañana,
Me sentaré a la mesa
Cuando vengan las visitas.
Nadie se atreverá
A decirme
“Come en la cocina”
De nuevo.

Entonces,
Ellos verán cuan hermoso soy
Y se avergonzarán.

Yo, también, soy América.

Langston Hughes